La cobardía de los terroristas
Hamás es terrorismo islamista. No vale disfrazarlos o blanquearlos. Hamás ha sido declarada organización terrorista por gran parte de los Estados occidentales. Como terroristas, hacen uso de la violencia más cruel e indiscriminada. De tales métodos no nos hemos olvidado los españoles que sufrimos a ETA, aunque ahora hayan promovido algunos iluminados un proceso de blanqueamiento que siempre tienen las mismas coordenadas. Liberación. Defensa de los oprimidos. Guerra de guerrillas ante los "imperialistas opresores". Gestores del miedo para crear en la población una corriente de comprensión que llega a justificar u olvidar las salvajadas más atroces sobre la población civil y que tiene todos los síntomas del Síndrome de Estocolmo.
Mientras Occidente apoya a Israel y condena a los islamitas, en España, el Gobierno está dividido. El sector podemita sale en defensa de los terroristas y España no puede firmar un manifiesto con otras potencias europeas sobre lo acontecido en Gaza. Y es que ya sabíamos de antaño cómo Sumar está formado por aliados de Bildu y estos son el brazo político de ETA. Lo que resulta vergonzoso para los españoles, y más cuando el Presidente en funciones del Gobierno no ha cesado a las ministras implicadas en lo que antecede.
Quienes hemos sufrido como víctimas acreditadas por el terrorismo en España, podemos atestiguar que los actos terroristas tienen tres particularidades. Terror, propaganda y cobardía. Se trata de hacer el mayor daño posible a la población indefensa, para llenar los informativos con la escalofriante noticia acción-víctimas. No darán nunca la cara y si fuera preciso pedirán árnica para evitar el castigo bíblico del ojo por ojo.
Por todo ello comprendo y aplaudo lo que hemos visto en la Castellana de Madrid durante los actos del 12 de octubre. Vivas al Rey y pitos para el Presidente que no sólo quiere amnistiar a golpistas y facilitar otro proceso secesionista en Cataluña, es que protege con el silencio a miembros de su Gobierno que apoyan a Hamás.
Haniya es el líder de Hamás y probablemente el principal responsable del ataque en la franja de Gaza. Sin embargo, él no va a sufrir la represalia israelí porque no se encuentra en Gaza. Y es que hace años que abandonó la ciudad porque asegura que su vida está en peligro. Desde fuera (posiblemente en Qatar), este cabecilla maneja parte de la comunicación en la organización.
En segundo lugar, Deif es el comandante y líder del ala militar de Hamás. Considerado como uno de los principales estrategas del grupo militar palestino, es el hombre más buscado por Israel desde hace décadas tras ser el responsable de la muerte de docenas de israelíes en atentados suicidas.
Nació en un campo de refugiados y creció bajo los ataques de Israel. Es más, Deif se encuentra en silla de ruedas, le falta un brazo y una pierna cuando en 2014, un cohete israelí arrasó su casa y mató a su esposa, a su hijo de siete meses y a su hija de tres años. Desde ese momento vive escondido y apenas hay imágenes de él en público.
Por si esto fuera poco, hay otro nombre que está en el foco del conflicto. Se trata de Yahya Sinwar, fundador del brazo armado de la organización. Recibe el sobrenombre de ‘El Puro’ y está considerado como el cerebro de los ataques a Israel.
Fue condenado a cadena perpetua por asesinar a dos soldados y pasó más de 20 años en cárceles israelíes, pero fue liberado en 2011 durante un intercambio de presos entre Israel y Palestina. A su regreso a Gaza, una multitud le recibió entre vítores y abrazos. Seis años después de esta situación, fue elegido líder de Hamás en Gaza, cargo que mantiene en la actualidad.
Es considerado uno de los líderes más radicales de la organización, y forma parte de la lista de terroristas más buscados de Estados Unidos. Además, es uno de los principales objetivos de Israel. Durante esta ofensiva que tanta repercusión tuvo a nivel mundial, su casa (situada en el sur de la franja de Gaza) fue bombardeada.
Aun con amargas sensaciones de cómo la guerra sigue siendo uno de los jinetes del Apocalipsis que cabalga engendrando muerte y hambre, mucho temo que ambas contiendas en Ucrania y en Oriente Medio estén conectadas como estrategias dirigidas con mando a distancia por quienes no sólo necesitan cambiar las fronteras geopolíticas, es que son beneficiarios de los negocios que deparan las industrias armamentísticas y en el futuro la reconstrucción de lo que ahora se reduce a escombros. Lo que no tiene marcha atrás son el dolor por las muertes y las ausencias definitivas que producen los asesinatos en nombre de no sabemos qué religión o liberación.
Y a riesgo de ser pesimista, no puedo por menos que recordar como España es la frontera sur de Europa occidental, OTAN y UE. Con dos ciudades que podrán ser objetivo del fallido Estado Islámico y que son Ceuta y Melilla. Además tenemos entre nuestra población una ingente cantidad de islamistas que además reciben los parabienes de esas gobernantas que confunden izquierdismo con terrorismo sin que nadie las corrija como se merecen.
Hamás es terrorismo islamista. No vale disfrazarlos o blanquearlos. Hamás ha sido declarada organización terrorista por gran parte de los Estados occidentales. Como terroristas, hacen uso de la violencia más cruel e indiscriminada. De tales métodos no nos hemos olvidado los españoles que sufrimos a ETA, aunque ahora hayan promovido algunos iluminados un proceso de blanqueamiento que siempre tienen las mismas coordenadas. Liberación. Defensa de los oprimidos. Guerra de guerrillas ante los "imperialistas opresores". Gestores del miedo para crear en la población una corriente de comprensión que llega a justificar u olvidar las salvajadas más atroces sobre la población civil y que tiene todos los síntomas del Síndrome de Estocolmo.
Mientras Occidente apoya a Israel y condena a los islamitas, en España, el Gobierno está dividido. El sector podemita sale en defensa de los terroristas y España no puede firmar un manifiesto con otras potencias europeas sobre lo acontecido en Gaza. Y es que ya sabíamos de antaño cómo Sumar está formado por aliados de Bildu y estos son el brazo político de ETA. Lo que resulta vergonzoso para los españoles, y más cuando el Presidente en funciones del Gobierno no ha cesado a las ministras implicadas en lo que antecede.
Quienes hemos sufrido como víctimas acreditadas por el terrorismo en España, podemos atestiguar que los actos terroristas tienen tres particularidades. Terror, propaganda y cobardía. Se trata de hacer el mayor daño posible a la población indefensa, para llenar los informativos con la escalofriante noticia acción-víctimas. No darán nunca la cara y si fuera preciso pedirán árnica para evitar el castigo bíblico del ojo por ojo.
Por todo ello comprendo y aplaudo lo que hemos visto en la Castellana de Madrid durante los actos del 12 de octubre. Vivas al Rey y pitos para el Presidente que no sólo quiere amnistiar a golpistas y facilitar otro proceso secesionista en Cataluña, es que protege con el silencio a miembros de su Gobierno que apoyan a Hamás.
Haniya es el líder de Hamás y probablemente el principal responsable del ataque en la franja de Gaza. Sin embargo, él no va a sufrir la represalia israelí porque no se encuentra en Gaza. Y es que hace años que abandonó la ciudad porque asegura que su vida está en peligro. Desde fuera (posiblemente en Qatar), este cabecilla maneja parte de la comunicación en la organización.
En segundo lugar, Deif es el comandante y líder del ala militar de Hamás. Considerado como uno de los principales estrategas del grupo militar palestino, es el hombre más buscado por Israel desde hace décadas tras ser el responsable de la muerte de docenas de israelíes en atentados suicidas.
Nació en un campo de refugiados y creció bajo los ataques de Israel. Es más, Deif se encuentra en silla de ruedas, le falta un brazo y una pierna cuando en 2014, un cohete israelí arrasó su casa y mató a su esposa, a su hijo de siete meses y a su hija de tres años. Desde ese momento vive escondido y apenas hay imágenes de él en público.
Por si esto fuera poco, hay otro nombre que está en el foco del conflicto. Se trata de Yahya Sinwar, fundador del brazo armado de la organización. Recibe el sobrenombre de ‘El Puro’ y está considerado como el cerebro de los ataques a Israel.
Fue condenado a cadena perpetua por asesinar a dos soldados y pasó más de 20 años en cárceles israelíes, pero fue liberado en 2011 durante un intercambio de presos entre Israel y Palestina. A su regreso a Gaza, una multitud le recibió entre vítores y abrazos. Seis años después de esta situación, fue elegido líder de Hamás en Gaza, cargo que mantiene en la actualidad.
Es considerado uno de los líderes más radicales de la organización, y forma parte de la lista de terroristas más buscados de Estados Unidos. Además, es uno de los principales objetivos de Israel. Durante esta ofensiva que tanta repercusión tuvo a nivel mundial, su casa (situada en el sur de la franja de Gaza) fue bombardeada.
Aun con amargas sensaciones de cómo la guerra sigue siendo uno de los jinetes del Apocalipsis que cabalga engendrando muerte y hambre, mucho temo que ambas contiendas en Ucrania y en Oriente Medio estén conectadas como estrategias dirigidas con mando a distancia por quienes no sólo necesitan cambiar las fronteras geopolíticas, es que son beneficiarios de los negocios que deparan las industrias armamentísticas y en el futuro la reconstrucción de lo que ahora se reduce a escombros. Lo que no tiene marcha atrás son el dolor por las muertes y las ausencias definitivas que producen los asesinatos en nombre de no sabemos qué religión o liberación.
Y a riesgo de ser pesimista, no puedo por menos que recordar como España es la frontera sur de Europa occidental, OTAN y UE. Con dos ciudades que podrán ser objetivo del fallido Estado Islámico y que son Ceuta y Melilla. Además tenemos entre nuestra población una ingente cantidad de islamistas que además reciben los parabienes de esas gobernantas que confunden izquierdismo con terrorismo sin que nadie las corrija como se merecen.