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Pedro Chacón
Sábado, 23 de Diciembre de 2023 Tiempo de lectura:

El franquismo eusquérico

Por franquismo eusquérico entendemos todas las manifestaciones apellidísticas relacionadas con el eusquera e implicadas en el régimen del general Francisco Franco en un papel relevante. El franquismo lo hacemos arrancar desde el momento mismo de la sublevación militar y hasta el fallecimiento de su protagonista principal el 20 de noviembre de 1975. La razón de esta elección es para demostrar que el eusquera no tiene una relación intrínseca ni necesaria ni exclusiva con la ideología nacionalista vasca actual, como muchos se empeñan en sostener o en creer, tanto entre los partidarios del nacionalismo como entre quienes desde fuera lo observan. De este modo vamos a demostrar dos cosas. Primero, que lo eusquérico es solo una parte de lo vasco, por lo que, para el caso que nos ocupa, es más apropiado decir franquismo eusquérico que franquismo vasco (de la misma forma que es más apropiado decir grafía nacionalista que grafía eusquérica a la hora de diferenciar, por ejemplo, la forma Bastarreche, grafía castellana de un apellido eusquérico, que es la que ha tenido toda la vida, de la forma Bastarretxe, grafía nacionalista de un apellido eusquérico, que fue la que le pusieron los nacionalistas porque les pareció que así se diferenciaban de lo español, pero que no tiene razón histórica de ningún tipo, es solo política). Y segundo, que el eusquera está también íntimamente relacionado con la historia de toda España y más específicamente aún con el régimen franquista que se extendió, como decimos, entre 1936 en sus prolegómenos –y desde 1939 ya consolidado tras su victoria sobre el ejército republicano– hasta 1975, es decir, durante cuarenta años, periodo no excesivamente prolongado, todo hay que decirlo. De hecho, el periodo de vigencia del actual sistema democrático inaugurado en 1978 ya lo supera en duración y durante el cual venimos asistiendo a un predominio de la ideología nacionalista en el País Vasco que ha erigido todo un nuevo régimen cuya máxima ambición consiste en solapar al anterior y que pretende demostrarnos que sus principios son más “naturales” y más en consonancia con la realidad vasca que el que le precedió.

 

Además, decimos franquismo eusquérico y no franquismo vasco, porque solo nos vamos a fijar en la presencia de apellidos eusquéricos entre sus protagonistas, independientemente de en qué lugar de la geografía española nacieron. Lo que viene a demostrar nuevamente, primero, que el eusquera no puede monopolizar el sentido de lo vasco y, segundo, la enorme imbricación del eusquera con toda la geografía española en general, a lo largo de su historia. Con ello queremos demostrar una vez más, de una forma novedosa, que lo eusquérico es solo una parte de lo vasco, utilizado en la actualidad a destajo por parte del nacionalismo y en una variante artificial pretendidamente unificadora llamada “batua”, pero no todo lo vasco.

 

Con la elección de Imanol Pradales Gil como próximo candidato a lehendakari, el PNV, principal partido vasco, ha querido demostrarnos que para ellos los apellidos eusquéricos ya no son lo más importante, sino que lo más importante es la voluntad de querer ser vasco. Ahora lo vasco se define por el querer ser, no por el ser. Pero aquí hay una cosa a tener en cuenta, y que resulta clave para entender toda la cuestión. Se pretende que con querer ser vasco es suficiente para serlo, pero a la hora de definir cómo se consigue ser vasco, el eusquera sigue desempeñando, para el nacionalismo, como no podía ser de otra manera, un papel esencial, fundamental. Está claro que el nacionalismo quiere quitarle al ser vasco cualquier connotación que tenga que ver con el origen de la persona, en especial con su origen en otra parte de España, y que eso está íntimamente relacionado con sus apellidos. Pero lo cierto es que para definir el ser vasco al que se aspira el eusquera sigue desempeñando un papel esencial, básico. Si no sabes eusquera, si no te acercas al menos a ese idioma, tu condición de vasco queda en suspenso, queda en duda. Así, Imanol Pradales Gil, además de tener un nombre de pila eusquérico (de los que Sabino Arana inventó para su santoral vasco), también se caracteriza porque “desde su juventud ha sido un activista a favor del euskera” y también se ha dicho por algún otro medio que tiene “un euskera muy rico”. En fin, que aunque el eusquera de los apellidos en principio no se tiene ahora en cuenta, hay otro eusquera, el del idioma, que se considera como una condición indispensable para certificar la aproximación al ideal nacionalista.

 

Es por eso que me parece necesario contrarrestar esta relación pretendidamente íntima y consustancial que el nacionalismo quiere establecer con el eusquera poniendo delante del lector la relación que el franquismo tuvo con el eusquera. Primero porque Euscalchaindia siguió existiendo durante el franquismo y porque también había euscalteguis (privados eso sí, pero que funcionaban) en el Bilbao franquista, por ejemplo, donde aprendió a hablar en eusquera el genealogista Endika Mogrobejo Ladrero, según cuenta él mismo en uno de sus libros. Segundo, porque el nivel de oficialidad de este idioma fue similar (si no mayor) al que hoy tiene el eusquera en la República francesa (país del que nadie pone en duda su calidad democrática). Y tercero y sobre todo, por la existencia desde el principio de muchas personas adictas al nuevo régimen franquista en sus diferentes modalidades ideológicas y que ostentaban unos apellidos eusquéricos indubitables, como ahora veremos.

 

Nos vamos a ceñir aquí a los franquistas de primera hora. La mayoría de ellos, si no todos, participaron en la Guerra Civil. Son casi todos, pues, militares. Ya habrá ocasión de referirnos a otros sectores de la sociedad franquista, donde lo eusquérico también aparece de la manera más natural del mundo, por supuesto.

 

José Miguel Guitarte Irigaray representa el mejor modelo de lo que entendemos por franquismo eusquérico. No tenemos su lugar de nacimiento, pero ya hemos dicho que eso no nos va a preocupar en este caso, ya que lo que importa es que nació en España con apellidos eusquéricos. Vivió entre 1914 y 1943. Falleció a consecuencia de una enfermedad adquirida en su periodo de lucha en el frente oriental, encuadrado en la División Azul, con lo que ya está dicho todo acerca de su orientación ideológica, en el meollo del movimiento que llevó a construir un régimen como el franquista, en medio de un clima bélico como el que se respiraba en la Segunda República y luego sobre todo en la Segunda Guerra Mundial, que nuestro protagonista vivió con sus veinte años (falleció con 29). José Miguel Guitarte fue jefe nacional del SEU (organización estudiantil nacionalsindicalista vinculada a Falange), así como miembro fundador de Falange Española. El apellido Guitarte algunos diccionarios, como el de los hermanos Carraffa o la propia Euscalchaindia, no lo consideran vasco, pero el Oyhamburu y el Querexeta sí. Es muy interesante porque en el caso del Querexeta es Isaac López Mendizábal, ya saben, el buruquide etimologista al que le dedicamos un par de artículos de esta serie, quien se erige en fuente de autoridad para darnos una etimología eusquérica del apellido Guitarte totalmente cogida por los pelos, como todas las suyas. Pero con su pan que se lo coman. Si quieren un Guitarte eusquérico, aquí lo tienen: hay una foto de nuestro protagonista donde se da la mano con el mismísimo Goebbels. Pues nada, se la dedicamos a quien fuera presidente del Euscadi Vuru Vachar, entre 1931 y 1935, Isaac López Mendizábal.

 

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José Luis Arrese Magra. Ya lo citamos en el segundo artículo de esta serie de El balle del ziruelo, donde enumerábamos los ministros de Franco con apellido eusquérico. José Luis Arrese (Bilbao, 1905 – Corella, Navarra, 1986), además de ministro-secretario general de FET y de las JONS y Ministro de Vivienda durante el régimen franquista, formó parte del Consejo Nacional del Movimiento, integrado por cincuenta personas y que fue el verdadero katipunan del régimen franquista. En enero de 1943 acudió a Berlín a entrevistarse con Hitler en el momento de máximo apogeo del régimen nazi, pero que ya tenía la espada de Damocles encima, a causa de su inminente derrota en Stalingrado. Arrese fue, a partir de entonces, basculando en su apoyo al nazismo, hasta que, tras la ejecución de Mussolini en julio de 1943 y ante el declive evidente del Eje, Arrese disolvió la Milicia nacional de FET y de las JONS el 27 de julio de 1944 y se alejó de los postulados totalitarios.

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Francisco Bastarreche Díez de Bulnes. Bastarreche es un apellido claramente en recesión, del que solo quedan 48 portadores de primer apellido y 70 de segundo, la mayoría en Madrid y alguno en La Coruña. En la forma nacionalista Bastarretxe, no hay portadores. No aparece recogido en el nomenclátor de Euscalchaindia, nueva muestra de la desidia de esta institución a la hora de recoger todos los apellidos eusquéricos. Y en cambio luego meten a Franco, Gómez, Rodríguez y demás como apellidos vascos. No tienen remedio. Francisco Bastarreche nació en Cádiz en 1882 y falleció en Madrid en 1962. En 1935 era ya director de la Escuela Naval de Marín. En 1936 se sumó a la sublevación contra la República y en el momento de la toma de Málaga era el comandante del crucero Canarias que bombardeó a la población que huía de la capital de la Costa del Sol hacia Almería, en lo que se ha llamado la “masacre de la carretera Málaga-Almería”, que se saldó con varios miles de víctimas, una de las peores catástrofes humanitarias de la Guerra Civil.

 

Juan Tellería Arrizabalaga, nacido en Cegama (Guipúzcoa) en 1895 y fallecido en Madrid en 1949, fue famoso sobre todo por ser el autor de la música del “Cara al sol”, himno de Falange. También fue autor del himno de la División Azul, del himno de la «Vieja Guardia» de FET y de las JONS y del himno del Frente de Juventudes. Durante la Guerra Civil estuvo preso en una checa republicana, acusado de ser el autor del himno de la Falange. Pero dijo que él no había sido, que había sido otro Tellería, Agustín Tellería. Lo cierto es que se salvó.

 

Agustín Tellería Mendizábal (Anzuola, Guipúzcoa, 1884 – Vitoria, 1939). Fue jefe del requeté guipuzcoano y un conspirador más desde el tradicionalismo contra la Segunda República. Tras el comienzo de la Guerra Civil, estuvo preso en la cárcel Modelo de Madrid pero logró escapar y entrar en la zona nacional a través de San Juan de Luz. Tuvo una vida muy procelosa en medio de la Guerra Civil en el frente norte, junto con su mujer, María Legorburu, con la que tuvo diez hijos. Falleció en Vitoria en accidente de tráfico, sin poder llegar a ver, por pocos días, el triunfo definitivo de su causa.

 

José Moscardó e Ituarte (Madrid, 1878-1956). Pocas veces se recuerda el segundo apellido eusquérico del defensor del Alcázar de Toledo, episodio de la Guerra Civil por el que recibió la más alta condecoración del régimen, la Cruz Laureada de San Fernando y glorificado hasta la saciedad en la mitología franquista. Pues sí, era Ituarte por parte de madre. El apellido Ituarte tiene más de 400 portadores de primer apellido y otros tantos de segundo y donde más Ituartes hay es en Vizcaya, seguido de Guipúzcoa y ya a distancia Navarra. También hay Ituartes en otras doce provincias españolas.

 

José Monasterio Ituarte (Palma de Mallorca, 1882 – Valencia, 1952). Cuando vimos los apellidos de Sabino Arana en esta serie pudimos comprobar que tenía un Monasterio. Monasterio consta como apellido vasco en el nomenclátor de Euscalchaindia, con lo cual poca duda de que este Monasterio también es vasco, aunque no sea eusquérico, como salta a la vista. Pero el caso es que también lo es, según Euscalchaindia, aunque solo sea porque en eusquera para decir monasterio se dice, efectivamente, monasterio, no hay otra forma. Con lo cual todos de acuerdo: José Monasterio Ituarte es vasco por los cuatro costados. Militar del arma de caballería, colaboró con el general Cabanellas en la preparación de la sublevación del 18 de julio de 1936. En la batalla de Alfambra, en Teruel, entre el 5 y el 8 de febrero de 1938, José Monasterio Ituarte, al mando de la 1ª División de Caballería, dirigió la que se considera última carga de caballería de la historia militar de España.

 

Fidel Dávila Arrondo (Barcelona, 1878 – Madrid, 1962). Arrondo es un apellido con más de mil portadores de primer apellido y otros tantos de segundo. Donde más presente está con diferencia es en Navarra y Guipúzcoa, por este orden. A distancia en Vizcaya, Madrid, Álava y Zaragoza. Está también presente en otras 17 provincias españolas. El general Dávila fue el jefe del Ejército del Norte, bajo cuyo mando fueron cayendo hacia el bando nacional sucesivamente Vizcaya, Cantabria y Asturias. Tras la sublevación del 18 de julio Dávila fue jefe del Estado Mayor del Ejército y fue el primer ministro de Defensa del gobierno de Franco a partir de 1938. Dirigió las operaciones para aislar Cataluña tras la batalla del Ebro. Quiere decirse que fue un militar de primerísimo nivel, si no el de más nivel tras el propio Franco.

 

José Antonio Elola-Olaso Idiacaiz (Tandil, Argentina, 1909 – Madrid, 1976). Existen en toda España 16 personas apellidadas Elola-Olaso de primer apellido y 21 de segundo y prácticamente todas viven en Madrid. En cambio Elola y Olaso, cada uno por su lado, tienen un número de portadores similar, de unos seiscientos cada uno, tanto de primer apellido como de segundo. El caso es que, siendo ambos eusquéricos, así como Elola donde más hay es en Guipúzcoa, seguido de Madrid, Olaso, en cambio, donde más hay con diferencia es en Valencia, seguido a distancia de Vizcaya y luego otras cuantas provincias españolas. En cuanto al apellido Idiacaiz, ni tiene portadores en España ni aparece en el nomenclátor de Euscalchaindia. Se podría considerar, por tanto, un apellido eusquérico fósil, al menos en España. José Antonio Elola-Olaso participó en la Guerra Civil por el bando nacional. Fue delegado nacional del Frente de Juventudes y muy implicado en cuestiones de deporte: a él se debe la “Ley Elola-Olaso”, para fomentar la educación física en todo el Estado. Fue presidente del Comité Olímpico Español. Puso en marcha, entre otras instituciones deportivas, la Residencia Blume y el Instituto Nacional de Educación Física. En 1975 se integró en el Frente Nacional Español, junto con otros falangistas históricos. Parece ser que en los años cincuenta acogió en su casa al refugiado nazi Walter Matthaei.

 

Manuel Valdés Larrañaga (Bilbao, 1909 – Madrid, 2001). Miembro fundador de Falange Española, perteneció al Consejo Nacional del Movimiento que, como dijimos para el caso de Arrese, integraba a la flor y nata del régimen. Amigo íntimo de José Antonio, fue miembro fundador del SEU. Integrando de la Junta Política de Falange a partir de 1934, llegó a ejercer como pistolero, según Gregorio Morán. Detenido e ingresado en la cárcel Modelo, consiguió no ser ejecutado en Paracuellos, siendo como era un alto dirigente de Falange. Ejerció como quintacolumnista en el Madrid republicano. Tras la guerra, fue un estrecho colaborador de José Luis Arrese, integrando su comitiva en la visita a la Alemania nazi. También ejerció como embajador. Durante su estancia en la República Dominicana colaboró con el dictador Leónidas Trujillo en la desaparición de disidentes.

 

Xabier de Echarri Gamundi (Madrid, 1913 – Barcelona, 1969). Dirigió los periódicos del régimen Arriba y La Vanguardia Española. Visitó varias veces la Alemania nazi.

 

Fermín Sanz-Orrio y Sanz (Pamplona, 1901 – Madrid, 1998). Uno de los fundadores de Falange en Navarra, paradójico teniendo en cuenta que esta provincia fue, como sabemos, cuna del tradicionalismo y teniendo en cuenta los rifirrafes entre la Falange y el Carlismo durante todo el régimen franquista. Llegó a ser Ministro de Trabajo y presidente del Banco Español de Crédito, así como procurador en Cortes y miembro del Consejo Nacional del Movimiento. Perdió a dos de sus hermanos en la Guerra Civil encuadrados en el Requeté.

 

Jesús Romeo Gorría (Bilbao, 1916 – Madrid, 2001). Ministro de Trabajo, participó en la elaboración del Fuero del Trabajo, una de las Leyes Fundamentales del régimen franquista. También fue presidente de Iberia.

 

Daniel Arraiza Goñi (Echarri-Aranaz, 1880 – Pamplona, 1952). Colaborador activo de la dictadura de Primo de Rivera, fue uno de los fundadores de Falange en Navarra, junto con su yerno Fermín Sanz-Orrio, del que ya hemos hablado. Fue procurador en Cortes y miembro del Consejo Nacional del Movimiento.

 

Dejamos esta lista abierta para ulteriores incorporaciones. Feliz Navidad a todos y un Año 2024 lo más benévolo posible, a pesar de la que está cayendo.

 

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