Estoy impactado con una entrevista en Antena 3. Felipe González Márquez en pleno uso de su libertad, se ha pronunciado con respeto y claridad ante las preguntas de la periodista generalmente bien preparada, rápida e inteligente, que sabe sacar partido de los que aceptan tal formato televisivo en las primeras horas y en el programa " Espejo público".

Felipe González asegura que estuvo "a favor de los indultos", pero está "en contra" de la amnistía. Margallo no ve exagerado hablar de "balcanización" de España y avisa del riesgo de ruptura. Feijóo culpa a Sánchez de impedir un pacto del PP y el PSOE, que sería "la buena noticia". Pero lo que resulta de Aurora Boreal es la insistencia de una tal Belarra en que representa al Gobierno de España cuando pide se declaren genocidas a los israelitas y romper relaciones diplomáticas, amén de "capturar" al premier israelí y someterlo a corte marcial para condenarlo como se hizo con los dirigentes nazis en Núremberg.

Me temo que el prestigio de España con tal Gobierno y sus "desencuentros" ante el conflicto de Gaza es mínimo. Supongo que todos los aspirantes a presidir el Gobierno de España, al menos habrán aprendido la lección: hay que seleccionar con sumo cuidado a ministrables. Lo digo no sólo por el dueto Belarra-Montero, es que puede cometerse el tercer error. Que sea ministra una tal Ada Colau. 

Un ayuntamiento de Bildu expone las pinturas del preso de ETA Mikel Otegi por su cumpleaños. ¡Qué majos que son estos "demócratas" arrepentidos! Es de suponer que el artista y sus mecenas invitarán a las familias de los dos policías asesinados en una muestra más de normalidad y blanqueamiento de la presunta memoria histórica.   

Aragonès lleva su proclama al Senado: "La amnistía es el punto de inicio; el destino es votar la independencia" Se puede decir más alto, repetirlo, cantarlo como hicieron los juglares; pero no se puede decir más claro y a las claras. La pregunta resulta obvia. ¿Qué piensa conceder el sanchismo?. Reyes Maroto. "Con Bildu nos ponemos de acuerdo en mejorar la vida de los españoles". Tengo una duda existencial. Los herederos de ETA: ¿en qué mejoraron la vida de los españoles?. A no ser que la todavía Ministra -que no hubo de pasar por las orcas claudinas del terrorismo etarra- considere que se está mucho mejor en la tumba que viviendo en libertad y disfrutando con la familia. Esta visto que si son las ministras de Sanchez el prototipo de mujer culta, moderna, liberada y feminista, ¡paren que me bajo!.

Comparto con Felipe González que la conducta política de Sánchez no es la de un socialista. ¿Dónde está esa igualdad propia y diferente al liberalismo que predica un Estado contemplativo dónde el más "espabilado" crece y el menos dotado se queda atrás? Un Estado progresista no sólo vela por la calidad en los derechos que asisten al ciudadano, es que interviene para mitigar los desequilibrios y desigualdades. Entonces: ¿Cómo puede el socialismo vigente con sede en la calle Ferraz de Madrid, tolerar los desequilibrios y desigualdades que propician los nacionalistas catalanes?

Junts insiste en no renunciar a la unilateralidad y dice que el objetivo de la amnistía es "reparar una injusticia". No hay dudas. Los nacionalistas catalanes lo han dicho en el Senado. Lo que extraña son las explicaciones "tranquilizadoras" sobre el particular inconstitucional que defienden Sánchez y sus ministros. Estamos ante un felón que desprecia la verdad a la que tenemos derecho todos los españoles, incluso y si tiene valor, tal como le espetó Felipe, que someta la amnistía al refrendo del tejido social de España. Si no lo hace es por manipulación y cobardía.   

¿Qué habremos hecho los españoles para merecer dirigentes como estos? Puestos a soñar me refugio en Don Manuel Azaña. Sin duda Azaña ejemplifica las oportunidades del intelectual en la política, proponiendo un plan reflexivo de transformación de la sociedad y el Estado, llevado a cabo a través de la movilización del discurso. Se trata de verificar un diseño y llevarlo a efecto democráticamente, convenciendo al auditorio utilizando la razón y sumándole cordial y espiritualmente a la labor patriótica de la transformación nacional. En Manuel Azaña el intelectual, decimos, no solo se es convocado a diseñar el plan reconstructor sino a efectuar la movilización democrática que lo efectúa.

Están sembrando la división entre los españoles. Nos quieren arrebatar la convivencia y la reconciliación tras un siglo XX cuya primera mitad se caracterizó por la guerra. Los valores de la paz constituyen un juguete macabro en las mentes de los mandarines. Esos que no se han atrevido con el Senado reunido para escuchar y debatir las apetencias del pequeño ninot llegado desde la Cataluña nacionalista. A tal amenazante aspiración secesionista sólo puede oponerse una convocatoria electoral para que el pueblo soberano español se pronuncie y sancione.