El Museo Nacional Reina Sofía dice que esta caja de cerillas es una obra de arte
Esta caja de cerillas y su violento mensaje figura en una vitrina como una obra de arte, y se incluye en una exposición del Museo Nacional Reina Sofía, un centro cultural propiedad del Estado, dependiente del Ministerio de Educación y que, por lo tanto, pagan todos los contribuyentes, entre ellos millones de católicos que, al parecer, deberían ser quemados vivos dentro de sus templos. Según informa la web HazteOir.org, la exposición es en realidad un montaje propagandístico de un grupo abortista argentino.
El Museo Reina Sofía considera que esta apología del odio cristianofóbico es un acto de “pedagogía” y afirma que esta exposición “insiste en el uso colectivo de recursos, acciones y experimentos públicos, bien olvidados o bajo amenaza de erradicación, tomando el museo como lugar pedagógico dedicado al análisis de formas artísticas interconectadas con relaciones sociales reales o deseadas”. La web del museo, además, añade que que la exposición “intenta posicionar la noción de pedagogía crítica como un elemento crucial en las luchas colectivas”.
El blog “Contando Estrelas”, que también ha analizado críticamente esta muestra, explica que se trata de presentar el mundo del arte como un pretexto “para dar rienda suelta al más peligroso fanatismo”. Y añade: “Habrá algunos que apelen a la libertad artística como excusa para apoyar que un centro estatal incite a quemar iglesias. A fin de cuentas, para algunos contra los cristianos vale todo, con la excusa del arte o sin ella. Recordemos lo ocurrido hace cinco años cuando mensajes como el que nos ocupa estuvieron a punto de provocar una tragedia: unos desconocidos colocaron siete bombas incendiarias en la parroquia de Santa Genoveva, Majadahonda (Madrid). Fueron descubiertas por el párroco a causa del olor a gasolina. Si no hubiese sido por él, se habría producido una tragedia con docenas de muertos. Hace 80 años parecidas incitaciones al odio provocaron la quema de numerosas iglesias en España y sinagogas en Alemania. Me pregunto si en el Museo Reina Sofía pretenden que volvamos a esa siniestra época”.
Esta caja de cerillas y su violento mensaje figura en una vitrina como una obra de arte, y se incluye en una exposición del Museo Nacional Reina Sofía, un centro cultural propiedad del Estado, dependiente del Ministerio de Educación y que, por lo tanto, pagan todos los contribuyentes, entre ellos millones de católicos que, al parecer, deberían ser quemados vivos dentro de sus templos. Según informa la web HazteOir.org, la exposición es en realidad un montaje propagandístico de un grupo abortista argentino.
El Museo Reina Sofía considera que esta apología del odio cristianofóbico es un acto de “pedagogía” y afirma que esta exposición “insiste en el uso colectivo de recursos, acciones y experimentos públicos, bien olvidados o bajo amenaza de erradicación, tomando el museo como lugar pedagógico dedicado al análisis de formas artísticas interconectadas con relaciones sociales reales o deseadas”. La web del museo, además, añade que que la exposición “intenta posicionar la noción de pedagogía crítica como un elemento crucial en las luchas colectivas”.
El blog “Contando Estrelas”, que también ha analizado críticamente esta muestra, explica que se trata de presentar el mundo del arte como un pretexto “para dar rienda suelta al más peligroso fanatismo”. Y añade: “Habrá algunos que apelen a la libertad artística como excusa para apoyar que un centro estatal incite a quemar iglesias. A fin de cuentas, para algunos contra los cristianos vale todo, con la excusa del arte o sin ella. Recordemos lo ocurrido hace cinco años cuando mensajes como el que nos ocupa estuvieron a punto de provocar una tragedia: unos desconocidos colocaron siete bombas incendiarias en la parroquia de Santa Genoveva, Majadahonda (Madrid). Fueron descubiertas por el párroco a causa del olor a gasolina. Si no hubiese sido por él, se habría producido una tragedia con docenas de muertos. Hace 80 años parecidas incitaciones al odio provocaron la quema de numerosas iglesias en España y sinagogas en Alemania. Me pregunto si en el Museo Reina Sofía pretenden que volvamos a esa siniestra época”.