Impulsor de la Asociación de Realistas Climáticos
Javier Vinós: “El catastrofismo del cambio climático no está relacionado con la realidad de los datos científicos”
El Dr. Javier Vinós es un bioquímico español con una destacada trayectoria en investigación científica. Cuenta con un doctorado en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid. A lo largo de su carrera, ha trabajado en instituciones de renombre como el Instituto Médico Howard Hughes, la Universidad de California en San Diego, el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España. Sus investigaciones se han centrado en áreas como la neurobiología y el cáncer, y sus publicaciones científicas han sido citadas más de 1.200 veces por sus colegas.
En los últimos años, Javier Vinós ha dirigido su atención al estudio del cambio climático. En 2023, publicó el libro Resolviendo el puzzle climático: El sorprendente papel del sol, donde propone que el transporte meridional de calor es un factor clave en la variabilidad climática, sugiriendo que la influencia solar en el clima ha sido subestimada.
Ahora, junto otro grupo de científicos, ha puesto en marcha la Asociación de Realistas Climáticos. “La Asociación de realistas climáticos (ARC) ha sido creada por un grupo de científicos y académicos preocupados por la falsa visión catastrofista del cambio climático que se está transmitiendo a la sociedad”, explica Vinós. Y añade: “Dicho catastrofismo no está de acuerdo con la realidad de los datos y de las pruebas que los científicos están recogiendo, analizando y publicando. Pero la sociedad no tiene acceso a estas pruebas, que se le están ocultando. Creamos la asociación inspirándonos en otras asociaciones de realistas climáticos que existen en otros países de Europa y el mundo”.
¿Cuál es el principal objetivo de la asociación?
El principal papel que la ARC puede tener en el debate climático es el de constituir una voz autorizada, independiente y apolítica que transmita la realidad científica del cambio climático sin caer en catastrofismos injustificados. Queremos promover un debate abierto y libre sobre las cuestiones climáticas, medioambientales y energéticas, y al mismo tiempo defender una protección del medio ambiente basada en elementos racionales debatidos públicamente.
¿Cómo define el término "realismo climático" en contraste con otras corrientes dentro del debate ambiental?
El realismo climático es una postura que, desde la evidencia científica, rechaza el catastrofismo emocional sobre el clima y el exceso de confianza en modelos que carecen de valor predictivo. También se opone a proyectos de "transición energética" inútiles, costosos y contaminantes, y al aumento de fiscalidad que conllevan, resultando en un empobrecimiento de los ciudadanos.
En su comunicado de presentación se menciona que los fenómenos extremos no son más frecuentes ni más intensos con el cambio climático reciente. ¿Cómo responden a las voces que sostienen lo contrario?
Nosotros siempre respondemos con los datos oficiales y con las evidencias publicadas en artículos científicos revisados por pares. Quienes defienden que los fenómenos extremos son más frecuentes y más intensos con el cambio climático reciente nunca enseñan los datos, porque no existen. El propio IPCC, en la página 1.856 de su más reciente Informe de Situación, les desmiente, porque no encuentra evidencia de que los fenómenos extremos se estén haciendo más frecuentes o intensos. La excepción son las olas de calor, lo cual es lógico dado que la temperatura ha aumentado.
¿Existe el cambio climático antropogénico?
Es muy probable que el incremento de CO₂ en la atmósfera haya tenido algún efecto sobre la temperatura, pero nadie sabe cuánto. El efecto del CO₂ sobre la temperatura es lo que en ciencia se denomina “sensibilidad climática”. Pero se lleva intentando determinar su valor desde 1976 y a pesar de todo el esfuerzo, tiempo y dinero empleados, no se ha conseguido avanzar en determinarlo. Es un bochorno para los científicos climáticos. El clima es algo extremadamente complicado y hay pocas seguridades. Pero el principal problema es que se rechaza sin ninguna prueba que el cambio climático natural haya jugado un papel importante en el calentamiento de las últimas décadas y esto es difícil de creer. El cambio climático natural siempre está sucediendo. El clima es cambio. Se sabe muy poco acerca de cómo cambia el clima de manera natural y del papel que juegan las variaciones solares.
¿Qué opina sobre las políticas actuales de mitigación en lugar de adaptación frente a estos eventos extremos?
Está claro que la mitigación es el camino equivocado. Las conferencias del clima para reducir las emisiones de CO₂ se llevan celebrando 30 años y no han conseguido absolutamente nada. Cada vez se emite más y está claro que las emisiones van a seguir aumentando. El 80% de la energía de la humanidad proviene de los combustibles fósiles y cada vez necesitamos más energía. La mayoría de las naciones no van a reducir su prosperidad por una hipotética reducción de temperatura. Los planes para capturar y secuestrar el CO₂ del aire son irrealizables. Requieren de una energía y de unos recursos que no tenemos. La adaptación a los cambios es lo que siempre ha hecho la humanidad y le ha ido muy bien con ello.
Aseguran que las muertes atribuibles al clima han disminuido más del 90% en el último siglo. ¿Cuáles son los factores principales detrás de este descenso?
En mi opinión hay tres factores principales, la ingeniería de infraestructuras de protección, los sistemas de alerta temprana y la preparación de la población. En China, a principios del siglo XX, hubo unas inundaciones terribles que causaron cientos de miles de muertos. Eso se acabó con la construcción de una serie de colosales infraestructuras hidrológicas. En Norteamérica se toman muy en serio los avisos de huracanes y disponen de tiempo para proteger las viviendas y evacuar a la población. Y países como Japón o Corea del Sur tienen unos protocolos fantásticos de protección contra todo tipo de catástrofes que su población y sus servicios de emergencia ensayan con regularidad.
¿Qué recomendaciones prácticas propone para seguir mejorando la adaptación frente a fenómenos climáticos extremos?
Los fenómenos climáticos extremos no son algo nuevo, siempre han ocurrido, y hay un gran conocimiento acumulado sobre cómo reducir el riesgo. Yo quiero incidir sobre tres puntos. Las administraciones tienen que presupuestar y ejecutar las infraestructuras necesarias que, además de salvar vidas, a la larga resultan ser una estupenda inversión. Los sistemas de alerta temprana tienen que ensayarse con regularidad y todos en la cadena de responsabilidad deben conocer cómo actuar, sin improvisaciones. Y se debe educar a la población en lo que debe hacer para mantenerse a salvo. Cada zona está expuesta a unos riesgos específicos y esto debe hacerse a nivel local.
Critican la "desidia y abandono" de los gobiernos en la gestión de desastres naturales. ¿Qué medidas concretas deberían implementarse para evitar tragedias futuras?
Yo soy conservacionista, pero la gestión del medio ambiente debe priorizar la seguridad de los ciudadanos. Hay que hacer caso a los expertos. Si los ingenieros hidráulicos consideran que hay que mantener las riberas limpias para un drenaje adecuado de las riadas, hay que hacerlo. Si los ingenieros forestales consideran que hay que limpiar los montes para controlar los incendios, eso es lo que hay que hacer. ¿Qué uso más importante pueden tener los impuestos que proteger a quien los paga? Otro aspecto importante es que las administraciones aprendan a trabajar juntas, aunque sean de signo diferente. Si en las maniobras de la OTAN participan ejércitos de distintos países para aprender a trabajar juntos, ¿cómo es posible que no lo hagan nuestras administraciones?
¿Cómo perciben el impacto de la narrativa alarmista sobre el cambio climático en la opinión pública y en las políticas ambientales?
Tras 30 años de propaganda alarmista, la mayoría de los ciudadanos no la cuestiona. Pero tampoco es una preocupación importante para ellos porque apenas les afecta. Esto se ve cuando tienen que ordenar sus preocupaciones, como en la encuesta del CIS de septiembre, donde sólo un 3,7% de los encuestados situaba el cambio climático entre los tres principales problemas de España. Sin embargo, la aceptación de esta narrativa catastrofista lleva a aceptar una serie de medidas extremadamente perjudiciales para el bolsillo y el futuro de los ciudadanos. Los sectores agrario y ganadero están sufriendo un ataque sin precedentes y la transición energética está disparando el precio de la electricidad. Cuando una parte de la población cuestiona esta narrativa climática que ven perjudicial, se les acusa de propagar bulos. El último informe de seguridad nacional del gobierno les considera el mayor riesgo para la seguridad del país, por llevar a cabo campañas de desinformación. Es muy fuerte que el mayor riesgo para este país sean sus ciudadanos disconformes.
¿Cuáles son los próximos pasos que planea la ARC para fomentar un debate más informado y basado en datos?
Vamos a seguir emitiendo comunicados para mantener a los ciudadanos informados sobre los temas de actualidad climática. Estamos preparando un comunicado sobre la conferencia climática que está teniendo lugar en Azerbaiyán, la COP29. Vamos a desarrollar una presencia en Internet y redes sociales para llegar a más gente. Tenemos pensado organizar conferencias abiertas al público y participar en debates. En el futuro también podríamos grabar vídeos.
¿Qué mensaje principal le gustaría transmitir a los líderes políticos y al público general con su primer comunicado?
A los líderes políticos, me gustaría pedirles que dejen de utilizar la ciencia como herramienta para imponer políticas a los ciudadanos. La ciencia es un sistema de adquisición de conocimientos, no un instrumento de gobierno anti-democrático. A los ciudadanos les recomendaría que cultivaran su escepticismo. Se nos engaña continuamente e históricamente los gobiernos son los que más tienen que ganar engañando a sus gobernados. Desconfíen de su gobierno, sea del signo que sea y exíjanle que demuestre lo que dice.
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan al compartir su perspectiva en un debate tan polarizado?
Nuestro mayor desafío es encontrar espacio en los medios para comunicarnos con la sociedad y por eso le agradezco a La Tribuna del País Vasco la oportunidad que me brinda con esta entrevista. Recientemente fue censurada mi participación en el programa de debate de RTVE “59 segundos”. Se dijo de mí en varios medios que era un conocido “negacionista”. Es la forma de descalificarnos para que la gente no nos escuche. Pero lo único que yo niego es el catastrofismo, y me baso en los 50 años de calentamiento que llevamos y aquí seguimos. Todas las predicciones catastrofistas han resultado erróneas.
El Dr. Javier Vinós es un bioquímico español con una destacada trayectoria en investigación científica. Cuenta con un doctorado en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid. A lo largo de su carrera, ha trabajado en instituciones de renombre como el Instituto Médico Howard Hughes, la Universidad de California en San Diego, el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España. Sus investigaciones se han centrado en áreas como la neurobiología y el cáncer, y sus publicaciones científicas han sido citadas más de 1.200 veces por sus colegas.
En los últimos años, Javier Vinós ha dirigido su atención al estudio del cambio climático. En 2023, publicó el libro Resolviendo el puzzle climático: El sorprendente papel del sol, donde propone que el transporte meridional de calor es un factor clave en la variabilidad climática, sugiriendo que la influencia solar en el clima ha sido subestimada.
Ahora, junto otro grupo de científicos, ha puesto en marcha la Asociación de Realistas Climáticos. “La Asociación de realistas climáticos (ARC) ha sido creada por un grupo de científicos y académicos preocupados por la falsa visión catastrofista del cambio climático que se está transmitiendo a la sociedad”, explica Vinós. Y añade: “Dicho catastrofismo no está de acuerdo con la realidad de los datos y de las pruebas que los científicos están recogiendo, analizando y publicando. Pero la sociedad no tiene acceso a estas pruebas, que se le están ocultando. Creamos la asociación inspirándonos en otras asociaciones de realistas climáticos que existen en otros países de Europa y el mundo”.
¿Cuál es el principal objetivo de la asociación?
El principal papel que la ARC puede tener en el debate climático es el de constituir una voz autorizada, independiente y apolítica que transmita la realidad científica del cambio climático sin caer en catastrofismos injustificados. Queremos promover un debate abierto y libre sobre las cuestiones climáticas, medioambientales y energéticas, y al mismo tiempo defender una protección del medio ambiente basada en elementos racionales debatidos públicamente.
¿Cómo define el término "realismo climático" en contraste con otras corrientes dentro del debate ambiental?
El realismo climático es una postura que, desde la evidencia científica, rechaza el catastrofismo emocional sobre el clima y el exceso de confianza en modelos que carecen de valor predictivo. También se opone a proyectos de "transición energética" inútiles, costosos y contaminantes, y al aumento de fiscalidad que conllevan, resultando en un empobrecimiento de los ciudadanos.
En su comunicado de presentación se menciona que los fenómenos extremos no son más frecuentes ni más intensos con el cambio climático reciente. ¿Cómo responden a las voces que sostienen lo contrario?
Nosotros siempre respondemos con los datos oficiales y con las evidencias publicadas en artículos científicos revisados por pares. Quienes defienden que los fenómenos extremos son más frecuentes y más intensos con el cambio climático reciente nunca enseñan los datos, porque no existen. El propio IPCC, en la página 1.856 de su más reciente Informe de Situación, les desmiente, porque no encuentra evidencia de que los fenómenos extremos se estén haciendo más frecuentes o intensos. La excepción son las olas de calor, lo cual es lógico dado que la temperatura ha aumentado.
¿Existe el cambio climático antropogénico?
Es muy probable que el incremento de CO₂ en la atmósfera haya tenido algún efecto sobre la temperatura, pero nadie sabe cuánto. El efecto del CO₂ sobre la temperatura es lo que en ciencia se denomina “sensibilidad climática”. Pero se lleva intentando determinar su valor desde 1976 y a pesar de todo el esfuerzo, tiempo y dinero empleados, no se ha conseguido avanzar en determinarlo. Es un bochorno para los científicos climáticos. El clima es algo extremadamente complicado y hay pocas seguridades. Pero el principal problema es que se rechaza sin ninguna prueba que el cambio climático natural haya jugado un papel importante en el calentamiento de las últimas décadas y esto es difícil de creer. El cambio climático natural siempre está sucediendo. El clima es cambio. Se sabe muy poco acerca de cómo cambia el clima de manera natural y del papel que juegan las variaciones solares.
¿Qué opina sobre las políticas actuales de mitigación en lugar de adaptación frente a estos eventos extremos?
Está claro que la mitigación es el camino equivocado. Las conferencias del clima para reducir las emisiones de CO₂ se llevan celebrando 30 años y no han conseguido absolutamente nada. Cada vez se emite más y está claro que las emisiones van a seguir aumentando. El 80% de la energía de la humanidad proviene de los combustibles fósiles y cada vez necesitamos más energía. La mayoría de las naciones no van a reducir su prosperidad por una hipotética reducción de temperatura. Los planes para capturar y secuestrar el CO₂ del aire son irrealizables. Requieren de una energía y de unos recursos que no tenemos. La adaptación a los cambios es lo que siempre ha hecho la humanidad y le ha ido muy bien con ello.
Aseguran que las muertes atribuibles al clima han disminuido más del 90% en el último siglo. ¿Cuáles son los factores principales detrás de este descenso?
En mi opinión hay tres factores principales, la ingeniería de infraestructuras de protección, los sistemas de alerta temprana y la preparación de la población. En China, a principios del siglo XX, hubo unas inundaciones terribles que causaron cientos de miles de muertos. Eso se acabó con la construcción de una serie de colosales infraestructuras hidrológicas. En Norteamérica se toman muy en serio los avisos de huracanes y disponen de tiempo para proteger las viviendas y evacuar a la población. Y países como Japón o Corea del Sur tienen unos protocolos fantásticos de protección contra todo tipo de catástrofes que su población y sus servicios de emergencia ensayan con regularidad.
¿Qué recomendaciones prácticas propone para seguir mejorando la adaptación frente a fenómenos climáticos extremos?
Los fenómenos climáticos extremos no son algo nuevo, siempre han ocurrido, y hay un gran conocimiento acumulado sobre cómo reducir el riesgo. Yo quiero incidir sobre tres puntos. Las administraciones tienen que presupuestar y ejecutar las infraestructuras necesarias que, además de salvar vidas, a la larga resultan ser una estupenda inversión. Los sistemas de alerta temprana tienen que ensayarse con regularidad y todos en la cadena de responsabilidad deben conocer cómo actuar, sin improvisaciones. Y se debe educar a la población en lo que debe hacer para mantenerse a salvo. Cada zona está expuesta a unos riesgos específicos y esto debe hacerse a nivel local.
Critican la "desidia y abandono" de los gobiernos en la gestión de desastres naturales. ¿Qué medidas concretas deberían implementarse para evitar tragedias futuras?
Yo soy conservacionista, pero la gestión del medio ambiente debe priorizar la seguridad de los ciudadanos. Hay que hacer caso a los expertos. Si los ingenieros hidráulicos consideran que hay que mantener las riberas limpias para un drenaje adecuado de las riadas, hay que hacerlo. Si los ingenieros forestales consideran que hay que limpiar los montes para controlar los incendios, eso es lo que hay que hacer. ¿Qué uso más importante pueden tener los impuestos que proteger a quien los paga? Otro aspecto importante es que las administraciones aprendan a trabajar juntas, aunque sean de signo diferente. Si en las maniobras de la OTAN participan ejércitos de distintos países para aprender a trabajar juntos, ¿cómo es posible que no lo hagan nuestras administraciones?
¿Cómo perciben el impacto de la narrativa alarmista sobre el cambio climático en la opinión pública y en las políticas ambientales?
Tras 30 años de propaganda alarmista, la mayoría de los ciudadanos no la cuestiona. Pero tampoco es una preocupación importante para ellos porque apenas les afecta. Esto se ve cuando tienen que ordenar sus preocupaciones, como en la encuesta del CIS de septiembre, donde sólo un 3,7% de los encuestados situaba el cambio climático entre los tres principales problemas de España. Sin embargo, la aceptación de esta narrativa catastrofista lleva a aceptar una serie de medidas extremadamente perjudiciales para el bolsillo y el futuro de los ciudadanos. Los sectores agrario y ganadero están sufriendo un ataque sin precedentes y la transición energética está disparando el precio de la electricidad. Cuando una parte de la población cuestiona esta narrativa climática que ven perjudicial, se les acusa de propagar bulos. El último informe de seguridad nacional del gobierno les considera el mayor riesgo para la seguridad del país, por llevar a cabo campañas de desinformación. Es muy fuerte que el mayor riesgo para este país sean sus ciudadanos disconformes.
¿Cuáles son los próximos pasos que planea la ARC para fomentar un debate más informado y basado en datos?
Vamos a seguir emitiendo comunicados para mantener a los ciudadanos informados sobre los temas de actualidad climática. Estamos preparando un comunicado sobre la conferencia climática que está teniendo lugar en Azerbaiyán, la COP29. Vamos a desarrollar una presencia en Internet y redes sociales para llegar a más gente. Tenemos pensado organizar conferencias abiertas al público y participar en debates. En el futuro también podríamos grabar vídeos.
¿Qué mensaje principal le gustaría transmitir a los líderes políticos y al público general con su primer comunicado?
A los líderes políticos, me gustaría pedirles que dejen de utilizar la ciencia como herramienta para imponer políticas a los ciudadanos. La ciencia es un sistema de adquisición de conocimientos, no un instrumento de gobierno anti-democrático. A los ciudadanos les recomendaría que cultivaran su escepticismo. Se nos engaña continuamente e históricamente los gobiernos son los que más tienen que ganar engañando a sus gobernados. Desconfíen de su gobierno, sea del signo que sea y exíjanle que demuestre lo que dice.
¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentan al compartir su perspectiva en un debate tan polarizado?
Nuestro mayor desafío es encontrar espacio en los medios para comunicarnos con la sociedad y por eso le agradezco a La Tribuna del País Vasco la oportunidad que me brinda con esta entrevista. Recientemente fue censurada mi participación en el programa de debate de RTVE “59 segundos”. Se dijo de mí en varios medios que era un conocido “negacionista”. Es la forma de descalificarnos para que la gente no nos escuche. Pero lo único que yo niego es el catastrofismo, y me baso en los 50 años de calentamiento que llevamos y aquí seguimos. Todas las predicciones catastrofistas han resultado erróneas.