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Arturo Aldecoa Ruiz
Domingo, 14 de Julio de 2024 Tiempo de lectura:

La memoria histórica olvidada de la raza vasca

[Img #26293]A veces vivimos junto a lugares cargados de historia y no lo sabemos hasta tiempo después. Así, la casa de Bilbao donde vivía mi familia y en la que nací en 1958, Gran Vía 43, la llamada “Casa de Sota”, había tenido anteriormente la numeración de Gran Vía 41, y resulta que en 1937 había sido la sede de la redacción y administración de la Revista ilustrada Gudari, editada por los servicios oficiales del Presidente y Jefe del Departamento de Defensa del Gobierno de Euzkadi, José Antonio Aguirre y Lekube.

 

En ella se preparó semana tras semana la revista durante los meses finales de la guerra civil de 1936-1937, “como un testimonio de adhesión a los combatientes y en homenaje a ellos y sus familias”.

 

Por azares de la vida ha llegado a mis manos, guardado en una antigua y polvorienta carpeta familiar,  un original del último número de esa publicación, editado el 7 de junio de 1937, cuando apenas quedaban 11 días para la caída de Bilbao en manos de las tropas franquistas rebeldes. Leyendo la revista, muy bien editada, he comprendido un poco mejor algunas ideas que subyacían en la guerra civil y que hoy nunca se mencionan, pues son “políticamente incorrectas” por más que se insista en la necesidad de recuperar la “memoria histórica”.

 

Son ideas sobre la raza que impregnaron a ambos bandos, propias de su época, que no entiendo porqué hay que ocultar ya que nadie hoy las comparte. Pero se esconden por sistema en un intento de blanquear parte de nuestra historia, lo que me parece ridículo.

 

El número 11 de Gudari explica con precisión la visión de la raza y el racismo como columna vertebral del nacionalismo vasco que apoyaba la legalidad de la República en 1937 frente al alzamiento de los militares sublevados, carlistas, monárquicos y falangistas, para los que la raza era también una idea política importante.

 

Recordemos como ejemplo el libro escrito bajo seudónimo por el propio Franco titulado precisamente Raza, que fue base del guion de una famosa película de los años 40, luego censurada por su propio autor cuando cambiaron las tornas políticas mundiales y el racismo se convirtió en un baldón.

 

Así que para que lo conozca el lector pues creo que si no nunca se lo mostrarán  ni comentarán, transcribo tal cual aparece el artículo a doble página titulado “Nacionalismo vasco”, sin añadir ni quitar nada, y solo poniendo en negrita alguna frase significativa.

 

Gudari número 11, 7 de junio de 1937.

Redacción y administración: Gran Vía 41, Bilbao.

 

“NACIONALISMO VASCO

 

Introducción.

 

Piénsese como se quiera acerca del Nacionalismo Vasco, mírenle con odio, con amor o con indiferencia, lo que hoy menos que nunca puede ponerse en tela de juicio es la profundidad de su influencia en los destinos de la raza vasca.

 

El Nacionalismo Vasco es una realidad viva; es un proceso biológico, el de mayor significación en todos los siglos de la Historia Vasca.

 

Una idea que encarna en el pueblo, informando la conciencia nacional, y que, a través de esta conciencia, dirige la actuación del pueblo, su vida, con preponderancia creciente.

 

****

 

Existe el Nacionalismo Vasco. Existen otros muchos nacionalismos concretos en el mundo. Y existe también el nacionalismo en abstracto, genérico, sin especificación de pueblos o razas, la teoría nacionalista lanzada desde el campo de la filosofía al del derecho internacional, mucho después de existir los hechos nacionalistas, como teoría que los explica, como escuela que los defiende y fundamenta; pero los hechos nacionalistas no han sido consecuencia de esa teoría; han surgido por el impulso natural de las razas o de los pueblos, cuando ese impulso ha encontrado la ocasión propicia en las personas o en las circunstancias.

 

Así, nuestro Nacionalismo Vasco, ha surgido cuando la Providencia deparó una mente, una voluntad y un corazón propicios a acoger el impulso racial, a encarnarlo, y a expandirlo como una corriente de alto potencial a través del organismo de la Patria. Mente, voluntad y corazón que fueron los de Arana-Goiri'tar Sabin, fundador y apóstol del Nacionalismo Vasco.

 

En nuestro Nacionalismo Vasco debe, pues, haber algo que constituya su parte genérica, algo que le sea común con los demás nacionalismos humanos; y algo que constituya su parte específica, lo que le caracteriza como vasco entre los demás nacionalismos.

 

Le es común con los demás nacionalismos, aquello que constituye el latido vital de todos ellos. Un nacionalismo es siempre la aspiración de una nacionalidad al reconocimiento de su propio Derecho; la voluntad de un pueblo que reclama gobernarse a sí mismo.

 

Constituye su parte específica lo que le caracteriza y diferencia entre los demás nacionalismos humanos. Este carácter y esta diferenciación han sido determinados por la personalidad misma del Pueblo Vasco y por la personalidad individual del fundador.

 

****

 

Los fundamentos en que los pueblos nacionalistas apoyan su ideal de liberación, las razones con que justifican su derecho, las causas, ocasionales o final, que les impelen a emprender la senda pedregosa y empinada de restauración nacional, no son en todos ellos los mismos fundamentos, no son razones iguales, no son idénticas causas.

 

Unas veces, el sentido racista sobrepuja a todos los demás; otras, al fundamento histórico se le asigna mayor preponderancia; acaso el ideal religioso es el motor principal de la lucha nacionalista; tal vez una superación de cultura favorece el nacimiento de la voluntad firme que se lanza al descubrimiento de más amplios horizontes, escudriñados con espíritu pleno de nacionalidad. ¿Cómo entran estos diversos factores en la determinación de la conciencia nacionalista vasca?

 

Nuestro Nacionalismo Vasco tiene un profundo y sustancial sentido racista. No se puede prescindir de él, sin destruirlo. Es la base de su armadura ideológica, por que la raza es el núcleo fundamental de la existencia de la nacionalidad vasca.

 

Nuestro Nacionalismo Vasco tiene un profundo sentido histórico, porque la historia vasca, la conocida y la prehistórica es la vida de la raza transcurrida en siglos de libertad originaria e ininterrumpida, es el vaso que contiene todas las esencias de la Tradición, y la reanudación de la vida racial libre tiene que ser eso precisamente, reanudación y no aventura por caminos de novedad vana e injustificada.

 

Nuestro Nacionalismo Vasco tiene un profundo sentido religioso. Lo tiene, porque el desastre espiritual de la raza, el peligro inminente de la pérdida de su fé cristiana, a cuya situación iba llegando rápidamente a consecuencia de la dominación extranjera, influyó en el alma de Arana-Goiri, más honda y más decisivamente que el desastre físico nacional, más que el peligro de la desaparición de la raza, para lanzarla a proclamar su Ideal Nacionalista y la causa final que le impelió a su apostolado patriótico no fue otra que el aseguramiento de la vida cristiana en la sociedad vasca.

 

Y, ¿tiene sentido cultural nuestro Nacionalismo Vasco?

 

No tanto como florecimiento anterior de una cultura vasca, impulsora de la aspiración nacionalista; pero sí en el sentido profundo y radical de que toda nacionalidad, con el mismo impulso natural que le impele a vivir, propende a crearse una cultura peculiar, producto de su propia vida.

 

****

 

Que el Nacionalismo Vasco podía haber surgido con caracteres específicos distintos a los que le imprimió la personalidad del fundador, no cabe duda.

 

Mas para ello era preciso que el fundador hubiese sido otro y no Arana- Goiri'tar Sabin.

 

Esto sucede, sin embargo, prácticamente cuando la idea, al extenderse como se ha extendido por la conciencia de todo el pueblo, pierde nitidez en algunas inteligencias, se degrada, se adultera, se modifica más o menos según la tonalidad con que reaccionan los espíritus en que ejerce su influencia.

 

Aquí queremos comentar punto por punto el Nacionalismo Vasco que dió Arana-Goiri a la Patria, fundido en el crisol de su espíritu, para que, conservándolo íntegro como Credo inconmovible, caminase por derroteros de salud.”

 

Guste o no, esto era lo que se  afirmaba en 1937 en una publicación oficial del Gobierno de Euzkadi, que apoyaba la legalidad democrática republicana.

 

Las ideas respecto del tema racial del bando contrario no eran menos extremadas, propias de una época de excesos ideológicos en la que la militancia política era casi una fe religiosa.

 

Personalmente me resulta sorprendente en el texto de Gudari la ausencia de referencias al euskera, como lengua propia de los vascos.

Como escribió Kant: “sapere aude”: hay que atreverse a saber la verdad de cómo fueron nuestros antecesores y qué defendían en el pasado, dejando de readaptarlo a los gustos “políticamente correctos” actuales, si es que queremos tener una memoria histórica real y no un pastiche.

 

Arturo Aldecoa Ruiz. Apoderado en las Juntas Generales de Bizkaia 1999 -2019.

 

[Img #26294]

 

 

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