Mientras la izquierda que lidera el sanchismo carece de escrúpulos y sólo le vale alcanzar el poder para proseguir disfrutando de privilegios  y canonjías, el centro derecha o simplemente las derechas cayeron en la trampa de siempre. A partir del debate a dos el candidato Feijoo, mal aconsejado, comete tres errores. Se deja acomplejar con el discurso de no a la concordancia con una presunta extrema-derecha. Se deja impresionar con la demoscopia de poder alcanzar como en Galicia la mayoría absoluta. Se permite no acudir al debate de las cuatro fuerzas políticas y deja solos, de una parte, al pacto establecido entre Sánchez y Yolanda Díaz, de otra a Santiago Abascal con el que parece darle vergüenza coincidir en el mismo escenario. A partir de esos errores, los socialistas crecen y los populares se paran.

A lo que antecede añado el error de Abascal. "Lo que tengas que hacer, hazlo si conviene, pero no lo anuncies". Se le fue la boca diciendo que aplicaría el 155 en Cataluña. Craso error que movilizó el voto moderado constitucionalista del condado hacia el PSOE. Además, tal artículo de la Constitución sólo puede aplicarse con la aquiescencia de las Cortes. Por tanto, ni era momento, ni era fórmula ante una nueva irrupción golpista en Cataluña. 

Hay que reconocer que mientras Sánchez carece de ética, al menos la que nos han enseñado a los de mi generación, y resulta un encantador de serpientes para negociar cualquier cosa o lagar hoy una cuestión y mañana mismo la contraria en una fórmula que los mortales denominamos embuste y a este actor le basta con denominarlo a estilo Groucho March, cambio de opinión o de principios.

Enfrente un Feijóo carente de carisma y poco capaz para la negociación. Así que los resultados saltan a la vista. El PP no tiene con quien sumar, pues hasta los de Vox han sido maltratados. El sanchismo dependerá de las diatribas internas del nacionalismo catalán, que puede hacerse el harakiri.

Lo mejor para España a la vista del panorama, es que se repitan las elecciones generales en Navidades. Estas sí que serían una segunda vuelta y ganaría el centro-derecha, incluso con un PNV que tendrá las elecciones vascas tan próximas como para elegir de qué lado se coloca, y a la vista de como actúa el sanchismo, puede suceder que las mesnadas de Sánchez le devolvieran el favor a las de Otegui.  

Conforme pasan los días y legiones de enteradillos tertulianos hacen pronósticos que dicen proceder de buenas tintas, sólo puedo titular este capítulo como intenso carajal.  España, nación y Estado; democracia y frontera sur de la Unión Europea; mosaico de culturas y comunidades que asemejan fragmentos de Estado, jugará sus próximos cuatro años en una mesa dónde un tahúr del Mississipi compartirá tapete junto a comunistas divididos entre sí, nacionalistas procedentes del terrorismo, independentistas a los que sólo les vale la amnistía y la autodeterminación. El todavía Presidente en funciones presume como resistente, superviviente y embaucador para convertir en posible lo imposible.  

Tengo méritos objetivos para sentirme escandalizado por esa pérdida en valores que banquea lo que representa Bildu. Herederos orgullosos del terrorismo para eliminar la disidencia con el mito de los derechos históricos a la autodeterminación de un ente denominado "pueblo vasco". Los discursos y conductas cargadas por ese racismo y machismo a lo vasco, que hoy los presuntos progres dicen combatir. Pero todo esto que es Memoria Histórica democrática en la lucha por la democracia, muy reciente, al tal Sanchez y sus correligionarios les importa muy poco.

Serán los enemigos de España quienes decidan la convivencia entre ciudadanos en la frontera sur de la UE. Puede que hasta se conviertan en tontos útiles de quienes están empeñados en esas nuevas formas de guerra para desestabilizar a la Europa Occidental. Mucho más ahora que sabemos a ciencia cierta de la pugna por mandar en el continente africano, ese espacio dónde se está ejerciendo el colonialismo para acceder a sus riquezas, todo ello en unos episodios con hambre y violencia crecientes aunque no sean noticias de los grandes informativos.

Comienza agosto. Tiempo para descansar y, si es posible, para reflexionar. Aunque algunos lo dedicarán al mercadeo por el poder. Una vez más retrocederemos en los viejos valores del humanismo cristiano por los viejos sentimientos que con absoluta falta de escrúpulos instalarán una sociedad española (?) dividida o partida que puede llegar a las manos...