Alternativas económicas a los ascensores tradicionales
![[Img #25603]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2024/6167_111.png)
Mirando las estadísticas sobre población, nos damos cuenta de que la española está muy envejecida. El número de personas que entran en la tercera edad no para de aumentar y con él las dificultades a la hora de subir y bajar escaleras.
El ascensor es la primera solución en la que se piensa, pero este tiene una serie de desventajas como son su coste de instalación, el espacio que necesita, su mantenimiento, etc. Por suerte, existen soluciones como las sillas salvaescaleras y las plataformas elevadoras.
La silla salvaescaleras es una de las mejores alternativas al ascensor
Si no queremos, o no podemos colocar un ascensor en casa, la silla salvaescaleras es una de las mejores soluciones que vamos a encontrar, ya que ocupan un espacio mínimo y son capaces de subir varios pisos.
Además, estas sillas no están limitadas a un único modelo. De hecho, hay modelos muy diversos y se pueden escoger varias configuraciones, lo que significa que no solo es posible instalarlas en los interiores, sino que también son válidas en edificios sin ascensor.
Por supuesto, la seguridad de los usuarios está más que garantizada. Estas sillas salvaescaleras llevan cinturones y sensores, por lo que todo aquel que se siente en una de ellas tiene la garantía de que no va a sufrir un accidente. No debemos olvidar que apenas necesitan mantenimiento, lo que hace que sean la mejor opción en aquellos casos en los que el coste de las revisiones sea un problema.
También se escogen cuando no se quiere padecer la molestia que supone abrir al personal de la empresa de ascensores a menudo para que lo inspeccionen.
Es posible optar por una plataforma elevadora
La marca stannah nos propone otra solución que nos permite eliminar barreras arquitectónicas, sin la necesidad de gastar una enorme cantidad de dinero en un ascensor. Podemos decir que en este caso estamos ante la solución intermedia entre la silla salvaescaleras y un ascensor. La plataforma permite subir a personas en silla de ruedas, algo que no ocurre con los salvaescaleras.
Estas plataformas tienen un coste menor al de un ascensor, pero lo cierto es que se parecen bastante. Así, los habitantes de la vivienda con una silla de ruedas van a tener total autonomía a la hora de utilizarlas, como ocurre con los ascensores.
Eso sí, el coste de la instalación es mucho más bajo que el de un ascensor, puesto que no hay que hacer cambios estructurales ni en las paredes ni en el suelo, al colocarse de una manera muy sencilla en la escalera. Es cierto que su tamaño es mayor que el de los salvaescaleras, pero sigue siendo compacto. De hecho, en muchas escaleras quedará un espacio lateral por el que se puede subir y bajar a pie.
Aunque la plataforma sea abierta, la seguridad de los usuarios está garantizada. Hay topes que hacen que la silla de ruedas no se pueda salir, barras que impiden que la silla se mueva (y a las que el usuario tiene la posibilidad de agarrarse) y varios sensores de seguridad.
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Mirando las estadísticas sobre población, nos damos cuenta de que la española está muy envejecida. El número de personas que entran en la tercera edad no para de aumentar y con él las dificultades a la hora de subir y bajar escaleras.
El ascensor es la primera solución en la que se piensa, pero este tiene una serie de desventajas como son su coste de instalación, el espacio que necesita, su mantenimiento, etc. Por suerte, existen soluciones como las sillas salvaescaleras y las plataformas elevadoras.
La silla salvaescaleras es una de las mejores alternativas al ascensor
Si no queremos, o no podemos colocar un ascensor en casa, la silla salvaescaleras es una de las mejores soluciones que vamos a encontrar, ya que ocupan un espacio mínimo y son capaces de subir varios pisos.
Además, estas sillas no están limitadas a un único modelo. De hecho, hay modelos muy diversos y se pueden escoger varias configuraciones, lo que significa que no solo es posible instalarlas en los interiores, sino que también son válidas en edificios sin ascensor.
Por supuesto, la seguridad de los usuarios está más que garantizada. Estas sillas salvaescaleras llevan cinturones y sensores, por lo que todo aquel que se siente en una de ellas tiene la garantía de que no va a sufrir un accidente. No debemos olvidar que apenas necesitan mantenimiento, lo que hace que sean la mejor opción en aquellos casos en los que el coste de las revisiones sea un problema.
También se escogen cuando no se quiere padecer la molestia que supone abrir al personal de la empresa de ascensores a menudo para que lo inspeccionen.
Es posible optar por una plataforma elevadora
La marca stannah nos propone otra solución que nos permite eliminar barreras arquitectónicas, sin la necesidad de gastar una enorme cantidad de dinero en un ascensor. Podemos decir que en este caso estamos ante la solución intermedia entre la silla salvaescaleras y un ascensor. La plataforma permite subir a personas en silla de ruedas, algo que no ocurre con los salvaescaleras.
Estas plataformas tienen un coste menor al de un ascensor, pero lo cierto es que se parecen bastante. Así, los habitantes de la vivienda con una silla de ruedas van a tener total autonomía a la hora de utilizarlas, como ocurre con los ascensores.
Eso sí, el coste de la instalación es mucho más bajo que el de un ascensor, puesto que no hay que hacer cambios estructurales ni en las paredes ni en el suelo, al colocarse de una manera muy sencilla en la escalera. Es cierto que su tamaño es mayor que el de los salvaescaleras, pero sigue siendo compacto. De hecho, en muchas escaleras quedará un espacio lateral por el que se puede subir y bajar a pie.
Aunque la plataforma sea abierta, la seguridad de los usuarios está garantizada. Hay topes que hacen que la silla de ruedas no se pueda salir, barras que impiden que la silla se mueva (y a las que el usuario tiene la posibilidad de agarrarse) y varios sensores de seguridad.











