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Pedro Chacón
Domingo, 14 de Julio de 2024 Tiempo de lectura:

España: toros, fútbol y alegría de vivir

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En España se vive muy bien. Lo dice todo el mundo. No solo los españoles. Aunque hay algunos españoles en País Vasco y Cataluña que no lo quieren reconocer, aunque lo saben de sobras. Pero españoles que van por el mundo y que están acostumbrados a estar aquí y allá lo saben muy bien. En cuanto a comidas, en cuanto a costumbres, en cuanto al trato con la gente, en cuanto a paisajes, historia, pueblos y ciudades. Hay por Internet un video donde Fernando Alonso, el piloto de fórmula uno, lo dice muy claramente. El conoce muchos países, conoce muchas costumbres, está habituado a estar aquí y allá y lo afirma convencido: como en España no se vive en ninguna parte. Hace poco salió una encuesta o un pronóstico más bien, sobre los destinos turísticos en el mundo y España aparecía en cabeza para los años venideros, por encima de sus tradicionales competidoras Italia y Francia. España se sale en turismo. Los jubilados europeos, sobre todo ingleses, franceses y alemanes, los de mayor poder adquisitivo, se vienen a España, al Levante, a Andalucía, a las islas, tanto a Baleares como a Canarias, y se compran una vivienda y se quedan a vivir aquí, por algo será.

 

No nos hace falta ser una potencia mundial, no nos hace falta tener un ejército extraordinario, no nos hace falta estar armados hasta los dientes. Tampoco nos hace falta tener muchas centrales nucleares ni muchas industrias. Aunque somos uno de los principales productores de automóviles de Europa. Hubo un régimen anterior en el que se construyeron muchos pantanos. Incluso al Jefe del Estado entonces se le sacaban memes con que estaba siempre inaugurando pantanos. Pero qué bien vinieron esos pantanos luego, para acumular agua, para producir electricidad, aunque lamentablemente algunas poblaciones históricas quedaran bajo el agua y en tiempos de sequía asomen sus torres desmochadas.

 

Todo es historia viva en España, todo son rastros de vidas multiseculares, de poblamientos antiguos, medievales y modernos. Todo es recuerdo del pasado y de glorias y también de derrotas, pero sobre todo de historia acumulada, en capas superpuestas, de nuestros antepasados, que hicieron cosas por las que su presencia quedó perdurable por los siglos, abriendo nuevos continentes al contacto con nuevas culturas, ofreciendo una lengua como el español, hablada hoy por cientos de millones de personas en el mundo,  yendo con una religión como es el cristianismo, de la que procede la fórmula más contrastada para alcanzar la libertad y la conciencia individual, porque entraña una mezcla entre el compromiso colectivo y la búsqueda de la excelencia que es lo que en cualquier grupo humano más cuesta equilibrar, lo que más cuesta ponderar. Ese es el secreto de la vida, el secreto de nuestro paso por el mundo: cómo ser fieles a los nuestros y cómo, a la vez, ser conscientes de nuestra vida personal y poder conseguir así lo que queremos ser en la vida, cada uno por su cuenta.

 

España vive del turismo se dice. Pues menudo halago, ¿no? A la gente que sabe le gusta venir aquí, a nuestro país, a la gente que puede elegir, a la gente con cultura, con conocimiento, con capacidad adquisitiva y cognitiva le gusta venir a vivir a nuestro país. Y sobre todo a la gente que ha terminado su vida laboral y que quieren vivir tranquilos y disfrutar de la vida les gusta venir a vivir a nuestro país. ¿Cabe mayor halago que ese?

 

Resulta que ahora somos los mejores en fútbol en Europa, les damos clases a los demás en esto. Y nuestros entrenadores de fútbol son muy cotizados en el extranjero, sobre todo en Europa, donde hay más recursos para tener grandes equipos, con grandes jugadores. El Real Madrid es el equipo más importante del mundo y todos los grandes jugadores y entrenadores quieren venir a entrenar y jugar en él. Y la Liga de fútbol española también es de las más cotizadas. No nos hace falta ser como en la inglesa o la francesa, que están colonizadas por capital árabe y tienen muchos millones para contratar. No nos hace falta eso por aquí. Tenemos recursos suficientes y afición de sobra para no necesitar de esos aportes foráneos de capital. La gente disfruta con el fútbol y nuestra competición es de las mejores. Y ahora nuestra selección también, tanto la de hombres como la de mujeres. Con la de hombres conseguimos una vez ser campeones del mundo en 2010 y con la de mujeres el año pasado, 2023. Y es posible que lo seamos más veces, si sigue así el nivel de juego. Y en nuestra selección masculina hay muchos jugadores de la Real Sociedad y también del Athletic y del Barcelona, equipos que quieren ser españoles, aunque a algunos de sus seguidores y parte de sus directivos les gustaría que formaran liga aparte. ¿Pero, qué iban a hacer solos, quién querría ir a verlos, jugando solos entre ellos, cuando resulta que ahora, sin tener que cambiar nada, pueden jugar contra el Real Madrid, que es el mejor equipo del mundo?

 

Y en cuanto a los toros, resulta que ahora, que son Sanfermines, tenemos una fiesta de toros en la misma capital de Navarra, en Pamplona, que aquí hay quien la toma como si fuera la capital de Euskal Herria, pero que resulta que se convierte todos los años por estas fechas en capital de la tauromaquia española y, por extensión, del mundo. Con escritores, intelectuales y artistas que vienen a recorrer sus calles, a vivir su fiesta, a recordar lo que otros como ellos escribieron, pintaron y pensaron de unas fiestas únicas en el mundo. Quizás no lo sepan muchos, pero en Francia, en la parte sur de Francia, desde Bayona a Perpignan, copian todo lo que se vive con los toros en España. En Bayona las fiestas son una pura repetición de los Sanfermines de Pamplona. La gente se viste igual, de blanco y con su pañuelico y su faja roja y si les valiera hacían unos encierros como los de Pamplona. Pero todos saben que esos encierros son únicos en el mundo y se conforman con organizar una fiesta taurina que se asemeje lo más posible a las que hay en España, a las de Madrid, Sevilla o Bilbao.

 

Y así es como se explica que en España se viva tan bien. Porque la gente hace cosas para disfrutar de la vida y todos los que las ven y las conocen, aunque sea en la distancia, las sienten y las admiran así.

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