Cuando “The New York Times” creía en los gigantes
![[Img #4992]](upload/img/periodico/img_4992.jpg)
Existen descubrimientos que, por motivos no del todo claros, se almacenan en el olvido del conocimiento humano. Estos hallazgos pueden arrojar luz sobre el pasado lejano de la humanidad, sin embargo, están envueltos en niebla y con muchas líneas de tiempo contradictorias.
La siguiente historia parece añadir un elemento importante a la teoría de que, en un tiempo remoto, una raza de hombres gigantes habitaba el planeta Tierra. Una peculiar historia que se produjo hace un siglo, una historia que por un lado confirma la existencia de gigantes y que, por otro lado, podría erosionar el sentimiento de muchos, ya que según ella existiría una arqueología prohibida que podría revelar a la humanidad la verdadera historia de su evolución.
En mayo de 1912, un equipo de arqueólogos del Beloit College en los EE.UU., en una excavación realizada en el lago Delavan en Wisconsin, descubrió más de doscientos montículos que fueron considerados como un ejemplo clásico de la cultura Woodland, una cultura que se cree pertenece al prehistórico americano y que se remonta al primer milenio antes de Cristo.
Pero lo que sorprendió a algunos de los investigadores fue el descubrimiento de 18 esqueletos de tamaño enorme y cráneos alargados; descubrieron que no encajaba en absoluto con las nociones clásicas que figuran en los libros de texto. Los esqueletos eran realmente enormes y, aunque tenían rasgos humanos, no podían pertenecer a los seres humanos normales.
La noticia tuvo un gran eco y causo un gran revuelo, tanto es así que The New York Times informó de la noticia en sus páginas. Tal vez, en esos días, había más libertad y menos miedo de los descubrimientos que pueden cambiar las creencias científicas bien establecidas basadas únicamente en teorías. Así escribe el columnista del artículo de The New York Times publicado 11 de febrero de 1912.
"El descubrimiento de varios esqueletos humanos mientras se excavaba una colina en el Lago Delevan indica que una raza de hombres hasta ahora desconocida una vez habito en el sur de Wisconsin. [ ... ]. Las cabezas, presumiblemente de estos hombres, son mucho más grandes que las cabezas de cualquier raza que habita America hoy en día.
El cráneo parece estirarse hacia atras inmediatamente encima de las cuencas de los ojos y los huesos de la nariz sobresalen muy por encima de los pómulos. Las mandíbulas parecen ser largas y puntiagudas [ ... ]."
![[Img #4993]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/img/periodico/img_4993.jpg)
La descripción de los cráneos proporcionada por The New York Times recuerda mucho a la forma de los esqueletos recientemente descubiertos en un antiguo enterramiento en México. con la diferencia que aquí estamos tratando con individuos de más de tres metros. ¿Quiénes eran ellos, y por qué no hay ni rastro de esto en la historia oficial que nos enseñaron en la escuela?
¿Estos gigantes humanos vivieron en nuestro planeta, y en cualquier caso, pertenecen a la raza humana? ¿Esto puede ser un antiguo asentamiento de los antiguos humanos, supervivientes de la tragedia de la Atlántida? ¿O fueron seres de otros mundos que corroboran la teoría de los antiguos astronautas? Es difícil de decir.
150 años de descubrimientos
Estos esqueletos de los gigantes del Lago Delevan no eran una novedad en la arqueología americana. Hurgando en las barras laterales de los periódicos, parece que el hallazgo de Wisconsin es sólo uno de docenas de hallazgos similares reportados por los medios locales. El primer archivo de noticias se remonta a 1856, reportados en un artículo de fecha 21 de noviembre del mismo The New York Times.
"Hace un par de días, algunos trabajadores han descubierto en el sótano del viñedo Wickan del sheriff, en el este de Wheeling, Illinois, un esqueleto humano. Algo en ruinas, era difícil identificar la posición de los huesos, que parecen tener la longitud del cuerpo humano normal en su posición original. Lo que más impresionó al sheriff y a los trabajadores fue el tamaño del esqueleto, que asciende a unos once pies (tres metros y medio). Tenía la mandíbula y los dientes casi tan grandes como los de un caballo."
12 años más tarde, en 1868, el día de Navidad, el NYT da otra noticia de gigantes. Algunos trabajadores de la compañía Sank Rapid Water Power se dedicaban a las excavaciones para la construcción de una presa para la producción de energía hidroeléctrica a lo largo del río Mississippi. Durante el trabajo, los trabajadores desenterraron los restos de un esqueleto humano incrustado en una gigantesca roca de granito.
"La tumba era de unos 3.6 metros de largo, 1.2 metros de ancho y 1 metros de profundidad. Los restos del humano gigante están completamente petrificados. La cabeza es masiva, las medidas de 80 centimetros de circunferencia, pero con una frente muy baja, y muy plana en la parte superior. La altura total del misterioso individuo es de igual a unos 3 metros con 40 centímetros".
El 8 de septiembre de 1871, The New York Times informa de otros esqueletos gigantes descubiertos durante los trabajos de excavación en Petersburg, Virginia.
"Los trabajadores que participan en los trabajos de la vía férrea, se encontraron con una tumba que contenía los esqueletos de los que se cree fueron los nativos americanos de una época pasada y una raza humana perdida y olvidada. Los cuerpos exhumados eran de formación extraña y notable. [ ... ] . El fémur es mucho más largo que el de los individuos humanos normales, la estatura del cuerpo es, probablemente, tan grande como 2.5 metros y 3 metros".
El 10 de agosto de 1880, el artículo del NYT menciona la información del Harrisburg (Penn) Telegraph, en el que muestra un extracto de un informe preparado el 24 de mayo 1798 por el juez Atlee siguendo un extraño descubrimiento.
"... estando en Hanover en compañía con el jefe McKean, el juez Bryan, Mr. Burd, y otros, caballeros respetables, nos fuimos a la propiedad del señor Neese, donde nos mostraron el lugar cerca de su casa hace varios años en los que se encontraron dos esqueletos humanos. Los esqueletos tenían alrededor de 2.5 metros de largo".
El 25 de mayo 1882, NYT informa de la noticia de un descubrimiento similar en St. Paul, Minnesota.
"Un esqueleto de dimensiones heroicas y forma singular fue descubierta durante la excavación de una colina en el valle del río Rojo. [.... ]. El cráneo en cuestión era el único perfecto, y cerca de él se encontraron algunos huesos del cuerpo anormalmente grandes. El hombre que lo llevó era, evidentemente, un gigante."
El 20 de diciembre de 1897, The New York Times informa del primer descubrimiento de los gigantes que tuvieron lugar en Wisconsin, cerca de Maple Creek. Se descubrieron tres colinas funerarias, una de las cuales estaba abierta, dejando al descubierto su misterioso contenido: el esqueleto de un hombre gigante. La estatura del ser era casi de tres metros, y su estado de conservación casi perfecto.
El 11 de febrero 1902 se muestra la noticia de una expedición arqueológica en un sitio en Nuevo México, donde se encontraron algunos esqueletos humanos gigantes.
"Debido al descubrimiento de los restos de una raza de gigantes en Guadalupe, anticuarios y arqueólogos están preparando una adicional expedición para explorar la región. Esta determinación se basa en la emoción que existe entre la gente de un ámbito del país cerca de Mesa Rico, a unos 200 km al sureste de Las Vegas, donde se ha descubierto un antiguo cementerio que ha dado esqueletos de enormes dimensiones.
Luiciana Quintana, en cuyo rancho el lote del antiguo cementerio se encuentra, descubrió dos piedras que llevaban curiosas inscripciones, y debajo de ellos fueron encontrados en las excavaciones de poca profundidad los huesos de un armazón que no podría haber sido de al menos de 3,6 metros de longitud. Los hombres que abrieron la tumba dicen que el antebrazo era de 1,2 metros de largo y que una mandíbula muy bien conservada de los dientes inferiores iban desde el tamaño de una nuez de nogal a la de la más grande nuez en tamaño.
Quintana, quien ha descubierto muchos otros lugares de enterramiento, expresa la opinión de que tal vez se encuentren miles de esqueletos de una raza de gigantes hace mucho tiempo extinta. Esta suposición se basa en las tradiciones transmitidas desde principios de la invasión española que han detallado el conocimiento de la existencia de una raza de gigantes que habitaron las llanuras de lo que hoy es el este de Nuevo México. Leyendas de los indios y los tallados también en la misma sección indican la existencia de tal raza”.
Pero The New York Times no es el único periódico que lidió con los gigantes. Algunos periódicos informaron de la noticia de los gigantes del siglo como The Sun, 1893, New Age Magazine en 1913, Popular Science en 1932, el San Antonio Express 1940.
James Vieira, un investigador independiente, desde hace casi veinte años, y antes de la llegada de Internet, ha recopilado miles de referencias e informes de prensa sobre los hallazgos de los gigantes, en lo profundo de los archivos de The New York Times, Smithsonian Ethnology Reports, American Antiquarian, y la revista Scientific American, descubriendo que la mayoría de estos hallazgos están prácticamente ocultos a la opinión pública.
Entre los descubrimientos notables de Vieira, hay una foto desenterrada en los archivos de los Reportes Etnológicos del Instituto Smithsonian, tomada durante una conferencia del profesor McGee, en el que se ve un esqueleto de estatura gigante de cerca de 2.5 metros de altura, y que luego fue vendido al Institución Smithsonian.
El gigante fue encontrado en una cueva cerca de San Diego, California, por un grupo de buscadores de oro, de acuerdo con el expositor. Sobre la cabeza, había restos de una capucha de cuero que parecía haber sido parte de una mortaja. El alargado cuerpo demacrado se irguió en un gran ataúd estrecho de tres metros de largo. Un pedazo de la piel seca del gigante se retiró y cuando se probó en el laboratorio químico del Smithsonian concluyeron de que estaba hecha de una sustancia similar a la gelatina.
El denominado gigante de San Diego pertenecería a la llamada cultura de Mounds Builders (literalmente constructores de montículos), un antiguo pueblo de América del Norte que vivió hace unos 5.000 años, en un período anterior de la historia del Antiguo Egipto y todas sus dinastías.
Según algunos teóricos de la conspiración, el Institución Smithsonian compró los esqueletos con la intensión de evitar el conocimiento del público de éstos. Pero ¿por qué?, ¿por qué debería haber un encubrimiento masivo de todos estos descubrimientos?
Según Vieira, el razonamiento es muy simple: la necesidad de mantener como válida la teoría de la evolución de Darwin, que explica bien la evolución normal de todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, a partir de formas simples a formas más complejas.
El problema es que estos esqueletos, en relación con el ser humano, no obstante, muestran una involución, ya que la complejidad de los fósiles gigantes encontrados es particularmente evidente. ¿Cómo colocar a estos gigantes humanos en la escala de la evolución humana? ¿Esto puede ser suficiente motivación para eliminar los artefactos que podrían arrojar luz sobre el pasado distante del hombre?
Según los teóricos de los Antiguos Humanos residentes de la mítica Atlántida fueron los famosos gigantes que también se mencionan en la Biblia, como Sanson y Goliat. Algunos sobrevivientes de la destrucción de la antigua civilización de la Atlántida podrían entonces haber preparado el escenario para la creación de nuestra especie y nuestra civilización. Tal vez esta es la historia que desean mantener oculta ¿Y por qué? ¿Quizas por qué el evento catastrófico que destruyó la Atlántida podría destruirnos, tarde o temprano, también?
En el análisis final, hay los que asumen que los esqueletos gigantes no pertenecen a la especie humana, sino que son los cuerpos de los Antiguos Astronautas que habitaron nuestro planeta. En este sentido, el encubrimiento sería atribuible a una estrategia más amplia que quiere ocultar la existencia de extraterrestres a la humanidad. Sin embargo, el estudio de los restos de gigantes, tales como los de la Atlántida, por una razón u otra, sigue siendo tema tabú para la comunidad científica.
Existen descubrimientos que, por motivos no del todo claros, se almacenan en el olvido del conocimiento humano. Estos hallazgos pueden arrojar luz sobre el pasado lejano de la humanidad, sin embargo, están envueltos en niebla y con muchas líneas de tiempo contradictorias.
La siguiente historia parece añadir un elemento importante a la teoría de que, en un tiempo remoto, una raza de hombres gigantes habitaba el planeta Tierra. Una peculiar historia que se produjo hace un siglo, una historia que por un lado confirma la existencia de gigantes y que, por otro lado, podría erosionar el sentimiento de muchos, ya que según ella existiría una arqueología prohibida que podría revelar a la humanidad la verdadera historia de su evolución.
En mayo de 1912, un equipo de arqueólogos del Beloit College en los EE.UU., en una excavación realizada en el lago Delavan en Wisconsin, descubrió más de doscientos montículos que fueron considerados como un ejemplo clásico de la cultura Woodland, una cultura que se cree pertenece al prehistórico americano y que se remonta al primer milenio antes de Cristo.
Pero lo que sorprendió a algunos de los investigadores fue el descubrimiento de 18 esqueletos de tamaño enorme y cráneos alargados; descubrieron que no encajaba en absoluto con las nociones clásicas que figuran en los libros de texto. Los esqueletos eran realmente enormes y, aunque tenían rasgos humanos, no podían pertenecer a los seres humanos normales.
La noticia tuvo un gran eco y causo un gran revuelo, tanto es así que The New York Times informó de la noticia en sus páginas. Tal vez, en esos días, había más libertad y menos miedo de los descubrimientos que pueden cambiar las creencias científicas bien establecidas basadas únicamente en teorías. Así escribe el columnista del artículo de The New York Times publicado 11 de febrero de 1912.
"El descubrimiento de varios esqueletos humanos mientras se excavaba una colina en el Lago Delevan indica que una raza de hombres hasta ahora desconocida una vez habito en el sur de Wisconsin. [ ... ]. Las cabezas, presumiblemente de estos hombres, son mucho más grandes que las cabezas de cualquier raza que habita America hoy en día.
El cráneo parece estirarse hacia atras inmediatamente encima de las cuencas de los ojos y los huesos de la nariz sobresalen muy por encima de los pómulos. Las mandíbulas parecen ser largas y puntiagudas [ ... ]."
La descripción de los cráneos proporcionada por The New York Times recuerda mucho a la forma de los esqueletos recientemente descubiertos en un antiguo enterramiento en México. con la diferencia que aquí estamos tratando con individuos de más de tres metros. ¿Quiénes eran ellos, y por qué no hay ni rastro de esto en la historia oficial que nos enseñaron en la escuela?
¿Estos gigantes humanos vivieron en nuestro planeta, y en cualquier caso, pertenecen a la raza humana? ¿Esto puede ser un antiguo asentamiento de los antiguos humanos, supervivientes de la tragedia de la Atlántida? ¿O fueron seres de otros mundos que corroboran la teoría de los antiguos astronautas? Es difícil de decir.
150 años de descubrimientos
Estos esqueletos de los gigantes del Lago Delevan no eran una novedad en la arqueología americana. Hurgando en las barras laterales de los periódicos, parece que el hallazgo de Wisconsin es sólo uno de docenas de hallazgos similares reportados por los medios locales. El primer archivo de noticias se remonta a 1856, reportados en un artículo de fecha 21 de noviembre del mismo The New York Times.
"Hace un par de días, algunos trabajadores han descubierto en el sótano del viñedo Wickan del sheriff, en el este de Wheeling, Illinois, un esqueleto humano. Algo en ruinas, era difícil identificar la posición de los huesos, que parecen tener la longitud del cuerpo humano normal en su posición original. Lo que más impresionó al sheriff y a los trabajadores fue el tamaño del esqueleto, que asciende a unos once pies (tres metros y medio). Tenía la mandíbula y los dientes casi tan grandes como los de un caballo."
12 años más tarde, en 1868, el día de Navidad, el NYT da otra noticia de gigantes. Algunos trabajadores de la compañía Sank Rapid Water Power se dedicaban a las excavaciones para la construcción de una presa para la producción de energía hidroeléctrica a lo largo del río Mississippi. Durante el trabajo, los trabajadores desenterraron los restos de un esqueleto humano incrustado en una gigantesca roca de granito.
"La tumba era de unos 3.6 metros de largo, 1.2 metros de ancho y 1 metros de profundidad. Los restos del humano gigante están completamente petrificados. La cabeza es masiva, las medidas de 80 centimetros de circunferencia, pero con una frente muy baja, y muy plana en la parte superior. La altura total del misterioso individuo es de igual a unos 3 metros con 40 centímetros".
El 8 de septiembre de 1871, The New York Times informa de otros esqueletos gigantes descubiertos durante los trabajos de excavación en Petersburg, Virginia.
"Los trabajadores que participan en los trabajos de la vía férrea, se encontraron con una tumba que contenía los esqueletos de los que se cree fueron los nativos americanos de una época pasada y una raza humana perdida y olvidada. Los cuerpos exhumados eran de formación extraña y notable. [ ... ] . El fémur es mucho más largo que el de los individuos humanos normales, la estatura del cuerpo es, probablemente, tan grande como 2.5 metros y 3 metros".
El 10 de agosto de 1880, el artículo del NYT menciona la información del Harrisburg (Penn) Telegraph, en el que muestra un extracto de un informe preparado el 24 de mayo 1798 por el juez Atlee siguendo un extraño descubrimiento.
"... estando en Hanover en compañía con el jefe McKean, el juez Bryan, Mr. Burd, y otros, caballeros respetables, nos fuimos a la propiedad del señor Neese, donde nos mostraron el lugar cerca de su casa hace varios años en los que se encontraron dos esqueletos humanos. Los esqueletos tenían alrededor de 2.5 metros de largo".
El 25 de mayo 1882, NYT informa de la noticia de un descubrimiento similar en St. Paul, Minnesota.
"Un esqueleto de dimensiones heroicas y forma singular fue descubierta durante la excavación de una colina en el valle del río Rojo. [.... ]. El cráneo en cuestión era el único perfecto, y cerca de él se encontraron algunos huesos del cuerpo anormalmente grandes. El hombre que lo llevó era, evidentemente, un gigante."
El 20 de diciembre de 1897, The New York Times informa del primer descubrimiento de los gigantes que tuvieron lugar en Wisconsin, cerca de Maple Creek. Se descubrieron tres colinas funerarias, una de las cuales estaba abierta, dejando al descubierto su misterioso contenido: el esqueleto de un hombre gigante. La estatura del ser era casi de tres metros, y su estado de conservación casi perfecto.
El 11 de febrero 1902 se muestra la noticia de una expedición arqueológica en un sitio en Nuevo México, donde se encontraron algunos esqueletos humanos gigantes.
"Debido al descubrimiento de los restos de una raza de gigantes en Guadalupe, anticuarios y arqueólogos están preparando una adicional expedición para explorar la región. Esta determinación se basa en la emoción que existe entre la gente de un ámbito del país cerca de Mesa Rico, a unos 200 km al sureste de Las Vegas, donde se ha descubierto un antiguo cementerio que ha dado esqueletos de enormes dimensiones.
Luiciana Quintana, en cuyo rancho el lote del antiguo cementerio se encuentra, descubrió dos piedras que llevaban curiosas inscripciones, y debajo de ellos fueron encontrados en las excavaciones de poca profundidad los huesos de un armazón que no podría haber sido de al menos de 3,6 metros de longitud. Los hombres que abrieron la tumba dicen que el antebrazo era de 1,2 metros de largo y que una mandíbula muy bien conservada de los dientes inferiores iban desde el tamaño de una nuez de nogal a la de la más grande nuez en tamaño.
Quintana, quien ha descubierto muchos otros lugares de enterramiento, expresa la opinión de que tal vez se encuentren miles de esqueletos de una raza de gigantes hace mucho tiempo extinta. Esta suposición se basa en las tradiciones transmitidas desde principios de la invasión española que han detallado el conocimiento de la existencia de una raza de gigantes que habitaron las llanuras de lo que hoy es el este de Nuevo México. Leyendas de los indios y los tallados también en la misma sección indican la existencia de tal raza”.
Pero The New York Times no es el único periódico que lidió con los gigantes. Algunos periódicos informaron de la noticia de los gigantes del siglo como The Sun, 1893, New Age Magazine en 1913, Popular Science en 1932, el San Antonio Express 1940.
James Vieira, un investigador independiente, desde hace casi veinte años, y antes de la llegada de Internet, ha recopilado miles de referencias e informes de prensa sobre los hallazgos de los gigantes, en lo profundo de los archivos de The New York Times, Smithsonian Ethnology Reports, American Antiquarian, y la revista Scientific American, descubriendo que la mayoría de estos hallazgos están prácticamente ocultos a la opinión pública.
Entre los descubrimientos notables de Vieira, hay una foto desenterrada en los archivos de los Reportes Etnológicos del Instituto Smithsonian, tomada durante una conferencia del profesor McGee, en el que se ve un esqueleto de estatura gigante de cerca de 2.5 metros de altura, y que luego fue vendido al Institución Smithsonian.
El gigante fue encontrado en una cueva cerca de San Diego, California, por un grupo de buscadores de oro, de acuerdo con el expositor. Sobre la cabeza, había restos de una capucha de cuero que parecía haber sido parte de una mortaja. El alargado cuerpo demacrado se irguió en un gran ataúd estrecho de tres metros de largo. Un pedazo de la piel seca del gigante se retiró y cuando se probó en el laboratorio químico del Smithsonian concluyeron de que estaba hecha de una sustancia similar a la gelatina.
El denominado gigante de San Diego pertenecería a la llamada cultura de Mounds Builders (literalmente constructores de montículos), un antiguo pueblo de América del Norte que vivió hace unos 5.000 años, en un período anterior de la historia del Antiguo Egipto y todas sus dinastías.
Según algunos teóricos de la conspiración, el Institución Smithsonian compró los esqueletos con la intensión de evitar el conocimiento del público de éstos. Pero ¿por qué?, ¿por qué debería haber un encubrimiento masivo de todos estos descubrimientos?
Según Vieira, el razonamiento es muy simple: la necesidad de mantener como válida la teoría de la evolución de Darwin, que explica bien la evolución normal de todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, a partir de formas simples a formas más complejas.
El problema es que estos esqueletos, en relación con el ser humano, no obstante, muestran una involución, ya que la complejidad de los fósiles gigantes encontrados es particularmente evidente. ¿Cómo colocar a estos gigantes humanos en la escala de la evolución humana? ¿Esto puede ser suficiente motivación para eliminar los artefactos que podrían arrojar luz sobre el pasado distante del hombre?
Según los teóricos de los Antiguos Humanos residentes de la mítica Atlántida fueron los famosos gigantes que también se mencionan en la Biblia, como Sanson y Goliat. Algunos sobrevivientes de la destrucción de la antigua civilización de la Atlántida podrían entonces haber preparado el escenario para la creación de nuestra especie y nuestra civilización. Tal vez esta es la historia que desean mantener oculta ¿Y por qué? ¿Quizas por qué el evento catastrófico que destruyó la Atlántida podría destruirnos, tarde o temprano, también?
En el análisis final, hay los que asumen que los esqueletos gigantes no pertenecen a la especie humana, sino que son los cuerpos de los Antiguos Astronautas que habitaron nuestro planeta. En este sentido, el encubrimiento sería atribuible a una estrategia más amplia que quiere ocultar la existencia de extraterrestres a la humanidad. Sin embargo, el estudio de los restos de gigantes, tales como los de la Atlántida, por una razón u otra, sigue siendo tema tabú para la comunidad científica.