El Euscadi Vuru Vachar
Escribimos este artículo en conmemoración del aniversario de la fundación del PNV un 31 de julio de 1895. Este partido viene a contradecir, con su propia existencia, el refrán español que dice “No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista”. Pues para que vean cómo resistimos por aquí, que llevamos con esta maldición encima más de ciento veintitantos años.
En 2011, como consecuencia de la aprobación de los presupuestos generales de aquel año, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero concedió al PNV, a cambio de su apoyo, una reclamación que venían haciendo los nacionalistas vascos desde hacía años y que consistía en que los nombres oficiales de las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa pasaran a ser, para toda España, los que habían aprobado desde el inicio de la Transición sus juntas generales respectivas, copadas por el nacionalismo vasco, y que no eran otros que los dichos nombres en las grafías eusquéricas correspondientes, esto es, Bizkaia y Gipuzkoa. El entonces viceconsejero de política lingüística, Patxi Baztarrika, se congratuló de aquella medida y la razonaba en la prensa (El Correo, 20-2-2011) con tres argumentos principales: el primero que para entonces ya eran oficiales las denominaciones únicas de Alacant, Ourense, A Coruña; Girona o Lleida. El segundo, que los nombres para toda España debían ser los que se aprobaran en sus territorios respectivos por sus respectivos habitantes, no los que tuvieran por tradición de siglos. Y el tercero es que había que respetar la grafía propia de la lengua originaria.
Pero todos esos argumentos eran falsos. El de que otras provincias ya habían conseguido lo mismo no es un argumento de fuerza sino también político. Lo mismo que el hecho de que las juntas generales de Vizcaya y Guipúzcoa hubieran decidido esa denominación soberanamente. Lo mollar residía en la última argumentación, la de la pretendida normalización de una lengua en su grafía originaria. Cuando resulta que esa grafía originaria no era tal. Porque si nos vamos a las obras clásicas en eusquera (por ejemplo, a la que se considera la cumbre del eusquera, al Guero, de Axular, en su edición original de 1643), allí no se utilizaban ni la letra “k”, ni la “g” sin “u” detrás, ni la “b” siempre en lugar de “v”, ni nada de eso. Toda esa grafía que hoy conocemos como típica eusquérica es muy posterior, dictada por conveniencias políticas para diferenciar la escritura en eusquera de la del castellano, cuando ambas lenguas siempre se escribieron igual, por la sencilla razón de que quienes escribían en eusquera eran personas que previamente habían aprendido a escribir en castellano. Lo mismo ocurría en Francia con el francés respecto del eusquera, de modo que un apellido que en grafía española se escribe Oyarzábal, en Francia se escribe Oyarçabal y así se escribe hoy, mientras que en el lado español del País Vasco, no así en el francés, se acepta también Oiartzabal.
La pretensión del nacionalismo vasco siempre ha sido en este terreno que el resto de españoles acepten como propia la grafía eusquérica para escribir apellidos y topónimos que siempre se escribieron en castellano, por supuesto desde mucho antes de que la ideología nacionalista existiera. Y luego vino esta última diciéndonos cómo teníamos que escribir, a su manera, lo que siempre se había escrito a la nuestra.
Es por ello que estamos ante una perfecta arbitrariedad ideológica que no va en contra ni a favor de ninguna realidad lingüística previa sino en contra o a favor de una postura puramente ideológica. No perjudicamos al eusquera por no escribir como los nacionalistas nos dictan que tenemos que escribir en eusquera. Perjudicamos a la propia ideología nacionalista que utiliza el eusquera para su único y exclusivo interés partidario.
Y eso se hace así incluso cuando muchos de los que reclaman esa grafía exclusivamente eusquérica para los topónimos y apellidos que siempre se habían escrito en grafía española, no hacen uso del eusquera en su vida habitual y cotidiana sino solo cuando se lo imponen las circunstancias, casi siempre de índole exclusivamente política o ideológica.
Así que la mejor manera de contrarrestar esa imposición de los nacionalistas, que consideran que todo el mundo tiene que escribir la toponimia y la onomástica como ellos digan, es escribirla como siempre se ha escrito y si, como es el caso, se inventan el nombre de una cosa para escribirla a su modo, los demás tenemos perfecto derecho a escribirla al nuestro. Para el caso que nos ocupa, eso que llaman Euskadi Buru Batzar, que es el órgano supremo de dirección del Partido Nacionalista Vasco, lo podemos escribir nosotros, con todo derecho, Euscadi Vuru Vachar. Del mismo modo que ellos escriben ahora Okondo, cuando antes siempre fue Oquendo, o le añaden Gasteiz a Vitoria o ponen Getxo lo que siempre fue Guecho. O llaman Areeta al barrio de Guecho de Las Arenas, cuando a nadie en esa población se le ocurre llamarla Areeta.
Y además tenemos una razón de peso para hacerlo, y que es la siguiente, en consonancia con lo que venimos contando en los artículos precedentes de esta serie: los apellidos de los integrantes actuales del Euscadi Vuru Vachar están más presentes en el resto de España que en el País Vasco y Navarra juntos. Vamos a comprobarlo.
El Euscadi Vuru Vachar actual consta de presidente y doce miembros, entre los cuales están los presidentes de cada uno de los territorios históricos en que dividen Euscal Erria, a saber, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra y el País Vasco francés (este último está formado por tres territorios históricos, Lapurdi, Benabarra y Zuberoa, pero como hay tan pocos nacionalistas entre los tres, solo ponen un representante para todos). De los veinticinco apellidos en total solo hay cuatro no eusquéricos, que no vamos a considerar en la lista, como es natural. También téngase en cuenta que el apellido del representante del País Vasco francés (que solo da un apellido, como es usual en Francia, no dos, como es usual en España) es eusquérico pero no existe en España: Echelecu. En Francia escriben este apellido Etchelecu y así es como consta en el listado de concejales de Cambó, que es donde resultó elegido por el partido de los centristas de Francia, ya que allí, en el País Vasco francés, el PNV no se presenta porque no le dejan y porque, si le dejaran, sacaría un número ridículo de votos.
Voy a poner a continuación los apellidos de todos los integrantes del actual Euscadi Vuru Vachar. Cada pareja de ellos va seguida de su número de portadores según el Padrón del INE. El primer número corresponde a los portadores en País Vasco y Navarra juntos y seguido de guión aparece el del número de portadores en el resto de España. Eso para cada uno de los dos apellidos. Ya hemos dicho que no consideramos los apellidos castellanos:
Ortuzar Arruabarrena: 421-190, 1065-95
Aurrekoetxea Bergara: 589-21, 335-80
Furundarena Olabarriaga: 231-14, 79-0
Arrizabalaga Olaizola: 2066-400, 1327-198
Burzako Samper: 17-0, --
Mediavilla Amarika: --, 72-0
Barandiaran Irastorza: 1137-302, 1268-172
Egibar Artola: 61-0, 1686-979
Zarate Agirre: 926-3751, 1823-12
Atutxa Atutxa: 365-0, 272-0
Hualde Iglesias: 585-181, --
Etxeleku: --
Suso Pérez de Arenaza: --, 204-46
Este listado nos da unos totales de apellidos, para los primeros apellidos de 6398-4859, y para los segundos apellidos de 8131-1582. La primera cifra en cada caso, como ya hemos explicado, es de portadores residentes en País Vasco y Navarra y la segunda de portadores del resto de España.
Ahora vamos a ver, como hicimos en artículos precedentes de esta serie, los portadores de los mismos apellidos pero escritos en la grafía alternativa, esto es, en la castellana en el caso de apellidos escritos en grafía eusquérica, que es como hemos visto más arriba que los escriben los nacionalistas, como era lo previsible tratándose del máximo órgano directivo del PNV:
Aurrecoechea Vergara: 406-110, 1260-12471
(Furundarena no cambia) – Olavarriaga: --, 6-8
Arrizavalaga (Olaizola no cambia): 0-0, --
Burzaco (Samper es español): 57-26, --
(Mediavilla es español) Amarica: --, 89-7
Eguibar (Artola no cambia): 126-66, --
(Zárate en español solo cambia la tilde pero en el Padrón del INE no cuenta la tilde) Aguirre: --, 7835-12723
Atucha Atucha 293-43, 342-53 (aunque es el mismo apellido, no tiene los mismos portadores yendo de primero que de segundo apellido).
Los totales de estas grafías en español de los apellidos que portan los miembros actuales del Euscadi Vuru Vachar son: 882-245, 9532-25262, donde vemos cómo la enorme diferencia la dan apellidos como Aguirre y Vergara, mucho más presentes, por razones históricas, en el resto de España que en el País Vasco y Navarra.
Si sumamos estas cantidades a las que teníamos de las grafías eusquéricas, nos dan los totales siguientes: 7280-5104, 17663-26844.
Y si sumamos los portadores de primeros apellidos y los de segundos apellidos, para ver los totales de portadores presentes en País Vasco y Navarra por un lado y en el resto de España por otro, tenemos, respectivamente, las cifras de: 24943-31948. Donde se vuelve a ratificar, en este caso por una diferencia de 7005 portadores, la mayor presencia de portadores de apellidos eusquéricos fuera del País Vasco y Navarra, es decir, en el resto de España, en este caso referidos a los apellidos de los miembros actuales del Euscadi Vuru Vachar.
Si serán ignorantes estos miembros del Euscadi Vuru Vachar que se vanaglorian de tener apellidos eusquéricos cuando resulta que dichos apellidos son más abundantes en el resto de España que en el propio País Vasco y Navarra. Y luego dirán que esos apellidos son razón de su identidad y de lo distinto que es “su país” respecto del resto de España.
Esta realidad es la que nos da más razón todavía para escribir el nombre de este órgano, de ese Euscadi Vuru Vachar, en grafía española. Fíjense cómo en la portada de la primera edición del Guero de Axular, que reproducimos, y que es, como ya hemos dicho, la obra canónica del eusquera, cuando da noticia del autor de la misma dice: “Axular Saraco errotorac vildua” (es decir “reunida por Axular, el rector de Sara”), con lo que hasta el verbo actual “bildu”, nombre del partido que ha ganado las recientes elecciones municipales en el País Vasco, lo escribían con “v”, “vildu”, como nosotros hacemos aquí con “vuru” y con “vachar”. Pero con Vildu no merece la pena meterse siquiera, ya que toda su existencia y razón de ser procede, en el fondo, de que existe a su vez el Euscadi Vuru Vachar.
Escribimos este artículo en conmemoración del aniversario de la fundación del PNV un 31 de julio de 1895. Este partido viene a contradecir, con su propia existencia, el refrán español que dice “No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista”. Pues para que vean cómo resistimos por aquí, que llevamos con esta maldición encima más de ciento veintitantos años.
En 2011, como consecuencia de la aprobación de los presupuestos generales de aquel año, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero concedió al PNV, a cambio de su apoyo, una reclamación que venían haciendo los nacionalistas vascos desde hacía años y que consistía en que los nombres oficiales de las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa pasaran a ser, para toda España, los que habían aprobado desde el inicio de la Transición sus juntas generales respectivas, copadas por el nacionalismo vasco, y que no eran otros que los dichos nombres en las grafías eusquéricas correspondientes, esto es, Bizkaia y Gipuzkoa. El entonces viceconsejero de política lingüística, Patxi Baztarrika, se congratuló de aquella medida y la razonaba en la prensa (El Correo, 20-2-2011) con tres argumentos principales: el primero que para entonces ya eran oficiales las denominaciones únicas de Alacant, Ourense, A Coruña; Girona o Lleida. El segundo, que los nombres para toda España debían ser los que se aprobaran en sus territorios respectivos por sus respectivos habitantes, no los que tuvieran por tradición de siglos. Y el tercero es que había que respetar la grafía propia de la lengua originaria.
Pero todos esos argumentos eran falsos. El de que otras provincias ya habían conseguido lo mismo no es un argumento de fuerza sino también político. Lo mismo que el hecho de que las juntas generales de Vizcaya y Guipúzcoa hubieran decidido esa denominación soberanamente. Lo mollar residía en la última argumentación, la de la pretendida normalización de una lengua en su grafía originaria. Cuando resulta que esa grafía originaria no era tal. Porque si nos vamos a las obras clásicas en eusquera (por ejemplo, a la que se considera la cumbre del eusquera, al Guero, de Axular, en su edición original de 1643), allí no se utilizaban ni la letra “k”, ni la “g” sin “u” detrás, ni la “b” siempre en lugar de “v”, ni nada de eso. Toda esa grafía que hoy conocemos como típica eusquérica es muy posterior, dictada por conveniencias políticas para diferenciar la escritura en eusquera de la del castellano, cuando ambas lenguas siempre se escribieron igual, por la sencilla razón de que quienes escribían en eusquera eran personas que previamente habían aprendido a escribir en castellano. Lo mismo ocurría en Francia con el francés respecto del eusquera, de modo que un apellido que en grafía española se escribe Oyarzábal, en Francia se escribe Oyarçabal y así se escribe hoy, mientras que en el lado español del País Vasco, no así en el francés, se acepta también Oiartzabal.
La pretensión del nacionalismo vasco siempre ha sido en este terreno que el resto de españoles acepten como propia la grafía eusquérica para escribir apellidos y topónimos que siempre se escribieron en castellano, por supuesto desde mucho antes de que la ideología nacionalista existiera. Y luego vino esta última diciéndonos cómo teníamos que escribir, a su manera, lo que siempre se había escrito a la nuestra.
Es por ello que estamos ante una perfecta arbitrariedad ideológica que no va en contra ni a favor de ninguna realidad lingüística previa sino en contra o a favor de una postura puramente ideológica. No perjudicamos al eusquera por no escribir como los nacionalistas nos dictan que tenemos que escribir en eusquera. Perjudicamos a la propia ideología nacionalista que utiliza el eusquera para su único y exclusivo interés partidario.
Y eso se hace así incluso cuando muchos de los que reclaman esa grafía exclusivamente eusquérica para los topónimos y apellidos que siempre se habían escrito en grafía española, no hacen uso del eusquera en su vida habitual y cotidiana sino solo cuando se lo imponen las circunstancias, casi siempre de índole exclusivamente política o ideológica.
Así que la mejor manera de contrarrestar esa imposición de los nacionalistas, que consideran que todo el mundo tiene que escribir la toponimia y la onomástica como ellos digan, es escribirla como siempre se ha escrito y si, como es el caso, se inventan el nombre de una cosa para escribirla a su modo, los demás tenemos perfecto derecho a escribirla al nuestro. Para el caso que nos ocupa, eso que llaman Euskadi Buru Batzar, que es el órgano supremo de dirección del Partido Nacionalista Vasco, lo podemos escribir nosotros, con todo derecho, Euscadi Vuru Vachar. Del mismo modo que ellos escriben ahora Okondo, cuando antes siempre fue Oquendo, o le añaden Gasteiz a Vitoria o ponen Getxo lo que siempre fue Guecho. O llaman Areeta al barrio de Guecho de Las Arenas, cuando a nadie en esa población se le ocurre llamarla Areeta.
Y además tenemos una razón de peso para hacerlo, y que es la siguiente, en consonancia con lo que venimos contando en los artículos precedentes de esta serie: los apellidos de los integrantes actuales del Euscadi Vuru Vachar están más presentes en el resto de España que en el País Vasco y Navarra juntos. Vamos a comprobarlo.
El Euscadi Vuru Vachar actual consta de presidente y doce miembros, entre los cuales están los presidentes de cada uno de los territorios históricos en que dividen Euscal Erria, a saber, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra y el País Vasco francés (este último está formado por tres territorios históricos, Lapurdi, Benabarra y Zuberoa, pero como hay tan pocos nacionalistas entre los tres, solo ponen un representante para todos). De los veinticinco apellidos en total solo hay cuatro no eusquéricos, que no vamos a considerar en la lista, como es natural. También téngase en cuenta que el apellido del representante del País Vasco francés (que solo da un apellido, como es usual en Francia, no dos, como es usual en España) es eusquérico pero no existe en España: Echelecu. En Francia escriben este apellido Etchelecu y así es como consta en el listado de concejales de Cambó, que es donde resultó elegido por el partido de los centristas de Francia, ya que allí, en el País Vasco francés, el PNV no se presenta porque no le dejan y porque, si le dejaran, sacaría un número ridículo de votos.
Voy a poner a continuación los apellidos de todos los integrantes del actual Euscadi Vuru Vachar. Cada pareja de ellos va seguida de su número de portadores según el Padrón del INE. El primer número corresponde a los portadores en País Vasco y Navarra juntos y seguido de guión aparece el del número de portadores en el resto de España. Eso para cada uno de los dos apellidos. Ya hemos dicho que no consideramos los apellidos castellanos:
Ortuzar Arruabarrena: 421-190, 1065-95
Aurrekoetxea Bergara: 589-21, 335-80
Furundarena Olabarriaga: 231-14, 79-0
Arrizabalaga Olaizola: 2066-400, 1327-198
Burzako Samper: 17-0, --
Mediavilla Amarika: --, 72-0
Barandiaran Irastorza: 1137-302, 1268-172
Egibar Artola: 61-0, 1686-979
Zarate Agirre: 926-3751, 1823-12
Atutxa Atutxa: 365-0, 272-0
Hualde Iglesias: 585-181, --
Etxeleku: --
Suso Pérez de Arenaza: --, 204-46
Este listado nos da unos totales de apellidos, para los primeros apellidos de 6398-4859, y para los segundos apellidos de 8131-1582. La primera cifra en cada caso, como ya hemos explicado, es de portadores residentes en País Vasco y Navarra y la segunda de portadores del resto de España.
Ahora vamos a ver, como hicimos en artículos precedentes de esta serie, los portadores de los mismos apellidos pero escritos en la grafía alternativa, esto es, en la castellana en el caso de apellidos escritos en grafía eusquérica, que es como hemos visto más arriba que los escriben los nacionalistas, como era lo previsible tratándose del máximo órgano directivo del PNV:
Aurrecoechea Vergara: 406-110, 1260-12471
(Furundarena no cambia) – Olavarriaga: --, 6-8
Arrizavalaga (Olaizola no cambia): 0-0, --
Burzaco (Samper es español): 57-26, --
(Mediavilla es español) Amarica: --, 89-7
Eguibar (Artola no cambia): 126-66, --
(Zárate en español solo cambia la tilde pero en el Padrón del INE no cuenta la tilde) Aguirre: --, 7835-12723
Atucha Atucha 293-43, 342-53 (aunque es el mismo apellido, no tiene los mismos portadores yendo de primero que de segundo apellido).
Los totales de estas grafías en español de los apellidos que portan los miembros actuales del Euscadi Vuru Vachar son: 882-245, 9532-25262, donde vemos cómo la enorme diferencia la dan apellidos como Aguirre y Vergara, mucho más presentes, por razones históricas, en el resto de España que en el País Vasco y Navarra.
Si sumamos estas cantidades a las que teníamos de las grafías eusquéricas, nos dan los totales siguientes: 7280-5104, 17663-26844.
Y si sumamos los portadores de primeros apellidos y los de segundos apellidos, para ver los totales de portadores presentes en País Vasco y Navarra por un lado y en el resto de España por otro, tenemos, respectivamente, las cifras de: 24943-31948. Donde se vuelve a ratificar, en este caso por una diferencia de 7005 portadores, la mayor presencia de portadores de apellidos eusquéricos fuera del País Vasco y Navarra, es decir, en el resto de España, en este caso referidos a los apellidos de los miembros actuales del Euscadi Vuru Vachar.
Si serán ignorantes estos miembros del Euscadi Vuru Vachar que se vanaglorian de tener apellidos eusquéricos cuando resulta que dichos apellidos son más abundantes en el resto de España que en el propio País Vasco y Navarra. Y luego dirán que esos apellidos son razón de su identidad y de lo distinto que es “su país” respecto del resto de España.
Esta realidad es la que nos da más razón todavía para escribir el nombre de este órgano, de ese Euscadi Vuru Vachar, en grafía española. Fíjense cómo en la portada de la primera edición del Guero de Axular, que reproducimos, y que es, como ya hemos dicho, la obra canónica del eusquera, cuando da noticia del autor de la misma dice: “Axular Saraco errotorac vildua” (es decir “reunida por Axular, el rector de Sara”), con lo que hasta el verbo actual “bildu”, nombre del partido que ha ganado las recientes elecciones municipales en el País Vasco, lo escribían con “v”, “vildu”, como nosotros hacemos aquí con “vuru” y con “vachar”. Pero con Vildu no merece la pena meterse siquiera, ya que toda su existencia y razón de ser procede, en el fondo, de que existe a su vez el Euscadi Vuru Vachar.