“No estamos capacitados, no nos han preparado, todo es improvisación"
Carta de un enfermero que trata cara a cara con el ébola: “No aparecen los protocolos de actuación que los responsables dicen tener”
Lo primero es expresar mi preocupación por la salud de esta compañera contagiada y desear su recuperación lo antes posible.
Con la llegada a España del primer paciente afectado de virus ébola me decidí a escribir una carta donde reflejaba mi preocupación por cómo se estaba llevando a cabo. Preocupación por las irregularidades sobre todo a nivel profesional con el personal que era enviado a atender a este paciente. Irregularidades que continuaban existiendo al llegar a España el segundo paciente, y que por desgracia a día de hoy una compañera nuestra está sufriendo en primera persona.
Estamos hablando de que el personal de enfermería (auxiliares y enfermeras) que tratan directamente con este tipo de pacientes no ha sido debidamente formado ni adiestrado, y por lo tanto, no está capacitado. (Capacidad para conducir un vehículo y permiso de conducir tiene casi todo el mundo, pero… ¿Cuántos están capacitados para conducir un Formula 1?)
Mi pregunta es: ¿Una charla formativa de menos de una hora sobre cómo debes ponerte el traje de protección (minutos antes de entrar a la habitación del paciente en algunos casos) me capacitan para conducir un Formula 1?
A día de hoy, seguimos sin tener acceso a los protocolos de las medidas de protección personal. No se han hecho simulacros, y no tenemos protocolos específicos de trabajo con este tipo de pacientes. Y nadie me puede decir lo contrario porque lo tenemos denunciado ante la dirección del hospital, la inspección de trabajo y los medios de comunicación.
Los trajes de protección personal son de Nivel II, cuando el CDC de Atlanta establece trajes de protección Nivel IV autoventilados. El personal enviado no es voluntario. Llevamos pidiendo desde el principio, allá por el mes de abril, la creación de un grupo especializado con personal debidamente capacitado y exclusivo para este tipo de contingencias.
El seguimiento del personal que ha estado expuesto se limita a que haga vida normal y se tome la temperatura dos veces al día. En caso de notar alguna sintomatología acudir a su centro de referencia. Esto es un sinsentido por:
1. Llevar vida normal implica que estás en contacto con otros, tu familia, tus otros pacientes, (recordar que somos sanitarios y hoy tratas el ébola y mañana a un paciente inmunodeprimido, por ejemplo).
2. ¿Resulta tan caro realizar controles analíticos periódicos durante el periodo de cuarentena? Si hablamos de 21 días… qué menos que una analítica a la semana para descartar, o una visita semanal con los médicos de salud laboral del centro de trabajo.
3. Si tienes sintomatología, lo mejor sería centralizar la atención en un solo punto, porque si no tenemos el caso del Hospital de Alcorcón, donde aumentamos el riesgo de exposición de otros.
Pero, claro todo esto es a mi nivel, al nivel del último peldaño en el escalón de la atención sanitaria. Habría que preguntarse si la sanidad española estaba preparada y capacitada para asumir la decisión de haber traído al virus ébola en avión. Es decir; desde que se desmanteló el hospital Carlos III se nos dejó sin la infraestructura y sin personal suficiente para atender estas contingencias. Y una vez que se decide traer al primer paciente, todo han sido prisas por salvar la imagen. Rehabilitando un hospital en proceso de transformación y enviando personal sin formación. ¿Esto no suena a actitud negligente?
Pero, ojo! La negligencia no es de nuestra compañera que ha sufrido el contagio. Que a nadie se le ocurra insinuarlo porque no vamos a permitirlo. (Ya circulan por internet comentarios de este tipo).
La negligencia está cuando en abril se da la alerta sanitaria y no se hace nada. Está cuando traen al primer paciente y todo se improvisa. Está cuando llega el segundo paciente a España y se sigue sin hacer nada bien por parte de los que deben hacerlo.
¿Y ahora, qué?
Pues ahora más prisas, improvisar, nervios por aquí y por allá, más alarma, dos compañeras más hospitalizadas a la espera de sus resultados….
Y a los que de verdad entramos y damos la cara con el paciente no se nos informa, hermetismo, medias verdades, y los protocolos que dicen que tienen no aparecen.
España ya tiene su “marca”. Somos el primer país donde se da un contagio fuera del continente africano.
Lo primero es expresar mi preocupación por la salud de esta compañera contagiada y desear su recuperación lo antes posible.
Con la llegada a España del primer paciente afectado de virus ébola me decidí a escribir una carta donde reflejaba mi preocupación por cómo se estaba llevando a cabo. Preocupación por las irregularidades sobre todo a nivel profesional con el personal que era enviado a atender a este paciente. Irregularidades que continuaban existiendo al llegar a España el segundo paciente, y que por desgracia a día de hoy una compañera nuestra está sufriendo en primera persona.
Estamos hablando de que el personal de enfermería (auxiliares y enfermeras) que tratan directamente con este tipo de pacientes no ha sido debidamente formado ni adiestrado, y por lo tanto, no está capacitado. (Capacidad para conducir un vehículo y permiso de conducir tiene casi todo el mundo, pero… ¿Cuántos están capacitados para conducir un Formula 1?)
Mi pregunta es: ¿Una charla formativa de menos de una hora sobre cómo debes ponerte el traje de protección (minutos antes de entrar a la habitación del paciente en algunos casos) me capacitan para conducir un Formula 1?
A día de hoy, seguimos sin tener acceso a los protocolos de las medidas de protección personal. No se han hecho simulacros, y no tenemos protocolos específicos de trabajo con este tipo de pacientes. Y nadie me puede decir lo contrario porque lo tenemos denunciado ante la dirección del hospital, la inspección de trabajo y los medios de comunicación.
Los trajes de protección personal son de Nivel II, cuando el CDC de Atlanta establece trajes de protección Nivel IV autoventilados. El personal enviado no es voluntario. Llevamos pidiendo desde el principio, allá por el mes de abril, la creación de un grupo especializado con personal debidamente capacitado y exclusivo para este tipo de contingencias.
El seguimiento del personal que ha estado expuesto se limita a que haga vida normal y se tome la temperatura dos veces al día. En caso de notar alguna sintomatología acudir a su centro de referencia. Esto es un sinsentido por:
1. Llevar vida normal implica que estás en contacto con otros, tu familia, tus otros pacientes, (recordar que somos sanitarios y hoy tratas el ébola y mañana a un paciente inmunodeprimido, por ejemplo).
2. ¿Resulta tan caro realizar controles analíticos periódicos durante el periodo de cuarentena? Si hablamos de 21 días… qué menos que una analítica a la semana para descartar, o una visita semanal con los médicos de salud laboral del centro de trabajo.
3. Si tienes sintomatología, lo mejor sería centralizar la atención en un solo punto, porque si no tenemos el caso del Hospital de Alcorcón, donde aumentamos el riesgo de exposición de otros.
Pero, claro todo esto es a mi nivel, al nivel del último peldaño en el escalón de la atención sanitaria. Habría que preguntarse si la sanidad española estaba preparada y capacitada para asumir la decisión de haber traído al virus ébola en avión. Es decir; desde que se desmanteló el hospital Carlos III se nos dejó sin la infraestructura y sin personal suficiente para atender estas contingencias. Y una vez que se decide traer al primer paciente, todo han sido prisas por salvar la imagen. Rehabilitando un hospital en proceso de transformación y enviando personal sin formación. ¿Esto no suena a actitud negligente?
Pero, ojo! La negligencia no es de nuestra compañera que ha sufrido el contagio. Que a nadie se le ocurra insinuarlo porque no vamos a permitirlo. (Ya circulan por internet comentarios de este tipo).
La negligencia está cuando en abril se da la alerta sanitaria y no se hace nada. Está cuando traen al primer paciente y todo se improvisa. Está cuando llega el segundo paciente a España y se sigue sin hacer nada bien por parte de los que deben hacerlo.
¿Y ahora, qué?
Pues ahora más prisas, improvisar, nervios por aquí y por allá, más alarma, dos compañeras más hospitalizadas a la espera de sus resultados….
Y a los que de verdad entramos y damos la cara con el paciente no se nos informa, hermetismo, medias verdades, y los protocolos que dicen que tienen no aparecen.
España ya tiene su “marca”. Somos el primer país donde se da un contagio fuera del continente africano.