Martes, 04 de Noviembre de 2025

Actualizada Lunes, 03 de Noviembre de 2025 a las 18:13:41 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Pablo Mosquera
Domingo, 26 de Noviembre de 2023 Tiempo de lectura:

Desde o Cabo do Mundo

El santuario de San Andrés de Teixido está ubicado en una aldea en la parroquia de Régoa, al este del municipio de Cedeira, en la Sierra de A Capelada. Es uno de los lugares de peregrinación más clásicos de Galicia después de la Catedral de Santiago. La leyenda dice que allí debes acudir en vida o, de lo contrario, acabarás haciéndolo después de muerto. El templo comienza su historia desde el siglo XII, pero la tradición de las peregrinaciones no está documentada hasta finales del siglo XIV. Los túmulos o milladoiros de piedras depositadas por los peregrinos en sus inmediaciones son uno de sus símbolos.

 

‘’El cielo nos proteja de los demonios, de sus empleados, de sus víctimas y de los malvados que viven convencidos de su bondad’’.

 

La memoria histórica en mi generación empieza con aquella España que escuchaba contar a los mayores como era la vida "en tiempo de guerra". Persecuciones, miedo, clandestinidad y hambre que daba lugar a las colas ante las oficinas de abastos y portando las cartillas de racionamiento. Era la España cañí que, al parecer, dividía al personal en adeptos al régimen y sospechosos de ser "cáscara amarga". Fueron nuestros padres quienes con su trabajo y austeridad franciscana levantaron y construyeron el país dónde nosotros pudimos estudiar y alcanzar una profesión con la que llegamos a ser la generación de la paz cada vez más próxima a Europa y más alejada de África. Hoy, jubilados tras más de cuarenta años cotizados a la Seguridad Social. Siempre sale a relucir en las tertulias de condiscípulos un ejemplo para explicar cómo nos fuimos adaptando a los nuevos tiempos: "empezamos en las escuelas con una pizarra y un pizarrín, un tintero de loza blanca para un plumín, o aquella enciclopedia Álvarez"; desde esa fotografía que conservamos, casi como autodidactas, llegamos a manejar las redes, los programas de Internet y las comunicaciones sin fronteras. ¿ Qué más se nos puede pedir ?.

 

La respuesta de algunos atrevidos está alrededor como las nubes que este otoño traen esas lluvias correctoras para la pertinaz sequía de los seis primeros meses del año 23 en el siglo XXI. "España sigue avanzando". Ante tal sentencia, caben tres actitudes: exiliarse en una parroquia al norte del norte; convertirse a la filosofía de la incertidumbre, el constante cambio de opinión. Seguir en la brecha de preocuparse y ocuparse haciendo frente a truhanes y malandrines...

 

Por eso he comenzado como buen gallego descubriendo mis intenciones de "cruzado". Iré el 30 de noviembre a ese lugar mágico dónde hay cita con San Andrés de Teixido. Para tomar fuerzas de flaquezas y predicar con mi iniciativa como ciudadano absolutamente indignado con la coyuntura sociopolítica que se ha instalado en el poder de mi país. Espero me vuelva a suceder los mismo que aquel julio de 1997 en Ermua. Descubrir cómo las calles estaban tomadas por muchos ciudadanos capaces de abandonar el silente conformismo para formar legiones de españoles dignos que hacían pública su oposición al régimen de los encapuchados. La mala noticia es percibir las sombras de otro enfrentamiento entre dos Españas. La buena noticia es estar vivos y dispuestos a no ser marionetas de un Gobierno -23- trilero y en plena huida hacia delante, no importándole los compromisos que a inventario de un ególatra han adquirido precisamente con quienes no quieren ser españoles.     

 

Hay dudas objetivas sobre la pervivencia del Estado de Derecho que es el fundamento básico para nuestra democracia. Y así la justicia sita en las instancias de la UE se dispone a vigilar la ley de amnistía desde el proyecto, su debate en las Cortes, hasta su promulgación en el BOE. Pero también los acuerdos confesados y ocultos que irán haciéndose patentes entre el sanchismo y los nacionalistas vascos y catalanes, con el impacto sobre la división de los poderes dónde la judicatura ya ha dado la voz de alarma.

 

No sé si a los lectores les acontece lo que vivo yo. Empieza a ser rumor creciente la frase: "¡no hace falta que se vayan, queremos echarlos! ". Esto lo he vivido desde aquella Euskadi que violentó a toda España. Y tuve el desasosiego de sentirme sólo en mi lucha por la libertad, la dignidad y el derecho a ser español en el país de los vascos, incluso a preguntarme si mi sacrificio no sería como aquello que contaban los ciudadanos franceses que vivieron desde Argelia la entrega desde el Elíseo al Frente de Liberación.

 

Pero hay más. Los acuerdos para la quita de la deuda a Cataluña -fruto de una pésima gestión con despilfarro y desviación de fondos públicos para pagar el proceso de hecho y derecho -se traduce en una quita para la deuda de las demás Comunidades del Estado de las autonomías que coincide perversamente con las nuevas-viejas medidas de control para el déficit marcado por la UE. Quedamos a la espera de como recibirán en tales instancias de Bruselas el Presupuesto 2024, una vez que las Cortes del reino de España lo debatan en Congreso y Senado, ambas cámaras frontalmente enfrentadas.

 

Mientras en Madrid se llenaron las calles con españoles manifestándose contra la política señalada en el pleno de investidura del tal Sánchez, las calles de Bilbao se llenaban con otra manifestación encabezada por un tal Otegui, volviendo como en o otros tiempos a demandar la independencia de "Euskal Herria". Al primero que debería asustar tal marea es al PNV, ya que todo indica que será Bildu el partido director del nuevo proceso contencioso con el Estado y a inventario de votos en las urnas el próximo año.

 

Hacía mucho tiempo que no presenciábamos el comienzo de una tormenta perfecta. Por eso quise ir a San Andrés do Cabo do Mundo, pasando por la Estaca de Bares y Ortegal, con sus faros y ese cruce mágico entre las aguas del Cantábrico y las del Atlántico, en una procesión de ánimas formadas por marinos ahogados y pecios de buques hundidos por chocar contra las afiladas rocas de la costa más al norte. Y es que algunos "patrones con sus tripulaciones" han perdido el norte y como le sucedió a más de un buque nos llevan al naufragio...   

 

https://amzn.to/45yIb0D

 

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.