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Domingo, 23 de Julio de 2023 Tiempo de lectura:
Articulistas de La Tribuna analizan los resultados electorales

El triunfo de la oclocracia, el desencanto y el gran fracaso de Feijóo

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Los resultados que se conocen de las elecciones generales celebradas en España revelan un país prácticamente dividido en dos bloques ideológicos: uno de ellos representado por la extrema-izquierda del PSOE y sus socios golpistas y filoterroristas, el otro, aglutinando sin demasiado éxito el voto conservador que se encapsula en el PP y Vox. A la hora de escribir estas líneas, resulta prácticamente imposible augurar la formación de un nuevo Gobierno de ningún tipo, pero ya se pueden marcar algunas tendencias. “Hay dos cosas indecentes que condicionan estas elecciones: la fecha de convocatoria y la infame gestión del voto por correo. No obstante, la gente está hasta la coronilla de este Gobierno de oclócratas (muchedumbres incultas), donde la ética y la justicia brillan por su ausencia. Esto no puede terminar bien. Ha existido una promoción del odio entre la gente y eso se paga más pronto que tarde”, explica Francisco Hervás Maldonado, escritor y analista político.

 

En esta misma línea crítica, el escritor y comentarista político Carlos Astiz, autor de R de resistencia, señala que “la sospecha de fraude, en el voto por correo y en el voto desde el extranjero, se extiende gracias a la falta de escrúpulos que ha demostrado este gobierno y sus amigos, en la dirección de Correos y de Indra, contaminando el recuento. La victoria del PP  es menos contundente de lo esperado frente a un bloque de la coalición gobernante que parece que no podrá repetir. Sumar no ha conseguido movilizar a los votantes de la extrema izquierda, molestos con la traición de Yolanda Díaz a los camaradas que la auparon y con la "ley del solo sí es sí" de la que es responsable todo el gobierno PSOE -Sumar-Podemos. El avance de Vox con respecto a los sondeos previos, a pesar de la persecución de los grandes medios de comunicación, es muy meritorio y demuestra que una parte creciente de los electores sabe que la disyuntiva es futuro o Agenda 2030; que la alternativa está entre la soberanía nacional o la sumisión a los que quieren hundirnos. El PP tiene que mostrar su cara real y acordar una coalición con Vox, o echarse en brazos de Sánchez, traicionando a sus votantes que se tragaron lo del voto útil”.

 

Por su parte, la articulista y analista política Marta González Isidoro explica que “los primeros datos que nos llegan, con el 33% de los votos escrutados, apuntan a un empate técnico entre el PP y el PSOE. Posiblemente a lo largo de la noche veremos una victoria muy ajustada del bloque de la derecha (PP y VOX), y que se va a definir en un puñado de provincias. Pero estos comicios también nos ofrecen resultados interesantes que, hasta cierto punto, son una muestra sociológica de lo que ha cambiado nuestro país en los últimos años. Que el Partido Popular no haya arrasado después del gobierno del PSOE debería hacer reflexionar al liderazgo del Partido Popular y de Vox, pero también a los ciudadanos como sociedad. Es la paradoja de un sistema político que prioriza el sentimiento frente a la gestión y penaliza el talento encumbrando la mediocridad”. O, lo que es lo mismo, en palabras del escritor Winston Galt, autor la novela distópica Frío Monstruo: “España legitima el sanchismo. Respalda el socialcomunismo y permite la destrucción de la sociedad y la división de la nación”.

 

Más allá de todas las opiniones y análisis, hay un dato claro que destaca el escritor Sergio Fernández Riquelme, autor de ¡Viva España!: Cómo Vox impulsa una nueva derecha: “Los liberales nunca aprenden. Esto es un fracaso del PP y Vox. El bloque de derecha no suma, no obtiene la mayoría absoluta y permanece la posibilidad de que Pedro Sánchez pueda volver a ser presidente del Gobierno”.

 

En la misma línea, el profesor Pedro Chacón, autor de Sabino Arana: Padre del supremacismo vasco, opina que "va a ser  difícil, tras una legislatura tan calamitosa como la que hemos tenido con Pedro Sánchez y su recua de apoyos multiculturalistas, volver a ver otra ocasión como la que hemos visto, en que las expectativas acumuladas de cambio de gobierno, por una gran parte de la población, sean defraudadas de esta manera tan rotunda y lamentable. Se nos viene encima una especie de pesadilla en forma de legislatura Frankenstein segunda parte, pero ahora más ajustada todavía de lo que era la anterior, por lo que será más difícil de gestionar debido a las exigencias redobladas que van a plantear ahora los partidos anticonstitucionalistas, ya desde la propia investidura. Es por eso que la posibilidad de que vayamos a elecciones de nuevo en un corto periodo de tiempo queda, a partir de este momento, completamente abierta. Que Dios nos pille confesados".

 

En esta misma línea de pensamiento, el profesor y escritor Pedro Carlos González Cuevas, autor del ensayo Vox: entre el liberalismo conservador y la derecha identitaria y de una reciente y monumental Historia de la Derecha Española, se muestra rotundo: “Ahora mismo, según lo que se puede ver, lo que llama la atención es la estupidez de la encuestas y lo artificial del liderazgo de Feijóo. También la bajada de Vox, víctima de las campañas de la propia derecha. Y se confirma la hegemonía ideológica de la izquierda. Y la necesidad de una acción cultural efectiva para destruir esta hegemonía por parte de la derecha. El gran derrotado ahora mismo es Feijóo.”

 

Manuel Ignacio Cabezas González, analista político y profesor universitario, por el contrario, cree que “con el escrutinio todavía en curso, y con un porcentaje aún bajo, tampoco se puede prever ni la tendencia ni el resultado final. Ahora bien, lo lógico y razonable es pensar y prever que los votantes no han cambiado de opinión desde el 28M. No se han producido acontecimientos que hayan hecho cambiar de opinión a los votantes. Por eso, creo que los votantes darán la puntilla al ególatra de la Moncloa, al ejercicio discrecional del Gobierno Frankenstein y al ‘sanchismo’”.

 

El articulista Francisco López cree también que nos hallamos en una situación de "Frankenstein 2.0. pero en manos de los pirados de Junts. Error garrafal de Feijoo que para repetir Andalucia necesitaba en las encuestas un Vox fuerte que 'asustara' para entonces si ser voto util. Y en Vox que en estas elecciones renuncia a la trasversalidad y termina siendo un partido muy conservador. En el País Vasco y Navarra, lo esperado."

 

Guillermo Mas Arellano, uno de los más jóvenes y brillantes articulistas españoles, autor de La traición de los europeos, lo tiene claro: “España escoge el bloqueo ante el vértigo electoral. Ninguna propuesta política resulta convincente o ilusionante. El bloque de la derecha liberal ha sufrido las consecuencias de sus mentiras, su modelo de recortes y la retórica infantil. El bloque de izquierda podría tratar de revalidar un Gobierno hecho de residuos tumescentes tras frenar con astucia mediática la sangría iniciada en las elecciones regionales. Cataluña en mayor medida, y Andalucía de manera más modesta, han dado al traste con unas encuestas hipertrofiadas. Por una vez el CIS tuvo razón. Lo más probable: una repetición electoral en la que el bipartidismo se revitalizará aún más. Lo más relevante, a pesar de todo: el crecimiento de la abstención y la ausencia de un proyecto claro de país en las urnas, en el marco de la partidocracia alejada del pueblo. Cada vez es más evidente para los españoles que la solución a nuestros problemas no va a llegar en las urnas, y esa sí que es una noticia positiva”.

 

El colofón de esta triste historia de oclocracia y desencanto lo pone el escritor y analista político Ernesto Ladrón de Guevara, autor del ensayo Totalitarismo linguístico: “El objetivo en estas elecciones ha sido dejar a Vox fuera de juego, porque está fuera del juego de esas plutocracias que nos gobiernan desde la sombra. No está claro que no vuelva a gobernar Sánchez con el enjuague de los partidos de la ensalada de siglas. Hay demasiados indicios de que para todo ello se haya realizado una ingeniería de control electoral con un déficit más que notable de transparencia y de limpieza”.

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