Victoria clara de su partido en la primera vuelta de las elecciones galas
Marine Le Pen humilla a Emmanuel Macron y abandera la lucha por la libertad y la soberanía que pide la mayoría de los franceses
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Según las iniciales estimaciones no oficiales, por primera vez en la historia de la V República, la nueva derecha gala, representada por Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen, se ha convertido en la fuerza política líder a nivel nacional y parlamentario. Esto le permitiría cohabitar con Emmanuel Macron, jefe del Estado, a partir del próximo domingo, cuando tenga lugar la segunda vuelta de las elecciones anticipadas.
De acuerdo con las estimaciones de CNEWS, una de las principales cadenas privadas de televisión nacional, Agrupación Nacional (AN), que agrupa a la nueva derecha y a antiguos disidentes de la derecha histórica, habría obtenido entre el 33% y el 34% de los votos en la primera vuelta de las elecciones anticipadas. En la segunda vuelta, la AN podría obtener entre 260 y 310 escaños, logrando así una mayoría relativa o absoluta. Se trata de un acontecimiento histórico, ya que la nueva derecha de Le Pen contará a todas luces con una mayoría parlamentaria excepcional.
A lo largo de los últimos años, elección tras elección, el partido de Marine Le Pen ha ido incrementado sus votos y apoyos, convirtiéndose, por ejemplo, en las fuerza más votada por la clase obrera. Hoy es también la primera fuerza política de Francia, contando con sólidos apoyos en todos los sectores y en todas las clases sociales. Marine Le Pen ha sido la primera líder política en reaccionar: “Hemos escrito una página en la historia de Francia. Es el primer paso hacia un cambio radical. La semana próxima obtendremos la mayoría absoluta y pondremos fin al macronismo y su nefasto poder para Francia”. Le Pen ha añadido: “La batalla no ha terminado. Para gobernar con eficacia, necesitamos obtener una mayoría absoluta la próxima semana”.
Jordan Bardella, posible primer ministro a partir de la semana próxima, ha reaccionado señalando lo siguiente: “Francia está en peligro existencial. Debemos reconstruirla. El pueblo ha votado: de un lado, la alianza de lo peor, que conduciría a la ruina; del otro, la unión nacional para defender la seguridad y el trabajo”. Bardella ha añadido: “Seré respetuoso con la presidencia de la República, pero también inflexible en nuestro proyecto. Respetaremos las reglas democráticas. Seré el garante de las libertades del pueblo de Francia”.
El Nuevo Frente Popular (NFP), que agrupa a todos los partidos de izquierda -La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el PS, el PCF y los Verdes-, habría obtenido entre un 28,50% y un 29,50% de los votos y entre 115 y 145 escaños. Sin embargo, este resultado es insuficiente: todas las izquierdas juntas tienen menos votos y menos escaños que la nueva derecha de Le Pen.
Tras conocer las primeras estimaciones, Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema-izquierda encarnada por La Francia Insumisa, reaccionó de una forma histérica: “Debemos impedir que la líder de la derecha extrema obtenga más votos o escaños”. Y, como es habitual en formaciones izquierdistas marcadamente totalitarias como las francesas, cuando todavía no ha finalizado el recuento de los votos ya han sido numerosas las movilizaciones violentas que están teniendo lugar en diferentes capitales de FRancia, incluyendo París, en contra "de la amenaza de la extrema-derecha".
Renacimiento, el partido del humillado y gran perdedor de estas elecciones, Emmanuel Macron, y Juntos por la República, que agrupa a sus aliados políticos, habrían obtenido el 22% de los votos y podrían conseguir entre 90 y 120 escaños. Un resultado pírrico insuficiente para un presidente al servicio de las élites globalistas francesas que no ha dudado ya en apoyar a la extrema-izquierda neocomunista, violenta, antirrepublicana y antisemita: “Frente a la extrema derecha, debemos proponer una unión claramente democrática y republicana en la segunda vuelta”.
Los Republicanos (LF, derecha histórica), el partido de Nicolas Sarkozy, habría obtenido entre el 6% y el 8% de los votos. Reconquista, el partido de la derecha conservadora del periodista Éric Zemmour, no ha podido cumplir con sus expectativas y se habría quedado sin obtener representación parlamentaria.
La segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, otorgará a a la nueva derecha de Marine Le Pen una mayoría absoluta o relativa, pero, en cualquier caso, supondrá el cambio político más radical que ha vivido Francia en las últimas décadas, un cambio que, sin lugar a dudas, tendrá fuertes repercusiones en el resto de la UE.
Según las iniciales estimaciones no oficiales, por primera vez en la historia de la V República, la nueva derecha gala, representada por Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen, se ha convertido en la fuerza política líder a nivel nacional y parlamentario. Esto le permitiría cohabitar con Emmanuel Macron, jefe del Estado, a partir del próximo domingo, cuando tenga lugar la segunda vuelta de las elecciones anticipadas.
De acuerdo con las estimaciones de CNEWS, una de las principales cadenas privadas de televisión nacional, Agrupación Nacional (AN), que agrupa a la nueva derecha y a antiguos disidentes de la derecha histórica, habría obtenido entre el 33% y el 34% de los votos en la primera vuelta de las elecciones anticipadas. En la segunda vuelta, la AN podría obtener entre 260 y 310 escaños, logrando así una mayoría relativa o absoluta. Se trata de un acontecimiento histórico, ya que la nueva derecha de Le Pen contará a todas luces con una mayoría parlamentaria excepcional.
A lo largo de los últimos años, elección tras elección, el partido de Marine Le Pen ha ido incrementado sus votos y apoyos, convirtiéndose, por ejemplo, en las fuerza más votada por la clase obrera. Hoy es también la primera fuerza política de Francia, contando con sólidos apoyos en todos los sectores y en todas las clases sociales. Marine Le Pen ha sido la primera líder política en reaccionar: “Hemos escrito una página en la historia de Francia. Es el primer paso hacia un cambio radical. La semana próxima obtendremos la mayoría absoluta y pondremos fin al macronismo y su nefasto poder para Francia”. Le Pen ha añadido: “La batalla no ha terminado. Para gobernar con eficacia, necesitamos obtener una mayoría absoluta la próxima semana”.
Jordan Bardella, posible primer ministro a partir de la semana próxima, ha reaccionado señalando lo siguiente: “Francia está en peligro existencial. Debemos reconstruirla. El pueblo ha votado: de un lado, la alianza de lo peor, que conduciría a la ruina; del otro, la unión nacional para defender la seguridad y el trabajo”. Bardella ha añadido: “Seré respetuoso con la presidencia de la República, pero también inflexible en nuestro proyecto. Respetaremos las reglas democráticas. Seré el garante de las libertades del pueblo de Francia”.
El Nuevo Frente Popular (NFP), que agrupa a todos los partidos de izquierda -La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el PS, el PCF y los Verdes-, habría obtenido entre un 28,50% y un 29,50% de los votos y entre 115 y 145 escaños. Sin embargo, este resultado es insuficiente: todas las izquierdas juntas tienen menos votos y menos escaños que la nueva derecha de Le Pen.
Tras conocer las primeras estimaciones, Jean-Luc Mélenchon, líder de la extrema-izquierda encarnada por La Francia Insumisa, reaccionó de una forma histérica: “Debemos impedir que la líder de la derecha extrema obtenga más votos o escaños”. Y, como es habitual en formaciones izquierdistas marcadamente totalitarias como las francesas, cuando todavía no ha finalizado el recuento de los votos ya han sido numerosas las movilizaciones violentas que están teniendo lugar en diferentes capitales de FRancia, incluyendo París, en contra "de la amenaza de la extrema-derecha".
Renacimiento, el partido del humillado y gran perdedor de estas elecciones, Emmanuel Macron, y Juntos por la República, que agrupa a sus aliados políticos, habrían obtenido el 22% de los votos y podrían conseguir entre 90 y 120 escaños. Un resultado pírrico insuficiente para un presidente al servicio de las élites globalistas francesas que no ha dudado ya en apoyar a la extrema-izquierda neocomunista, violenta, antirrepublicana y antisemita: “Frente a la extrema derecha, debemos proponer una unión claramente democrática y republicana en la segunda vuelta”.
Los Republicanos (LF, derecha histórica), el partido de Nicolas Sarkozy, habría obtenido entre el 6% y el 8% de los votos. Reconquista, el partido de la derecha conservadora del periodista Éric Zemmour, no ha podido cumplir con sus expectativas y se habría quedado sin obtener representación parlamentaria.
La segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas, otorgará a a la nueva derecha de Marine Le Pen una mayoría absoluta o relativa, pero, en cualquier caso, supondrá el cambio político más radical que ha vivido Francia en las últimas décadas, un cambio que, sin lugar a dudas, tendrá fuertes repercusiones en el resto de la UE.