Geólogo y coautor del libro "Cambios climáticos"
Enrique Ortega Gironés: "No existe unanimidad científica sobre el origen antrópico del calentamiento global"
![[Img #26320]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/08_2024/848_image.png)
Acaba de aparecer el libro Cambios Climáticos (Colección Aula Magna, Editorial MacGraw Hill), una obra de divulgación que le quita dramatismo al calentamiento global, poniéndolo en su contexto dentro de la dilatadísima historia geológica de nuestro planeta.
Sus autores, profesionales de la Geología y colaboradores habituales de La Tribuna del País Vasco, describen con lenguaje sencillo y directo (en ocasiones no exento de buen humor), pero también con rigor científico, algunos rasgos poco conocidos por el público sobre la historia climática de la Tierra. En contra de lo que nos suelen contar, los registros almacenados en las rocas, el hielo, los sedimentos, los anillos de los árboles y los hallazgos arqueológicos, nos hacen ver que el momento actual no representa un episodio singularmente cálido, sino más bien todo lo contrario.
La Tribuna del País Vasco entrevista en exclusiva a Enrique Ortega Gironés, uno de los autores de la obra.
¿Qué les llevó a escribir este libro sobre el “cambio climático”?
Como explicamos en el prólogo del libro, a nosotros tres, del mismo modo que a otros muchos colegas de profesión, se nos ha ido acumulando a lo largo de las últimas décadas una irritante fatiga por tener que leer y escuchar con asiduidad exageraciones y amenazas tremendistas dudosamente justificadas sobre el futuro climático de la Tierra. Durante años, hemos esperado que las instituciones oficiales responsables de la Geología, a nivel nacional e internacional, saliesen a la palestra y pusiesen a disposición de la opinión pública evidencias de que no existe unanimidad científica sobre el origen antrópico del calentamiento global, que es cuanto menos, discutible. Pero como la espera ha sido en vano, nos hemos animado a escribir este libro, recopilando datos publicados por muchos investigadores, evidencias que casi nunca llegan a la opinión pública a través de los medios de comunicación, y cuyas conclusiones son compartidas por muchos geólogos y otros colectivos científicos.
¿Cuál es su objetivo principal con la publicación de este libro?
Proporcionar al público no especializado una visión equilibrada y desdramatizada de lo que está ocurriendo con el clima, que forma parte de una evolución natural, espontánea, consecuencia de ciclos de enfriamiento y calentamiento que se han repetido cientos, miles de veces, desde que se formó nuestro Planeta hace 4.500 millones de años.
¿Cómo creen que su formación y experiencia como geólogos influye en su perspectiva sobre el presunto cambio climático?
Cada especialidad científica proporciona una visión diferente de la realidad por tener perspectivas diferentes. Para un periodista o un meteorólogo, la realidad se interpreta en relación con lo ocurrido hace días, meses, o años, como mucho. Un historiador considera periodos más largos, años, siglos o incluso milenios. Los geólogos consideramos periodos de tiempo mucho más dilatados, hasta miles de millones de años. Para nosotros, interpretar la evolución climática considerando tan sólo los datos meteorológicos de los dos últimos siglos, o incluso del último milenio, es (volviendo al símil anterior) como si un periodista quisiese analizar la situación actual de la humanidad utilizando las noticias publicadas durante los últimos dos días, ignorando toda la información acumulada en las bibliotecas y los hechos acaecidos desde que se inició la Historia.
¿Cuáles son los puntos principales de crítica que presentan en el libro sobre el consenso actual del “cambio climático”?
Hay uno fundamental, porque no es cierto que exista ese consenso. Hay muchos científicos que disienten del origen antrópico y consideran que se debe esencialmente a causas naturales, pero sus opiniones raramente llegan a los periódicos o las televisiones. Eso no quiere decir que el hombre no pueda estar teniendo influencia sobre la evolución climática, pero no de una forma determinante ni significativa. Además, la humanidad está muy lejos de tener capacidad para frenar (y mucho menos revertir) ciclos naturales que dependen principalmente de factores cósmicos. Por otra parte, tampoco debe olvidarse que la ciencia no se rige por criterios democráticos, y que la mayoría de los científicos estén de acuerdo en una hipótesis no implica que su interpretación sea correcta, como ha demostrado la historia de la ciencia en multitud de ocasiones.
¿Podrían explicar brevemente sus principales argumentos en contra de las teorías predominantes alrededor del “cambio climático antropogénico”?
La teoría dominante sobre el origen antropogénico del cambio climático atribuye su causa principal a las emisiones humanas de dióxido de carbono (CO2) hacia la atmósfera. Sin embargo, esas emisiones son mínimas en comparación con las de la propia naturaleza, especialmente desde los volcanes y sobre todo desde los propios océanos, que constituyen el gran almacén del CO2 del Planeta. Además, la comparación entre las evoluciones a lo largo del tiempo de la temperatura y el contenido en CO2 atmosférico, demuestran que no hay relaciones causa - efecto, es decir, que el aumento de dióxido de carbono no siempre va acompañado de aumento de temperatura.
¿Existen evidencias geológicas que respalden sus afirmaciones?
Hay muchas y no son fáciles de resumir en pocas frases, pero mencionaremos dos de ellas, por ser significativas y relativamente fáciles de explicar. En primer lugar, el estudio de los hielos acumulados en el Polo Sur y en Groenlandia durante los últimos 800.000 años, indican que no existe un calentamiento asociado a un refuerzo del efecto invernadero por el aumento de CO2, sino que ocurre todo lo contrario, primero se produce el calentamiento y, como consecuencia, crece el dióxido de carbono en la atmósfera. Esos mismos sondeos demuestran que el actual calentamiento global es el noveno que ocurre durante los últimos 800.000 años, sin que el hombre y sus actividades estuvieran presentes en los ocho anteriores
Y, en segundo lugar, si en la actualidad estuviese ocurriendo un calentamiento anómalo, el hielo de los polos se estaría fundiendo a una velocidad igualmente anómala. Sin embargo, está ocurriendo precisamente lo contrario. El nivel del mar está subiendo desde hace 20.000 años, desde el final de la última glaciación, cuando estaba 120 metros por debajo del nivel actual, y la velocidad actual de ascenso es inferior al promedio registrado durante esos veinte milenios anteriores.
¿Cuáles han sido las reacciones de la comunidad científica y de los lectores a sus tesis que han ido dando a conocer a través de los medios de comunicación y que ahora reúnen en el libro Cambios Climáticos?
Como en todo, en el cambio climático también hay radicales y fundamentalistas. Una buena parte del contenido del libro fue previamente publicado en una revista digital, Entrevisttas.com, y desde el Colegio Oficial de Geólogos solicitaron una síntesis para ser publicada en su revista. Como el texto era un poco largo, se dividió en dos partes, pero tan sólo la primera de ellas llegó a ver la luz, por las enérgicas protestas de algunos investigadores, que, con nulo espíritu científico, como si de una inquisición se tratase, exigieron la retractación del autor y la retirada del artículo. Afortunadamente, el artículo no fue retirado, pero las presiones hicieron que nunca fuese publicada la segunda parte en la revista del Colegio, aunque sí que hizo su aparición íntegra en Entrevisttas.com. Debe decirse además que este libro, Cambios Climáticos, es en parte consecuencia del revuelo causado por aquella publicación, ya que gracias él entramos en contacto y nos pusimos manos a la obra para prepararlo. Por otra parte, muchas de las ideas que exponemos no son nuestras, ya que el libro recoge opiniones, estudios, gráficas y datos publicados por numerosos investigadores. Al final del libro hemos incorporado un extenso listado bibliográfico donde nuestros artículos representan sólo una mínima parte.
¿Esperan que su libro pueda influir de algún modo en el debate actual sobre el “cambio climático”?
Esperamos que, modestamente, podamos contribuir a desdramatizar y disminuir la visión catastrófica del cambio climático que se ha instalado en la conciencia social. Durante los últimos meses, son muchas las voces que se han alzado, en la misma línea que nosotros, contra tanto despropósito climático. Es gratificante comprobar que no todo el mundo está dispuesto a dejarse arrastrar hacia lo políticamente correcto y el pensamiento único donde quieren hacernos converger. Pueden mencionarse por ejemplo los libros de reciente aparición publicados por Rubio Ávila (2021), Ferrándis Muñoz (2022), Kaiser (2022), Benitez Grande-Caballero (2023), Vinós (2023) o Tarancón & Del Valle (2023), pero desde nuestro punto de vista faltaba la visión geológica del problema, el análisis de la realidad desde la perspectiva geológica de miles de millones de años.
¿Qué mensaje central les gustaría transmitir a aquellos que están preocupados por el “cambio climático”?
Que la humanidad, en general, no es respetuosa con el medioambiente y hay muchas cosas que corregir en el comportamiento humano respecto de su planeta. Pero que todos los inmensos recursos que se están dedicando a la tarea imposible de frenar y revertir el calentamiento global, estarían mucho mejor utilizados si se aprovechasen para corregir problemas cuya solución sí está a nuestro alcance, como la contaminación de suelos y aguas, el uso indiscriminado de plásticos o el abuso de pesticidas y fertilizantes.
Y desde luego, que se contemple sin miedo la evolución climática que se observa hoy en día, como algo que ha ocurrido ya muchas veces, sin que por ello se haya resentido la salud del planeta. En el pasado geológico, a lo largo de esos 4.500 millones de años, el dióxido de carbono llegó a concentraciones hasta diez veces más altas que en la actualidad y las temperaturas estuvieron hasta 9ºC por encima de las actuales.
¿Cómo ha evolucionado su perspectiva sobre el “cambio climático” a lo largo de su trabajo profesional como geólogos?
Profesionalmente, no ha tenido incidencia directa, ya que nuestra actividad profesional ha estado alejada del tema climático. Pero a nivel personal, con creciente y progresiva indignación. Cuando a finales del siglo XX empezó a presentarse este problema ante la opinión pública, nuestras primeras reacciones fueron de escepticismo, pensando que las evidencias científicas terminarían por acallar al sensacionalismo catastrofista. Pero a medida que los medios fueron insistiendo de forma creciente con informaciones cada vez más alarmistas y sesgadas, el escepticismo fue dando paso a la indignación, haciendo que nos preocupásemos, indagando en buscar bibliografía especializada, buscando respuestas para nosotros mismos (también para parientes, amigos y conocidos) ante los despropósitos que nos llegaban desde los medios de comunicación. De ahí, pasamos a escribir los artículos divulgativos que han precedido a la publicación de este libro.
¿Qué otros aspectos relacionados con la geología y el clima creen que son importantes pero que a menudo se pasan por alto en el debate público?
La ciclicidad de los fenómenos cósmicos, que permiten explicar los cambios climáticos que han ocurrido en el pasado. Los cambios en la órbita terrestre, que ocurren a lo largo de decenas de miles de años, las variaciones en la actividad solar y en la radiación cósmica que llega desde el espacio exterior, procesos cíclicos que influyen en la cantidad de calor que llega a la superficie del Planeta. Sin embargo, este tipo de informaciones son sistemáticamente ignoradas y todos los modelos climáticos se centran de forma prácticamente exclusiva en las emisiones antrópicas de dióxido de carbono.
¿Qué preguntas les gustaría que se les hiciera con más frecuencia sobre su trabajo y sus opiniones sobre el cambio climático?
¿Por qué sois negacionistas? Porque en realidad no lo somos. Es imposible que un geólogo sea negacionista, porque fue la geología la ciencia que descubrió el cambio climático ya en el siglo XIX, cuando puso en evidencia la existencia en tiempos pasados de ciclos glaciares e interglaciares. Por lo tanto, los geólogos no negamos el cambio climático. Muy por el contrario, tenemos evidencias de que han existido muchos cambios climáticos, que han ocurrido millones de años antes de la aparición del hombre sobre la Tierra.
¿Cree que el debate sobre el “cambio climático” es un debate más político que científico?
Sin duda. La gran importancia mediática del cambio climático a nivel mundial ha sido promovida desde los años 90 por un organismo político global como es la Organización de Naciones Unidas. Ha sido la ONU quien ha impulsado (en colaboración con muchos gobiernos del mundo) el IPCC, el Panel Internacional sobre Cambio Climáticos, integrado por científicos seleccionados ad-hoc por los estados miembros, donde por cierto la geología no tiene prácticamente representación. Han sido muchas las críticas emitidas por científicos de primer nivel, incluso premios Nobel, sobre el dudoso comportamiento científico de este comité (en el libro mencionamos algunas de ellas), pero nunca han llegado a influir de forma significativa en su preponderancia, y sus informes sirven de guion para el diseño de la política climática de la mayor parte de países.
En su opinión, ¿por qué hay tanto interés (político, mediático, económico) por impulsar las tesis del “cambio climático antropogénico?
Es difícil creer que se haya llegado a esta convergencia de intereses (político, mediático, económico) de una forma casual, y no queda más remedio que formular la pregunta inevitable: ¿Por qué o para qué tanto esfuerzo? No parece muy complicado encontrar la respuesta, la misma que ha impulsado a la Humanidad desde sus inicios: el poder y el dinero. Muchos gobiernos del mundo, con la Unión Europea a la cabeza, han hecho suyas las propuestas adoptadas en las cumbres mundiales sobre el cambio climático, aceptando que nos enfrentamos a una emergencia, poniendo en marcha planes específicos para combatirla. La realidad social es que el miedo al aumento de temperatura planetaria está asentado en la opinión colectiva y, en esas condiciones, la lucha contra el calentamiento global proporciona argumentos eficaces para que los ciudadanos acepten de buen grado sacrificios que de otra forma serían inaceptables, como el aumento del precio de la electricidad, imposición de vehículos eléctricos más caros y con menos prestaciones, restricciones en alimentación y desplazamientos, pérdida de puestos de trabajo, y un largo etcétera. El cambio climático mueve hoy miles de millones de euros, y las políticas climáticas están haciendo que avancen o retrocedan las economías de países enteros.
¿Por qué el cambio climático suscita tanto interés? Dejemos que respondan a esa pregunta algunos de las protagonistas de las políticas climáticas globales a través de sus propias declaraciones. Por ejemplo, Christiana Figueres, exsecretaria de la ONU, aquella que propuso que debíamos dejar de comer carne y jamón ibérico para detener el calentamiento global, declaró durante la cumbre del clima celebrada en París en 2015, que el verdadero objetivo de las propuestas para detener el calentamiento global era cambiar el modelo de desarrollo económico que ha estado reinando durante al menos 150 años, desde la Revolución Industrial. Igualmente explícita fue la exministra de Medio Ambiente de Canadá, Christine Stewart, cuando declaró, refiriéndose a las críticas sobre la validez de los datos y los modelos predictivos sobre el cambio climático: no importa si se trata de falsa ciencia, existen beneficios ambientales colaterales…, el cambio climático proporciona la mayor oportunidad de lograr justicia e igualdad en el mundo. En la misma línea, Tim Wirth, exsubsecretario de Estado estadounidense para asuntos globales y una de las personas responsables de la creación del Protocolo de Kioto, reconoció que incluso si la teoría del calentamiento global es incorrecta, estaremos haciendo lo correcto en términos de política económica y política ambiental.
![[Img #26320]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/08_2024/848_image.png)
Acaba de aparecer el libro Cambios Climáticos (Colección Aula Magna, Editorial MacGraw Hill), una obra de divulgación que le quita dramatismo al calentamiento global, poniéndolo en su contexto dentro de la dilatadísima historia geológica de nuestro planeta.
Sus autores, profesionales de la Geología y colaboradores habituales de La Tribuna del País Vasco, describen con lenguaje sencillo y directo (en ocasiones no exento de buen humor), pero también con rigor científico, algunos rasgos poco conocidos por el público sobre la historia climática de la Tierra. En contra de lo que nos suelen contar, los registros almacenados en las rocas, el hielo, los sedimentos, los anillos de los árboles y los hallazgos arqueológicos, nos hacen ver que el momento actual no representa un episodio singularmente cálido, sino más bien todo lo contrario.
La Tribuna del País Vasco entrevista en exclusiva a Enrique Ortega Gironés, uno de los autores de la obra.
¿Qué les llevó a escribir este libro sobre el “cambio climático”?
Como explicamos en el prólogo del libro, a nosotros tres, del mismo modo que a otros muchos colegas de profesión, se nos ha ido acumulando a lo largo de las últimas décadas una irritante fatiga por tener que leer y escuchar con asiduidad exageraciones y amenazas tremendistas dudosamente justificadas sobre el futuro climático de la Tierra. Durante años, hemos esperado que las instituciones oficiales responsables de la Geología, a nivel nacional e internacional, saliesen a la palestra y pusiesen a disposición de la opinión pública evidencias de que no existe unanimidad científica sobre el origen antrópico del calentamiento global, que es cuanto menos, discutible. Pero como la espera ha sido en vano, nos hemos animado a escribir este libro, recopilando datos publicados por muchos investigadores, evidencias que casi nunca llegan a la opinión pública a través de los medios de comunicación, y cuyas conclusiones son compartidas por muchos geólogos y otros colectivos científicos.
¿Cuál es su objetivo principal con la publicación de este libro?
Proporcionar al público no especializado una visión equilibrada y desdramatizada de lo que está ocurriendo con el clima, que forma parte de una evolución natural, espontánea, consecuencia de ciclos de enfriamiento y calentamiento que se han repetido cientos, miles de veces, desde que se formó nuestro Planeta hace 4.500 millones de años.
¿Cómo creen que su formación y experiencia como geólogos influye en su perspectiva sobre el presunto cambio climático?
Cada especialidad científica proporciona una visión diferente de la realidad por tener perspectivas diferentes. Para un periodista o un meteorólogo, la realidad se interpreta en relación con lo ocurrido hace días, meses, o años, como mucho. Un historiador considera periodos más largos, años, siglos o incluso milenios. Los geólogos consideramos periodos de tiempo mucho más dilatados, hasta miles de millones de años. Para nosotros, interpretar la evolución climática considerando tan sólo los datos meteorológicos de los dos últimos siglos, o incluso del último milenio, es (volviendo al símil anterior) como si un periodista quisiese analizar la situación actual de la humanidad utilizando las noticias publicadas durante los últimos dos días, ignorando toda la información acumulada en las bibliotecas y los hechos acaecidos desde que se inició la Historia.
¿Cuáles son los puntos principales de crítica que presentan en el libro sobre el consenso actual del “cambio climático”?
Hay uno fundamental, porque no es cierto que exista ese consenso. Hay muchos científicos que disienten del origen antrópico y consideran que se debe esencialmente a causas naturales, pero sus opiniones raramente llegan a los periódicos o las televisiones. Eso no quiere decir que el hombre no pueda estar teniendo influencia sobre la evolución climática, pero no de una forma determinante ni significativa. Además, la humanidad está muy lejos de tener capacidad para frenar (y mucho menos revertir) ciclos naturales que dependen principalmente de factores cósmicos. Por otra parte, tampoco debe olvidarse que la ciencia no se rige por criterios democráticos, y que la mayoría de los científicos estén de acuerdo en una hipótesis no implica que su interpretación sea correcta, como ha demostrado la historia de la ciencia en multitud de ocasiones.
¿Podrían explicar brevemente sus principales argumentos en contra de las teorías predominantes alrededor del “cambio climático antropogénico”?
La teoría dominante sobre el origen antropogénico del cambio climático atribuye su causa principal a las emisiones humanas de dióxido de carbono (CO2) hacia la atmósfera. Sin embargo, esas emisiones son mínimas en comparación con las de la propia naturaleza, especialmente desde los volcanes y sobre todo desde los propios océanos, que constituyen el gran almacén del CO2 del Planeta. Además, la comparación entre las evoluciones a lo largo del tiempo de la temperatura y el contenido en CO2 atmosférico, demuestran que no hay relaciones causa - efecto, es decir, que el aumento de dióxido de carbono no siempre va acompañado de aumento de temperatura.
¿Existen evidencias geológicas que respalden sus afirmaciones?
Hay muchas y no son fáciles de resumir en pocas frases, pero mencionaremos dos de ellas, por ser significativas y relativamente fáciles de explicar. En primer lugar, el estudio de los hielos acumulados en el Polo Sur y en Groenlandia durante los últimos 800.000 años, indican que no existe un calentamiento asociado a un refuerzo del efecto invernadero por el aumento de CO2, sino que ocurre todo lo contrario, primero se produce el calentamiento y, como consecuencia, crece el dióxido de carbono en la atmósfera. Esos mismos sondeos demuestran que el actual calentamiento global es el noveno que ocurre durante los últimos 800.000 años, sin que el hombre y sus actividades estuvieran presentes en los ocho anteriores
Y, en segundo lugar, si en la actualidad estuviese ocurriendo un calentamiento anómalo, el hielo de los polos se estaría fundiendo a una velocidad igualmente anómala. Sin embargo, está ocurriendo precisamente lo contrario. El nivel del mar está subiendo desde hace 20.000 años, desde el final de la última glaciación, cuando estaba 120 metros por debajo del nivel actual, y la velocidad actual de ascenso es inferior al promedio registrado durante esos veinte milenios anteriores.
¿Cuáles han sido las reacciones de la comunidad científica y de los lectores a sus tesis que han ido dando a conocer a través de los medios de comunicación y que ahora reúnen en el libro Cambios Climáticos?
Como en todo, en el cambio climático también hay radicales y fundamentalistas. Una buena parte del contenido del libro fue previamente publicado en una revista digital, Entrevisttas.com, y desde el Colegio Oficial de Geólogos solicitaron una síntesis para ser publicada en su revista. Como el texto era un poco largo, se dividió en dos partes, pero tan sólo la primera de ellas llegó a ver la luz, por las enérgicas protestas de algunos investigadores, que, con nulo espíritu científico, como si de una inquisición se tratase, exigieron la retractación del autor y la retirada del artículo. Afortunadamente, el artículo no fue retirado, pero las presiones hicieron que nunca fuese publicada la segunda parte en la revista del Colegio, aunque sí que hizo su aparición íntegra en Entrevisttas.com. Debe decirse además que este libro, Cambios Climáticos, es en parte consecuencia del revuelo causado por aquella publicación, ya que gracias él entramos en contacto y nos pusimos manos a la obra para prepararlo. Por otra parte, muchas de las ideas que exponemos no son nuestras, ya que el libro recoge opiniones, estudios, gráficas y datos publicados por numerosos investigadores. Al final del libro hemos incorporado un extenso listado bibliográfico donde nuestros artículos representan sólo una mínima parte.
¿Esperan que su libro pueda influir de algún modo en el debate actual sobre el “cambio climático”?
Esperamos que, modestamente, podamos contribuir a desdramatizar y disminuir la visión catastrófica del cambio climático que se ha instalado en la conciencia social. Durante los últimos meses, son muchas las voces que se han alzado, en la misma línea que nosotros, contra tanto despropósito climático. Es gratificante comprobar que no todo el mundo está dispuesto a dejarse arrastrar hacia lo políticamente correcto y el pensamiento único donde quieren hacernos converger. Pueden mencionarse por ejemplo los libros de reciente aparición publicados por Rubio Ávila (2021), Ferrándis Muñoz (2022), Kaiser (2022), Benitez Grande-Caballero (2023), Vinós (2023) o Tarancón & Del Valle (2023), pero desde nuestro punto de vista faltaba la visión geológica del problema, el análisis de la realidad desde la perspectiva geológica de miles de millones de años.
¿Qué mensaje central les gustaría transmitir a aquellos que están preocupados por el “cambio climático”?
Que la humanidad, en general, no es respetuosa con el medioambiente y hay muchas cosas que corregir en el comportamiento humano respecto de su planeta. Pero que todos los inmensos recursos que se están dedicando a la tarea imposible de frenar y revertir el calentamiento global, estarían mucho mejor utilizados si se aprovechasen para corregir problemas cuya solución sí está a nuestro alcance, como la contaminación de suelos y aguas, el uso indiscriminado de plásticos o el abuso de pesticidas y fertilizantes.
Y desde luego, que se contemple sin miedo la evolución climática que se observa hoy en día, como algo que ha ocurrido ya muchas veces, sin que por ello se haya resentido la salud del planeta. En el pasado geológico, a lo largo de esos 4.500 millones de años, el dióxido de carbono llegó a concentraciones hasta diez veces más altas que en la actualidad y las temperaturas estuvieron hasta 9ºC por encima de las actuales.
¿Cómo ha evolucionado su perspectiva sobre el “cambio climático” a lo largo de su trabajo profesional como geólogos?
Profesionalmente, no ha tenido incidencia directa, ya que nuestra actividad profesional ha estado alejada del tema climático. Pero a nivel personal, con creciente y progresiva indignación. Cuando a finales del siglo XX empezó a presentarse este problema ante la opinión pública, nuestras primeras reacciones fueron de escepticismo, pensando que las evidencias científicas terminarían por acallar al sensacionalismo catastrofista. Pero a medida que los medios fueron insistiendo de forma creciente con informaciones cada vez más alarmistas y sesgadas, el escepticismo fue dando paso a la indignación, haciendo que nos preocupásemos, indagando en buscar bibliografía especializada, buscando respuestas para nosotros mismos (también para parientes, amigos y conocidos) ante los despropósitos que nos llegaban desde los medios de comunicación. De ahí, pasamos a escribir los artículos divulgativos que han precedido a la publicación de este libro.
¿Qué otros aspectos relacionados con la geología y el clima creen que son importantes pero que a menudo se pasan por alto en el debate público?
La ciclicidad de los fenómenos cósmicos, que permiten explicar los cambios climáticos que han ocurrido en el pasado. Los cambios en la órbita terrestre, que ocurren a lo largo de decenas de miles de años, las variaciones en la actividad solar y en la radiación cósmica que llega desde el espacio exterior, procesos cíclicos que influyen en la cantidad de calor que llega a la superficie del Planeta. Sin embargo, este tipo de informaciones son sistemáticamente ignoradas y todos los modelos climáticos se centran de forma prácticamente exclusiva en las emisiones antrópicas de dióxido de carbono.
¿Qué preguntas les gustaría que se les hiciera con más frecuencia sobre su trabajo y sus opiniones sobre el cambio climático?
¿Por qué sois negacionistas? Porque en realidad no lo somos. Es imposible que un geólogo sea negacionista, porque fue la geología la ciencia que descubrió el cambio climático ya en el siglo XIX, cuando puso en evidencia la existencia en tiempos pasados de ciclos glaciares e interglaciares. Por lo tanto, los geólogos no negamos el cambio climático. Muy por el contrario, tenemos evidencias de que han existido muchos cambios climáticos, que han ocurrido millones de años antes de la aparición del hombre sobre la Tierra.
¿Cree que el debate sobre el “cambio climático” es un debate más político que científico?
Sin duda. La gran importancia mediática del cambio climático a nivel mundial ha sido promovida desde los años 90 por un organismo político global como es la Organización de Naciones Unidas. Ha sido la ONU quien ha impulsado (en colaboración con muchos gobiernos del mundo) el IPCC, el Panel Internacional sobre Cambio Climáticos, integrado por científicos seleccionados ad-hoc por los estados miembros, donde por cierto la geología no tiene prácticamente representación. Han sido muchas las críticas emitidas por científicos de primer nivel, incluso premios Nobel, sobre el dudoso comportamiento científico de este comité (en el libro mencionamos algunas de ellas), pero nunca han llegado a influir de forma significativa en su preponderancia, y sus informes sirven de guion para el diseño de la política climática de la mayor parte de países.
En su opinión, ¿por qué hay tanto interés (político, mediático, económico) por impulsar las tesis del “cambio climático antropogénico?
Es difícil creer que se haya llegado a esta convergencia de intereses (político, mediático, económico) de una forma casual, y no queda más remedio que formular la pregunta inevitable: ¿Por qué o para qué tanto esfuerzo? No parece muy complicado encontrar la respuesta, la misma que ha impulsado a la Humanidad desde sus inicios: el poder y el dinero. Muchos gobiernos del mundo, con la Unión Europea a la cabeza, han hecho suyas las propuestas adoptadas en las cumbres mundiales sobre el cambio climático, aceptando que nos enfrentamos a una emergencia, poniendo en marcha planes específicos para combatirla. La realidad social es que el miedo al aumento de temperatura planetaria está asentado en la opinión colectiva y, en esas condiciones, la lucha contra el calentamiento global proporciona argumentos eficaces para que los ciudadanos acepten de buen grado sacrificios que de otra forma serían inaceptables, como el aumento del precio de la electricidad, imposición de vehículos eléctricos más caros y con menos prestaciones, restricciones en alimentación y desplazamientos, pérdida de puestos de trabajo, y un largo etcétera. El cambio climático mueve hoy miles de millones de euros, y las políticas climáticas están haciendo que avancen o retrocedan las economías de países enteros.
¿Por qué el cambio climático suscita tanto interés? Dejemos que respondan a esa pregunta algunos de las protagonistas de las políticas climáticas globales a través de sus propias declaraciones. Por ejemplo, Christiana Figueres, exsecretaria de la ONU, aquella que propuso que debíamos dejar de comer carne y jamón ibérico para detener el calentamiento global, declaró durante la cumbre del clima celebrada en París en 2015, que el verdadero objetivo de las propuestas para detener el calentamiento global era cambiar el modelo de desarrollo económico que ha estado reinando durante al menos 150 años, desde la Revolución Industrial. Igualmente explícita fue la exministra de Medio Ambiente de Canadá, Christine Stewart, cuando declaró, refiriéndose a las críticas sobre la validez de los datos y los modelos predictivos sobre el cambio climático: no importa si se trata de falsa ciencia, existen beneficios ambientales colaterales…, el cambio climático proporciona la mayor oportunidad de lograr justicia e igualdad en el mundo. En la misma línea, Tim Wirth, exsubsecretario de Estado estadounidense para asuntos globales y una de las personas responsables de la creación del Protocolo de Kioto, reconoció que incluso si la teoría del calentamiento global es incorrecta, estaremos haciendo lo correcto en términos de política económica y política ambiental.











