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Arturo Aldecoa Ruiz
Miércoles, 27 de Noviembre de 2024 Tiempo de lectura:

Una Guernica hiperbórea

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La primera vez que oí hablar de la herencia nórdica en Vizcaya y el País Vasco fue a mi amigo Juanjo, que es un pozo de conocimientos históricos, charlando a cuenta de las posibles influencias vikingas en la historia y la emblemática del antiguo Señorío. Tras innumerables y deliciosas charlas de sobremesa con él, he reunido las pistas que iban apareciendo hasta completar el puzle y llegar a la conclusión de que muchas de nuestras tradiciones y ritos legales, políticos e incluso navales tienen raíces en los pueblos que habitaban las tierras del gran norte escandinavo, gentes que recorrieron en la alta edad media las costas atlánticas, muchos ríos de Eurasia, el Mediterráneo y el Mar Negro.

 

Es una historia poco conocida que creo interesante contar, pues sugiere mucho sobre los vizcaínos y aquellos visitantes nórdicos de la alta edad media, pueblos que compartieron algunas cosas con nuestros antepasados que hoy nos parecen  propias.

 

Para revisar esta influencia nórdica en Vizcaya y el País Vasco, comencemos por el principio.

 

Según cuentan las leyendas, en la segunda mitad del siglo IX Jaun Zuria, el Señor blanco, fue elegido por los vizcaínos como primer Señor de Vizcaya. Zuria, llamado así por ser rubio, era el hijo de una princesa nórdica embarazada sin estar casada, delito que motivó el abandono por su padre en Mundaca, puerto usado por los barcos vikingos en sus rutas de cabotaje.

 

Nacido en Vizcaya, se afirmaba que Zuria vivió en Torrezarreta, una ladera pedregosa junto al barrio de Altamira, Busturia, donde tenía su palacio en el ángulo que forman los caminos que van a Paresi y a los caseríos Apraiz.

 

Zuria era de sangre vikinga y posiblemente no bautizado. Este hecho, muy grave en la imaginación de la Vizcaya de los siglos posteriores se intentó arreglar con el relato de que su padre fue, en realidad, no un ser mitológico ligado a la diosa vasca Mari, como se afirmaba inicialmente, sino un caballero cristiano, algo inaceptable para su abuelo nórdico pagano, por lo que desterró a su hija embarazada.

 

Tras ser designado como caudillo de  los vizcaínos en la fantástica batalla de Padura o Arrigorriaga contra el hijo del rey de León, se afirma que Zuria casó con la hija del Conde de Durango, Sancho Esteguiz, y fue aceptado como primer Señor de Vizcaya, dando origen al linaje de sus sucesores en el cargo.

 

Naturalmente todo esto son leyendas de un pasado ayuno de documentos escritos y sumido en las brumas de la historia medieval, pero a veces afloran hechos y ritos que nos dan pistas sobre aquella sociedad altomedieval enclavada en la Vizcaya nuclear, un lugar de paso entre Hispania, la Galia, el mar Cantábrico y los montes pirenaicos.

 

El Conde Pedro de Barcellos en su «Livro dos Linhagens», recoge en lengua romance la tradición de una ceremonia que el Señor de Vizcaya realizaba en su palacio de Altamira. La traducción es:

 

«En Vizcaya dijeron y dicen hoy en día signo de ofrenda a él, siempre que el Señor de Vizcaya está en una aldea que llaman Vusturio (Busturia), todas las entrañas de las vacas que mata en su casa, las manda poner fuera de la aldea sobre una peña, y por la mañana no encuentran nada, y dicen que si no lo hiciese así, algún daño recibiría en ese día y en esa noche en algún escudero de su casa o en alguna cosa que mucho le doliese. Y esto siempre lo hicieron lo Señores de Vizcaya, hasta la muerte de D. Juan el Tuerto (1326), y algunos quisieron probar a no hacerlo así y se encontraron mal».

 

He añadido entre paréntesis el nombre actual de la localidad y el año de la muerte de Juan el Tuerto para mejor comprensión.

 

Esta ofrenda de los primitivos Señores de Vizcaya se puede poner en relación con el rito que cuenta un precioso relato de Ibn Fadlan, embajador del califa de Bagdag, que el año 922 visita una factoría vikinga a orillas del Volga y es testigo de una ceremonia muy similar a la señalada en Vizcaya:

 

“Llevan varias ovejas y vacas a las que sacrifican frente al gran ídolo, repartiendo la carne entre las figurillas, así como nuevas ofrendas.

 

Las cabezas de los animales sacrificados son clavadas en estacas. Cuando cae la noche, los perros acuden y se comen toda la carne, y el que ha hecho las ofrendas exclama: "Mi Señor está satisfecho y se ha comido lo que le he dado".

 

No solo los ritos sacrificiales de los Señores de Vizcaya guardan memoria de la influencia de  los pueblos nórdicos paganos, de raíz indoeuropea. Hay influencias en otras áreas.

 

Por ejemplo, hay un texto en las “Bienandanzas e Fortunas” de Lope García de Salazar que bien pudiera aludir a origen nórdico de los lobos como símbolo del Señorío de Vizcaya: "e tomo por armas dos lovos encarniçados, que lo topo en saliendo para la dicha batalla, levando sendos carneros asidos en las vocas, e oviendolo por buena señal como en aquel tiempo eran omes agoreros, y asi los traxieron sus deçendientes".

 

Quizás los dos lobos del primitivo escudo heráldico de Vizcaya no se deben al nombre Lope o apellido López  (derivado de Lupus, lobo en latín)  de los Señores de la casa de Haro, como suele decirse, sino que tienen un origen anterior, siendo los lobos de Odín, “Geri” y “Freki”, animales que eran sagrados y considerados de buen agüero si se cruzaban en el camino, como recoge precisamente García de Salazar.

 

En algunos de sus aspectos el derecho foral de Vizcaya presenta similitudes con el derecho noruego-islándico. Según dijo Adrián Celaya en 1991: «el Derecho Vasco es un Derecho Europeo, aunque con su propia identidad. Se formó en el entorno cultural de la Península Ibérica, con indudables influencias romanas, pero presenta también rasgos genuinamente europeos, incluso de signo germánico, que contrastan con la legislación castellana».

 

Otra perdurable influencia nórdica en los territorios vascos se descubre en la pesca y la construcción naval.

 

Los estudios sobre la arquitectura naval cantábrica en la Edad Media confirman su relación con las embarcaciones nórdicas. Según escribe Casado Soto: “Los barcos septentrionales tenían el casco de sección en V y un perfil simétrico, es decir, la popa y la proa eran iguales; el bastidor, muy ligero, estaba formado por finas cuadernas bastante espaciadas que relacionaban un fuerte forro a tingladillo, o sea, con las tablas solapadas, con los bordes superpuestos; también parece que hay un determinante tecnológico de este tipo de forro, porque los pueblos del norte, al no disponer de sierras, trabajaban la madera con hacha, con las consiguientes dificultades de escuadría».

 

Y en barcos similares a los de los normandos los vizcaínos y guipuzcoanos aprendieron de estos la pesca de la ballena y del bacalao, las actividades económicas más importantes de las localidades del litoral vasco durante siglos.

 

También un elevado número de vocablos de carácter náutico, utilizados hoy en día en lengua vasca, española y francesa, son de ascendencia nórdica.

 

Pero estos pueblos nórdicos (normandos, vikingos) que arribaron a nuestras costas en la alta edad media y nos dejaron un linaje de señores, ritos, influencias  legales y tradiciones seculares en la pesca y la construcción naval,  ¿eran muy diferentes a nuestros antepasados en su forma de organizarse como grupos humanos o tenían costumbres y leyes parecidas y que quizás influyeron en las nuestras?

 

Como vimos en un artículo anterior sobre Carintia, también en el caso de los pueblos de el norte escandinavo las formas de organización política tuvieron muchos puntos de contacto con las nuestras.

 

1. Reyes electivos

 

Durante la alta edad media, Suecia era una monarquía, pero el poder del rey no era ilimitado. El rey no heredaba su cargo, sino que era elegido.

 

En la Ley de la Tierra promulgada por Magnus Eriksson, que estuvo en vigor a partir de la década de 1350, una sección del Código Real dice lo siguiente:

 

“Todos los que viven dentro de esa jurisdicción, eligen doce hombres sabios y valientes y con ellos, en el día señalado y en el momento adecuado, vienen a Mora, para elegir el Rey.

 

“Le instruirán para que lleve la corona y sea Rey, para que gobierne la tierra y gobierne el reino, para que defienda la ley y preserve la paz.”

 

2. Un lugar de elección concreto

 

La elección real se realizaba en la piedra de Mora, en las afueras de Uppsala, tal como se representa en la obra de Olaus Magnus.

 

3. Una ruta juradera

 

El rey debía realizar una gira tradicional por el reino (“eriksgata”), durante la cual debía ratificarse su elección.

 

Las formas de esta gira estaban claramente especificadas, primero en las leyes provinciales y luego, a partir de los años 1350, en la Ley general del país.

 

El viaje comenzaba en la piedra de Mora, y seguía una ruta especial. Se celebraban ceremonias específicas en cada provincia.

 

4. Un poder limitado y condicionado

 

El rey no podía imponer impuestos por su cuenta, sino que debía pedir autorización al Consejo y al pueblo. El rey tenía que prometer que cumpliría las leyes.

 

5. Elección con el consentimiento del Riksdag

 

Se elegía un Rey por los representantes con el consentimiento del Riksdag. El cargo no era hereditario.

 

La mayoría de las veces sólo había dos candidatos para elegir. La elección a menudo asumía el carácter de un acuerdo entre los hombres más poderosos del reino y el presunto rey, había estrictas reglas y formalidades que debían observarse.

 

El rey se veía  obligado a tener en cuenta la opinión de quienes le habían elegido, aunque fuera de manera limitada.

 

6. Un Consejo de Gobierno

 

El Consejo desciende del hird, el grupo de hombres cercanos a los reyes germánicos. Sus miembros eran iniciados formalmente y debían jurar lealtad. A cambio se les concedía cierta influencia o feudos en forma de tierra.

 

En el Código Real de 1335, se declaró que el Rey tenía que nombrar doce consejeros seculares más tantos obispos y sacerdotes como fueran necesarios.

 

7. Una Asamblea electiva, el Thing

 

La Asamblea, el Thing, se ha considerado por tradición como uno de los orígenes del Riksdag sueco. Los hombres libres se reunían en el lugar del Thing y tomaban decisiones sobre asuntos de interés común. A veces incluso reprendían al jefe o al rey.

 

Uno de los discursos más famosos y citados de la historia sueca fue pronunciado por Torgny, representante de la ley en el Thing de Uppsala, a principios del siglo XI.

 

El discurso se conoce por un texto que fue escrito por primera vez doscientos años después por Snorre Sturlasson, un escaldo (poeta) y jurista islandés cuyos poemas se difundieron en todos los países nórdicos.

 

“Ahora, nosotros, los campesinos, queremos que hagáis la paz con el rey de Noruega, Olav Digre, y que le entreguéis a vuestra hija Ingegerd en matrimonio. Si deseáis recuperar bajo vuestro poder los reinos que vuestros parientes y antepasados ​​poseyeron, todos os apoyaremos en esa empresa.

 

Pero si no hacéis caso a lo que decimos, os atacaremos y os mataremos y no toleraremos ni discordias ni violaciones de la ley.”

 

Torgny, el representante de la ley, se presentaba como un campesino y como un representante de los demás campesinos. En la historia sueca se convirtió en un símbolo del "poder del pueblo" que se oponía al "poder de la Corona".

 

Cuando un Thing se reunía con el Rey, lo hacía en calidad de portavoz de su propia zona. El Thing servía como lugar de negociaciones entre el Rey y el pueblo de una región definida.

 

Como vemos, el Reino de Suecia tuvo su propia Guernica “hiperbórea” en la Piedra de Mora, donde la Asamblea se reunía para elegir al Rey, debatir, negociar con él e, incluso, reprenderle o amenazarle.  El Rey, con un poder limitado y condicionado, debía cumplir una serie de reglas y seguir una especie de ruta juradera para ratificar su cargo.

 

Lo que muestra que nuestras instituciones democráticas medievales vizcaínas y vascas de hombres libres no fueron una excepción histórica, sino que coexistieron con similares en otros lugares de Europa, pues quizás subyacía una herencia cultural común indoeuropea para la organización de aquellas sociedades.

 

Arturo Aldecoa Ruiz. Apoderado en las Juntas Generales de Bizkaia 1999 – 2019


Enlaces para ampliar el tema:

 

https://www.ehu.eus/documents/1970815/2421082/2004+Erkoreka,%20A.+Los+vikingos+en+Vasconia

 

https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/erkoreka-anton/ar-148571/

 

https://www.busturia.eus/es-ES/Historia/Personajes-Ilustres-Leyendas/Paginas/LeyendadeJaunZuria.aspx

 

https://www.euskonews.eus/0205zbk/gaia20501es.html

 

https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/

 

https://www.researchgate.net/publication/335026031_La_cronica_de_Ibn_Fadlan

 

https://www.riksdagen.se/en/

 

https://www.riksdagen.se/en/how-the-riksdag-works/the-history-of-the-riksdag/

 

https://www.santurtzi.net/Ficheros_Bibliotecas_municipales/20141215_Batalla_de_Arrigorriaga.pdf

 

https://www.nacionvasca.eus/arrigorriaga-batalla-historica-leyenda-autor-juan-jose-gonzalez/

 

Libro:

“THE RIKSDAG IN FOCUS. Swedish History in a Parliamentary Perspective”

STIG HADENIUS, SVERIGES RIKSDAG

THE SWEDISH PARLIAMENT, 1997.

 

 

 

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