Consecuencias de la crisis
Los vascos comemos menos y de menor calidad
Las familias vascas moderan "la cantidad y calidad de sus compras en alimentación", según un estudio de la revista Consumer Eroski, que ha encuestado a 2.000 personas de nueve comunidades autónomas sobre la influencia de la crisis en los hábitos alimentarios y de compra de las familias.
Las familias vascas encuestadas por Eroski Consumer dicen gastar en comida una media de 363 euros cada mes, apenas un 6% más que la media del estudio (343 euros), cálculos aproximados de los encuestados que, según Consumer, no difieren mucho de los obtenidos en la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, según la cual, las familias vascas hicieron en 2013 un desembolso en alimentación de 4.636 euros de media por hogar, un presupuesto que ha disminuido un 2% desde que se inició la crisis en 2008.
Un 67% de los encuestados vascos afirma que ha aumentado la partida que dedica a la alimentación familiar y dicen que ese presupuesto ha crecido una media de 94 euros mensuales. Por el contrario, otro 13% sí piensa que el presupuesto doméstico que destina a la alimentación ha disminuido y alude a un decrecimiento de 124 euros de media al mes, cuando el INE lo cifra en alrededor de 6 euros mensuales en los hogares vascos.
La crisis ha influenciado la forma de hacer la compra, dado que en los últimos cinco o seis años, el 86% de los entrevistados en el País Vasco afirma que suele comparar más los precios de los productos alimenticios que desea adquirir y el 80% asegura que presta más atención a las ofertas. Asimismo, el 71% evita gastos superfluos o caprichos con el fin de ahorrar y, en la misma proporción, reconoce que adquieren más productos de marca blanca.
Los consumidores vascos encuestados no solo miran y comparan más, sino que el 77% sustituye un tipo de alimento considerado más caro por otro más económico y el 38% admite que modera la cantidad de productos que adquiere. Por un lado, entre el 45% y el 30% de los consultados compra menos galletas, bollería, pastelería y repostería, chocolates, embutidos, marisco, queso y patatas fritas de bolsa, gominolas y otras chucherías. Por el otro, el 33% adquiere más carne de ave (pollo, gallina o codorniz).
El 41% de los entrevistados vascos reconoce que la crisis económica le ha obligado a reducir la calidad de los productos alimenticios que compra.
Un 64% de los consumidores consultados en el País Vasco afirma que ha variado su dieta de alguna forma desde que se inició la crisis hace seis años y un 21% de los entrevistados admite que su dieta actual es menos saludable debido a la disminución del poder adquisitivo y el aumento de los precios.
Un 16% de las personas consultadas reconoce haber aumentado el consumo de precocinados (croquetas, salchichas, pizzas), mientras que el 13% admite haber incrementado el consumo de bollería y repostería industrial barata.
Por otra parte, en torno al 13% de los entrevistados vascos ha disminuido el consumo de frutas y verduras y hortalizas frescas.
Las familias vascas moderan "la cantidad y calidad de sus compras en alimentación", según un estudio de la revista Consumer Eroski, que ha encuestado a 2.000 personas de nueve comunidades autónomas sobre la influencia de la crisis en los hábitos alimentarios y de compra de las familias.
Las familias vascas encuestadas por Eroski Consumer dicen gastar en comida una media de 363 euros cada mes, apenas un 6% más que la media del estudio (343 euros), cálculos aproximados de los encuestados que, según Consumer, no difieren mucho de los obtenidos en la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, según la cual, las familias vascas hicieron en 2013 un desembolso en alimentación de 4.636 euros de media por hogar, un presupuesto que ha disminuido un 2% desde que se inició la crisis en 2008.
Un 67% de los encuestados vascos afirma que ha aumentado la partida que dedica a la alimentación familiar y dicen que ese presupuesto ha crecido una media de 94 euros mensuales. Por el contrario, otro 13% sí piensa que el presupuesto doméstico que destina a la alimentación ha disminuido y alude a un decrecimiento de 124 euros de media al mes, cuando el INE lo cifra en alrededor de 6 euros mensuales en los hogares vascos.
La crisis ha influenciado la forma de hacer la compra, dado que en los últimos cinco o seis años, el 86% de los entrevistados en el País Vasco afirma que suele comparar más los precios de los productos alimenticios que desea adquirir y el 80% asegura que presta más atención a las ofertas. Asimismo, el 71% evita gastos superfluos o caprichos con el fin de ahorrar y, en la misma proporción, reconoce que adquieren más productos de marca blanca.
Los consumidores vascos encuestados no solo miran y comparan más, sino que el 77% sustituye un tipo de alimento considerado más caro por otro más económico y el 38% admite que modera la cantidad de productos que adquiere. Por un lado, entre el 45% y el 30% de los consultados compra menos galletas, bollería, pastelería y repostería, chocolates, embutidos, marisco, queso y patatas fritas de bolsa, gominolas y otras chucherías. Por el otro, el 33% adquiere más carne de ave (pollo, gallina o codorniz).
El 41% de los entrevistados vascos reconoce que la crisis económica le ha obligado a reducir la calidad de los productos alimenticios que compra.
Un 64% de los consumidores consultados en el País Vasco afirma que ha variado su dieta de alguna forma desde que se inició la crisis hace seis años y un 21% de los entrevistados admite que su dieta actual es menos saludable debido a la disminución del poder adquisitivo y el aumento de los precios.
Un 16% de las personas consultadas reconoce haber aumentado el consumo de precocinados (croquetas, salchichas, pizzas), mientras que el 13% admite haber incrementado el consumo de bollería y repostería industrial barata.
Por otra parte, en torno al 13% de los entrevistados vascos ha disminuido el consumo de frutas y verduras y hortalizas frescas.