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Winston Galt
Jueves, 16 de Marzo de 2023 Tiempo de lectura:

Notas a pie de página

1) La modificación de la malversación.

 

Si pensábamos que la reforma del delito de malversación de caudales públicos obedecía a una exigencia a favor a los políticos corruptos catalanes, estábamos equivocados. Ahora sabemos que el  PSOE sabía hace tiempo que iba a salir a la luz el asunto del Tito Berni, de modo que la reforma obedece también a resguardar a sus propios cuadros (y con ello al propio partido) de la acción de la Justicia. Cuanto menos pena pueda imponerse a los integrantes del PSOE sorprendidos en la comisión de delitos de malversación, menos presión podrán ejercer éstos sobre la maquinaria corrupta del partido y menos tendrán que temer los dirigentes.

 

La corrupción del PSOE es permanente y omnipresente. El gobierno del populista "Hugo" Sánchez la lleva por bandera desde su propia concepción, pues llegó al poder de la mano de la corrupción de todos los traidores a la nación. En cuanto a sus miembros, sólo participar en tal Gobierno implica que, de un modo u otro, posiblemente se es corrupto también de un modo u otro. En algunos artículos anteriores hicimos una relación de lo que es corrupción y ésta no consiste sólo en meter la mano en la caja. La compra de votos con dinero público es el ejemplo perfecto de la corrupción máxima. Tal práctica no figura en el inconsciente colectivo como corrupción porque se disfraza de "justicia social" y el resto de partidos no tienen el valor para denunciarlo debidamente, pero es la corrupción más grave porque supone una cuantía insoportable de gasto y de deuda pública y porque instaura en grandes sectores de la población la satisfacción de necesidades sin obligación alguna, lo que las vicia de parasitismo.

 

Hemos soportado recientemente el bochorno de que tengan que venir funcionarios de la UE a conocer el destino de los milmillonarios fondos que se han entregado desde Europa al Gobierno populista de "Hugo" Sánchez. Se han vuelto a Bruselas sin saber realmente dónde están tales fondos. Pero, como en el caso de la corrupción arbitral, no teman: no pasará nada porque nuestro Gobierno es progresista, no es un Gobierno "reaccionario" del este de Europa que se niega a aplicar las políticas LTGBI en las escuelas. Incluso se permitirá desde la UE que vengan más fondos aún. Nuestro futuro se hipoteca a favor de políticos populistas sin escrúpulos, del que "Hugo" Sánchez es el modelo perfecto de imitación de las formas de gobierno del socialismo del siglo XXI que se instauran habitualmente en Hispanoamérica.

 

¿Hasta cuándo se permitirá esto sin que haya consecuencias penales? Me temo que indefinidamente, hasta que acaben cargándose lo poco que nos queda de democracia.

 

Si no he entendido mal, alguna de las prácticas de la banda del Tito Berni consistía en señalar a una empresa agrícola o ganadera o de las mal llamadas energías renovables para implicarla en una supuesta sanción a la que se le pedía una mordida para evitarla o bien, en caso contrario, para obtener una subvención o ventaja. Es un "impuesto revolucionario". Idéntico a los que cobran las mafias en barrios de muchas ciudades, como estamos acostumbrados a ver en el cine, para garantizar la "seguridad" de tales negocios. El PSOE parece comportarse como una auténtica mafia.  Así lo habíamos denunciado en alguna ocasión anteriormente y a muchos pudo parecerles una exageración, pero se confirma por los hechos.

 

El PSOE, un partido claramente anticonstitucional desde hace veinte años, es un posible peligro para la democracia y para la prosperidad. Algunos ingenuos no alcanzan a comprender esto. Seguirán votándolo hasta que sea tarde, como ocurre en tantos países de Hispanoamérica.

 

Tito Berni no es un caso aislado, es una forma de concepción del poder y de los objetivos del mismo. Es una forma de gobierno inherente al PSOE y a todo socialismo/estatismo. Si las administraciones públicas no tuvieran tanto poder y sufrieran limitaciones severas en sus atribuciones estas prácticas serían imposibles o, cuando menos, muy difíciles. Se fuerza el crecimiento del Estado porque éste es el que permite y fomenta la corrupción integral. No es casualidad que haya tantos partidarios de convencernos de que no podemos vivir sin un Estado gigantesco que nos devore. Así vamos alimentando al monstruo constantemente y votando a los partidos que lo engordan hasta que termine por aplastarnos.

 

2. Aniversario del 11-3-2004.

 

Sólo los beneficiados por las consecuencias de lo que supuso ese crimen pueden pensar que fue una simple venganza de Al Qaeda por mucho que algún implicado pidiera la reivindicación para desviar sospechas.

 

Cuanto más tiempo pasa y más hitos cumplidos vemos en las políticas que se instauran desde el PSOE y sus socios, más convencidos estamos de que los verdaderos autores no estaban lejos. Es difícil pensar que no se trató de un golpe de Estado para cambiar el régimen constitucional.

 

No hay duda de que se utilizó el atentado para cambiar la inercia política de la nación. Y es ingenuo pensar que la banda terrorista ETA fue completamente ajena a este atentado. Debemos recordar que unos años antes se había abortado un atentado de ETA preparado de forma idéntica al que luego tuvo tanto trágico éxito en 2004. Que había pruebas falsas en la instrucción no es discutible, que se destruyó el arma del crimen con la evidente intención de que no se pudiera identificar el explosivo utilizado, tampoco. Hay quien aún cree que el atentado se hizo con unos cuantos cartuchos de dinamita de una mina abandonada. Los que conocemos las zonas mineras sabemos que eso es una mentira muy burda. Que los "autores" fueran identificados inmediatamente y que casi todos fueran confidentes también es un signo de fraude, como lo fue el supuesto suicidio de unos yihadistas (que jamás se suicidan de ser verdaderos, pues no es lo mismo suicidarse que inmolarse), y que esto ocurriera junto a un piso franco del CNI tampoco puede ser casualidad. O que el vehículo con cintas islamistas apareciera después de la primera inspección ocular o que la mochila fantasma apareciera con material distinto del realmente empleado y muchas horas después y que algunos periodistas supieran de antemano que iba a aparecer son elementos que alimentan la teoría de la conspiración que, en este caso, no es sólo imaginación y delirio, sino que está sustentada en datos irrefutables.

 

No es cuestión de referir todos los defectos y "sorpresas" que deparó la instrucción, pero la deriva posterior de un sector muy amplio tanto de la población como de los partidos políticos que conforman el frente popular no deja margen a la duda de que se pretendía cambiar la política en España e instaurar un régimen diferente. En otro país, este terrible trauma hubiera sido investigado hasta las últimas consecuencias. La decadencia de España se manifiesta en la aceptación de la mentira sobre el mayor crimen sufrido más que en cualquier otro síntoma. La podredumbre moral que asola nuestro país comenzó en ese momento como punto culminante de una destrucción cuyo deterioro se ve a marchas forzadas y al que no se le ve final ni solución.

 

Hemos aceptado la mentira como forma de vida en España. La verdad no tiene cabida. Y si alguno duda, se calla para no ser estigmatizado. Estamos en proceso de destrucción intencionada de nuestra sociedad y las políticas que lleva aplicando "Hugo" Sánchez durante los últimos cinco años no son sino la continuación de los hitos del proceso.

 

A pesar de los defectos de la Unión Europea, sólo la pertenencia a ésta ha evitado la destrucción total. ¿Se imaginan que "Hugo" Sánchez pudiera controlar la moneda de España? Ya seríamos Venezuela.

 

3. Moción de censura.

 

Nunca entendí que Vox enviara a Andalucía a Macarena Olona. Le bastaba con poner a cualquiera para mantener su nicho de voto. Cuando vimos la campaña que hizo en Andalucía pensábamos que la estrategia era un error. Se demostró después que fue un desastre (y aún así subió en votos, lo que demuestra que no era necesario sacrificarla en una primera línea para la que demostró no tener cualidades).

 

La reacción posterior de Olona, su retirada y su posterior vuelta al patio con una estrategia personal demencial hacen sospechar que no era inocente ni altruista prescindir de ella en Madrid. Tal vez fue una acción calculada para quitársela de en medio.

 

En cualquier caso, por una causa o por otra, fue seguramente el primer gran error estratégico de Vox.

 

Y el segundo es una moción de censura inoportuna. Que hay motivos para censurar a "Hugo" Sánchez lo saben hasta los socialistas, que temen como el Apocalipsis las próximas elecciones autonómicas y locales. Cuando peor está la secta de "Hugo" Sánchez, cuando se está ahogando en el cenagal de su reforma de la malversación, de su ley del sí es sí o de la ley Trans o en el colapso de las administraciones públicas, que están arrastrando a la ruina a media España, la moción de censura es un balón de oxígeno para la máquina propagandística del PSOE. Aprovecharán el momento para reactivar a su electorado, gran parte del cual funciona como el perro de Pavlov en cuanto oyen los tambores de la "extrema derecha". Vox no se da cuenta de que la denuncia constante y el perfil contundente, pero sereno es lo que le da réditos frente al PP y frente a los ciudadanos desengañados de centro izquierda que votaron en su día a Ciudadanos y que podrían incluso incorporarse a Vox en alguna medida. Conozco incluso gente de izquierdas que votaría a Vox porque ven en el sentido común que a veces abandera una tabla de salvación.

 

El capital de Vox no es oponerse a los presupuestos de Madrid ni a los planes urbanísticos del PP sino forzar al PP a hacer las políticas que no se atreve (ley de violencia de género, ley de memoria histórica, políticas LTGBI, leyes trans, no financiación pública de chiringuitos y sindicatos y partidos políticos, etc). Oponerse en cuestiones menores les resta credibilidad y votos.

 

Para colmo, ponerse ahora en manos de un dinosaurio ex-comunista y soberbio que disfruta su canto de cisne oponiéndose a aspectos sustanciales de las ideas de Vox, ideas que son las que les han proporcionado más de cincuenta diputados, es una persistencia en el error que no le va a reportar nada ni a España ni a Vox.

 

Imagino que en Vox saben que su lucha no es propiamente las elecciones autonómicas ni locales (por mucho que en algunos lugares sí que vayan a ser decisivos). Esperemos que tras esas elecciones vuelvan a la senda de la que es, realmente, su extrema necesidad: proponer a los españoles reparar y reformar todo lo que el PP es incapaz de reparar y reformar de las políticas socialistas. Ésta es su verdadera finalidad, ésa es su alma y a lo que deben dedicarse y dejarse de cuestiones menores y de estrategias de vuelos sin motor de las que me temo no van a salir indemnes.

 

El barçagate.

 

No hay que confundirse y llamar 'caso Negreira' a lo que es el caso de corrupción del Fútbol Club Barcelona. No habría vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros corrupto si no hubiera un corruptor.

 

La evidencia no deja lugar a dudas: si el Barça pagó durante años a este individuo fue porque obtenía un rédito de esa gran cantidad de dinero. Nadie paga para no obtener nada a cambio. Los pagos, además, se han mantenido a lo largo de décadas y con presidentes diferentes y por cuantías altísimas, lo que demuestra que no fue una corrupción puntual, sino sistémica.

 

A las personas que seguimos el fútbol de forma habitual no nos ha sorprendido la noticia. Simplemente, ha confirmado las sospechas. Por si algunos no lo recuerdan, incluso The New York Times publicó un artículo hace muchos años preguntándose por la limpieza de los títulos del Barça. Ya se veía en los arbitrajes habituales que disfrutaba el Barcelona y que sufrían sus adversarios, principalmente el Real Madrid. Pero no olvidemos el Chelsea de Hiddink, por poner sólo un ejemplo en Europa. Mourinho dijo que a él le habría dado vergüenza ganar las champions que ganó Guardiola. Algo sabía. Un artículo reciente de Libertad Digital muestra que la práctica corrupta en España la llevó el Barcelona también a Europa a través de las relaciones con Senes Erzik, jefe de proyectos de Unicef, cargo que compatibilizaba con el de vicepresidente del Comité Ejecutivo de la UEFA, responsable del comité de árbitros. Ahora todos se hacen los inocentes: Liga, Federación Española, UEFA. Pero es obvio que todos lo sabían, cualquiera que conozca un poco cómo funcionan estas organizaciones sabe que no era posible que esto no se supiera en los estamentos afectados.

 

Si los árbitros no pueden apelar sino patéticamente a una honestidad que nadie puede reconocerles, no otra cosa ocurre con los supuestos periodistas del fútbol, que han estado mirando para otro lado durante años y que ahora se escandalizan en algunos casos y, en otros, incluso lo justifican. Otro gremio sin credibilidad alguna.

 

Los árbitros de primera división son un colectivo manchado irreparablemente. Ninguno de ellos puede apelar a una honestidad particular cuando han formado parte del sistema, un sistema configurado para que sus arbitrajes gusten a los que tienen el poder de decidir sus ascensos y descensos y, en consecuencia, marcar un sesgo claro en sus actuaciones particulares en cada partido. Es patético oírlos, tanto a ellos como a otros, especialmente periodistas, decir que creen en la honestidad del colectivo. En un colectivo de tan pocos elementos como los árbitros de primera división parece que todos tenían que ser conscientes de cómo se cocían las cosas. Cualquier persona mínimamente imparcial que haya visto sus arbitrajes sabe perfectamente que la corrupción posiblemente afectaba a todos y que los casos en que no pitaron según las directrices de Negreira fueron escasos y pagaron las consecuencias.

 

Tal vez la corrupción individual pueda no ser probada, pero cualquiera que haya seguido el fútbol español y europeo sabe que era un problema generalizado en todo el colectivo arbitral de élite. Cualquiera que haya comprendido cómo funcionaba la corrupción pagada por el Barça y que ya consta en todos los medios, sabe que no era necesario pagar una mordida a cada árbitro por cada partido concreto, sino que las regalías y mordidas venían del favor o disfavor de quien tenía ascendiente sobre ellos para auparlos en su profesión o bajarlos del pedestal tan bien pagado del arbitraje en primera división y en competiciones europeas. Se jugaban mucho dinero todos y cada uno de ellos.

 

Sorprende ahora la indignación afectada de algunos, como Iturralde González, que califica de rastrero e indignante el vídeo de Real Madrid TV sobre Clos Gómez. Lo que era realmente rastrero e indignante era ver cómo pitaban Clos Gómez y él.

 

La inercia del colectivo se mantiene, como se demostró la semana pasada cuando se le hurtó un penalti muy evidente al Valencia y otro al Real Madrid, de modo que la ventaja del Barça al Real Madrid, de pitarse ambos, se podría haber reducido de nueve a cinco puntos en liga. Pero pitar de forma diferente, esto es, de forma honesta, ni está en el adn de estos árbitros que ya vienen aplicando sus sesgos habituales y además hubiera podido sorprender al paisanaje que, de pronto, los arbitrajes fueran correctos. Es mejor mantener la inercia y no cambiar nada para intentar simular que no hubo tendenciosidad. De ahí que se castigue constantemente a la víctima (Vinicius) en lugar de a los agresores. Es el mismo vicio que en la política: se denigra a las víctimas si no son de izquierdas y se ensalza a los verdugos (la violencia política de izquierdas).

 

Que nuestra liga es corrupta lo sabe todo el mundo que no quiera mirar a otro lado. Que Tebas lo primero que tenía que decir sobre el caso es que había prescrito, implica dos cosas: que lo sabía y que no está dispuesto a aplicar castigo alguno al infractor. Alguien escribía el otro día que estos tíos han hecho que generaciones vean y entiendan el fútbol como mafia en estado puro. Lo que hizo estos días pasados el público de San Mamés, ocultado por la tv de Roures, no deja lugar a dudas. Si a ello se añade la corrupción galopante de la UEFA y de la FIFA, nadie podrá ver el fútbol como un deporte limpio en décadas.

 

El principal corruptor, el Barça, es a Cataluña como el PSOE a España: el promotor y fomentador de la corrupción impune al mismo tiempo que acusa sin pruebas a los demás de los actos que ellos mismos cometían.

 

Como en el caso del PSOE, nadie avisado puede esperar que el Barça pague sus pecados, como nadie espera que los pague el PSOE que, como mucho, perderá las próximas elecciones y ahí acabará toda purga de sus excesos y corrupciones.

 

El arbitraje y el fútbol en España son el fiel reflejo de la sociedad que hemos creado donde imperan la corrupción y la impunidad de los delincuentes y donde la verdad tiene tan poco predicamento que prácticamente es un lujo inservible.

 

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