Del franquismo al sanchismo
¡Parece mentira. Hemos regresado a la metodología!. Debe ser que el tal Sánchez es un admirador del General. Estoy aguardando que diga aquello: "Haga usted como yo, no se meta en política".
El general africanista era hombre de pocas palabras. Don Pedro primero "el guaperas" resulta un galán de la Metro G.M. Sus gestos están tan estudiados como los de Bogart en Casablanca. Sonrisa burlona al más puro estilo Clark Gable en Lo que el viento se llevó...
Aquí lo que se llevó el tiempo y la coyuntura es la mayoría necesaria para que el Congreso de los Diputados apruebe leyes. Al inquilino de la Moncloa le quedan dos salidas. El Decreto Ley y el BOE. Hará como el General. No irá a Las Cortes salvo sesión con aplausómetro garantizado. Gobernará sin legislativo y judicial. Por superior criterio. Hasta me parece escuchar..." ¡Cuán gritan esos malditos!".
Y les dará su merecido. desde ese pomposo anuncio para la regeneración democrática volverá la maquinaria de la censura. Puede que hasta en algunas casas del pueblo coloquen aquellos anuncios sobre programas y periódicos que ponía la Iglesia Católica Apostólica y Romana advirtiendo sobre el contenido del cine. Altamente peligrosa... Era alguna de las calificaciones al celuloide. Me temo que se repetirá con los medios de comunicación, sus contenidos y sus periodistas.
Gobernar es mandar. Gobernar es decretar. Gobernar es ordenar y sancionar. Viene en el manual de estilos que se pueden recoger en los libros de la Memoria Histórica. Y ya nos anuncia que la lucecita de la Moncloa permanecerá encendida durante tres años más, como sucedió con la del Pardo.
Hasta encuentro similitudes personales. Hay cierto perecido en las labores ideológicas y viajeras de Zapatero y aquel cuñadísimo Serrano Suñer. El último ejemplo: Venezuela. Al más puro recuerdo de aquellas gestiones del cuñado del General con Mussolini. ¡Ay Carmela, cómo vuelven hasta las golondrinas!
Pero, cuidado. Observo con serena preocupación cierto revuelo en las filas tanto de los socios coyunturales, como en el viejo partido de Pablo Iglesias -nada que ver con el sultán de Galapagar-.
Cualquier día, don Pedro nos da un disgusto. Nos manda al carajo y se marcha con su Begoña a Casablanca. ¡Qué pena, con lo bien que me lo pasaba en esas sesiones del Hemiciclo humeante por el cabreo!.
¡Parece mentira. Hemos regresado a la metodología!. Debe ser que el tal Sánchez es un admirador del General. Estoy aguardando que diga aquello: "Haga usted como yo, no se meta en política".
El general africanista era hombre de pocas palabras. Don Pedro primero "el guaperas" resulta un galán de la Metro G.M. Sus gestos están tan estudiados como los de Bogart en Casablanca. Sonrisa burlona al más puro estilo Clark Gable en Lo que el viento se llevó...
Aquí lo que se llevó el tiempo y la coyuntura es la mayoría necesaria para que el Congreso de los Diputados apruebe leyes. Al inquilino de la Moncloa le quedan dos salidas. El Decreto Ley y el BOE. Hará como el General. No irá a Las Cortes salvo sesión con aplausómetro garantizado. Gobernará sin legislativo y judicial. Por superior criterio. Hasta me parece escuchar..." ¡Cuán gritan esos malditos!".
Y les dará su merecido. desde ese pomposo anuncio para la regeneración democrática volverá la maquinaria de la censura. Puede que hasta en algunas casas del pueblo coloquen aquellos anuncios sobre programas y periódicos que ponía la Iglesia Católica Apostólica y Romana advirtiendo sobre el contenido del cine. Altamente peligrosa... Era alguna de las calificaciones al celuloide. Me temo que se repetirá con los medios de comunicación, sus contenidos y sus periodistas.
Gobernar es mandar. Gobernar es decretar. Gobernar es ordenar y sancionar. Viene en el manual de estilos que se pueden recoger en los libros de la Memoria Histórica. Y ya nos anuncia que la lucecita de la Moncloa permanecerá encendida durante tres años más, como sucedió con la del Pardo.
Hasta encuentro similitudes personales. Hay cierto perecido en las labores ideológicas y viajeras de Zapatero y aquel cuñadísimo Serrano Suñer. El último ejemplo: Venezuela. Al más puro recuerdo de aquellas gestiones del cuñado del General con Mussolini. ¡Ay Carmela, cómo vuelven hasta las golondrinas!
Pero, cuidado. Observo con serena preocupación cierto revuelo en las filas tanto de los socios coyunturales, como en el viejo partido de Pablo Iglesias -nada que ver con el sultán de Galapagar-.
Cualquier día, don Pedro nos da un disgusto. Nos manda al carajo y se marcha con su Begoña a Casablanca. ¡Qué pena, con lo bien que me lo pasaba en esas sesiones del Hemiciclo humeante por el cabreo!.











