Grave corrupción en el FBI
![[Img #25125]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/11_2023/989_screenshot-2023-11-19-at-18-15-51-sede-del-fbi-busqueda-de-google.png)
Muchos se acordarán del expresidente Richard Nixon que dimitió tras el descubrimiento de que hasta su propio fiscal general intentara encubrir un crimen (no grave, la verdad) de espionaje en los archiveros de los demócratas. The Washington Post tenía contacto con un lugarteniente del FBI, Mark Felt, quien estaba resentido porque no se le dio el puesto del J. Edgar Hoover en su muerte y Nixon tampoco lo nombró. Tenía un puesto en la Casa Blanca y por sus filtraciones con el "nick" "Deep Throat" ("garganta profunda") se dieron a conocer los pormenores del renombrado caso “Watergate”. El fundador del FBI, J. Edgar Hoover no era un santito, ya que documentó las dudosas actividades de muchos políticos, hizo escuchas ilegales y promovió información de todas las asociaciones o grupos que no le gustaban para uso propio también. Trabajó, vivió, iba a restaurantes, al trabajo y hasta de vacaciones privadas con su lugarteniente, Clyde Tolson. Y le dejó casi toda su herencia. Se especula desde hace tiempo que en fiestas privadas se vestía de mujer. Pero nadie se atrevió a hacer declaraciones públicas por las probables consecuencias.
Al César lo que es del César y hay que darle crédito por las innovaciones y métodos científicos que introdujo. Y, sin duda, en muchos aspectos, el FBI hizo una labor excelente. Muchos pensamos que la Administración de Obama fue la que comenzó a convertir en armas políticas a las agencias gubernamentales. Uno de los ejemplos claros fueron las incesantes auditorías a los movimientos cristianos que se opusieron tanto a la Sanidad de Obama después de su elección en el 2008. El IRS (Hacienda norteamericana) investigó a muchas organizaciones y organizadores causando serios gastos y numerosas angustias. La intimidación es otra arma. Al final del mandato de Obama, inesperadamente, apareció Donald J. Trump y surgieron los ataques con falsas acusaciones que llegaron a su cúspide. Ya hemos escrito y está verificado que Hillary Clinton utilizó el "Steele Dossier", un documento falso pagado por ella, para acusar a Donald Trump de tener conexiones con Rusia: "Russian Collusion". Este documento fue extendido primero al FBI y éste, sin verificar su validez, lo pasó al Congreso dominado por los Demócratas para que estos iniciaran una investigación que duró casi tres años. Que con todo ese acoso y la inmensa publicidad negativa, el presidente Trump lograra crear nuevos puestos de trabajo, redujera el paro al 3.7%, la inflación al 2%, la gasolina a menos de $2.00/galón, aumentara el salario de cada ciudadano por en 5.000 dólares y que bajara el interés de las hipotecas…. es algo que muy pocos se ponen a recapacitar y todavía se enfocan en los tuits de mal gusto del presidente. Los de la cúpula del FBI están demostrando ser unos lacayos del Partido Demócrata y del Estado Profundo. He de admitir que una de las cosas refrescantes es que todavía hay grandes patriotas dentro de la organización y que se juegan la profesión, el futuro y hasta sus bienestar económico saliendo a delatar actos ilegales cometidos por la agencia. Los llaman “whistleblowers” (informadores). No todas las actividades son de tan envergadura como el “Russian Collusion”. Lo último que acabo de leer en LifeSiteNews (de temas católicos) es que el FBI está tomando represalias contra aquellos agentes que no se vacunaron, o no quisieron ponerse la mascarilla y tomaron parte en actividades religiosas. A éstos, se les retiró el acceso a información confidencial, se les arrinconó en el trabajo o se les envió a otros de menor relevancia y se les empujó hacia la salida. También hemos reportado que estuvieron vigilando e investigando iglesias católicas, así como a padres que protestaban en reuniones de los gestores de escuelas públicas por la enseñanza de temas sexuales a niños de 5 y 6 años. Entre los casos más descabellados está la demanda que ha puesto el Departamento de Justicia a Elon Musk y su compañía Space X por discriminar a los que han pedido asilo político o tienen el estatus de refugiados. Esto es para reírse sin parar, ya que los que califican para asilo son menos del 1% de los que llegan. El asilo, por ley, se ha de pedir en el país contiguo y no después de cruzar unos cinco países. Aparte, ¿cuántos están preparados para trabajar en nada menos que Space X? Como Elon Musk tuvo la “osadía” de despedir a los agentes del FBI que censuraban a conveniencia en Twitter y convertirlo en el único medio digital imparcial, donde impera la libertad de expresión, se han vengado. Otro de los casos más graves fue la trampa que le tendieron al condecorado general especialista en Inteligencia Michael Flynn. Escribí sobre el caso, del cual hay hasta una nota de la agencia sobre la planificación de la trampa. Al general, le costó tres años de cárcel por ¡“mentir” al FBI!
Afortunadamente, fue perdonado por Donald J.Trump. Una verdadera pena, ya que Flynn sabía dónde estaban escondidos los esqueletos de la CIA y el FBI, por su anterior experiencia en dichos servicios y hubiese hecho una limpieza. En otro caso que se ha descubierto, por admisión propia del FBI en una corte de Alaska, es que la Oficina del FBI en Washington decidió abandonar un caso muy claro de pedofilia para concentrar sus esfuerzos en el caso del 6 de enero. El pedófilo con el nombre digital de “gayboy69freak” prosiguió con sus andanzas conviviendo con un niño. Y sobre la manifestación y el “asalto” al Capitolio el 6 de enero se pueden escribir libros. Después de las 40.000 horas de vídeos que ha obtenido el Congreso, y ahora que lo domina el Partido Republicano, se puede verificar que anteriormente los medios y los Demócratas nos ofrecieron vídeos totalmente manipulados para dar una imagen distorsionada. No hay duda de que todo fue un montaje diseñado para calificar de “insurrección” a Donald J. Trump y sus votantes. El nuevo Congreso ya está divulgando en secciones por medios digitales y abajo ofrezco uno del apodado Q’Anon Shaman, Jacob Chansley. Por esta “intrusión”, en la que se le ve acompañado por Seguridad, al Capitolio le condenaron a 41 meses de cárcel. Después de que se publicaran estas imágenes y apelara el caso, ha sido puesto en libertad y planifica en presentarse a elecciones para el Congreso. Fue militar de los Marines. https://nypost.com/2023/03/06/jan-6-footage-shows-cops-bringing-qanon-shaman-to-senate-floor/
Entre muchas razones por las que creo que todo fue un montaje (lo del 6 de enero), otra es que el de la foto adjunta, Ray Epps, que participó en la instigación del allanamiento del Capitolio. En el primer minuto del reportaje de Tucker Carlson se puede verificar claramente el llamamiento para entrar en el Capitolio. https://www.youtube.com/watch?v=ylYF6-sZkgM
En este otro video se ve como a un hombre disfrazado como simpatizante de Trump para la manifestación, pretenden arrestarle y le quitan las esposas. Acto seguido se chocan los puños indicando “labor bien hecha”.
Posteriormente, se ha verificado que Ray Epps estaba conectado al FBI, pero por la obviedad le imputaron con un delito menor y la condena fue una palmadita en la mano. Tres años de cárcel para un general republicano por mentir al FBI, cientos otros han sido encarcelados y ni un mes de servicio social para el instigador del allanamiento al Capitolio. En los vídeos ha salido otra sección en la que hay dos autobuses de donde salieron docenas de individuos para la manifestación. El congresista Clay Higgins mostró al director del FBI, Christopher Wray, los autobuses “fantasmas” donde llegaron docenas de agentes encubiertos para participar en la manifestación. El mismo jefe de policía del Capitolio ha declarado en el Congreso que todo fue un montaje. No cabe la menor duda que existe una persecución política. Aquí el congresista mostrando una foto de los autobuses “fantasmas”. https://www.thegatewaypundit.com/2023/11/beware-ghost-bus-early-2020-protest-is-not/
Y creer en la persecución tiene mucha lógica, ya que George Soros gastó millones en campañas para las elecciones de fiscales en muchos distritos de EEUU. Leticia James, fiscal de Nueva York, inició una serie de imputaciones basadas en el supuesto fraude de una “sobrevalorización” de sus propiedades en aquella ciudad para obtener préstamos. ¡Ridículo! Como si los bancos no supieran el valor de las propiedades ni cómo proteger sus hipotecas. Pero el problema del sistema judicial de Nueva York y Washington DC es que sus votantes son 2 a 1 demócratas y el encontrar un juez o fiscal imparcial, sería como esperar que en el País Vasco saliera elegido un Lehendakari de Vox. Por fortuna, los jueces y fiscales progresistas también están encontrando reveses en las apelaciones a otros jueces superiores que abarcan territorios más amplios. El juez de Nueva York, Arthur Engoron, al cargo de unos casos de Trump, tuvo la osadía de prohibir que el expresidente hablara yendo claramente en contra de la Primera Enmienda de la Constitución. Obviamente, en la primera apelación, el juez ha sido anulado. Estos fiscales progresistas, apoyados por el dinero de George Soros en las elecciones, son los culpables del serio incremento del crimen en las ciudades progresistas de San Francisco, Los Angeles, Washington DC y Nueva York. Recortando los presupuestos de la policía por un lado y negándose a imputar cargos a los delincuentes. Por ello, están perdiendo población. El renombrado abogado constitucional Alan Dershowitz, que por cierto es del Partido Demócrata, se queja seriamente de la situación: “Debemos parar totalmente en convertir el Departamento de Justicia en un arma política”.
Su mejor alumno en la Universidad de Harvard, el senador Ted Cruz, acaba de escribir un libro titulado Justicia Corrupta: Cómo la izquierda usa el sistema judicial como arma política. Aunque reconocemos que es muy improbable, todo esta ha dado pie para propuestas de eliminar fondos por parte del Congreso al FBI.
Muchos se acordarán del expresidente Richard Nixon que dimitió tras el descubrimiento de que hasta su propio fiscal general intentara encubrir un crimen (no grave, la verdad) de espionaje en los archiveros de los demócratas. The Washington Post tenía contacto con un lugarteniente del FBI, Mark Felt, quien estaba resentido porque no se le dio el puesto del J. Edgar Hoover en su muerte y Nixon tampoco lo nombró. Tenía un puesto en la Casa Blanca y por sus filtraciones con el "nick" "Deep Throat" ("garganta profunda") se dieron a conocer los pormenores del renombrado caso “Watergate”. El fundador del FBI, J. Edgar Hoover no era un santito, ya que documentó las dudosas actividades de muchos políticos, hizo escuchas ilegales y promovió información de todas las asociaciones o grupos que no le gustaban para uso propio también. Trabajó, vivió, iba a restaurantes, al trabajo y hasta de vacaciones privadas con su lugarteniente, Clyde Tolson. Y le dejó casi toda su herencia. Se especula desde hace tiempo que en fiestas privadas se vestía de mujer. Pero nadie se atrevió a hacer declaraciones públicas por las probables consecuencias.
Al César lo que es del César y hay que darle crédito por las innovaciones y métodos científicos que introdujo. Y, sin duda, en muchos aspectos, el FBI hizo una labor excelente. Muchos pensamos que la Administración de Obama fue la que comenzó a convertir en armas políticas a las agencias gubernamentales. Uno de los ejemplos claros fueron las incesantes auditorías a los movimientos cristianos que se opusieron tanto a la Sanidad de Obama después de su elección en el 2008. El IRS (Hacienda norteamericana) investigó a muchas organizaciones y organizadores causando serios gastos y numerosas angustias. La intimidación es otra arma. Al final del mandato de Obama, inesperadamente, apareció Donald J. Trump y surgieron los ataques con falsas acusaciones que llegaron a su cúspide. Ya hemos escrito y está verificado que Hillary Clinton utilizó el "Steele Dossier", un documento falso pagado por ella, para acusar a Donald Trump de tener conexiones con Rusia: "Russian Collusion". Este documento fue extendido primero al FBI y éste, sin verificar su validez, lo pasó al Congreso dominado por los Demócratas para que estos iniciaran una investigación que duró casi tres años. Que con todo ese acoso y la inmensa publicidad negativa, el presidente Trump lograra crear nuevos puestos de trabajo, redujera el paro al 3.7%, la inflación al 2%, la gasolina a menos de $2.00/galón, aumentara el salario de cada ciudadano por en 5.000 dólares y que bajara el interés de las hipotecas…. es algo que muy pocos se ponen a recapacitar y todavía se enfocan en los tuits de mal gusto del presidente. Los de la cúpula del FBI están demostrando ser unos lacayos del Partido Demócrata y del Estado Profundo. He de admitir que una de las cosas refrescantes es que todavía hay grandes patriotas dentro de la organización y que se juegan la profesión, el futuro y hasta sus bienestar económico saliendo a delatar actos ilegales cometidos por la agencia. Los llaman “whistleblowers” (informadores). No todas las actividades son de tan envergadura como el “Russian Collusion”. Lo último que acabo de leer en LifeSiteNews (de temas católicos) es que el FBI está tomando represalias contra aquellos agentes que no se vacunaron, o no quisieron ponerse la mascarilla y tomaron parte en actividades religiosas. A éstos, se les retiró el acceso a información confidencial, se les arrinconó en el trabajo o se les envió a otros de menor relevancia y se les empujó hacia la salida. También hemos reportado que estuvieron vigilando e investigando iglesias católicas, así como a padres que protestaban en reuniones de los gestores de escuelas públicas por la enseñanza de temas sexuales a niños de 5 y 6 años. Entre los casos más descabellados está la demanda que ha puesto el Departamento de Justicia a Elon Musk y su compañía Space X por discriminar a los que han pedido asilo político o tienen el estatus de refugiados. Esto es para reírse sin parar, ya que los que califican para asilo son menos del 1% de los que llegan. El asilo, por ley, se ha de pedir en el país contiguo y no después de cruzar unos cinco países. Aparte, ¿cuántos están preparados para trabajar en nada menos que Space X? Como Elon Musk tuvo la “osadía” de despedir a los agentes del FBI que censuraban a conveniencia en Twitter y convertirlo en el único medio digital imparcial, donde impera la libertad de expresión, se han vengado. Otro de los casos más graves fue la trampa que le tendieron al condecorado general especialista en Inteligencia Michael Flynn. Escribí sobre el caso, del cual hay hasta una nota de la agencia sobre la planificación de la trampa. Al general, le costó tres años de cárcel por ¡“mentir” al FBI!
Afortunadamente, fue perdonado por Donald J.Trump. Una verdadera pena, ya que Flynn sabía dónde estaban escondidos los esqueletos de la CIA y el FBI, por su anterior experiencia en dichos servicios y hubiese hecho una limpieza. En otro caso que se ha descubierto, por admisión propia del FBI en una corte de Alaska, es que la Oficina del FBI en Washington decidió abandonar un caso muy claro de pedofilia para concentrar sus esfuerzos en el caso del 6 de enero. El pedófilo con el nombre digital de “gayboy69freak” prosiguió con sus andanzas conviviendo con un niño. Y sobre la manifestación y el “asalto” al Capitolio el 6 de enero se pueden escribir libros. Después de las 40.000 horas de vídeos que ha obtenido el Congreso, y ahora que lo domina el Partido Republicano, se puede verificar que anteriormente los medios y los Demócratas nos ofrecieron vídeos totalmente manipulados para dar una imagen distorsionada. No hay duda de que todo fue un montaje diseñado para calificar de “insurrección” a Donald J. Trump y sus votantes. El nuevo Congreso ya está divulgando en secciones por medios digitales y abajo ofrezco uno del apodado Q’Anon Shaman, Jacob Chansley. Por esta “intrusión”, en la que se le ve acompañado por Seguridad, al Capitolio le condenaron a 41 meses de cárcel. Después de que se publicaran estas imágenes y apelara el caso, ha sido puesto en libertad y planifica en presentarse a elecciones para el Congreso. Fue militar de los Marines. https://nypost.com/2023/03/06/jan-6-footage-shows-cops-bringing-qanon-shaman-to-senate-floor/
Entre muchas razones por las que creo que todo fue un montaje (lo del 6 de enero), otra es que el de la foto adjunta, Ray Epps, que participó en la instigación del allanamiento del Capitolio. En el primer minuto del reportaje de Tucker Carlson se puede verificar claramente el llamamiento para entrar en el Capitolio. https://www.youtube.com/watch?v=ylYF6-sZkgM
En este otro video se ve como a un hombre disfrazado como simpatizante de Trump para la manifestación, pretenden arrestarle y le quitan las esposas. Acto seguido se chocan los puños indicando “labor bien hecha”.
Posteriormente, se ha verificado que Ray Epps estaba conectado al FBI, pero por la obviedad le imputaron con un delito menor y la condena fue una palmadita en la mano. Tres años de cárcel para un general republicano por mentir al FBI, cientos otros han sido encarcelados y ni un mes de servicio social para el instigador del allanamiento al Capitolio. En los vídeos ha salido otra sección en la que hay dos autobuses de donde salieron docenas de individuos para la manifestación. El congresista Clay Higgins mostró al director del FBI, Christopher Wray, los autobuses “fantasmas” donde llegaron docenas de agentes encubiertos para participar en la manifestación. El mismo jefe de policía del Capitolio ha declarado en el Congreso que todo fue un montaje. No cabe la menor duda que existe una persecución política. Aquí el congresista mostrando una foto de los autobuses “fantasmas”. https://www.thegatewaypundit.com/2023/11/beware-ghost-bus-early-2020-protest-is-not/
Y creer en la persecución tiene mucha lógica, ya que George Soros gastó millones en campañas para las elecciones de fiscales en muchos distritos de EEUU. Leticia James, fiscal de Nueva York, inició una serie de imputaciones basadas en el supuesto fraude de una “sobrevalorización” de sus propiedades en aquella ciudad para obtener préstamos. ¡Ridículo! Como si los bancos no supieran el valor de las propiedades ni cómo proteger sus hipotecas. Pero el problema del sistema judicial de Nueva York y Washington DC es que sus votantes son 2 a 1 demócratas y el encontrar un juez o fiscal imparcial, sería como esperar que en el País Vasco saliera elegido un Lehendakari de Vox. Por fortuna, los jueces y fiscales progresistas también están encontrando reveses en las apelaciones a otros jueces superiores que abarcan territorios más amplios. El juez de Nueva York, Arthur Engoron, al cargo de unos casos de Trump, tuvo la osadía de prohibir que el expresidente hablara yendo claramente en contra de la Primera Enmienda de la Constitución. Obviamente, en la primera apelación, el juez ha sido anulado. Estos fiscales progresistas, apoyados por el dinero de George Soros en las elecciones, son los culpables del serio incremento del crimen en las ciudades progresistas de San Francisco, Los Angeles, Washington DC y Nueva York. Recortando los presupuestos de la policía por un lado y negándose a imputar cargos a los delincuentes. Por ello, están perdiendo población. El renombrado abogado constitucional Alan Dershowitz, que por cierto es del Partido Demócrata, se queja seriamente de la situación: “Debemos parar totalmente en convertir el Departamento de Justicia en un arma política”.
Su mejor alumno en la Universidad de Harvard, el senador Ted Cruz, acaba de escribir un libro titulado Justicia Corrupta: Cómo la izquierda usa el sistema judicial como arma política. Aunque reconocemos que es muy improbable, todo esta ha dado pie para propuestas de eliminar fondos por parte del Congreso al FBI.