Sobre lo de Granollers
Aunque a ustedes les parezca inaudita cualquier cosa que se parezca a la realidad, por muy absurda y demencial que parezca ser, seguro que la supera.
Eso ha sucedido en Granollers, donde durante las fiestas mayores del lugar se ha realizado una actividad “cívico-recreativa” con niños donde se ensayaba el lanzamiento de supuestos artefactos, no sé si incendiarios o impactantes en el cuerpo del simulado muñeco policial que se ponía a merced de la puntería infantil, como si fuera un “tiro al pichón” en cualquier barraca de feria.
Sin duda todo es superable en imaginación creativa en esto de utilizar a los niños como campo de entrenamiento para cuando se hagan mayores; y así que tengan un buen adiestramiento en la lucha callejera. Pero en este caso no han sido originales pues esto ya fue inventado en la patria abertzale de la tierra que me vio nacer y que tan productiva en este tipo de ingenierías sociales ha sido.
Tengo en un par de mis libros la imagen que en su día se publicó en el diario proetarra Egin, procesado y cerrado por el juez Garzón en su día, que algo hizo bueno en aquellas fechas de aciago recuerdo. Es esa foto difundida en los quioscos de prensa aparecían tres niños arrojando sendas piedras simuladas al cartel donde se representaba la imagen del Señor Buesa, a la sazón entonces consejero de Educación y vicelehendakari, o sea subordinado al presidente y partido guía de Euskadi; más tarde, cumpliendo el designio trazado en esta simbólica representación, asesinado por la mafia euskaltzale.
Nada nuevo bajo el sol.
Parece ser que ya están formando a los nuevos militantes de la kale borroka catalana.
Estos auspiciadores del terrorismo callejero utilizan a los niños de la misma manera que lo hacían los padres batasunos cuando llevaban a sus hijos a manifestarse ante mi domicilio familiar acompañados por sus pupilos. En aquellos tiempos agitados por la revolución independentista con olor a pólvora y gasolina cuando yo era Delegado Territorial de Educación. Una buena manera de formar a la prole en la cosmovisión separatista para que sean los futuros “gudaris” en este caso catalanes, que no sé cuál es el sinónimo de soldado en su lengua, ni me importa.
Y lo entiendo. Eso del “superior interés del niño” es demasiado convencional. Se prefiere el término “carne de cañón” para crear las condiciones propicias para que una élite oligárquica nacionalista viva de la subordinación estólida ajena. Y mientras, así, los inductores de estas situaciones balcanizantes y desestabilizadoras, sin duda podrán lograr el ideario fundamental de Nuevo Orden Mundial que consiste en disolver las naciones y alcanzar el nirvana panteísta en el que una élite domine y subyugue a los que, a partir de la New Age Moviment, acepten las tesis maltusianas para dominar el mundo con esta tropa cipaya.
Aunque a ustedes les parezca inaudita cualquier cosa que se parezca a la realidad, por muy absurda y demencial que parezca ser, seguro que la supera.
Eso ha sucedido en Granollers, donde durante las fiestas mayores del lugar se ha realizado una actividad “cívico-recreativa” con niños donde se ensayaba el lanzamiento de supuestos artefactos, no sé si incendiarios o impactantes en el cuerpo del simulado muñeco policial que se ponía a merced de la puntería infantil, como si fuera un “tiro al pichón” en cualquier barraca de feria.
Sin duda todo es superable en imaginación creativa en esto de utilizar a los niños como campo de entrenamiento para cuando se hagan mayores; y así que tengan un buen adiestramiento en la lucha callejera. Pero en este caso no han sido originales pues esto ya fue inventado en la patria abertzale de la tierra que me vio nacer y que tan productiva en este tipo de ingenierías sociales ha sido.
Tengo en un par de mis libros la imagen que en su día se publicó en el diario proetarra Egin, procesado y cerrado por el juez Garzón en su día, que algo hizo bueno en aquellas fechas de aciago recuerdo. Es esa foto difundida en los quioscos de prensa aparecían tres niños arrojando sendas piedras simuladas al cartel donde se representaba la imagen del Señor Buesa, a la sazón entonces consejero de Educación y vicelehendakari, o sea subordinado al presidente y partido guía de Euskadi; más tarde, cumpliendo el designio trazado en esta simbólica representación, asesinado por la mafia euskaltzale.
Nada nuevo bajo el sol.
Parece ser que ya están formando a los nuevos militantes de la kale borroka catalana.
Estos auspiciadores del terrorismo callejero utilizan a los niños de la misma manera que lo hacían los padres batasunos cuando llevaban a sus hijos a manifestarse ante mi domicilio familiar acompañados por sus pupilos. En aquellos tiempos agitados por la revolución independentista con olor a pólvora y gasolina cuando yo era Delegado Territorial de Educación. Una buena manera de formar a la prole en la cosmovisión separatista para que sean los futuros “gudaris” en este caso catalanes, que no sé cuál es el sinónimo de soldado en su lengua, ni me importa.
Y lo entiendo. Eso del “superior interés del niño” es demasiado convencional. Se prefiere el término “carne de cañón” para crear las condiciones propicias para que una élite oligárquica nacionalista viva de la subordinación estólida ajena. Y mientras, así, los inductores de estas situaciones balcanizantes y desestabilizadoras, sin duda podrán lograr el ideario fundamental de Nuevo Orden Mundial que consiste en disolver las naciones y alcanzar el nirvana panteísta en el que una élite domine y subyugue a los que, a partir de la New Age Moviment, acepten las tesis maltusianas para dominar el mundo con esta tropa cipaya.











