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Pedro Chacón
Sábado, 23 de Septiembre de 2023 Tiempo de lectura:

Beivide y la Euscalchaindia txapuzera

Me encontré con este apellido –Beivide– porque una jugadora de la selección española de fútbol femenino, reciente ganadora del mundial, se llama Athenea del Castillo Beivide. Lo vi por casualidad, como casi siempre pasa con estas cosas. La chavala aparecía de espaldas, llevada al hombro –como si fuera un saco– por el que entonces era todavía presidente de la federación española de fútbol, el ínclito Luis Rubiales, en la celebración de la copa del mundo, todavía sobre el terreno de juego donde se disputó la final, en Sidney, en una foto que añadía más leña al fuego de los despropósitos de este personaje antes de ser destituido de su cargo. Athenea del Castillo, jugadora de la selección española, es llevada boca abajo, apoyada su tripa encima del hombro de Luis Rubiales, mientras éste la sujeta firme con su mano por la parte de detrás de los muslos redondeados y duros de la futbolista. Es esa postura típica con la que a veces hemos llevado a un niño pequeño que se resiste para, por ejemplo, ir a dormir o a darse el baño al final del día. Solo que en este caso se trata de una mujer de 22 años, hecha y derecha, llevada en una postura que, cuando estamos en esas edades, solo la vemos hacer en el caso de parejas o entre amigos de mucha confianza. En fin.

 

Fui a buscar más datos sobre la jugadora y ahí está, Athenea del Castillo Beivide, que juega como delantera en el Real Madrid, natural de Solares, Cantabria. Beivide es su segundo apellido. A uno, acostumbrado a ver apellidos eusquéricos, este no se le podía pasar: Beivide es camino de vacas: bei, behi, vaca; vide, bide, camino. Pero hete aquí que el apellido no aparece en el Nomenclátor de Euskaltzaindia. Otro agujero más en la sección de onomástica de Euscalchaindia, y van… En cambio, en el Nomenclátor sí aparecen unos cuantos apellidos más compuestos de “vide”, como son: Algaravide, Arvide, Beovide, Beretervide, Bertevide, Ciervide, Echavide, Erdavide, Igaravide, Laudavide, Laurenvide, Maindivide, Motavidea, Oganvide, Olavide, Ovide, Oyarvide, Salvide, Salvidegoitia, Sarvide, Ugartevidea, Verovide, Videa, Videaurreta, Videchea, Videgain, Videgaña, Videguren, Yarovide, Zalvide, Zalvidea, Zalvidegoitia y Zamalvide. De todos ellos solo tienen portadores Arvide (muy pocos), Beovide, Ciervide, Echavide (muy pocos), Olavide, Ovide, Oyarvide, Salvide, Salvidegoitia, Sarvide (muy pocos), Videa, Videchea, Videgain, Zalvide y Zalvidea.

 

Como Beivide no existe para el Nomenclátor, en su lugar aparece solo la forma eusquérica –Beibide–, que ya no tiene portadores en España, según el INE. La palabra “bei”, vaca, en eusquera, se escribe “behi”. Aunque si vamos al diccionario de Azkue veremos que, para decir vaca en eusquera, también se escribe “bei” en parte de Benabarra, así como en guipuzcoano y roncalés, mientras que “behi” se escribe en labortano, suletino y en otra parte de Benabarra. También existe “bei”, según el Azkue, en vizcaíno y guipuzcoano, con el significado de “suelo”. Pero en los diccionarios actuales no aparece “bei” con ese significado. Solo aparece “behi”, con el único significado de vaca.

 

Quiere decirse que bien pudo haberse escrito antes solo “bei” en lugar de “behi” para referirse a la vaca. El caso es que, como apellido, nunca aparece Behibide o cosa parecida, que sería lo propio si las grafías no hubieran cambiado tanto a lo largo de la historia o, mejor dicho, tanto en la actualidad respecto de la propia historia del idioma. Sería un caso similar al del apellido Beobide o similares (Beorlegui, Beorburu, Beortegui), donde el eje giraría alrededor de la raíz “behor”, que significa yegua. Beobide viene de beo, behor, yegua, y bide, camino: camino de yeguas. En el libro La H en la ortografía vasca de Aita Villasante, publicado en 1980, que ya hemos manejado en esta serie antes, solo pone la entrada “behi”, con el significado de “vaca”, pero no explica nada más, en el sentido de si es la forma que se ha decidido para “bei”, por ejemplo, o algo por el estilo. Lo mismo pasa con “behor” para “yegua”, sin aclarar nada más.

 

Si vamos al archivo de registros sacramentales (www.artxibo.eus) del Gobierno Vasco, veremos que la que hoy podría ser forma eusquérica, Beibide, existe desde antes que la hoy considerada forma castellana, Beivide. El primer bautizo registrado con ese apellido es el de Jacobe Veadas Beibide el 23 de marzo de 1598 en la parroquia de los Santos Juanes de Bilbao, hijo de Diego Veadas y de Mari Peres Beibide, que de esta forma le dio a su hijo su segundo apellido, el Beibide, perdiéndose el Peres. En aquella época este tipo de cambios eran de lo más normal, como ya sabemos. A saber por qué la mujer renunció al Peres, quizás porque podría sonar judaico o extraño al país. Según esa regla de tres, cuántos apellidos no eusquéricos de portadores originarios vascos que hoy presumen de apellidos eusquéricos, se habrán quedado por el camino. Hay registrados 48 bautizos donde aparece ese apellido Beibide, hasta el último en 1897. Téngase en cuenta que solo podemos conocer los registros sacramentales que llegan hasta 1900. En cuanto a la que hoy podríamos considerar forma castellana, Beivide, el primer bautizo lo tenemos el 19 de junio de 1603, solo cinco años después de la forma Beibide, realizado en la parroquia San Miguel Arcángel de Oñate, en la persona de Juan Beivide Olacaran, hijo de Juan Beivide y de Catalina Olacaran.

 

Este ejemplo del Beibide/Beivide nos aclara una cuestión en relación con la diferencia entre “v” y “b”, que en principio podríamos pensar que es por la grafía castellana o eusquérica, respectivamente, pero mejor habría que decir, a partir de ahora, que aquí la diferencia es entre grafía castellana y grafía nacionalista vasca, que pretende ser más auténtica que la castellana pero que es más inauténtica e ideologizada que esta. Porque los vascoespañoles o vascofranceses que escribían en eusquera en aquellas épocas en que empezaron a ponerse por escrito de manera oficial los apellidos, como el Pedro Aguerre Azpilicueta, llamado Axular, autor de Guero, que vimos hace poco en esta serie, lo hacían sin la maldad ideologizada de los nacionalistas actuales y escribían en eusquera del mismo modo que lo hacían en castellano o francés, porque el eusquera siempre había sido una lengua predominantemente oral. Y en el caso particular de la “b” y la “v” es muy significativo porque indica que las formas que hoy identificamos como eusquérica o castellana, no computaban así en aquella época, donde la “b” y la “v” se podían intercambiar entre sí con facilidad. Como vimos también para el ejemplo en español de “Berdugo” y “Verdugo”, en el artículo “Bienvenido Verdugo” de esta serie. Quiere decirse que con las letras “b” y “v” la jugada eusquérica que los nacionalistas tienen por norma, no contaba en otras épocas, así como ocurre, en cambio, hoy con las formas “c” o “qu” y su cambio por la “k” actual, cambio que nunca veremos en aquellas épocas, cuando nunca se usaban la “k” u otras grafías (“tx”, “tz”) típicas nacionalistas actuales, en el sentido discriminatorio y de marcador ideológico del idioma que hoy conocemos.

 

Bautizos de portadores del Beivide hay 11 registrados hasta el último en 1809. Pero lo curioso aquí es que mientras este Beivide ha continuado en el resto de España hasta la actualidad, en cambio el Beibide ha desaparecido, al menos en España (luego veremos que en el diccionario Oyhamburu se dice que el Beibide sigue existiendo en México).

 

Según el INE, en su padrón actual, existen en España 130 personas apellidadas Beivide de primer apellido y 102 de segundo. Donde más en Cantabria, seguida de Barcelona, Castellón y Madrid por ese orden. Como sabemos que, en caso de no llegar a 4 portadores, el INE no nos informa de provincia, hay que ver cuántos portadores de los 130 y 102 quedan sin adscribir a esas cuatro provincias en las que sí se nos da que está. En el caso de primer apellido son 3 portadores y en el caso de segundo apellido son 8 (basta con restar del total los asignados con certeza a cada provincia), que bien podrían residir en alguna o algunas provincias vascas, como último vestigio del Beivide originario vasco, ya que los Beibide, como ya hemos dicho, están extinguidos o, siendo precisos, no llegan a 5 en el total nacional. Qué les parece la paradoja. Todo el apellido Beivide (a salvo de esos pocos portadores que no sabemos donde residen y a los que les concedemos la posibilidad de que alguno de ellos, por aquello de su origen, pudieran residir en alguna provincia vasca) está repartido, casi literalmente, por las cuatro esquinas de la geografía española, pero desaparecido de suelo vasco o navarro.

 

Beivide (y en la mayoría de los casos también la forma Beibide) tiene otra particularidad y es que no aparece en ningún diccionario de apellidos vascos. Respecto de Euscalchaindia, ya hemos comentado la chapuza de no empezar por el Beivide, como hace con el resto de apellidos, que pone primero su grafía española y luego la eusquérica. En este caso ignora completamente que existe la forma Beivide. En el Querexeta no aparece ni Beivide ni Beibide, cosa rara. En El solar vasco de los hermanos Carraffa tampoco. Y en el Oyhamburu solo aparece la que hoy consideraríamos forma eusquérica, Beibide, que la explica así: “bei+bide: Camino de vacas. Hemos encontrado este apellido vasco solamente en México.” Ya le vale al Oyhamburu, que se va hasta México para encontrar el Beibide y, en cambio, pasa olímpicamente de que en España existe el Beivide.

 

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