Quirolaris vascos: hijos todos de Gonzalo de Berceo
Quien me dio la pista para escribir esta historia fue mi amigo Álvaro Bermejo. Después de su confidencia, yo solo tuve que ir tirando del hilo. Quirolari, o kirolari, como se escribe en eusquera, es deportista, practicante de un deporte. Así como “kirolak”, en eusquera, ya podemos deducir que significa deportes, en plural. Y de ahí viene, por ejemplo “herri kirolak”, que son los deportes rurales vascos entre los que se incluyen muy principalmente los aizcolaris (cortadores de troncos) y los harrijasotzailes (levantadores de piedra) y en menor medida los arraunlaris (remeros de traineras). Las idi-probak o arrastre de bueyes no es tanto un deporte sino más bien un espectáculo, sometido, como siempre que entran animales de por medio, a la estrecha vigilancia de las asociaciones en defensa de los susodichos, puesto que a los bueyes se les somete a severo castigo. Otros “herri kirolak” más minoritarios serían los segalaris o cortadores de hierba con guadaña, los tronchalaris, que cortan los troncos por parejas con una gran sierra, los chingalaris, que llevan las txingas o pesas, cada una de una mano, a ver quién cubre la mayor distancia con ellas, y sin olvidarnos de la socatira, donde dos grupos, uno contra el otro, tiran cada uno para un lado de una gran soga, a ver quién sobrepasa una marca antes. Y ya en un ámbito más amplio y cosmopolita, los pelotaris.
![[Img #25710]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/03_2024/7666_imagen1.png)
Los “herri kirolak” serían los deportes vascos por antonomasia y en los que el nacionalismo ha buscado siempre la esencia popular, el alma del pueblo. Aunque lo que no saben muchos nacionalistas es que el fundador del nacionalismo, Sabino Arana, no mencionó nunca los deportes rurales vascos en sus escritos ni los tuvo en sus pensamientos, porque todos ellos se basaban en las apuestas que, para un ultracatólico como él, estaban prohibidas por constituir pecado.
Pues bien, resulta que el término vasco “kirola” viene directamente del español, concretamente de una palabra hoy en desuso, como es “quirola”, que no obstante aparece en algunos diccionarios del español publicados en el siglo XIX, como el Salvá, de 1846, el Gaspar y Roig, de 1855, el suplemento del Domínguez, de 1869, y el Zerolo, de 1895, según nos informa el portal “Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española” de la RAE. En todos los casos “quirola” tiene el mismo significado: “fiesta, diversión, regocijo”. Si vamos a cualquier diccionario del eusquera actual, por ejemplo el Elhuyar, te dice que “kirol” (la –a final de “kirola” se omite porque es el artículo añadido) es “deporte”. Pero te da una segunda acepción: “juego, diversión”, que está en consonancia con el significado originario en español. El significado de “deporte” es el que se ha consolidado, ciertamente, pero el caso es que el origen de la palabra “kirol” en eusquera es el español o castellano “quirola”. Y si vamos al diccionario etimológico del eusquera (Euskal Hiztegi Historiko-Etimologikoa) de Euskaltzaindia, veremos cómo se confirma el origen castellano de "kirol", procedente de "quirola". La ratificación que nos da es esta: "Gaztelania zaharreko quirola (bozkario, libertimendu) hitza da euskarazkoaren jatorria, itxura guztien arabera", es decir: "la palabra quirola (gozo, diversión) del castellano antiguo es el origen de la eusquérica, según todas las apariencias". Este diccionario, en su análisis etimológico de la voz "kirol", contempla la posibilidad de que "quirola" tenga a su vez una etimología procedente de otras lenguas románicas, como del francés "carole" o del occitano "querole", pero nada de esto alteraría el hecho incuestionable de que el "kirola" eusquérico procede directamente del "quirola" español.
El nacionalista de pro Amatiño (Luis Alberto Aranberri Mendizabal) ya escribió un artículo en Deia el 3 de diciembre de 2007, reproducido en la web oficial del PNV, y titulado precisamente “Quirola” donde lo que hace es marear la perdiz y jugar al despiste porque en ningún momento reconoce la procedencia directa de “kirola” respecto del “quirola” castellano. Una de las artimañas empleadas para ese escamoteo es darle vueltas al tema del cambio de significado del término “quirola”, desde el originario de juego o diversión al actual de deporte. También nos remite, entre otros, al artículo de otro nacionalista, Justo Gárate, que en el número 12 de la revista Euskera, órgano oficial de Euskaltzaindia, correspondiente al año 1967, en un artículo titulado “Contribución al diccionario vasco” (pp. 85-118) incluyó “kirola” con esta definición: “Deporte en Gonzalo de Berceo”. Quiere decirse que estos nacionalistas ya sabían el origen del “kirola” vasco en el “quirola” castellano, y concretamente en Gonzalo de Berceo, aun cuando sabemos que en el autor riojano del siglo XIII “quirola” no significaba deporte sino juego o diversión. Sabían de ese origen en Berceo pero no sacaban las consecuencias de ello, que no son otras que la profunda imbricación del eusquera con las lenguas de su entorno y muy principalmente con el castellano o español, como no podría ser de otro modo. Pero ellos preferían mantener el eusquera como en una isla, incomunicado, aislado, cloroformizado. Igual que ahora.
En cuanto a los testimonios de la primera aparición en español de “quirola”, los tenemos en Alfonso X el Sabio, en su General Estoria, que es de 1284, tal como se puede comprobar en el “Corde” (corpus diacrónico del español) de la RAE. Pero resulta que quien los presenta más antiguos todavía es, como decimos, Gonzalo de Berceo, en su obra Milagros de Nuestra Señora, que la escribió entre 1246 y 1252, concretamente en su estrofa número 700, que reproducimos en este artículo de nuestra serie de El balle del ziruelo, junto a una de las muchas portadas de las diferentes ediciones de Milagros de Nuestra Señora.. Quirola también es un apellido español, tal como se recoge en el Padrón del INE. Existen en toda España 100 personas portadoras de Quirola como primer apellido y 93 de segundo, en las siguientes provincias, ordenadas de mayor a menor presencia de portadores de primer apellido (en caso de empate se cogen los de segundo apellido): Madrid, Alicante, Murcia, Álava, Barcelona y Sevilla.
Reproducimos también el logo actual de la asociación Euskal Herria Kirola, cuyo propósito máximo es lograr que haya una selección vasca de fútbol independiente de la española. A esto hemos llegado hoy con el quirola de Gonzalo de Berceo.
![[Img #25711]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/03_2024/9575_imagen2.png)
Podemos decir, para terminar, que gracias a los herri kirolak y al kirol vasco en general, se ha conseguido que una palabra española tan antigua como quirola siga viva entre nosotros, imprimiéndole además, al significado concreto y mayoritario de “deporte”, una connotación etimológica acorde a la de su primigenia acepción, que nunca debería perder, puesto que el deporte debe ser siempre también una fiesta, una diversión y un regocijo.
Quien me dio la pista para escribir esta historia fue mi amigo Álvaro Bermejo. Después de su confidencia, yo solo tuve que ir tirando del hilo. Quirolari, o kirolari, como se escribe en eusquera, es deportista, practicante de un deporte. Así como “kirolak”, en eusquera, ya podemos deducir que significa deportes, en plural. Y de ahí viene, por ejemplo “herri kirolak”, que son los deportes rurales vascos entre los que se incluyen muy principalmente los aizcolaris (cortadores de troncos) y los harrijasotzailes (levantadores de piedra) y en menor medida los arraunlaris (remeros de traineras). Las idi-probak o arrastre de bueyes no es tanto un deporte sino más bien un espectáculo, sometido, como siempre que entran animales de por medio, a la estrecha vigilancia de las asociaciones en defensa de los susodichos, puesto que a los bueyes se les somete a severo castigo. Otros “herri kirolak” más minoritarios serían los segalaris o cortadores de hierba con guadaña, los tronchalaris, que cortan los troncos por parejas con una gran sierra, los chingalaris, que llevan las txingas o pesas, cada una de una mano, a ver quién cubre la mayor distancia con ellas, y sin olvidarnos de la socatira, donde dos grupos, uno contra el otro, tiran cada uno para un lado de una gran soga, a ver quién sobrepasa una marca antes. Y ya en un ámbito más amplio y cosmopolita, los pelotaris.
Los “herri kirolak” serían los deportes vascos por antonomasia y en los que el nacionalismo ha buscado siempre la esencia popular, el alma del pueblo. Aunque lo que no saben muchos nacionalistas es que el fundador del nacionalismo, Sabino Arana, no mencionó nunca los deportes rurales vascos en sus escritos ni los tuvo en sus pensamientos, porque todos ellos se basaban en las apuestas que, para un ultracatólico como él, estaban prohibidas por constituir pecado.
Pues bien, resulta que el término vasco “kirola” viene directamente del español, concretamente de una palabra hoy en desuso, como es “quirola”, que no obstante aparece en algunos diccionarios del español publicados en el siglo XIX, como el Salvá, de 1846, el Gaspar y Roig, de 1855, el suplemento del Domínguez, de 1869, y el Zerolo, de 1895, según nos informa el portal “Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española” de la RAE. En todos los casos “quirola” tiene el mismo significado: “fiesta, diversión, regocijo”. Si vamos a cualquier diccionario del eusquera actual, por ejemplo el Elhuyar, te dice que “kirol” (la –a final de “kirola” se omite porque es el artículo añadido) es “deporte”. Pero te da una segunda acepción: “juego, diversión”, que está en consonancia con el significado originario en español. El significado de “deporte” es el que se ha consolidado, ciertamente, pero el caso es que el origen de la palabra “kirol” en eusquera es el español o castellano “quirola”. Y si vamos al diccionario etimológico del eusquera (Euskal Hiztegi Historiko-Etimologikoa) de Euskaltzaindia, veremos cómo se confirma el origen castellano de "kirol", procedente de "quirola". La ratificación que nos da es esta: "Gaztelania zaharreko quirola (bozkario, libertimendu) hitza da euskarazkoaren jatorria, itxura guztien arabera", es decir: "la palabra quirola (gozo, diversión) del castellano antiguo es el origen de la eusquérica, según todas las apariencias". Este diccionario, en su análisis etimológico de la voz "kirol", contempla la posibilidad de que "quirola" tenga a su vez una etimología procedente de otras lenguas románicas, como del francés "carole" o del occitano "querole", pero nada de esto alteraría el hecho incuestionable de que el "kirola" eusquérico procede directamente del "quirola" español.
El nacionalista de pro Amatiño (Luis Alberto Aranberri Mendizabal) ya escribió un artículo en Deia el 3 de diciembre de 2007, reproducido en la web oficial del PNV, y titulado precisamente “Quirola” donde lo que hace es marear la perdiz y jugar al despiste porque en ningún momento reconoce la procedencia directa de “kirola” respecto del “quirola” castellano. Una de las artimañas empleadas para ese escamoteo es darle vueltas al tema del cambio de significado del término “quirola”, desde el originario de juego o diversión al actual de deporte. También nos remite, entre otros, al artículo de otro nacionalista, Justo Gárate, que en el número 12 de la revista Euskera, órgano oficial de Euskaltzaindia, correspondiente al año 1967, en un artículo titulado “Contribución al diccionario vasco” (pp. 85-118) incluyó “kirola” con esta definición: “Deporte en Gonzalo de Berceo”. Quiere decirse que estos nacionalistas ya sabían el origen del “kirola” vasco en el “quirola” castellano, y concretamente en Gonzalo de Berceo, aun cuando sabemos que en el autor riojano del siglo XIII “quirola” no significaba deporte sino juego o diversión. Sabían de ese origen en Berceo pero no sacaban las consecuencias de ello, que no son otras que la profunda imbricación del eusquera con las lenguas de su entorno y muy principalmente con el castellano o español, como no podría ser de otro modo. Pero ellos preferían mantener el eusquera como en una isla, incomunicado, aislado, cloroformizado. Igual que ahora.
En cuanto a los testimonios de la primera aparición en español de “quirola”, los tenemos en Alfonso X el Sabio, en su General Estoria, que es de 1284, tal como se puede comprobar en el “Corde” (corpus diacrónico del español) de la RAE. Pero resulta que quien los presenta más antiguos todavía es, como decimos, Gonzalo de Berceo, en su obra Milagros de Nuestra Señora, que la escribió entre 1246 y 1252, concretamente en su estrofa número 700, que reproducimos en este artículo de nuestra serie de El balle del ziruelo, junto a una de las muchas portadas de las diferentes ediciones de Milagros de Nuestra Señora.. Quirola también es un apellido español, tal como se recoge en el Padrón del INE. Existen en toda España 100 personas portadoras de Quirola como primer apellido y 93 de segundo, en las siguientes provincias, ordenadas de mayor a menor presencia de portadores de primer apellido (en caso de empate se cogen los de segundo apellido): Madrid, Alicante, Murcia, Álava, Barcelona y Sevilla.
Reproducimos también el logo actual de la asociación Euskal Herria Kirola, cuyo propósito máximo es lograr que haya una selección vasca de fútbol independiente de la española. A esto hemos llegado hoy con el quirola de Gonzalo de Berceo.
Podemos decir, para terminar, que gracias a los herri kirolak y al kirol vasco en general, se ha conseguido que una palabra española tan antigua como quirola siga viva entre nosotros, imprimiéndole además, al significado concreto y mayoritario de “deporte”, una connotación etimológica acorde a la de su primigenia acepción, que nunca debería perder, puesto que el deporte debe ser siempre también una fiesta, una diversión y un regocijo.