Filosofía, sexo y rock and roll
Me ha llegado, por vía oficial, una información sobre un acto académico relativo a mi gremio, el gremio de los profesores de Filosofía: https://sfcm.filosofos.org/xxiii-jornadas-de-filosofia-convocatoria-de-comunicaciones/
Agradezco la información. La verdad es que yo debería celebrar que la Filosofía esté viva en la comunidad autónoma donde vivo y trabajo, pero no... Esto último no lo puedo hacer. Me resulta imposible conociendo el título de las Jornadas de las cuales he sido informado: “Filosofía, sexo y rock&roll”.
La Filosofía es una llama viva e inextinguible desde que en las colonias griegas del Asia Menor unos hombres serios, rigurosos, a la vez que llenos de curiosidad y amor al saber, la encendieron. Con el correr de los siglos, el fanatismo y la opresión trataron de apagar tal llama, pero nunca pudieron. Fue la Filosofía objeto de manipulación, travestida de ciencia o teología, más recientemente trocada por la ideología, pero la Filosofía nunca se dejó dominar. Esta institución, que no es más que la racionalidad humana al servicio de la Verdad y la Emancipación, nunca se puso de rodillas ante la ciencia, la teología o la ideología. Antes bien, iluminó a las tres, mostrándoles caminos seguros y dignos. Aunque a veces pareció esclava de ellas, fue más bien a la postre la señora. En este maltrecho rincón del mundo, que algunos llaman Occidente, aún seguimos siendo griegos si seguimos siendo racionales y si pugnamos porque la Verdad y la Emancipación iluminen nuestros pasos.
Con pasmo, tristeza y dudas sobre el futuro post-helénico que nos aguarda, enseño Filosofía en estos años de oscurecimiento. La formación filosófica se quiebra en nuestras universidades, y lo puedo constatar a todos los niveles. Como profesor de Enseñazas Medias conocí tiempos en los que había temarios oficiales más rigurosos, y existía un acceso exigente a las plazas docentes. Hoy, en cambio, se llama Filosofía a cualquier cosa menos a la ciencia rigurosa que descubrieron los griegos, esa ciencia suprema al servicio de la Verdad y la Emancipación. Cualquier cosa enseñada por cualquier indocumentado.
Los libros de texto y las “morcillas” de los currículos nuevos inciden en los aspectos “emocionales” y “afectivo-sexuales”, como si el conocimiento, aquello que nos hace humanos verdaderamente, aquello que nos posibilita el acceso a la Verdad y a la Emancipación, fuera lo de menos. Una Filosofía volcada sobre las emociones, las zonas erógenas y “el goce”, no es Filosofía: es psicología (barata), gestión de braguetas, autoayuda… pero no es Filosofía. Más bien, anti-filosofía.
La Filosofía no ha venido al mundo, de mano de aquellos gigantes que fueron los griegos, para “enseñarnos a gozar” o “sentirnos bien con nosotros mismos”. La Filosofía, el ejército de todos los clásicos de la auténtica Filosofía, ha venido al mundo para inquietarnos, para huir del camino fácil, para seguir la tortuosa senda del concepto: y desde ella, levantar el templo de lo verdadero y la ciudad de los hombres libres. Una Filosofía que te quiera “hacer feliz” (¿qué felicidad?) debe ser puesta bajo sospecha, bajo vigilancia, bajo arresto domiciliario y con camisa de fuerza. Desconfía de ella tanto como de los anuncios de Coca-Cola o los discursos de Davos. Es propaganda, es filfa, es basura. Y la basura ideológica tiene un origen que no es Grecia: su origen se halla en los Estados Unidos.
La gran intoxicación procede de Estados Unidos. Comenzó en 1945, cuando Europa (occidental) se deshizo en muchos aspectos, comenzando por el filosófico y cayó bajo la influencia psicologista norteamericana. Pero el momento álgido vino en los años 60. Los americanos nos trajeron, como ideal capitalista o consumista, un eslogan: “drogas, sexo y rock&roll”. Ese mismo eslogan resumió el plan yanqui para embrutecer a los jóvenes europeos. Allí donde las luchas obreras, allí donde los jóvenes trabajadores y los estudiantes tomaban un protagonismo esencial, la droga cayó sobre ellos providencialmente, al servicio del capitalismo. La policía se cruzó de brazos extrañamente, y el fragor de la barricada y el encierro en minas, fábricas y facultades, se sustituyó por el “happy flower” del hipismo y, después, por el pinchazo de heroína en los callejones. Quienes nos hemos criado en ciudades industriales y postindustriales en los 70 y 80, sabemos algo de eso.
Lo mismo se diga: la sustitución de la lucidez de quienes tenían libros de Marx o Platón bajo el brazo, por la “lucidez” mucho más comodona y consumista del porro.
En cuanto al sexo: de la represión mojigata de los tiempos franquistas, a la ridiculización que el Sistema actual, “occidental” viene haciendo de instituciones tan humanas, y por tanto tan racionales y proletarias, como la familia, el amor, la crianza, la maternidad. Pretenden hacer del joven de nuestros días una “máquina para el goce”, y encima llamar a ese proyecto “filosofía”. Alguien tendría que denunciar el engaño. Davos, la UE y todas las taifas de España, incluida la castellano-manchega, hacen el mismo juego.
En cuanto al rock and roll, otro invento de norteamericanos para embrutecer a la juventud de Europa, antaño conectada a la música popular de raíz, sólo diré una cosa. Ya apenas lo escucha la juventud, sólo gente mayor. Casi todos nuestros alumnos lo desconocen. Los institutos y universidades deberían colaborar en la difusión de Bach o a Beethoven. No hay mejor antídoto contra el reguetón y demás basuras estupefacientes, que la Música con mayúscula. Hay profesores de Filosofía que ya no saben explicar a Platón o a Hegel, y recurren a Paulo Coelho. Hay consumidores musicales cerrados a Bach, porque les han metido el reguetón en el cerebro y nadie les ha dado la oportunidad de acceso a los grandes. Y así con todo.
Por eso mi pasmo ante este anuncio:
“Las XXIII Jornadas de la Sociedad de Filosofía de Castilla-La Mancha tendrán lugar en Toledo los días 11 y 12 de abril de 2024. El tema elegido es Filosofía, sexo y rock and roll, con la idea de buscar los vínculos entre la música, la dimensión físico-afectiva y la propia reflexión filosófica.”
Note el lector que se ha sustituido un solo término en el conocido eslogan de la propaganda yanqui: cambiaron “drogas” por “Filosofía”. Creo que es significativo el papel que algunos le quieren otorgar a la Filosofía.
En cuanto al oscurecimiento de la Razón, propio de estos días decadentes de Europa, no se nos puede pasar por alto algún párrafo justificador de estas jornadas académicas. En el texto, están muy presentes las santonas de esa ingeniería social promovida desde las universidades americanas, en donde lo humano queda difuminado y “deconstruído”: ahora se trata de un “animal para el goce”. Los profesores lo tenemos visto en los libros de texto lomloístas (inspirados en la Ley Celaá de Educación, o LOMLOE) y en los temarios de academias de preparadores de oposiciones: Judith Butler o Simone de Beauvoir desalojan de sus cátedras a Platón o a Hegel. Quizás sean demasiado machistas, patriarcales, etnocéntricos y “tristes” para la nueva pseudofilosofía. Dice el texto de las Jornadas:
“La quasi censura planteada a lo largo del tiempo en torno al tema sexual y afectivo, tan presente en el animal humano, ha ocasionado debates como es el caso del regulacionismo versus abolicionismo de la prostitución; la presencia de educación sexual en los centros educativos; la cosificación de las relaciones sexuales y afectivas desde la pornografía en tanto que instrumento de poder… Lo que nos lleva al planteamiento de alternativas como las que se proponen desde la teoría Queer, cuya máxima exponente, Judith Butler, analiza los cuerpos y las sexualidades imperantes vinculándolos a la idea de poder y a las posibilidades de las alternativas subversivas. Pero antes de ella, otras filósofas ya se percataron de algunas desigualdades recalcando la segunda posición de un determinado sexo, como fue Simone de Beauvoir.”
Simplemente, si hiciéramos una limpieza de anglicismos (ojalá fueran shakespearianos, pero son barbarismos de la jerga yanqui esos palabros del tipo “queer”, “woke”, etc.) ya devolveríamos los conceptos a la senda racional, a la Filosofía sensu stricto. Además, hay una solución doble a esta inflación de plurales en el estilo (“masculinidades”, en plural, “sexualidades”, en plural… y todo así): el corrector ortográfico del procesador, es una. La otra, la Psiquiatría.
Vuelvo a citar textualmente, para que se vea de qué se trata. Se trata de negar que el hombre es un “animal racional” y un “animal cívico”, consciente de la muerte, abierto a la comunidad, un ser que debe luchar por su emancipación y dignidad. Y ocultar es negar. En esta pseudofilosofía se oculta lo verdaderamente humano, afirmando toda una “dimensión” afectivo-sexual en donde el pensamiento, la ciencia, el rigor, el “duro trabajo del concepto”, no están presentes. Vuelvo a citar:
"¿Qué es más propio del ser humano: su dimensión emocional-afectiva, la mera sensualidad, la conciencia de ambas? ¿la distancia (que es la única aproximación) entre la expresión lingüística y aquello a lo que la expresión apunta?”
Estas cuestiones, que parecen alejadas de la realidad cotidiana son, sin embargo, las coordenadas en las que nos movemos a diario: la sensualidad del beso, nuestras relaciones, la cercanía con aquellos desconocidos que comparten nuestros gustos musicales, la tradición estética a través de la cual amamos y bailamos… Una estética del goce, al fin y al cabo.
Lo que pretendemos en estas XXIII Jornadas es, en definitiva, tener una mirada más abierta y comprensiva, un mayor conocimiento de nosotros mismos y de los que no son nosotros.”
Hacia una Filosofía que no es Filosofía, nos lanzamos. Al joven a quien le privan de aprender griego, física o filosofía y le enseñan “inteligencia emocional” le están engañando. Le están preparando para ser un “pringado”. Otro tanto se diga: al joven a quien no le enseñan “el duro trabajo del concepto” sino más bien cómo gestionar sus depósitos hormonales y apéndices erógenos, no se le enseña Filosofía. Se le enseña a ser un precario de por vida, castrado en lo que respecta al objetivo verdadero para el que ha nacido: conocer la Verdad y luchar por su Emancipación.
Me ha llegado, por vía oficial, una información sobre un acto académico relativo a mi gremio, el gremio de los profesores de Filosofía: https://sfcm.filosofos.org/xxiii-jornadas-de-filosofia-convocatoria-de-comunicaciones/
Agradezco la información. La verdad es que yo debería celebrar que la Filosofía esté viva en la comunidad autónoma donde vivo y trabajo, pero no... Esto último no lo puedo hacer. Me resulta imposible conociendo el título de las Jornadas de las cuales he sido informado: “Filosofía, sexo y rock&roll”.
La Filosofía es una llama viva e inextinguible desde que en las colonias griegas del Asia Menor unos hombres serios, rigurosos, a la vez que llenos de curiosidad y amor al saber, la encendieron. Con el correr de los siglos, el fanatismo y la opresión trataron de apagar tal llama, pero nunca pudieron. Fue la Filosofía objeto de manipulación, travestida de ciencia o teología, más recientemente trocada por la ideología, pero la Filosofía nunca se dejó dominar. Esta institución, que no es más que la racionalidad humana al servicio de la Verdad y la Emancipación, nunca se puso de rodillas ante la ciencia, la teología o la ideología. Antes bien, iluminó a las tres, mostrándoles caminos seguros y dignos. Aunque a veces pareció esclava de ellas, fue más bien a la postre la señora. En este maltrecho rincón del mundo, que algunos llaman Occidente, aún seguimos siendo griegos si seguimos siendo racionales y si pugnamos porque la Verdad y la Emancipación iluminen nuestros pasos.
Con pasmo, tristeza y dudas sobre el futuro post-helénico que nos aguarda, enseño Filosofía en estos años de oscurecimiento. La formación filosófica se quiebra en nuestras universidades, y lo puedo constatar a todos los niveles. Como profesor de Enseñazas Medias conocí tiempos en los que había temarios oficiales más rigurosos, y existía un acceso exigente a las plazas docentes. Hoy, en cambio, se llama Filosofía a cualquier cosa menos a la ciencia rigurosa que descubrieron los griegos, esa ciencia suprema al servicio de la Verdad y la Emancipación. Cualquier cosa enseñada por cualquier indocumentado.
Los libros de texto y las “morcillas” de los currículos nuevos inciden en los aspectos “emocionales” y “afectivo-sexuales”, como si el conocimiento, aquello que nos hace humanos verdaderamente, aquello que nos posibilita el acceso a la Verdad y a la Emancipación, fuera lo de menos. Una Filosofía volcada sobre las emociones, las zonas erógenas y “el goce”, no es Filosofía: es psicología (barata), gestión de braguetas, autoayuda… pero no es Filosofía. Más bien, anti-filosofía.
La Filosofía no ha venido al mundo, de mano de aquellos gigantes que fueron los griegos, para “enseñarnos a gozar” o “sentirnos bien con nosotros mismos”. La Filosofía, el ejército de todos los clásicos de la auténtica Filosofía, ha venido al mundo para inquietarnos, para huir del camino fácil, para seguir la tortuosa senda del concepto: y desde ella, levantar el templo de lo verdadero y la ciudad de los hombres libres. Una Filosofía que te quiera “hacer feliz” (¿qué felicidad?) debe ser puesta bajo sospecha, bajo vigilancia, bajo arresto domiciliario y con camisa de fuerza. Desconfía de ella tanto como de los anuncios de Coca-Cola o los discursos de Davos. Es propaganda, es filfa, es basura. Y la basura ideológica tiene un origen que no es Grecia: su origen se halla en los Estados Unidos.
La gran intoxicación procede de Estados Unidos. Comenzó en 1945, cuando Europa (occidental) se deshizo en muchos aspectos, comenzando por el filosófico y cayó bajo la influencia psicologista norteamericana. Pero el momento álgido vino en los años 60. Los americanos nos trajeron, como ideal capitalista o consumista, un eslogan: “drogas, sexo y rock&roll”. Ese mismo eslogan resumió el plan yanqui para embrutecer a los jóvenes europeos. Allí donde las luchas obreras, allí donde los jóvenes trabajadores y los estudiantes tomaban un protagonismo esencial, la droga cayó sobre ellos providencialmente, al servicio del capitalismo. La policía se cruzó de brazos extrañamente, y el fragor de la barricada y el encierro en minas, fábricas y facultades, se sustituyó por el “happy flower” del hipismo y, después, por el pinchazo de heroína en los callejones. Quienes nos hemos criado en ciudades industriales y postindustriales en los 70 y 80, sabemos algo de eso.
Lo mismo se diga: la sustitución de la lucidez de quienes tenían libros de Marx o Platón bajo el brazo, por la “lucidez” mucho más comodona y consumista del porro.
En cuanto al sexo: de la represión mojigata de los tiempos franquistas, a la ridiculización que el Sistema actual, “occidental” viene haciendo de instituciones tan humanas, y por tanto tan racionales y proletarias, como la familia, el amor, la crianza, la maternidad. Pretenden hacer del joven de nuestros días una “máquina para el goce”, y encima llamar a ese proyecto “filosofía”. Alguien tendría que denunciar el engaño. Davos, la UE y todas las taifas de España, incluida la castellano-manchega, hacen el mismo juego.
En cuanto al rock and roll, otro invento de norteamericanos para embrutecer a la juventud de Europa, antaño conectada a la música popular de raíz, sólo diré una cosa. Ya apenas lo escucha la juventud, sólo gente mayor. Casi todos nuestros alumnos lo desconocen. Los institutos y universidades deberían colaborar en la difusión de Bach o a Beethoven. No hay mejor antídoto contra el reguetón y demás basuras estupefacientes, que la Música con mayúscula. Hay profesores de Filosofía que ya no saben explicar a Platón o a Hegel, y recurren a Paulo Coelho. Hay consumidores musicales cerrados a Bach, porque les han metido el reguetón en el cerebro y nadie les ha dado la oportunidad de acceso a los grandes. Y así con todo.
Por eso mi pasmo ante este anuncio:
“Las XXIII Jornadas de la Sociedad de Filosofía de Castilla-La Mancha tendrán lugar en Toledo los días 11 y 12 de abril de 2024. El tema elegido es Filosofía, sexo y rock and roll, con la idea de buscar los vínculos entre la música, la dimensión físico-afectiva y la propia reflexión filosófica.”
Note el lector que se ha sustituido un solo término en el conocido eslogan de la propaganda yanqui: cambiaron “drogas” por “Filosofía”. Creo que es significativo el papel que algunos le quieren otorgar a la Filosofía.
En cuanto al oscurecimiento de la Razón, propio de estos días decadentes de Europa, no se nos puede pasar por alto algún párrafo justificador de estas jornadas académicas. En el texto, están muy presentes las santonas de esa ingeniería social promovida desde las universidades americanas, en donde lo humano queda difuminado y “deconstruído”: ahora se trata de un “animal para el goce”. Los profesores lo tenemos visto en los libros de texto lomloístas (inspirados en la Ley Celaá de Educación, o LOMLOE) y en los temarios de academias de preparadores de oposiciones: Judith Butler o Simone de Beauvoir desalojan de sus cátedras a Platón o a Hegel. Quizás sean demasiado machistas, patriarcales, etnocéntricos y “tristes” para la nueva pseudofilosofía. Dice el texto de las Jornadas:
“La quasi censura planteada a lo largo del tiempo en torno al tema sexual y afectivo, tan presente en el animal humano, ha ocasionado debates como es el caso del regulacionismo versus abolicionismo de la prostitución; la presencia de educación sexual en los centros educativos; la cosificación de las relaciones sexuales y afectivas desde la pornografía en tanto que instrumento de poder… Lo que nos lleva al planteamiento de alternativas como las que se proponen desde la teoría Queer, cuya máxima exponente, Judith Butler, analiza los cuerpos y las sexualidades imperantes vinculándolos a la idea de poder y a las posibilidades de las alternativas subversivas. Pero antes de ella, otras filósofas ya se percataron de algunas desigualdades recalcando la segunda posición de un determinado sexo, como fue Simone de Beauvoir.”
Simplemente, si hiciéramos una limpieza de anglicismos (ojalá fueran shakespearianos, pero son barbarismos de la jerga yanqui esos palabros del tipo “queer”, “woke”, etc.) ya devolveríamos los conceptos a la senda racional, a la Filosofía sensu stricto. Además, hay una solución doble a esta inflación de plurales en el estilo (“masculinidades”, en plural, “sexualidades”, en plural… y todo así): el corrector ortográfico del procesador, es una. La otra, la Psiquiatría.
Vuelvo a citar textualmente, para que se vea de qué se trata. Se trata de negar que el hombre es un “animal racional” y un “animal cívico”, consciente de la muerte, abierto a la comunidad, un ser que debe luchar por su emancipación y dignidad. Y ocultar es negar. En esta pseudofilosofía se oculta lo verdaderamente humano, afirmando toda una “dimensión” afectivo-sexual en donde el pensamiento, la ciencia, el rigor, el “duro trabajo del concepto”, no están presentes. Vuelvo a citar:
"¿Qué es más propio del ser humano: su dimensión emocional-afectiva, la mera sensualidad, la conciencia de ambas? ¿la distancia (que es la única aproximación) entre la expresión lingüística y aquello a lo que la expresión apunta?”
Estas cuestiones, que parecen alejadas de la realidad cotidiana son, sin embargo, las coordenadas en las que nos movemos a diario: la sensualidad del beso, nuestras relaciones, la cercanía con aquellos desconocidos que comparten nuestros gustos musicales, la tradición estética a través de la cual amamos y bailamos… Una estética del goce, al fin y al cabo.
Lo que pretendemos en estas XXIII Jornadas es, en definitiva, tener una mirada más abierta y comprensiva, un mayor conocimiento de nosotros mismos y de los que no son nosotros.”
Hacia una Filosofía que no es Filosofía, nos lanzamos. Al joven a quien le privan de aprender griego, física o filosofía y le enseñan “inteligencia emocional” le están engañando. Le están preparando para ser un “pringado”. Otro tanto se diga: al joven a quien no le enseñan “el duro trabajo del concepto” sino más bien cómo gestionar sus depósitos hormonales y apéndices erógenos, no se le enseña Filosofía. Se le enseña a ser un precario de por vida, castrado en lo que respecta al objetivo verdadero para el que ha nacido: conocer la Verdad y luchar por su Emancipación.