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Jueves, 25 de Abril de 2024 Tiempo de lectura:

Cuando descubrimos la democracia

[Img #25893]Éramos jóvenes, bastante más que ahora, nuestra juventud y adolescencia estaban llenas de fútbol, ciclismo, algo de baloncesto,  un poco de atletismo…

 

Nos gustaban: los Brincos, los Beatles, los Rolling, los Mustang, Serrat, Adamo, Raphael, y las chicas. Nos preocupaban las notas del colegio o del instituto.

 

No sabíamos nada de sindicatos, huelgas, asambleas, de votaciones, sí, pero para elegir delegado de curso y pare usted de contar.

 

Más tarde fuimos enterándonos de la dictadura, la democracia,  la libertad, los partidos políticos, una persona un voto…

 

Y votamos, nos llegó la democracia, ya un poco más maduros, pero nos seguía haciendo ilusión lo de votar y decidir cosas con el voto, afiliarnos a un partido, a un sindicato. Sentirnos parte de los debates, de los programas, buscar y encontrar candidatos, lograr algún que otro triunfo cuando uno de los nuestros era alcalde o diputado y  nos hacía caso. Éramos parte de su éxito, de su proyección social y política.

 

Nos seguía gustando la democracia y todo lo que ella significaba, debate, discusión, análisis y toma de decisiones votando, llevando adelante los acuerdos adoptados.

 

Las cosas fueron cambiando a peor en los partidos y en los sindicatos. Empezaron a mandar los “profesionales” y a los militantes nos fueron relegando a llenar autobuses, asambleas, aplaudir al líder,  criticar poco y  leer menos los programas; no fuera a pasar que nos encontráramos algo mal redactado o  imposible de realizar.

 

Después fue a peor, “los cazos”, los “negocios”, todo lo que hoy en día acompaña a muchos políticos, en  pueblos o en grandes urbes, en diputaciones y gobiernos autonómicos, en los ministerios, en los parlamentos…

 

¿Dónde estuvo el error? Endiosamos mucho a los líderes, no les supimos transmitir algo que es consustancial en  todos los órdenes de la vida, la “responsabilidad”, y en política, más. Responsables ante los demás, ante sus compañeros, ante la sociedad, algo que parecían  ignorar, tú me representas con mi voto, pero eres responsable de administrarlo bien.

 

Fuimos ingenuos, poco exigentes con ellos, pero la democracia sigue siendo algo necesario y fundamental para la sociedad, democracia sí, malversadores, no.

 

Es el viaje de la vida que nos lleva y nos trae, nos enseña que no te puedes fiar de cualquiera.

 

No me gusta escribir sobre los ya fallecidos, pero tenemos muchos ejemplos de esa época y de la actual, que ojalá no se repitan.

 

No los voy a citar, los tengo “in mente”, hay un refrán que dice “el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”.

 

Menos mal que hay una prensa libre y seria con buenos profesionales. Ese también es un valor de la democracia.

 

Pero nunca se debe olvidar a quienes malversaron nuestra confianza y a quienes decían que, para defender sus ideas, la violencia era una herramienta más.

 

 

 

 

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