Sin complejos por el cambio
Una de las etapas más vergonzosas en la partitocracia ha sido la presencia de Podemos en el Gobierno de España. Han sembrado el odio. Han mostrado su indigencia cultural. Han facilitado la incorporación de quienes son partidarios para la disgregación de la nación más vieja de Europa o son mimbres que destruyeron violentamente la convivencia entre españoles sembrado muerte y miedo en nombre de unos histéricos derechos del pueblo vasco (?).
Los que aguantamos como rebeldes las amenazas. Los que pusimos nuestras vidas al servicio de la democracia y la dignidad. Los que sumamos voluntades en torno a la libertad. Los que pusimos los derechos fundamentales como bandera para una España que se desangraba en las Vascongadas. No nos merecemos que de forma artera se haya procedido a blanquear el término memoria histórica o democrática.
Muchas veces tuve que explicarlo. La política vasca no se movía en las mismas coordenadas que en el resto del Reino de España. No era una confrontación entre partidos conservadores y progresistas. Entre otras razones, por una muy grande. No hay nada más progresista que la libertad. Y ahí, con independencia del modelo para la sanidad o la economía, todos los que nos enfrentamos al nacionalismo vasco trasladamos a la sociedad ese grito que desde Ermua se convirtió en un tsunami. ¡Libertad!
A este periodo es al que debemos dedicar los trabajos historicistas para saber y poner en su lugar los acontecimientos de la auténtica memoria hist´rica dek siglo XXI. Lo del franquismo es como lo del carlismo. Son guerras inciviles que llenaron odio con muertes las tierras de España. Y ahí sí que hubo dos bandos. No así en el denominado contencioso vasco en el que los nacionalistas fundadores de la democracia cristiana pusieron la ideología y los "patriotas más a la izquierda" pusieron la gestión del terror.
Para mí y otros como yo, el cambio requiere terminar con lo dicho antes. Además no puedo admitir por conocimiento público o privado -Mesa de Ajuria Enea durante diez años- que fuera el Gobierno de Zapatero quien acabó con ETA. Lo que consiguió la "rendición" de ETA fue el cambio sustancial que se produce en la comunidad mundial occidental tras los sucesos del 11-S en Nueva York. Por cierto, sí debe formar parte de la memoria histórica cómo los nacionalistas presuntamente "moderados" trataron de impedir desde sus organizaciones de apoyo a Republicanos y Demócratas que los Estados Unidos de América colocaran al MLNV entre los grupos a perseguir y desmantelar como terroristas.
Fui testigo en los acontecimientos de Ermua. Aquel sábado de la gran manifestación en Bilbao para exigir la libertad de Miguel Ángel Blanco fue la última vez que estuvimos todos los demócratas vascos juntos. Arzalluz se quedó perplejo y muy preocupado. El pueblo, tanto en Ermua como en toda Euskadi, se sacudió el miedo y se echó a las calles en una revolución popular contra los asesinos y su ideología. Así que comenzaron a preparar la sustitución del Pacto de Ajuria Enea por el Pacto de Lizarra.
Santiago Abascal vivió todo lo que cuento. Su padre lo sabía. Su padre era un patriota amenazado e informado. A su padre le sentaron mal los arrumacos que en determinados momentos y tras lo de Ermua, dirigentes del PP hicieron con los nacionalistas vascos. Por eso, padre e hijo fundaron junto a otros españoles que en Cataluña vivieron algo parecido -Vidal Cuadras- Vox. Había que poner fin a los complejos de la derecha con sede en Madrid, que acudía a los funerales de los asesinados por ETA, pero luego -Álvarez Cascos- eran bien recibidos en Sabin Etxea para alcanzar esa mayoría parlamentaria que le dio el Gobierno de España a Aznar.
Llega Núñez Feijoo desde Galicia, de dónde era el primer Guardia Civil asesinado por ETA- Pardines, de Malpica- y tiene que gestionar no sólo el posible cambio contra el sanchismo. Ese que hizo de la política el arte de mentir para hacer en cada momento posible lo imposible, todo para mantenerse en el machito. Pues bien. Comparto el discurso que se sacude los complejos. Aquí y ahora se pacta con la derecha si con ello se logra expulsar al sanchismo y comienza una nueva etapa. Al menos, las listas electorales del PP son un claro síntoma de llevar caras y gestos nuevos a las Cortes. Al menos alguien ha visto que los pactos del PP con Vox no tienen que ser "autorizados" por los dirigentes del sanchismo. Además, no hay comparación posible. Vox es un partido constitucionalista y defensor para la Unidad del Reino de España, amén de estar dispuestos a promover cambios en la costosa e insostenible nómina de enchufados a la mamandurria con el presupuesto general que pagamos todos los españoles. Y ya no digamos terminar con ese odio sembrado por Podemos y cargado con los calificativos de machismo y fascismo para todo lo que no comulgue con el discurso de unas amazonas violentas y aferradas al sillón.
Como muchos españoles, espero y deseo. Que de esta vez llegue el cambio sin cortapisas y sin complejos. Que la unidad de España y el respeto a la Ley sean innegociables. Que podamos vivir con el orgullo de pertenecer a una gran nación que fue y debe seguir siendo la cuna de la Hispanidad.
A buen seguro que en la izquierda saben cómo viene el futuro que comienza el 23-J. De ahí los codazos y zancadillas para ir en las listas electorales y así garantizarse un sueldo público. Lo que también está garantizada es una revuelta sonada en la sede de Ferraz en Madrid, al día siguiente de las elecciones con la nueva mayoría. Veremos al gran actor salir de estampida con unos pocos amiguetes, pero echándole la culpa a los de Podemos.
Veremos a lo que queda de Podemos culpando a Yolanda Díaz de haber " dilapidado" la herencia que dejó Pablo Iglesias. El que buscó su salida hacia los caudales de un tal Roures en Cataluña.
Una de las etapas más vergonzosas en la partitocracia ha sido la presencia de Podemos en el Gobierno de España. Han sembrado el odio. Han mostrado su indigencia cultural. Han facilitado la incorporación de quienes son partidarios para la disgregación de la nación más vieja de Europa o son mimbres que destruyeron violentamente la convivencia entre españoles sembrado muerte y miedo en nombre de unos histéricos derechos del pueblo vasco (?).
Los que aguantamos como rebeldes las amenazas. Los que pusimos nuestras vidas al servicio de la democracia y la dignidad. Los que sumamos voluntades en torno a la libertad. Los que pusimos los derechos fundamentales como bandera para una España que se desangraba en las Vascongadas. No nos merecemos que de forma artera se haya procedido a blanquear el término memoria histórica o democrática.
Muchas veces tuve que explicarlo. La política vasca no se movía en las mismas coordenadas que en el resto del Reino de España. No era una confrontación entre partidos conservadores y progresistas. Entre otras razones, por una muy grande. No hay nada más progresista que la libertad. Y ahí, con independencia del modelo para la sanidad o la economía, todos los que nos enfrentamos al nacionalismo vasco trasladamos a la sociedad ese grito que desde Ermua se convirtió en un tsunami. ¡Libertad!
A este periodo es al que debemos dedicar los trabajos historicistas para saber y poner en su lugar los acontecimientos de la auténtica memoria hist´rica dek siglo XXI. Lo del franquismo es como lo del carlismo. Son guerras inciviles que llenaron odio con muertes las tierras de España. Y ahí sí que hubo dos bandos. No así en el denominado contencioso vasco en el que los nacionalistas fundadores de la democracia cristiana pusieron la ideología y los "patriotas más a la izquierda" pusieron la gestión del terror.
Para mí y otros como yo, el cambio requiere terminar con lo dicho antes. Además no puedo admitir por conocimiento público o privado -Mesa de Ajuria Enea durante diez años- que fuera el Gobierno de Zapatero quien acabó con ETA. Lo que consiguió la "rendición" de ETA fue el cambio sustancial que se produce en la comunidad mundial occidental tras los sucesos del 11-S en Nueva York. Por cierto, sí debe formar parte de la memoria histórica cómo los nacionalistas presuntamente "moderados" trataron de impedir desde sus organizaciones de apoyo a Republicanos y Demócratas que los Estados Unidos de América colocaran al MLNV entre los grupos a perseguir y desmantelar como terroristas.
Fui testigo en los acontecimientos de Ermua. Aquel sábado de la gran manifestación en Bilbao para exigir la libertad de Miguel Ángel Blanco fue la última vez que estuvimos todos los demócratas vascos juntos. Arzalluz se quedó perplejo y muy preocupado. El pueblo, tanto en Ermua como en toda Euskadi, se sacudió el miedo y se echó a las calles en una revolución popular contra los asesinos y su ideología. Así que comenzaron a preparar la sustitución del Pacto de Ajuria Enea por el Pacto de Lizarra.
Santiago Abascal vivió todo lo que cuento. Su padre lo sabía. Su padre era un patriota amenazado e informado. A su padre le sentaron mal los arrumacos que en determinados momentos y tras lo de Ermua, dirigentes del PP hicieron con los nacionalistas vascos. Por eso, padre e hijo fundaron junto a otros españoles que en Cataluña vivieron algo parecido -Vidal Cuadras- Vox. Había que poner fin a los complejos de la derecha con sede en Madrid, que acudía a los funerales de los asesinados por ETA, pero luego -Álvarez Cascos- eran bien recibidos en Sabin Etxea para alcanzar esa mayoría parlamentaria que le dio el Gobierno de España a Aznar.
Llega Núñez Feijoo desde Galicia, de dónde era el primer Guardia Civil asesinado por ETA- Pardines, de Malpica- y tiene que gestionar no sólo el posible cambio contra el sanchismo. Ese que hizo de la política el arte de mentir para hacer en cada momento posible lo imposible, todo para mantenerse en el machito. Pues bien. Comparto el discurso que se sacude los complejos. Aquí y ahora se pacta con la derecha si con ello se logra expulsar al sanchismo y comienza una nueva etapa. Al menos, las listas electorales del PP son un claro síntoma de llevar caras y gestos nuevos a las Cortes. Al menos alguien ha visto que los pactos del PP con Vox no tienen que ser "autorizados" por los dirigentes del sanchismo. Además, no hay comparación posible. Vox es un partido constitucionalista y defensor para la Unidad del Reino de España, amén de estar dispuestos a promover cambios en la costosa e insostenible nómina de enchufados a la mamandurria con el presupuesto general que pagamos todos los españoles. Y ya no digamos terminar con ese odio sembrado por Podemos y cargado con los calificativos de machismo y fascismo para todo lo que no comulgue con el discurso de unas amazonas violentas y aferradas al sillón.
Como muchos españoles, espero y deseo. Que de esta vez llegue el cambio sin cortapisas y sin complejos. Que la unidad de España y el respeto a la Ley sean innegociables. Que podamos vivir con el orgullo de pertenecer a una gran nación que fue y debe seguir siendo la cuna de la Hispanidad.
A buen seguro que en la izquierda saben cómo viene el futuro que comienza el 23-J. De ahí los codazos y zancadillas para ir en las listas electorales y así garantizarse un sueldo público. Lo que también está garantizada es una revuelta sonada en la sede de Ferraz en Madrid, al día siguiente de las elecciones con la nueva mayoría. Veremos al gran actor salir de estampida con unos pocos amiguetes, pero echándole la culpa a los de Podemos.
Veremos a lo que queda de Podemos culpando a Yolanda Díaz de haber " dilapidado" la herencia que dejó Pablo Iglesias. El que buscó su salida hacia los caudales de un tal Roures en Cataluña.











