Artículo de Inger Enkvist
La educación como campo de batalla de los nacionalismos en España
A propósito de este artículo, quiero reiterar que:
1. Está escrito para una revista de profesores de idiomas en Suecia (y por eso hay una introducción en sueco).
2. Fue escrito en 2003 y publicado en "Moderna Språk".
I en tidigare artikel, "Las lenguas como armas contra un Estado democrático – o el caso del catalán y del vasco", har Inger Enkvist, professor i spanska vid Lunds universitet, diskuterat hur den perifera nationalismen” i Spanien har använt regionalspråket för att "föra krig" mot övriga medborgare i det nya demokratiska Spanien. Skolorna har stått i centrum, och språkundervisningen har blivit det viktigaste politiska verktyget.
En países como Suecia, términos como "país", "nación" y "Estado" funcionan más o menos como sinónimos y no despiertan ninguna pasión, y esto también es cierto en bastantes países en Europa occidental. La palabra "región" se ve como descriptiva y no peyorativa. Tampoco se suele poner en cuestión la lengua común porque sirve de comunicación entre los habitantes, acostumbrados a servirse de ella en los contactos con otros habitantes por lo menos desde el siglo XIX cuando se generalizó la educación para todos, se desarrollaron las comunicaciones por carretera y ferrocarril y cobró importancia la prensa escrita. La industrialización y la urbanización también contribuyeron a unificar el país lingüísticamente. Sin embargo, en España este desarrollo fue relativamente lento en el siglo XIX, y la población siguió viviendo en regiones aisladas con poca comunicación entre ellas, siendo el aislamiento un factor importante para explicar el extendido analfabetismo (Oya Cámara 2001). Cuando la Constitución española de 1978 convirtió a España en un "Estado de autonomías", fue saludada no sólo como el final de una etapa de coerción y el comienzo de una etapa de libertad sino también como la solución del "problema nacional". Nadie previó que la Constitución se utilizara para fomentar los nacionalisimos periféricos, un fenómeno que ha cobrado tal importancia que el término "nacionalismo" ha llegado a tener ahora en España en primer lugar el sentido de "nacionalismo periférico" antiespañol. El método fundamental del nacionalismo es presentar la lengua autóctona como si fuera una persona, víctima de atropellos pasados, de echarle la culpa a un enemigo identificado, en este caso, a los castellanohablantes, y exigir "reparación". El uso de este método, basado en una combinación de demagogia e ignorancia,es facilitado por el control de los gobiernos autonómicos sobre la educación.
Según la Constitución de 1978, todos los españoles tienen el deber de saber el español y el derecho de utilizarlo. Además, tienen el derecho de usar su lengua autóctona, si la tienen. La Constitución más la ley LOGSE, promulgada en 1990, son los dos pilares en los que se basa la influencia de las comunidades autónomas sobre la educación. Según la LOGSE, el Ministerio de Educación y Cultura fija, para todos los escolares españoles, unos contenidos mínimos comunes que suponen el 55 % del contenido total en las Comunidades Autónomas con lengua propia y el 65 % en las otras. En otras palabras, el País Vasco, Cataluña y Galicia deciden libremente de casi la mitad de los contenidos. Además, el derecho de utilizar su lengua autóctona se ha llegado a interpretar como el derecho de utilizar ésta como lengua en la que se imparte la enseñanza, la "lengua vehicular", convirtiendo el español en "lengua extranjera". Finalmente, la LOGSE introdujo unos métodos de enseñanza como la investigación individual o en equipo, métodos que llevan a resultados más "locales" todavía. Para los docentes, la LOGSE introdujo unas consignas que se reconocen fácilmente en Suecia como el trabajar en equipo, participar a reuniones, documentar el trabajo e integrar en el aula también a alumnos con problemas personales muy serios.
Por todo esto, España ofrece a personas que se ven como demócratas, educadores y lingüistas un ejemplo, un estudio de caso, de lo que puede suceder cuando se da poder legal a personas que no aceptan el espírituo de los acuerdos a los que se ha llegado de manera democrática y que deciden servirse precisamente de la educación y en especial de las materias de Historia, Literatura y Lengua para sus fines. El historiador del arte Francisco Caja resume la situación de la mañera siguiente: "ni en el País Vasco ni en Cataluña se está enseñando Literatura, Lengua o Historia, sino que con el pretexto de enseñar Literatura, Lengua o Historia se está impartiendo formación política. Para el nacionalismo, la lengua es un hecho político trascendente /…/ llega a pervertir la enseñanza de esas disciplinas hasta unos límites insospechados. Las escuelas se han convertido en lugares de adoctrinamiento político, ahí donde gobierna el nacionalismo" (Leal 2001).
Historia y Literatura
La Real Academia de la Historia elaboró hace algunos años un informe, reproducido en muchos medios de comunicación, sobre la enseñanza de la Historia en España. Las críticas formuladas en el informe son muchas y van a la vez contra el nacionalismo y contra las nuevas modas pedagógicas más enfocadas en los métodos que en los resultados. Los historiadores se oponen a la tendencia a calificar de enseñanza de Historia a elementos que poco tienen que ver con la historia y constatan que la Historia se ha convertido en "historia local, discontinua y particularista". Los historiadores señalan que es una contradicción criticar el carácter supuestamente nacionalista de la historia que se enseñaba en España y reproducir ahora ese planteamiento en las diversas Comunidades Autónomas. Sin embargo, para los historiadores, lo peor es, como lo formula un catedrático, que "se resalta lo que nos separa, todo aquello que en el pasado nos ha enfrentado a unos con otros", lo cual no puede llevar a la paz social. En cierto manual de historia de Galicia se menciona a España sólo en tres ocasiones: la entrada en la UE, la guerra civil y la transición a la democracia. Dan un ejemplo: "todo lo acaecido en España en tiempos de la Segunda República, la guerra civil y el régimen de Franco, hasta 1975, se limita a 22 líneas, que ocupan una página del libro, en la que hay también una fotografía del Guernica de Picasso, otra del encuentro Franco-Hitler en Hendaya y, en la parte inferior, unas cuantas preguntas. Por el contrario, lo sucedido en Galicia desde la guerra civil hasta el presente ocupa una unidad didáctica, es decir más de veinte páginas". Del País Vasco, los historiadores comentan: "A los centros de enseñanza media del País Vasco, asisten alumnos formados en las ikastolas, en las que la historia que se enseña es de contenido parcial y tendencioso, inspirado en ideas nacionalistas favorecedoras del racismo y de la exclusión de cuanto signifiquen lazos comunes." Los historiadores se sorprenden también de la preocupación de los reformadores de la enseñanza española por dar a conocer a los alumnos las técnicas de investigación que utilizan los historiadores pero no los suecesos clave de la Historia. Se enseña a investigar la Historia sin haber enseñado primero a conocerla. Los historiadores creen que ello obedece a un "formalismo pedagógico". Se valoran los métodos y no los conocimientos. Concluyen los historiadores que el mayor peligro en esta ignorancia es que “facilita la tergiversación y el enfrentamiento” (Informe…2000).
Una profesora de Barcelona llama la atención sobre los resultados de esta política, diciendo que en su grupo de segundo de ESO (alumnos de unos 13 años) solamente tres de treinta alumnos sabían quién era Colón y de esos tres uno le dijo que Colón era "un tío que está puesto así al final de las Ramblas". En el campo de la Literatura suceden fenómenos similares: "En mi libro de texto de Literatura española de Bachillerato no existe Garcilaso, ni Quevedo, ni Góngora, ni Galdós, etc. La literatura sudamericana ni se nombra" (Leal 2001:1; Leal 2001:2).
Las lenguas regionales. Cataluña.
Las transferencias de poder de decisión y de presupuesto en el campo de la cultura y de la educación se han utilizado no para fines culturales generales sino para fomentar el uso de la lengua regional. En Cataluña se aprobó ya en 1979, el Estatuto de Autonomía de Cataluña donde se dice que la lengua propia es el catalán, y se especifica que el "idioma catalán es el oficial de Cataluña, así como también lo es el castellano, oficial en todo el Estado Español". Con eso se relega el español a un segundo lugar, se da a entender que no es la lengua propia en Cataluña, y eso a pesar de tener Cataluña además en 1979 a tantos castellanohablantes como catalanohablantes, siendo éstos casi siempre bilingües. Ya en 1983, los catalanes votaron una ley de "normalización lingüística" en la que se establece que el catalán y no el castellano es propio de las instituciones de Cataluña. En 1998, el Parlamento catalán vota una ley de "política lingüística" que consagra que "el catalán es la lengua de las instituciones de Cataluña y la que deben utilizar éstas" (Tercero Moreno 1999). Entre otras cosas, han de impartirse en catalán todas las asignaturas escolares. El español recibe el mismo trato que el inglés.
Los efectos de las leyes sobre la vida diaria se pueden seguir en la prensa. Si una familia castellanohablante se desplaza desde otro punto de España, es posible que le obliguen en Cataluña a matricular a su hijo como inmigrante. Hace poco, una profesora fue separada de parte de su servicio por haber dado a una alumna la prueba de la selectividad en español. Según las leyes españolas, todos los alumnos españoles tienen derecho a hacer la prueba en la lengua de su preferencia, pero en Cataluña el alumno tiene que solicitar de antemano los impresos en español, porque no están en las aulas, y el alumno siempre temerá que un profesor nacionalista lo evalúe con especial severidad. Hace poco, unos jóvenes nacionalistas impidieron que se celebrara en la Universidad de Barcelona un acto en el cual se iba a criticar al nacionalismo. Hubo pelea entre los asistentes – pero el Rector de la Universidad se solidarizó con los jóvenes. Este rector ha apoyado reiteradamente a los nacionalistas y sigue en su puesto a pesar de tener muchas sentencias en contra por parte del Tribunal Supremo de Justicia de Cataluña por no acatar los derechos lingüísticos acordados por la Constitución española (Leal 2000; Leal 2001:2). Tampoco dan fruto las protestas individuales como el no enviar a los hijos al colegio. Queda la emigración hacia otras autonomías, lo cual es exactamente lo que quieren las autoridades catalanas.
Ya que la enseñanza de la lengua regional se aprovecha para adoctrinar a los jóvenes, cada vez más los jóvenes sólo hablan catalán, desconocen la Historia de España y han aprendido a asociar lo español con lo fascista. En la primavera de 2001, el Rey y la ministra de cultura, Pilar del Castillo, intentaron subrayar la importancia de los conocimientos de la lengua española para la unidad del país, pero esta iniciativa fue criticada por casi todas las formaciones políticas de Cataluña. Todo lo que recuerda que Cataluña es parte de España se tilda de nacionalismo español o de actitud españolista, y se llama al español "lengua de dominio e imposición" (Par 2001).
Cataluña solía ser la región más culta de España, pero ahora fracaso escolar aumenta, y se señalan dos posibles razones de este fenómeno: el que los estudios se hagan sólo en catalán en una población a mitad castellanohablante junto con la introducción entusiasta de los nuevos métodos de trabajo de la LOGSE. En esta situación, muchos padres castellanoparlantes prefieren llevar a sus hijos a un colegio francés o alemán donde hay más orden y donde, si el hijo tiene que estudiar en otra lengua, aprenderá una de mayor difusión mundial (Albert 2001).
Por todo eso, es dramática la situación de los profesores no nacionalistas. Un profesor nos da una ilustración de la presión a la que están sometidos los profesores. Las autoridades catalanas sacaron hace algún año 728 plazas para un concurso de traslado del profesorado de segundario, un hecho que despertó, como es natural, un enorme interés entre los profesores. La comisión de selección debía atenerse a tres criterios: Los candidatos al traslado tenían que escribir una memoria sobre cómo habían aplicado la ley LOGSE y cómo habían contribuido a la normalización lingüística. En este caso también los profesores de Inglés, Francés, Alemán y de Lengua española tenían que contribuir a la expansión del Catalán. En otras palabras, la comisión podía valorar si eran nacionalistas o no los profesores por lo que escribían y cómo lo escribían, además de ver si eran entusiastas o no de las nuevas modas pedagógicas. A lo anterior se añadía una valoración de la práctica docente que corría a cargo de dos inspectores, especialistas en cualquier materia o nivel que debían valorar el uno "puntualidad, asistencia, dedicación y ponderación en el ejercicio profesional, capacidad de integración en las tareas colectivas" y el otro "el enfoque actualizado de la materia impartida y su disposición a la renovación pedagógica". El profesor termina su artículo diciendo que el "desconsuelo, la decepción del profesorado es tan inmensa que varios me dicen que no merece la pena, que abandonan, que todo esto es perder la dignidad. /…/ La degradación de la profesión es evidente" (Carrasco 2001).
Galicia
Galicia siempre ha sido una región pobre en la que la gente ha vivido de la pesca y de la agricultura, y donde la emigración ha sido una opción o una necesidad para los jóvenes. Los gallegos se han ido a Latinoamérica, en primer lugar a Cuba, a Venezuela y a Argentina, y a todos estos países los gallegos han llevado no la lengua gallega sino el español. El gallego ha sido una lengua hablada en el campo, utilizada para asuntos de la casa y de la agricultura. Las familias que han querido que los hijos prosperaran los han mandado a la ciudad donde la educación se ha hecho en español. Hasta hace poco, había poco nacionalismo gallego porque la gente estaba ocupada en sobrevivir. Ahora, los actos de defensa del gallego se multiplican.
Los gallegos no quieren ser menos que los catalanes y los vascos y también invierten dinero en tener televisión, prensa, editoriales y enseñanza en gallego. Hay artículos periodísticos ilustrados con dibujos en los que Galicia se ve como una isla, alejándose de la península. En los mítines nacionalistas, los oradores dicen estar en contra de la invasión de Galicia por parte de "España" y de los turistas, aunque no queda claro de qué se va a vivir en Galicia en el caso de que los partidos que estos oradores representan puedan imponer sus ideas.
Todo esto quiere decir que el hecho lingüístico se ha convertido en el tema político por excelencia. Cada vez más, la enseñanza se hace en gallego y, como en Cataluña, los docentes afirman que aumenta el fracaso escolar. Ya se ha comentado el contenido de los manuales de historia, pero también en la Geografía se da ahora más énfasis al Miño que al Guadalquivir. En la Universidad, el tema de la lengua es delicado. En Santiago de Compostela, una estudiante de Lund realizó hace algunos años un trabajo sobre el uso del gallego en la vida universitaria. En los departamentos de humanidades y de ciencias sociales, la gente desconfiaba, preguntando por qué y para qué quería ella saber su opinión sobre el uso del gallego, cómo se iba a publicar y qué gente había accedido a contestar a sus preguntas. Sólo en el departamento de Medicina contestaron sin problemas: los médicos y estudiantes hablaban en español entre ellos; leían artículos y libros de texto escritos en inglés; si tenían como paciente a una persona mayor del campo, usaban el gallego sin el más mínimo problema (Hansson1998).
El País Vasco
Los nacionalistas vascos están redefiniendo el término "vasco". Quieren que ya no sea como lo definen los diccionarios "el que viva en el País Vasco" sino que un vasco se defina como un nacionalista vasco y mejor si vascoparlante, y para lograr esta meta, es esencial una educación nacionalista. Las ikastolas, es decir las escuelas en las que se enseña el vasco, existían antes de 1978, pero conocen actualmente un auge con la transferencia de dinero del Estado a las Comunidades autónomas. El País Vasco dedica el dinero de educación y de cultura a convertir en vascófonos a los habitantes antes que a educarlos o a fomentar la investigación. Ya existen los primeros estudios de los nuevos errores de español que comenten estos estudiantes cada vez menos hispanohablantes. Las escuelas que dan la enseñanza en vasco reciben un fuerte apoyo económico del Gobierno vasco, y se dan generosas becas a los docentes para que estudien o se perfeccionen en vasco. Para los nombramientos, el que pueda demostrar que es vascoparlante, tiene más probabidad de obtener el cargo, que sea de profesor, policía, enfermera o médico.
En la Universidad de País Vasco, los profesores sienten miedo frente a la presión de los jóvenes que han pasado ya por una enseñanza primaria y secundaria nacionalista. No todos los profesores se atreven a enfrentarse con ellos. "Hay profesores que se hacen los ignorantes de lo que ocurre, viviendo en Euskadi como si vivieran en Suecia y nada de todo esto pasara", dice el profesor Mikel Iriondo Aranguren, quien también señala las semejanzas entre los jóvenes nacionalistas y el fascismo: ropa igual, insignias, banderas, su propia música, la tendencia a usar la violencia y a actuar en grupo. Además, cree, hay que mencionar lo que no se enseña a estos jóvenes: el valor de la convivencia, de la democracia, del Estatuto de autonomía, de la Constitución; y la distinción entre la violencia ilegítima y la legítima (Leal 2001:3). En el País Vasco, el ser profesor es una profesión de alto riesgo para los no nacionalistas.
Las otras comunidades
El comportamiento nacionalista de las autonomías históricas ha tenido como consecuencia que las otras autonomías están buscando "hechos diferenciales". Nadie quiere ser menos. Los resultados son que las autonomías exigen manuales escolares regionales. Algunos ejemplos: Los nacionalistas andaluces quieren que los niños andaluces calculen la distancia entre Sevilla y Granada y no la entre Barcelona y Madrid. Los nacionalistas canarios consideran inútil que los niños canarios aprendan algo sobre los ríos o los trenes, ya que en esa comunidad no hay ríos ni trenes. Además, quieren que se estudie en Literatura española un 50 % de autores canarios. En Valencia, los nacionalistas piden que la traducción del latín y del griego antiguo se haga al valenciano y no al español.
La lengua y la cultura española nunca se han encontrado en una situación histórica tan buena como hoy, y, aunque nada es perfecto, España es un Estado democrático como los otros países de Europa occidental, y la economía marcha mejor que nunca, y es precisamente ahora cuando una parte de los habitantes del País Vasco, de Cataluña y de Galicia quiere liberarsedel Estado español, apoyándose en la lengua regional y utilizando el marco de garantías obtenido a través del Estado Español que constituyen la Constitución y la adhesión a la Unión Europea. Es un tema de reflexión importante para todos y en particular para los profesores de idiomas el uso de los derechos y los recursos de un Estado democrático para fines que van en contra de él, y con la lengua y la educación como las armas principales.
1. Está escrito para una revista de profesores de idiomas en Suecia (y por eso hay una introducción en sueco).
2. Fue escrito en 2003 y publicado en "Moderna Språk".
I en tidigare artikel, "Las lenguas como armas contra un Estado democrático – o el caso del catalán y del vasco", har Inger Enkvist, professor i spanska vid Lunds universitet, diskuterat hur den perifera nationalismen” i Spanien har använt regionalspråket för att "föra krig" mot övriga medborgare i det nya demokratiska Spanien. Skolorna har stått i centrum, och språkundervisningen har blivit det viktigaste politiska verktyget.
En países como Suecia, términos como "país", "nación" y "Estado" funcionan más o menos como sinónimos y no despiertan ninguna pasión, y esto también es cierto en bastantes países en Europa occidental. La palabra "región" se ve como descriptiva y no peyorativa. Tampoco se suele poner en cuestión la lengua común porque sirve de comunicación entre los habitantes, acostumbrados a servirse de ella en los contactos con otros habitantes por lo menos desde el siglo XIX cuando se generalizó la educación para todos, se desarrollaron las comunicaciones por carretera y ferrocarril y cobró importancia la prensa escrita. La industrialización y la urbanización también contribuyeron a unificar el país lingüísticamente. Sin embargo, en España este desarrollo fue relativamente lento en el siglo XIX, y la población siguió viviendo en regiones aisladas con poca comunicación entre ellas, siendo el aislamiento un factor importante para explicar el extendido analfabetismo (Oya Cámara 2001). Cuando la Constitución española de 1978 convirtió a España en un "Estado de autonomías", fue saludada no sólo como el final de una etapa de coerción y el comienzo de una etapa de libertad sino también como la solución del "problema nacional". Nadie previó que la Constitución se utilizara para fomentar los nacionalisimos periféricos, un fenómeno que ha cobrado tal importancia que el término "nacionalismo" ha llegado a tener ahora en España en primer lugar el sentido de "nacionalismo periférico" antiespañol. El método fundamental del nacionalismo es presentar la lengua autóctona como si fuera una persona, víctima de atropellos pasados, de echarle la culpa a un enemigo identificado, en este caso, a los castellanohablantes, y exigir "reparación". El uso de este método, basado en una combinación de demagogia e ignorancia,es facilitado por el control de los gobiernos autonómicos sobre la educación.
Según la Constitución de 1978, todos los españoles tienen el deber de saber el español y el derecho de utilizarlo. Además, tienen el derecho de usar su lengua autóctona, si la tienen. La Constitución más la ley LOGSE, promulgada en 1990, son los dos pilares en los que se basa la influencia de las comunidades autónomas sobre la educación. Según la LOGSE, el Ministerio de Educación y Cultura fija, para todos los escolares españoles, unos contenidos mínimos comunes que suponen el 55 % del contenido total en las Comunidades Autónomas con lengua propia y el 65 % en las otras. En otras palabras, el País Vasco, Cataluña y Galicia deciden libremente de casi la mitad de los contenidos. Además, el derecho de utilizar su lengua autóctona se ha llegado a interpretar como el derecho de utilizar ésta como lengua en la que se imparte la enseñanza, la "lengua vehicular", convirtiendo el español en "lengua extranjera". Finalmente, la LOGSE introdujo unos métodos de enseñanza como la investigación individual o en equipo, métodos que llevan a resultados más "locales" todavía. Para los docentes, la LOGSE introdujo unas consignas que se reconocen fácilmente en Suecia como el trabajar en equipo, participar a reuniones, documentar el trabajo e integrar en el aula también a alumnos con problemas personales muy serios.
Por todo esto, España ofrece a personas que se ven como demócratas, educadores y lingüistas un ejemplo, un estudio de caso, de lo que puede suceder cuando se da poder legal a personas que no aceptan el espírituo de los acuerdos a los que se ha llegado de manera democrática y que deciden servirse precisamente de la educación y en especial de las materias de Historia, Literatura y Lengua para sus fines. El historiador del arte Francisco Caja resume la situación de la mañera siguiente: "ni en el País Vasco ni en Cataluña se está enseñando Literatura, Lengua o Historia, sino que con el pretexto de enseñar Literatura, Lengua o Historia se está impartiendo formación política. Para el nacionalismo, la lengua es un hecho político trascendente /…/ llega a pervertir la enseñanza de esas disciplinas hasta unos límites insospechados. Las escuelas se han convertido en lugares de adoctrinamiento político, ahí donde gobierna el nacionalismo" (Leal 2001).
Historia y Literatura
La Real Academia de la Historia elaboró hace algunos años un informe, reproducido en muchos medios de comunicación, sobre la enseñanza de la Historia en España. Las críticas formuladas en el informe son muchas y van a la vez contra el nacionalismo y contra las nuevas modas pedagógicas más enfocadas en los métodos que en los resultados. Los historiadores se oponen a la tendencia a calificar de enseñanza de Historia a elementos que poco tienen que ver con la historia y constatan que la Historia se ha convertido en "historia local, discontinua y particularista". Los historiadores señalan que es una contradicción criticar el carácter supuestamente nacionalista de la historia que se enseñaba en España y reproducir ahora ese planteamiento en las diversas Comunidades Autónomas. Sin embargo, para los historiadores, lo peor es, como lo formula un catedrático, que "se resalta lo que nos separa, todo aquello que en el pasado nos ha enfrentado a unos con otros", lo cual no puede llevar a la paz social. En cierto manual de historia de Galicia se menciona a España sólo en tres ocasiones: la entrada en la UE, la guerra civil y la transición a la democracia. Dan un ejemplo: "todo lo acaecido en España en tiempos de la Segunda República, la guerra civil y el régimen de Franco, hasta 1975, se limita a 22 líneas, que ocupan una página del libro, en la que hay también una fotografía del Guernica de Picasso, otra del encuentro Franco-Hitler en Hendaya y, en la parte inferior, unas cuantas preguntas. Por el contrario, lo sucedido en Galicia desde la guerra civil hasta el presente ocupa una unidad didáctica, es decir más de veinte páginas". Del País Vasco, los historiadores comentan: "A los centros de enseñanza media del País Vasco, asisten alumnos formados en las ikastolas, en las que la historia que se enseña es de contenido parcial y tendencioso, inspirado en ideas nacionalistas favorecedoras del racismo y de la exclusión de cuanto signifiquen lazos comunes." Los historiadores se sorprenden también de la preocupación de los reformadores de la enseñanza española por dar a conocer a los alumnos las técnicas de investigación que utilizan los historiadores pero no los suecesos clave de la Historia. Se enseña a investigar la Historia sin haber enseñado primero a conocerla. Los historiadores creen que ello obedece a un "formalismo pedagógico". Se valoran los métodos y no los conocimientos. Concluyen los historiadores que el mayor peligro en esta ignorancia es que “facilita la tergiversación y el enfrentamiento” (Informe…2000).
Una profesora de Barcelona llama la atención sobre los resultados de esta política, diciendo que en su grupo de segundo de ESO (alumnos de unos 13 años) solamente tres de treinta alumnos sabían quién era Colón y de esos tres uno le dijo que Colón era "un tío que está puesto así al final de las Ramblas". En el campo de la Literatura suceden fenómenos similares: "En mi libro de texto de Literatura española de Bachillerato no existe Garcilaso, ni Quevedo, ni Góngora, ni Galdós, etc. La literatura sudamericana ni se nombra" (Leal 2001:1; Leal 2001:2).
Las lenguas regionales. Cataluña.
Las transferencias de poder de decisión y de presupuesto en el campo de la cultura y de la educación se han utilizado no para fines culturales generales sino para fomentar el uso de la lengua regional. En Cataluña se aprobó ya en 1979, el Estatuto de Autonomía de Cataluña donde se dice que la lengua propia es el catalán, y se especifica que el "idioma catalán es el oficial de Cataluña, así como también lo es el castellano, oficial en todo el Estado Español". Con eso se relega el español a un segundo lugar, se da a entender que no es la lengua propia en Cataluña, y eso a pesar de tener Cataluña además en 1979 a tantos castellanohablantes como catalanohablantes, siendo éstos casi siempre bilingües. Ya en 1983, los catalanes votaron una ley de "normalización lingüística" en la que se establece que el catalán y no el castellano es propio de las instituciones de Cataluña. En 1998, el Parlamento catalán vota una ley de "política lingüística" que consagra que "el catalán es la lengua de las instituciones de Cataluña y la que deben utilizar éstas" (Tercero Moreno 1999). Entre otras cosas, han de impartirse en catalán todas las asignaturas escolares. El español recibe el mismo trato que el inglés.
Los efectos de las leyes sobre la vida diaria se pueden seguir en la prensa. Si una familia castellanohablante se desplaza desde otro punto de España, es posible que le obliguen en Cataluña a matricular a su hijo como inmigrante. Hace poco, una profesora fue separada de parte de su servicio por haber dado a una alumna la prueba de la selectividad en español. Según las leyes españolas, todos los alumnos españoles tienen derecho a hacer la prueba en la lengua de su preferencia, pero en Cataluña el alumno tiene que solicitar de antemano los impresos en español, porque no están en las aulas, y el alumno siempre temerá que un profesor nacionalista lo evalúe con especial severidad. Hace poco, unos jóvenes nacionalistas impidieron que se celebrara en la Universidad de Barcelona un acto en el cual se iba a criticar al nacionalismo. Hubo pelea entre los asistentes – pero el Rector de la Universidad se solidarizó con los jóvenes. Este rector ha apoyado reiteradamente a los nacionalistas y sigue en su puesto a pesar de tener muchas sentencias en contra por parte del Tribunal Supremo de Justicia de Cataluña por no acatar los derechos lingüísticos acordados por la Constitución española (Leal 2000; Leal 2001:2). Tampoco dan fruto las protestas individuales como el no enviar a los hijos al colegio. Queda la emigración hacia otras autonomías, lo cual es exactamente lo que quieren las autoridades catalanas.
Ya que la enseñanza de la lengua regional se aprovecha para adoctrinar a los jóvenes, cada vez más los jóvenes sólo hablan catalán, desconocen la Historia de España y han aprendido a asociar lo español con lo fascista. En la primavera de 2001, el Rey y la ministra de cultura, Pilar del Castillo, intentaron subrayar la importancia de los conocimientos de la lengua española para la unidad del país, pero esta iniciativa fue criticada por casi todas las formaciones políticas de Cataluña. Todo lo que recuerda que Cataluña es parte de España se tilda de nacionalismo español o de actitud españolista, y se llama al español "lengua de dominio e imposición" (Par 2001).
Cataluña solía ser la región más culta de España, pero ahora fracaso escolar aumenta, y se señalan dos posibles razones de este fenómeno: el que los estudios se hagan sólo en catalán en una población a mitad castellanohablante junto con la introducción entusiasta de los nuevos métodos de trabajo de la LOGSE. En esta situación, muchos padres castellanoparlantes prefieren llevar a sus hijos a un colegio francés o alemán donde hay más orden y donde, si el hijo tiene que estudiar en otra lengua, aprenderá una de mayor difusión mundial (Albert 2001).
Por todo eso, es dramática la situación de los profesores no nacionalistas. Un profesor nos da una ilustración de la presión a la que están sometidos los profesores. Las autoridades catalanas sacaron hace algún año 728 plazas para un concurso de traslado del profesorado de segundario, un hecho que despertó, como es natural, un enorme interés entre los profesores. La comisión de selección debía atenerse a tres criterios: Los candidatos al traslado tenían que escribir una memoria sobre cómo habían aplicado la ley LOGSE y cómo habían contribuido a la normalización lingüística. En este caso también los profesores de Inglés, Francés, Alemán y de Lengua española tenían que contribuir a la expansión del Catalán. En otras palabras, la comisión podía valorar si eran nacionalistas o no los profesores por lo que escribían y cómo lo escribían, además de ver si eran entusiastas o no de las nuevas modas pedagógicas. A lo anterior se añadía una valoración de la práctica docente que corría a cargo de dos inspectores, especialistas en cualquier materia o nivel que debían valorar el uno "puntualidad, asistencia, dedicación y ponderación en el ejercicio profesional, capacidad de integración en las tareas colectivas" y el otro "el enfoque actualizado de la materia impartida y su disposición a la renovación pedagógica". El profesor termina su artículo diciendo que el "desconsuelo, la decepción del profesorado es tan inmensa que varios me dicen que no merece la pena, que abandonan, que todo esto es perder la dignidad. /…/ La degradación de la profesión es evidente" (Carrasco 2001).
Galicia
Galicia siempre ha sido una región pobre en la que la gente ha vivido de la pesca y de la agricultura, y donde la emigración ha sido una opción o una necesidad para los jóvenes. Los gallegos se han ido a Latinoamérica, en primer lugar a Cuba, a Venezuela y a Argentina, y a todos estos países los gallegos han llevado no la lengua gallega sino el español. El gallego ha sido una lengua hablada en el campo, utilizada para asuntos de la casa y de la agricultura. Las familias que han querido que los hijos prosperaran los han mandado a la ciudad donde la educación se ha hecho en español. Hasta hace poco, había poco nacionalismo gallego porque la gente estaba ocupada en sobrevivir. Ahora, los actos de defensa del gallego se multiplican.
Los gallegos no quieren ser menos que los catalanes y los vascos y también invierten dinero en tener televisión, prensa, editoriales y enseñanza en gallego. Hay artículos periodísticos ilustrados con dibujos en los que Galicia se ve como una isla, alejándose de la península. En los mítines nacionalistas, los oradores dicen estar en contra de la invasión de Galicia por parte de "España" y de los turistas, aunque no queda claro de qué se va a vivir en Galicia en el caso de que los partidos que estos oradores representan puedan imponer sus ideas.
Todo esto quiere decir que el hecho lingüístico se ha convertido en el tema político por excelencia. Cada vez más, la enseñanza se hace en gallego y, como en Cataluña, los docentes afirman que aumenta el fracaso escolar. Ya se ha comentado el contenido de los manuales de historia, pero también en la Geografía se da ahora más énfasis al Miño que al Guadalquivir. En la Universidad, el tema de la lengua es delicado. En Santiago de Compostela, una estudiante de Lund realizó hace algunos años un trabajo sobre el uso del gallego en la vida universitaria. En los departamentos de humanidades y de ciencias sociales, la gente desconfiaba, preguntando por qué y para qué quería ella saber su opinión sobre el uso del gallego, cómo se iba a publicar y qué gente había accedido a contestar a sus preguntas. Sólo en el departamento de Medicina contestaron sin problemas: los médicos y estudiantes hablaban en español entre ellos; leían artículos y libros de texto escritos en inglés; si tenían como paciente a una persona mayor del campo, usaban el gallego sin el más mínimo problema (Hansson1998).
El País Vasco
Los nacionalistas vascos están redefiniendo el término "vasco". Quieren que ya no sea como lo definen los diccionarios "el que viva en el País Vasco" sino que un vasco se defina como un nacionalista vasco y mejor si vascoparlante, y para lograr esta meta, es esencial una educación nacionalista. Las ikastolas, es decir las escuelas en las que se enseña el vasco, existían antes de 1978, pero conocen actualmente un auge con la transferencia de dinero del Estado a las Comunidades autónomas. El País Vasco dedica el dinero de educación y de cultura a convertir en vascófonos a los habitantes antes que a educarlos o a fomentar la investigación. Ya existen los primeros estudios de los nuevos errores de español que comenten estos estudiantes cada vez menos hispanohablantes. Las escuelas que dan la enseñanza en vasco reciben un fuerte apoyo económico del Gobierno vasco, y se dan generosas becas a los docentes para que estudien o se perfeccionen en vasco. Para los nombramientos, el que pueda demostrar que es vascoparlante, tiene más probabidad de obtener el cargo, que sea de profesor, policía, enfermera o médico.
En la Universidad de País Vasco, los profesores sienten miedo frente a la presión de los jóvenes que han pasado ya por una enseñanza primaria y secundaria nacionalista. No todos los profesores se atreven a enfrentarse con ellos. "Hay profesores que se hacen los ignorantes de lo que ocurre, viviendo en Euskadi como si vivieran en Suecia y nada de todo esto pasara", dice el profesor Mikel Iriondo Aranguren, quien también señala las semejanzas entre los jóvenes nacionalistas y el fascismo: ropa igual, insignias, banderas, su propia música, la tendencia a usar la violencia y a actuar en grupo. Además, cree, hay que mencionar lo que no se enseña a estos jóvenes: el valor de la convivencia, de la democracia, del Estatuto de autonomía, de la Constitución; y la distinción entre la violencia ilegítima y la legítima (Leal 2001:3). En el País Vasco, el ser profesor es una profesión de alto riesgo para los no nacionalistas.
Las otras comunidades
El comportamiento nacionalista de las autonomías históricas ha tenido como consecuencia que las otras autonomías están buscando "hechos diferenciales". Nadie quiere ser menos. Los resultados son que las autonomías exigen manuales escolares regionales. Algunos ejemplos: Los nacionalistas andaluces quieren que los niños andaluces calculen la distancia entre Sevilla y Granada y no la entre Barcelona y Madrid. Los nacionalistas canarios consideran inútil que los niños canarios aprendan algo sobre los ríos o los trenes, ya que en esa comunidad no hay ríos ni trenes. Además, quieren que se estudie en Literatura española un 50 % de autores canarios. En Valencia, los nacionalistas piden que la traducción del latín y del griego antiguo se haga al valenciano y no al español.
La lengua y la cultura española nunca se han encontrado en una situación histórica tan buena como hoy, y, aunque nada es perfecto, España es un Estado democrático como los otros países de Europa occidental, y la economía marcha mejor que nunca, y es precisamente ahora cuando una parte de los habitantes del País Vasco, de Cataluña y de Galicia quiere liberarsedel Estado español, apoyándose en la lengua regional y utilizando el marco de garantías obtenido a través del Estado Español que constituyen la Constitución y la adhesión a la Unión Europea. Es un tema de reflexión importante para todos y en particular para los profesores de idiomas el uso de los derechos y los recursos de un Estado democrático para fines que van en contra de él, y con la lengua y la educación como las armas principales.