Los estudiantes vascos y la utopía romántica que les deja sin acceso al registro culto del castellano
![[Img #26847]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/11_2024/6619_dalle-2024-11-16-174504-an-abstract-and-symbolic-illustration-representing-the-cultural-and-linguistic-dynamics-in-the-basque-country-incorporating-the-colors-of-the-basque.webp)
La creencia de que el castellano no necesita instrucción formal en el País Vasco, porque “ya se domina en la vida cotidiana”, oculta un trasfondo ideológico que va más allá de lo educativo. Detrás de esta postura subyace una utopía romántica que idealiza un pasado en el que la mayoría de los vascos vivían en un contexto exclusivamente euskaldun, ajenos al uso del castellano. Sin embargo, esta visión resulta anacrónica y desvinculada de la realidad actual, en la que el bilingüismo teórico forma parte inherente de la sociedad vasca y donde el castellano es lengua materna y lengua franca, características no compartidas por el euskera batua.
Prioridad de un Ideal sobre las necesidades Reales
Para ciertos sectores, el objetivo no es atender a las personas ni a sus necesidades lingüísticas, sino recrear una utopía en la que el País Vasco funcione exclusivamente en euskera, ignorando el contexto sociolingüístico actual. Este enfoque desatiende las capacidades y derechos lingüísticos de los estudiantes, así como las necesidades prácticas que enfrentarán en su vida académica y profesional. La realidad, en la que el castellano es esencial en la vida social, laboral y cultural, se percibe como una amenaza en lugar de un recurso que debería fortalecerse junto al euskera en un modelo bilingüe genuino y equilibrado.
Consecuencias de la educación en euskera como lengua principal
En Guipúzcoa y Vizcaya, el castellano ocupa una posición secundaria en las aulas debido al predominio del modelo D, que imparte la enseñanza íntegramente en euskera salvo en la asignatura de Lengua Castellana. Esta estructura impide a los estudiantes desarrollar un registro culto en castellano, una competencia necesaria para desenvolverse en contextos formales y profesionales. El modelo A, teóricamente centrado en castellano, apenas existe en estas provincias, mientras que el modelo B, que debería equilibrar ambas lenguas, es escaso e inconstante en su aplicación. Como resultado, el sistema educativo en el País Vasco tiende a favorecer exclusivamente al euskera, lo que limita las oportunidades de los estudiantes en un contexto donde el dominio del castellano es indispensable.
Un Modelo que genera brecha y desventaja lingüística
El registro culto en castellano no se adquiere por exposición casual en la vida cotidiana; requiere un aprendizaje profundo y formal. La escasez de horas de castellano en el sistema educativo vasco deja a los estudiantes con un conocimiento fragmentado, que no les permite enfrentar contextos que demandan competencia avanzada en esta lengua. Este modelo fomenta una brecha formativa, colocando a los jóvenes vascos en desventaja frente a sus pares de otras regiones y a nivel internacional, donde el castellano es clave para el acceso a recursos y conocimientos. En lugar de un bilingüismo enriquecedor, se impone una visión restrictiva que demanda adaptarse a una utopía lingüística, sacrificando el derecho de los estudiantes a una educación equilibrada. Esto les priva de las ventajas del bilingüismo pleno y limita sus oportunidades en un mundo que exige competencia avanzada en ambas lenguas.
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La creencia de que el castellano no necesita instrucción formal en el País Vasco, porque “ya se domina en la vida cotidiana”, oculta un trasfondo ideológico que va más allá de lo educativo. Detrás de esta postura subyace una utopía romántica que idealiza un pasado en el que la mayoría de los vascos vivían en un contexto exclusivamente euskaldun, ajenos al uso del castellano. Sin embargo, esta visión resulta anacrónica y desvinculada de la realidad actual, en la que el bilingüismo teórico forma parte inherente de la sociedad vasca y donde el castellano es lengua materna y lengua franca, características no compartidas por el euskera batua.
Prioridad de un Ideal sobre las necesidades Reales
Para ciertos sectores, el objetivo no es atender a las personas ni a sus necesidades lingüísticas, sino recrear una utopía en la que el País Vasco funcione exclusivamente en euskera, ignorando el contexto sociolingüístico actual. Este enfoque desatiende las capacidades y derechos lingüísticos de los estudiantes, así como las necesidades prácticas que enfrentarán en su vida académica y profesional. La realidad, en la que el castellano es esencial en la vida social, laboral y cultural, se percibe como una amenaza en lugar de un recurso que debería fortalecerse junto al euskera en un modelo bilingüe genuino y equilibrado.
Consecuencias de la educación en euskera como lengua principal
En Guipúzcoa y Vizcaya, el castellano ocupa una posición secundaria en las aulas debido al predominio del modelo D, que imparte la enseñanza íntegramente en euskera salvo en la asignatura de Lengua Castellana. Esta estructura impide a los estudiantes desarrollar un registro culto en castellano, una competencia necesaria para desenvolverse en contextos formales y profesionales. El modelo A, teóricamente centrado en castellano, apenas existe en estas provincias, mientras que el modelo B, que debería equilibrar ambas lenguas, es escaso e inconstante en su aplicación. Como resultado, el sistema educativo en el País Vasco tiende a favorecer exclusivamente al euskera, lo que limita las oportunidades de los estudiantes en un contexto donde el dominio del castellano es indispensable.
Un Modelo que genera brecha y desventaja lingüística
El registro culto en castellano no se adquiere por exposición casual en la vida cotidiana; requiere un aprendizaje profundo y formal. La escasez de horas de castellano en el sistema educativo vasco deja a los estudiantes con un conocimiento fragmentado, que no les permite enfrentar contextos que demandan competencia avanzada en esta lengua. Este modelo fomenta una brecha formativa, colocando a los jóvenes vascos en desventaja frente a sus pares de otras regiones y a nivel internacional, donde el castellano es clave para el acceso a recursos y conocimientos. En lugar de un bilingüismo enriquecedor, se impone una visión restrictiva que demanda adaptarse a una utopía lingüística, sacrificando el derecho de los estudiantes a una educación equilibrada. Esto les priva de las ventajas del bilingüismo pleno y limita sus oportunidades en un mundo que exige competencia avanzada en ambas lenguas.









