De Andrés Lorenzo Curbelo
"Cuando rugieron los volcanes"
Cuando rugieron los volcanes. El nacimiento de la actual isla de Lanzarote según el testimonio único del cura de la localidad de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo, que narró la erupción de Timanfaya en 1730.
Andrés Lorenzo Curbelo fue un párroco de la localidad de Yaiza, en Lanzarote, y es conocido principalmente por este testimonio único sobre la erupción volcánica de Timanfaya, que comenzó en 1730 y se extendió hasta 1736. Su relato, muy difícil de hallar publicado hasta este momento, es el único documento histórico de primera mano que detalla lo que sucedió durante este crucial evento volcánico, que se prolongó durante seis años y transformó profundamente el paisaje y la vida en Lanzarote hasta alumbrar la isla canaria que hoy en día conocemos y amamos.
Como párroco de Yaiza, Curbelo tuvo un papel fundamental en la comunidad durante la erupción. No solo fue un guía espiritual en un momento de crisis, ayudando a la gente a enfrentar el miedo y la incertidumbre, sino que también asumió el rol de cronista de los eventos. Para él, su responsabilidad no solo era cuidar de las almas de sus feligreses, sino también documentar lo que ocurría para las generaciones futuras. Ediciones La Tribuna rinde hoy homenaje a ese esfuerzo con la publicación exclusiva de Cuando rugieron los volcanes.
Cuando rugieron los volcanes. El nacimiento de la actual isla de Lanzarote según el testimonio único del cura de la localidad de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo, que narró la erupción de Timanfaya en 1730.
Andrés Lorenzo Curbelo fue un párroco de la localidad de Yaiza, en Lanzarote, y es conocido principalmente por este testimonio único sobre la erupción volcánica de Timanfaya, que comenzó en 1730 y se extendió hasta 1736. Su relato, muy difícil de hallar publicado hasta este momento, es el único documento histórico de primera mano que detalla lo que sucedió durante este crucial evento volcánico, que se prolongó durante seis años y transformó profundamente el paisaje y la vida en Lanzarote hasta alumbrar la isla canaria que hoy en día conocemos y amamos.
Como párroco de Yaiza, Curbelo tuvo un papel fundamental en la comunidad durante la erupción. No solo fue un guía espiritual en un momento de crisis, ayudando a la gente a enfrentar el miedo y la incertidumbre, sino que también asumió el rol de cronista de los eventos. Para él, su responsabilidad no solo era cuidar de las almas de sus feligreses, sino también documentar lo que ocurría para las generaciones futuras. Ediciones La Tribuna rinde hoy homenaje a ese esfuerzo con la publicación exclusiva de Cuando rugieron los volcanes.