Política: ¡basta ya!
Tengo miedo a la decadencia en Occidente. Será mucho más fácil que seamos alienados por la Inteligencia Artificial.
Tengo miedo al fracaso del sistema democrático. Será una vez más en la historia sustituido por tiranos y regímenes totalitarios, o en el otro extremo crezca el anarquismo.
Siento asco por los mensajes audiovisuales que nos llegan desde las Cortes. Tanto en el Congreso como en el Senado. Es una lucha encarnizada con una carrera para alcanzar un premio al discurso más zafio, insolente y cargado por el odio al otro representante de la soberanía popular.
Tengo miedo que lo consigan. A base de excederse en la política con sal gruesa sin ninguna línea de respeto, logren trasladar a la sociedad civil tal encarnizado enfrentamiento que a los imbuidos por la historia nos trae a colación las dos Españas de Don Antonio Machado.
Tengo absoluta desafección ante una situación perversa en la que han conseguido sustituir la capacidad legislativa por el insulto con ataques personales sin precedentes. Así enzarzados en un sucio cuerpo a cuerpo evitan mostrar la debilidad de una cámara legislativa en la que el Gobierno puede pasarse todo el año chapoteando en el fango y lo mismo la oposición mientras los problemas reales de los españoles quedan prorrogados por falta de quórum legislativo.
No sé que más pueden decirse en las campañas electorales que nos quedan hasta mediados del presente y nefasto 2024. Y lo peor puede ser el voto de castigo. En Euskadi frente a la corrupción y la guerra dialéctica entre los viejos miembros del bipartidismo, que además cometerán el error de hacer campaña nacional en las autonómicas, las gentes optarán por el voto a Bildu, precisamente para cambiar ese sistema democrático en franca decadencia.
No sé que más pueden pedir unos y dar los otros en Cataluña. ¿Alguien se había creído que la amnistía había parado el proceso hacia la autodeterminación?. ¿En qué consiste la normalidad y la reconciliación que nos intenta vender el sanchismo entre el Estado y Cataluña?
Mientras en la sociedad civil organizada nos envían trabajos que los políticos deberían al menos leerlos: articular el territorio; impulsar los hogares del mañana; priorizar los cuidados en el espacio socio- sanitario; abordar el debate de las pensiones; ofrecer un proyecto profesional atractivo: aprendizaje continuo; formación desde la creatividad; empleo joven; tecnología para mejorar la vida de las personas; aprovechar las oportunidades; generar confianza; responder a las expectativas; acelerar la transición energética; integrar la sostenibilidad en la gestión; ganar autonomía estratégica; integrar la sostenibilidad en el día a día de los ciudadanos; potenciar la transformación de las pymes.
Deberíamos estar muy preocupados por el impacto jurídico y social que están teniendo los informes sumamente críticos que hace el Consejo General del Poder Judicial sobre la amnistía. Consideran tal norma votada y aprobada en sede del Congreso de los Diputados como insconstitucional. Yo al menos me siento inseguro ya que resido en un país presuntamente democrático en el que los vigilantes de la Carta Magna de 1978 se pronuncian sobre el camino de inconstitucionalidad emprendido por el Gobierno de Sánchez en su afán de mantener el poder: ¿por cuánto tiempo y con qué derivadas en solidaridad territorial y seguridad jurídica?.
¿Qué está pasando en España?. La ruptura amenaza con ser total. ¿A dónde nos llevan estos truhanes y malandrines ?. Van a lograr romper la convivencia que se construyó tras la muerte del dictador en 1975 y se dota con ese punto de encuentro que nos ha dado paz y prosperidad.
No se dan cuenta que las excelencias del sistema democrático hay que apuntalarlas a diario y que vivir en Europa no garantiza lo que se vino a llamar una "balcanización" .
¿Que fue de aquel seny catalán aportado por Cambó en tiempos revueltos? No nos quedan fuerzas y dignidad para pararles los pies a los profetas de los inframundos. Retrocederemos para autodestruirnos. Hay una frase de Bismarck sobre España que me encuentro cada vez más en las redes sociales y en la prensa: "España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido".
Vacaciones de primavera para olvidar lo cotidiano. Espectáculo procesional en el que la Iglesia vuelve a tomar las calles. Olor a incienso y cera. Pasos acompasados debajo de la imaginería religiosa mientras suenas tambores y saetas. Al menos tiempo para no estar pendientes de las bravuconerías de sus ilustrísimas. Y es que hoy cualquier badulaque puede ser señoría y lograr minutos de gloria mientras insulta al de la otra bancada que se arremanga para no ser menos gañán y contestarle mientras los españoles se preguntan: ¿Dónde lleva esta etapa de la vida pública ?. ¿Qué problemas reales le son ajenos?. ¿Para eso votamos?.
Como de costumbre. ¡Paren que me bajo!.
Tengo miedo a la decadencia en Occidente. Será mucho más fácil que seamos alienados por la Inteligencia Artificial.
Tengo miedo al fracaso del sistema democrático. Será una vez más en la historia sustituido por tiranos y regímenes totalitarios, o en el otro extremo crezca el anarquismo.
Siento asco por los mensajes audiovisuales que nos llegan desde las Cortes. Tanto en el Congreso como en el Senado. Es una lucha encarnizada con una carrera para alcanzar un premio al discurso más zafio, insolente y cargado por el odio al otro representante de la soberanía popular.
Tengo miedo que lo consigan. A base de excederse en la política con sal gruesa sin ninguna línea de respeto, logren trasladar a la sociedad civil tal encarnizado enfrentamiento que a los imbuidos por la historia nos trae a colación las dos Españas de Don Antonio Machado.
Tengo absoluta desafección ante una situación perversa en la que han conseguido sustituir la capacidad legislativa por el insulto con ataques personales sin precedentes. Así enzarzados en un sucio cuerpo a cuerpo evitan mostrar la debilidad de una cámara legislativa en la que el Gobierno puede pasarse todo el año chapoteando en el fango y lo mismo la oposición mientras los problemas reales de los españoles quedan prorrogados por falta de quórum legislativo.
No sé que más pueden decirse en las campañas electorales que nos quedan hasta mediados del presente y nefasto 2024. Y lo peor puede ser el voto de castigo. En Euskadi frente a la corrupción y la guerra dialéctica entre los viejos miembros del bipartidismo, que además cometerán el error de hacer campaña nacional en las autonómicas, las gentes optarán por el voto a Bildu, precisamente para cambiar ese sistema democrático en franca decadencia.
No sé que más pueden pedir unos y dar los otros en Cataluña. ¿Alguien se había creído que la amnistía había parado el proceso hacia la autodeterminación?. ¿En qué consiste la normalidad y la reconciliación que nos intenta vender el sanchismo entre el Estado y Cataluña?
Mientras en la sociedad civil organizada nos envían trabajos que los políticos deberían al menos leerlos: articular el territorio; impulsar los hogares del mañana; priorizar los cuidados en el espacio socio- sanitario; abordar el debate de las pensiones; ofrecer un proyecto profesional atractivo: aprendizaje continuo; formación desde la creatividad; empleo joven; tecnología para mejorar la vida de las personas; aprovechar las oportunidades; generar confianza; responder a las expectativas; acelerar la transición energética; integrar la sostenibilidad en la gestión; ganar autonomía estratégica; integrar la sostenibilidad en el día a día de los ciudadanos; potenciar la transformación de las pymes.
Deberíamos estar muy preocupados por el impacto jurídico y social que están teniendo los informes sumamente críticos que hace el Consejo General del Poder Judicial sobre la amnistía. Consideran tal norma votada y aprobada en sede del Congreso de los Diputados como insconstitucional. Yo al menos me siento inseguro ya que resido en un país presuntamente democrático en el que los vigilantes de la Carta Magna de 1978 se pronuncian sobre el camino de inconstitucionalidad emprendido por el Gobierno de Sánchez en su afán de mantener el poder: ¿por cuánto tiempo y con qué derivadas en solidaridad territorial y seguridad jurídica?.
¿Qué está pasando en España?. La ruptura amenaza con ser total. ¿A dónde nos llevan estos truhanes y malandrines ?. Van a lograr romper la convivencia que se construyó tras la muerte del dictador en 1975 y se dota con ese punto de encuentro que nos ha dado paz y prosperidad.
No se dan cuenta que las excelencias del sistema democrático hay que apuntalarlas a diario y que vivir en Europa no garantiza lo que se vino a llamar una "balcanización" .
¿Que fue de aquel seny catalán aportado por Cambó en tiempos revueltos? No nos quedan fuerzas y dignidad para pararles los pies a los profetas de los inframundos. Retrocederemos para autodestruirnos. Hay una frase de Bismarck sobre España que me encuentro cada vez más en las redes sociales y en la prensa: "España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido".
Vacaciones de primavera para olvidar lo cotidiano. Espectáculo procesional en el que la Iglesia vuelve a tomar las calles. Olor a incienso y cera. Pasos acompasados debajo de la imaginería religiosa mientras suenas tambores y saetas. Al menos tiempo para no estar pendientes de las bravuconerías de sus ilustrísimas. Y es que hoy cualquier badulaque puede ser señoría y lograr minutos de gloria mientras insulta al de la otra bancada que se arremanga para no ser menos gañán y contestarle mientras los españoles se preguntan: ¿Dónde lleva esta etapa de la vida pública ?. ¿Qué problemas reales le son ajenos?. ¿Para eso votamos?.
Como de costumbre. ¡Paren que me bajo!.