Descubre la magia del Palacio de La Helguera: Un tesoro cántabro para visitar en agosto
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Inicia una aventura única: Sumérgete en la extraordinaria herencia cultural y los impresionantes paisajes de los valles del Pas desde el espléndido Palacio de La Helguera.
Si tus vacaciones de agosto aún no tienen un destino definido, permítenos recomendarte un lugar donde la historia, la naturaleza y la gastronomía se entrelazan en un mismo espacio: el Palacio de La Helguera, un encantador hotel ubicado en los valles del Pas, en la hermosa región de Cantabria. Este es un establecimiento donde cada rincón cuenta una historia y cada escapada se convierte en una experiencia inolvidable.
Un palacio con historia
Construido en el siglo XVII, el Palacio de La Helguera no solo es un alojamiento, sino un viaje hacia nuestro pasado. Este hotel boutique, perteneciente a la prestigiosa cadena Relais Châteaux, cuenta con una llave Michelín y se presenta como un refugio cuidadosamente restaurado en el que se respira elegancia por los cuatro costados. Sus muros de sillería y su mobiliario de época te invitan a sumergirte en la historia de la aristocrática familia de los Ceballos. Caminar por sus estancias es como pasear por un museo en sí mismo, donde los objetos de anticuario evocan épocas de esplendor y tradición.
Naturaleza en estado puro
Agosto es un mes al que el Palacio en el que el entorno natural que rodea al palacio cobra vida. Los bosques que abrazan la propiedad son ideales para disfrutar de rutas de senderismo y uno puede perderse en senderos flanqueados por hayas y robles, donde el canto de las aves y la brisa suave le acompañan a cada paso. Las vistas panorámicas de los valles pasiegos son simplemente impresionantes y, sin duda, la mejor manera de olvidar el estrés diario.
Sabores de la Tierra
La experiencia no estaría completa sin degustar la exquisita gastronomía local. El restaurante Trastámara se convierte en el corazón culinario del palacio, donde el chef Renzo Orbegoso Hinojosa fusiona la tradición cántabra con influencias latinoamericanas. Cada plato es una pequeña obra de arte que refleja la riqueza de la tierra, desde la sopa de cebolla al estilo Palacio Helguera hasta su aclamado Bacalao a la montañesa. Aquí, cada bocado es un descubrimiento y cada cena un evento que deleitará a los comensales más exigentes.
Cultura y tradiciones vivas
Pero La Helguera es solo el punto de partida. La cultura pasiega está viva en el aire. Los encantadores pueblos de los alrededores, con su arquitectura rústica y plazas que invitan a la contemplación, son el escenario perfecto para conectar con las tradiciones locales. Los productos lácteos, en particular, son un manjar que no debes perderte; los quesos artesanales son el orgullo regional y una delicia para los amantes de la gastronomía.
Un viaje a nuestros ancestros
Por si fuera poco, a pocos minutos en coche se encuentra la famosa Cueva del Castillo, un verdadero tesoro arqueológico. Esta cueva no solo es un lugar de belleza natural; es un viaje a nuestro pasado. Con pinturas rupestres que datan de hace más de 40,000 años, este sitio es considerado una de las catedrales del arte prehistórico. La oportunidad de pasear por sus estrechos pasillos y contemplar estas manifestaciones de creatividad ancestral es un regalo del que solo unos pocos pueden disfrutar.
Inicia una aventura única: Sumérgete en la extraordinaria herencia cultural y los impresionantes paisajes de los valles del Pas desde el espléndido Palacio de La Helguera.
Si tus vacaciones de agosto aún no tienen un destino definido, permítenos recomendarte un lugar donde la historia, la naturaleza y la gastronomía se entrelazan en un mismo espacio: el Palacio de La Helguera, un encantador hotel ubicado en los valles del Pas, en la hermosa región de Cantabria. Este es un establecimiento donde cada rincón cuenta una historia y cada escapada se convierte en una experiencia inolvidable.
Un palacio con historia
Construido en el siglo XVII, el Palacio de La Helguera no solo es un alojamiento, sino un viaje hacia nuestro pasado. Este hotel boutique, perteneciente a la prestigiosa cadena Relais Châteaux, cuenta con una llave Michelín y se presenta como un refugio cuidadosamente restaurado en el que se respira elegancia por los cuatro costados. Sus muros de sillería y su mobiliario de época te invitan a sumergirte en la historia de la aristocrática familia de los Ceballos. Caminar por sus estancias es como pasear por un museo en sí mismo, donde los objetos de anticuario evocan épocas de esplendor y tradición.
Naturaleza en estado puro
Agosto es un mes al que el Palacio en el que el entorno natural que rodea al palacio cobra vida. Los bosques que abrazan la propiedad son ideales para disfrutar de rutas de senderismo y uno puede perderse en senderos flanqueados por hayas y robles, donde el canto de las aves y la brisa suave le acompañan a cada paso. Las vistas panorámicas de los valles pasiegos son simplemente impresionantes y, sin duda, la mejor manera de olvidar el estrés diario.
Sabores de la Tierra
La experiencia no estaría completa sin degustar la exquisita gastronomía local. El restaurante Trastámara se convierte en el corazón culinario del palacio, donde el chef Renzo Orbegoso Hinojosa fusiona la tradición cántabra con influencias latinoamericanas. Cada plato es una pequeña obra de arte que refleja la riqueza de la tierra, desde la sopa de cebolla al estilo Palacio Helguera hasta su aclamado Bacalao a la montañesa. Aquí, cada bocado es un descubrimiento y cada cena un evento que deleitará a los comensales más exigentes.
Cultura y tradiciones vivas
Pero La Helguera es solo el punto de partida. La cultura pasiega está viva en el aire. Los encantadores pueblos de los alrededores, con su arquitectura rústica y plazas que invitan a la contemplación, son el escenario perfecto para conectar con las tradiciones locales. Los productos lácteos, en particular, son un manjar que no debes perderte; los quesos artesanales son el orgullo regional y una delicia para los amantes de la gastronomía.
Un viaje a nuestros ancestros
Por si fuera poco, a pocos minutos en coche se encuentra la famosa Cueva del Castillo, un verdadero tesoro arqueológico. Esta cueva no solo es un lugar de belleza natural; es un viaje a nuestro pasado. Con pinturas rupestres que datan de hace más de 40,000 años, este sitio es considerado una de las catedrales del arte prehistórico. La oportunidad de pasear por sus estrechos pasillos y contemplar estas manifestaciones de creatividad ancestral es un regalo del que solo unos pocos pueden disfrutar.