Mezquindades
Sr. Director:
Vi y y escuché al alcalde de Vitoria señor Maroto en La Sexta y a pesar del ambiente de hostilidad que se pudo apreciar, considero que se defendió con valentía, con datos y documentos, con contundencia y con la verdad. ¡Olé, bravo, por el alcalde!
Olé sobre todo porque denunció con coraje las mentiras y las calumnias; olé porque como ha venido demostrando, no es racista ni xenófobo y olé porque como lo viene pidiendo desde hace tiempo, dejó claro que es necesario que se reforme o corrija el sistema de protección social para que los recursos púbicos lleguen a quienes verdaderamente lo necesitan.
Que las ayudas sociales se estaban repartiendo mal, (abonar indebidamente 56 o 72 m. de euros a perceptores de la RGI, no es moco de pavo) que se estaban dando dando irregularidades, abusos y fraudes, era y es vos pópuli; hasta el Gobierno vasco lo admite. Y si el Gobierno autónomo lo ha corroborado ¿porqué tanta leña al alcalde en lugar de comprometerse en modificar el sistema?. ¿Plantearlo en el Parlamento argumentan algunos?, pero si de antemano, ya se ha rechazado?.
Ahora, ante la intención de recogida de firmas por parte del alcalde, el lehendakari Urkullu le pide que desista alegando que, “lo único que va a hacer es incrementar la crispación” y el consejero de Políticas sociales J. M. Aburto siguiendo la misma línea pero admitiendo “un clamoroso fraude en las ayudas sociales”, manifestó que “incitar ciertos debates sobre inmigración, puede quebrar la paz social”. ¿Dejamos que el fraude continue para que la crispación se incremente y la paz social se quiebre por el incremento del fraude? En todo caso, lo sorprendente es que, según los jeltzales, una posible consulta sobre un problema social puede incrementar la crispación y quebrar la paz social, y hacerla sobre el derecho a decidir ¿no?.
Señor alcalde, siga exigiendo la corrección del sistema de protección para que las ayudas lleguen a quienes las necesitan. Si hubiera recogida de firmas para conseguirlo, cuente con la mía. Y recuerde que vale más salir de la plaza vitoriana con dignidad que tratar de mantenerla o conseguirla mediante mezquindades.
Sr. Director:
Vi y y escuché al alcalde de Vitoria señor Maroto en La Sexta y a pesar del ambiente de hostilidad que se pudo apreciar, considero que se defendió con valentía, con datos y documentos, con contundencia y con la verdad. ¡Olé, bravo, por el alcalde!
Olé sobre todo porque denunció con coraje las mentiras y las calumnias; olé porque como ha venido demostrando, no es racista ni xenófobo y olé porque como lo viene pidiendo desde hace tiempo, dejó claro que es necesario que se reforme o corrija el sistema de protección social para que los recursos púbicos lleguen a quienes verdaderamente lo necesitan.
Que las ayudas sociales se estaban repartiendo mal, (abonar indebidamente 56 o 72 m. de euros a perceptores de la RGI, no es moco de pavo) que se estaban dando dando irregularidades, abusos y fraudes, era y es vos pópuli; hasta el Gobierno vasco lo admite. Y si el Gobierno autónomo lo ha corroborado ¿porqué tanta leña al alcalde en lugar de comprometerse en modificar el sistema?. ¿Plantearlo en el Parlamento argumentan algunos?, pero si de antemano, ya se ha rechazado?.
Ahora, ante la intención de recogida de firmas por parte del alcalde, el lehendakari Urkullu le pide que desista alegando que, “lo único que va a hacer es incrementar la crispación” y el consejero de Políticas sociales J. M. Aburto siguiendo la misma línea pero admitiendo “un clamoroso fraude en las ayudas sociales”, manifestó que “incitar ciertos debates sobre inmigración, puede quebrar la paz social”. ¿Dejamos que el fraude continue para que la crispación se incremente y la paz social se quiebre por el incremento del fraude? En todo caso, lo sorprendente es que, según los jeltzales, una posible consulta sobre un problema social puede incrementar la crispación y quebrar la paz social, y hacerla sobre el derecho a decidir ¿no?.
Señor alcalde, siga exigiendo la corrección del sistema de protección para que las ayudas lleguen a quienes las necesitan. Si hubiera recogida de firmas para conseguirlo, cuente con la mía. Y recuerde que vale más salir de la plaza vitoriana con dignidad que tratar de mantenerla o conseguirla mediante mezquindades.