La presencia de etarras condenados y señalados con todo orgullo por el nacionalismo radical como candidatos a ediles vascos le ha explotado en la cara al socialismo español. Me recuerda aquel error del señor Aznar cuando se empeñó en imponer el dicterio sobre la autoría de las bombas en los trenes de Atocha para ETA a sabiendas que los responsables eran miembros activos de la guerra islámica contra occidente. El PP pasó de ser candidato a la mayoría absoluta a darle el gobierno a un Zapatero discutido entre los dirigentes de su propio partido. Y es que hay errores que sí hacen campaña electoral... 

Sr. Otegui. Le conozco. Compartimos Parlamento Vasco desde posiciones de máximo antagonismo. Ahí sigue, mandando y planificando su "patria". Esa que fue motivo e impulso para una sangría repugnante. Esa que se construye sobre los cadáveres y tullidos por el terrorismo. Que ahora miserables colaboracionistas quieren blanquear haciendo un totum revolutum con la memoria histórica. No la de la guerra incivil que pasó hace varias generaciones como pasaron las Carlistadas. Ese negro tiempo -longa noite de pedra- en que gentes como usted movían mandos para hacer explotar bombas o articular el movimiento de asesinos que eliminaban la disidencia democrática. Y tuvieron que dejar las armas. Por esos acontecimientos que pusieron por fin a toda la comunidad occidental a buscarles, capturarles y aplastarles. Entonces usted y otros gerifaltes decidieron cambiar el método. Y les costó lo suyo. Tuvo que refugiarse en la cárcel dónde estaba más seguro no fuera a sucederle lo que pasó con Pertur y Yoyes. Además contó con su amigo Iosu Ternera. Del que algún día alguien contará su verdadera historia y pertenencia.

Pero esos nombres en las listas para los ayuntamientos eran y son un mensaje para los más radicales, los que se sienten incómodos e inconformistas con sus pactos. La izquierda radical nacionalista quiere que se plantee de una vez por todas la independencia del País Vasco, no les llega con el acercamiento y salida de los presos a sus lugares del solar vasco. Les empiezan a ver como timoratos y esa historia fue la que sufrió el viejo PNV para dar lugar al nacimiento de ETA.

Lo ha calculado muy bien. Sabía que nunca iban a salir concejales. Pero la presencia en las listas electorales iba a desencadenar un crudo enfrentamiento en la sociedad española. Como sabía que los tribunales no le iban a sancionar tal presencia. Basta con el batiburrillo que se ha generado y que funciona como una pedrada en ojo de boticario, en este caso del partido que gobierna en España, incluso dando oxígeno al PP vasco que estaba muy alicaído.

Otegi, usted personalmente aspira a ser Lendakari. Ahora sí que el PNV debe estar preocupado. Pueden perder capitales y diputaciones. Mostrarse como un partido de derechas ante una sociedad vasca que se dará cuenta como la paz sin ETA ha traído el clásico debate derechas e izquierdas. Y eso en los círculos empresariales vascos debe estar creando inquietudes y búsqueda de soluciones. ¡La que ha conseguido armar. Es usted más incisivo que Sabino Arana y Xavier Arzalluz, juntos!

Veremos ahora cual será el socio del PSE en Navarra y en Euskadi, en esta última por la importancia que tienen los Gobiernos Forales -Diputaciones y Juntas Generales en los Territorios- Pues son depositarios de una parte muy importante de las competencias estatutarias y sería muy de temer que las Haciendas Forales cayeran en manos de Bildu. 

Hago memoria y me doy cuenta que Otegi es casi inmortal. Todos los que estábamos en aquella política vasca del contencioso y la violencia hemos desaparecido de tal escenario: Bandrés, Mayor Oreja, Iturgaiz, Jáuregui, Ardanza, Arzalluz, Madrazo, Garaicoechea, Oliveri, Kepa Aulestia. Sólo queda él.

No puedo entender que espacio tan revuelto y asambleario mantenga el mismo liderazgo que además lo sentimos más elevado sobre el resto que antes. Ahora no se nota si existe la Mesa Nacional o los dirigentes del sindicato LAB. Las únicas imágenes que percibimos son las del guipuzcoano de Elgóibar. Ese que se ríe del pasado y del presente. Ha sido miembro de una maldita procesión inquisitorial. La de esas sombras tenebrosas que han sembrado muerte , miedo y dolor. Lo peor es que algunos señoritos disfrazados de progres pretenden ya no que olvidemos, pretenden que justifiquemos su cruzada contra lo que señalaron como herejía. Todos los que no pensaban como ellos, al igual que sucedió en tiempos del Santo Oficio, eran condenados a muerte.

Y fueron derrotados. Pero hoy están presentes. Mientras que otros españoles no pueden regresar. Pues de las cárceles se sale. Pero de las tumbas, no. Así que podrán ser legales y legítimas esas listas que contienen asesinos. Lo que no serán nunca es herramienta para una sociedad mejor. Quien rinde culto a los asesinos muestra a las claras como en su pensamiento los considera hijos de su pueblo, esa aldea profunda con olor a sangre y goma dos.

Por todo lo dicho espero, deseo, exijo que los españoles que saben quienes son su padre y su madre, de cualquier aldea o parroquia, castiguen a esos sanchistas que compran silencios y papeletas con el dinero de todos, pero no han podido evitar a un Otegi que con una mano les apoya y con la otra les desprecia.