La familia española del lendacari Pradales
![[Img #27027]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/12_2024/1767_001.png)
Estuve el pasado 9 de diciembre en un acto organizado en el Palacio Euskalduna de Bilbao por el periódico El Correo y el Banco de Santander, titulado “Foro de Expectativas Económicas”, donde todos los años por estas fechas acude el lendacari del Gobierno Vasco a explicar cómo ve la situación económica y política en general a los principales agentes empresariales de la capital de Vizcaya.
Este año era la primera vez que acudía Imanol Pradales Gil como presidente del Gobierno Vasco, elegido tras las últimas elecciones autonómicas celebradas el pasado 21 de abril.
En la anterior ocasión fue el lendacari Iñigo Urkullu el que acudió al mismo acto, por última vez. Entonces ya estaba Imanol Pradales entre el público como recién nombrado candidato a lendacari por el PNV. El moderador le preguntó entonces a Urkullu qué le deseaba al próximo lendacari vasco allí presente (porque en el País Vasco tenemos un régimen político según el cual, sea cual sea el candidato nombrado por el Partido Nacionalista Vasco, tanto para presidente de la Diputación Foral de Vizcaya como para presidente del Gobierno vasco, es claro que será ese justamente y no otro el que saldrá elegido, como así efectivamente ocurrió en este caso también).
Iñigo Urkullu contestó que lo único que le deseaba a Imanol Pradales es “que sea él mismo”. Porque si alguien actúa así, siendo él mismo, es seguro que tendrá éxito en sus empresas. Que fuera “él mismo”, le deseaba Urkullu a Pradales. Pero vamos a ver. Si Imanol Pradales Gil hubiera tenido alguna vez en su vida la ambición de ser él mismo, ¿cómo iba a estar militando en un partido fundado por un tal Sabino Arana que odiaba con toda su alma (y lo reconocía como tal) a las personas venidas al País Vasco a trabajar desde otras partes de España? Los abuelos de Imanol Pradales Gil eran todos de la comarca de la Ribera de Duero burgalesa y alguno también era de Valladolid y de Cantabria. Ninguno de sus abuelos, de haber podido formar parte del PNV, habría pasado de militante raso, dado que los puestos directivos estaban reservados a las personas con apellidos eusquéricos. Luego, andando el tiempo, al partido no le quedó más remedio que abrir la mano, dado que, si no lo hacía, corría el serio riesgo de quedarse sin votantes, dada la progresión de la demografía vasca, donde las personas con los dos apellidos eusquéricos no llegan al 20% del total, como tenemos contado repetidamente en esta serie.
Y con todo y con eso, ahí tenemos a Imanol Pradales Gil, nieto de burgaleses, vallisoletanos y cántabros, al frente de un partido originariamente xenófobo, y en el que nuestro Pradales ejerce nada menos que como lendacari, el cargo que decía Urkullu que era la máxima aspiración política para cualquier nacionalista vasco. Y un nacionalista sabemos que, ante todo y sobre todo, de lo que ejerce es de antiespañol a rajatabla. ¿Cómo este Pradales puede estar al frente de un partido antiespañol con el origen familiar que tiene? Es lo que no se entiende de ninguna de las maneras.
Este hombre no es creíble como lendacari. Lo dije desde el principio, cuando fue elegido como candidato. Con su elección se produjo una suerte de desencantamiento del partido, que perdió ese marchamo xenófobo que tenía desde el origen para convertirse en una cosa extraña, en una especie de Inquisición dirigida por conversos.
En el acto del pasado 9 de diciembre que comentábamos al principio, con motivo de una de las preguntas del moderador, Imanol me da a mí que quiso hacerse el gracioso, aunque nadie de la concurrencia lo vio como una gracia. Bueno, a decir verdad, no creo que quisiera hacerse el gracioso porque este hombre, con esa peculiaridad suya de ser más español que la pata del Cid y estar como lendacari vasco, es imposible que sea gracioso, metafísicamente imposible que tenga sentido del humor. Porque es que él mismo es un chiste malo, un chiste sin gracia. El caso es que dijo que había sido elegido como candidato a lendacari ahora hacía un año, y que eso se había oficializado justo el día de la Lotería. Dijo más o menos así: “me nombraron candidato a lendacari el día de la Lotería”. Por supuesto no dijo “Lotería Nacional”, porque alguien quizás podría haber sospechado que para este hombre España podría ser una nación. Y eso sería lo último para él. La ruina de su vida. No, no, España solo puede aspirar, según el amigo Pradales, a ser “un Estado”. En su discurso repitió no sé cuántas veces “Estado”, para referirse a España. Y también otras cuantas “Península”, para referirse a lo mismo. Jamás España, como era lo previsible, por otra parte.
Y volviendo a lo de la Lotería, en verdad que a este hombre le tocó la lotería con su nombramiento como lendacari. Cómo ahora no va a defender con uñas y dientes el hecho de ser nacionalista vasco y no querer saber nada de España y referirse continuamente al Estado o a la Península y poner como referencia para todo la de Europa. Euskadi se relacionaría solo con Europa, como entidad superior digamos así, pero nunca jamás con España, que es el yuyu del nacionalismo. Con España, en todo caso, de tú a tú. Y lo mismo sería con Europa, si te descuidas. Llegado el caso, Euskadi se relacionaría también con Europa de tú a tú, ya puestos.
Ya hemos dicho muchas veces en esta serie que el nacionalismo vasco solo es un antiespañolismo, como el nacionalismo catalán o como cualquier otro nacionalismo que surja en el seno de la nación española y que, por tanto, cualesquiera de estos nacionalismos van a tener que sudar tinta para conseguir algún día, si es que lo consiguen, que lo que ellos llaman nación vasca o nación catalana le llegue siquiera a la suela de los zapatos a lo que es la nación española. Y mientras tanto seguirán haciendo el ridículo, como lo hace, y de qué manera, este Imanol Pradales Gil. Avergonzándonos a todos los que vivimos en el País Vasco y que no somos nacionalistas. Como nos avergonzaron tantas veces sus antecesores. Ese Urkullu yendo a Auschwitz y a Hiroshima y equiparando aquellas catástrofes humanitarias que cambiaron la historia del mundo con el bombardeo de Guernica. O aquel Ibarretxe del pueblo vasco de 7000 años de antigüedad. O aquel Arzalluz con su Rh negativo. Y pensar que este señor Pradales es el que está ahora al frente del gobierno del País Vasco. A mí me da mucha más vergüenza todavía con Pradales que con sus antecesores en el cargo, porque por lo menos aquellos respondían a un criterio que era así desde su origen: vasquitos racistas que se sentían superiores al resto de españoles. Pero que tengamos que ver lo mismo con un señor originario de Burgos. Es el colmo. A veces, cuando pienso en eso, me parece que vivo un sueño, bueno, mejor dicho, una pesadilla.
A continuación, les voy a mostrar lo que llamo “la familia española” de Imanol Pradales Gil, teniendo en cuenta que su primer apellido, Pradales, nos introduce en lo más profundo de la lengua, de la historia, de la cultura y de la geografía de la nación española.
La terminación “-ales”, de Pradales, es una peculiaridad que le da una carga enorme de resonancias históricas –españolas, por supuesto– a ese apellido. Su formación procede de un sustantivo al que se le añade una terminación “-al” que lo generaliza, más luego el plural. En el caso de Pradales: prado, pradal, pradales. Veamos cómo se repite la fórmula en unos cuantos apellidos del mismo estilo.
Los tenemos de árboles frutales: Nogales (nuez-nogal-nogales, aunque aquí la generalización de nuez no se cumple, ya que es el árbol), sería el mismo caso de Perales (pera-peral-perales). Pero también hay Noguerales, donde sí se cumple la generalización de noguera que es sinónimo de nogal (noguera-nogueral-noguerales). También tenemos Cerezales (cerezo- cerezal-cerezales).
De verduras: Rabanales (rábano-rabanal-rabanales).
De otros árboles o arbustos: Carbajales (carballo-carbajal-carbajales, entiendo carbajo como carbayo o carballo o carvallo, que es roble), Morales (mora-moral-morales), Hinojales (hinojo-hinojal-hinojales), Rosales (rosa-rosal-rosales), Rubiales (rubia, que es un arbusto-rubial-rubiales).
De paisajes: Pedernales (piedra-pedernal-pedernales), Cascajales (cascajo-cascajal-cascajales), Hoyales (hoyo-hoyal-hoyales).
De partes de una casa: Poyales (poyo-poyal-poyales), Vidriales (vidrio-vidrial-vidriales). En este último caso es la idea que me viene de primeras, pero Vidriales es la comarca de Zamora donde hay cantidad de pueblos que se refieren a ella y no tengo claro que el origen de esa palabra ahí tenga que ver con lo que conocemos por vidrio, aunque al tratarse de una etimología latina es probable que sí venga de ahí.
Hay toda una serie de apellidos y topónimos con la misma terminación de Pradales, repartidos por toda España. Tenemos casos en los que un mismo término tiene apellidos y tiene topónimos. Pero hay casos también en que ejercen solo de apellido, sin topónimo, o solo de topónimo, sin apellido. Vamos a ver ejemplos de todos ellos.
Con la terminación en “-ales” y que son apellidos y topónimos a la vez, tenemos:
Arenales: apellido y también nombre del municipio de Arenales de San Gregorio (Ciudad Real).
Arcentales: apellido y nombre de un municipio de Vizcaya.
Bañales: apellido y nombre del yacimiento romano de Los Bañales, situado en el término municipal de Uncastillo, provincia de Zaragoza, comarca de las Cinco Villas.
Bronchales: apellido y nombre de un municipio de la provincia de Teruel.
Cabrales: apellido y nombre de un concejo del Principado de Asturias.
Carbajales: apellido y nombre del municipio de Carbajales de Alba (Zamora).
![[Img #27026]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/12_2024/9649_002.png)
Cerezales: apellido y también nombre de Cerezales del Condado, pedanía de Vegas del Condado, provincia de León.
![[Img #27028]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/12_2024/5244_003.png)
Cigales, apellido y nombre de un municipio de Valladolid.
Corporales, apellido y nombre de un municipio de La Rioja.
Corrales es apellido y también topónimo: Los Corrales de Buelna (Cantabria) Loscorrales (Huesca), Los Corrales (Sevilla), Corrales de Duero (Valladolid) y Corrales del Vino (Zamora).
Mochales es apellido y también nombre de un municipio de Guadalajara.
Morales es el apellido del mismo tipo de Pradales y con el mayor número de portadores, más de 124000. Quizás la explicación esté en el gran número de topónimos que tiene: Valdemorales (Cáceres), Navamorales (Salamanca), San Morales (Salamanca), Los Navalmorales (Toledo), Morales de Campos (Valladolid), Morales del Rey (Zamora), Morales del Toro (Zamora), Morales del Vino (Zamora) y Morales de Valverde (Zamora).
Navales, apellido y nombre de un municipio de Salamanca.
Nogales: es apellido y tenemos el municipio de Nogales (Badajoz), San Esteban de Nogales (León) y Alcubilla de Nogales (Zamora)
Novales: es apellido y también el nombre del municipio Novales (Huesca)
Pedernales: es apellido y también parte del nombre del municipio Villagonzalo Pedernales (Burgos). Históricamente era también el nombre de un municipio de Vizcaya, donde está enterrado Sabino Arana, el fundador del nacionalismo vasco y que se llama oficialmente Sukarrieta desde 1984, por traducción pura y simple al eusquera del antiguo Pedernales. Pedernal en eusquera es “suharri”, piedra de fuego, porque, como dice el diccionario Elhuyar, “antiguamente se utilizaba el pedernal para hacer fuego”. Y entonces se tradujo al eusquera, pluralizando suharri como suharrieta, y de ahí Sukarrieta, cuando no hay constancia documental de que ese municipio se hubiera llamado nunca así. Tiene toda la pinta de que esto fue cosa de Sabino Arana y que luego impusieron sus herederos políticos, como intentaré demostrar en un artículo futuro de esta serie.
Perales es un apellido y también topónimo, dando nombre a: Perales del Puerto (Cáceres); Perales de Tajuña (Madrid); Villanueva de Perales (Madrid); Perales (Palencia) y Perales del Alfambra (Teruel).
Poyales: apellido y nombre del municipio Poyales del Hoyo (Ávila).
Rabanales: apellido y nombre del municipio Rabanales (Zamora).
Rubiales es apellido y también el nombre de los municipios: San Martín de Rubiales (Burgos), Parada de Rubiales (Salamanca) y Rubiales (Teruel).
Urdiales es apellido y también está en los nombres de los municipios Castro-Urdiales (Cantabria) y Urdiales del Páramo (León).
Vidriales es apellido así como topónimo de numerosos municipios y pedanías de una comarca de la provincia de Zamora. Como municipios están: Ayoó de Vidriales (en el que está la pedanía de Carracedo de Vidriales), Quiruelas de Vidriales y Santibáñez de Vidriales, en el que a su vez están las pedanías de Bercianos de Vidriales, Pozuelo de Vidriales y Rosinos de Vidriales.
Villaumbrales, que es apellido y también el nombre de un municipio de Palencia.
Tenemos también apellidos con la misma composición que Pradales, pero de los que no hemos encontrado topónimo, al menos topónimo que funcione como municipio. Quizás haya alguna entidad menor que lo tenga, pero no la hemos buscado. Serían: Bardales, Barrales, Carvajales (con uve, antes lo hemos visto con be), Cascales, Costales, Grajales (hay otro político del PNV, Unai Grajales, que ha sido concejal en el Ayuntamiento de Vitoria y Director en la Diputación Foral de Álava y que actualmente es parlamentario vasco, pero que no ha tenido la suerte de Pradales, claro), Matorrales, Noguerales, Parrales, Portales, Roncales, Rosales, Roscales, Rozales y Torales.
Y hay otros casos también de apellidos sin topónimo correspondiente, terminados en “-ales”, en los que no tenemos nada claro cuál podría ser la raíz que diera pie a la misma composición que Pradales, es decir, por generalización (prado-pradal) y pluralización (pradales). Es el caso de Barreales, Bernales, Briales, Criales, Grisales, Loscertales, Nohales, Norales, Ordiales, Orjales, Reales (Encinas Reales, Córdoba), Radigales, Roales (hay un pueblo que se llama así en Zamora y otro, Roales de Campos, en Valladolid), Ruales, Vidales, Vilumbrales y Viñuales.
Y, por último, tenemos municipios con la misma composición que Pradales, pero sin los correspondientes apellidos con portadores en la actualidad. Serían: Hoyales de Roa (Burgos), Algodonales (Cádiz), Ramales de la Victoria (Cantabria), Hinojales (Huelva), Barbuñales (Huesca), Ardales (Málaga), Cirujales del Río (Soria), Marzales (Valladolid) y Rojales (Alicante).
De este mismo tipo (topónimo sin apellidos) tenemos algunos municipios de cuyo nombre no cabe sacar la misma composición que Pradales, en el sentido de buscar la raíz de la que sale la generalización y luego la pluralización. Serían: Canales (¿caño-canal-canales?) de la Sierra (La Rioja), Frumales (Segovia) y Tales (Castellón).
Estuve el pasado 9 de diciembre en un acto organizado en el Palacio Euskalduna de Bilbao por el periódico El Correo y el Banco de Santander, titulado “Foro de Expectativas Económicas”, donde todos los años por estas fechas acude el lendacari del Gobierno Vasco a explicar cómo ve la situación económica y política en general a los principales agentes empresariales de la capital de Vizcaya.
Este año era la primera vez que acudía Imanol Pradales Gil como presidente del Gobierno Vasco, elegido tras las últimas elecciones autonómicas celebradas el pasado 21 de abril.
En la anterior ocasión fue el lendacari Iñigo Urkullu el que acudió al mismo acto, por última vez. Entonces ya estaba Imanol Pradales entre el público como recién nombrado candidato a lendacari por el PNV. El moderador le preguntó entonces a Urkullu qué le deseaba al próximo lendacari vasco allí presente (porque en el País Vasco tenemos un régimen político según el cual, sea cual sea el candidato nombrado por el Partido Nacionalista Vasco, tanto para presidente de la Diputación Foral de Vizcaya como para presidente del Gobierno vasco, es claro que será ese justamente y no otro el que saldrá elegido, como así efectivamente ocurrió en este caso también).
Iñigo Urkullu contestó que lo único que le deseaba a Imanol Pradales es “que sea él mismo”. Porque si alguien actúa así, siendo él mismo, es seguro que tendrá éxito en sus empresas. Que fuera “él mismo”, le deseaba Urkullu a Pradales. Pero vamos a ver. Si Imanol Pradales Gil hubiera tenido alguna vez en su vida la ambición de ser él mismo, ¿cómo iba a estar militando en un partido fundado por un tal Sabino Arana que odiaba con toda su alma (y lo reconocía como tal) a las personas venidas al País Vasco a trabajar desde otras partes de España? Los abuelos de Imanol Pradales Gil eran todos de la comarca de la Ribera de Duero burgalesa y alguno también era de Valladolid y de Cantabria. Ninguno de sus abuelos, de haber podido formar parte del PNV, habría pasado de militante raso, dado que los puestos directivos estaban reservados a las personas con apellidos eusquéricos. Luego, andando el tiempo, al partido no le quedó más remedio que abrir la mano, dado que, si no lo hacía, corría el serio riesgo de quedarse sin votantes, dada la progresión de la demografía vasca, donde las personas con los dos apellidos eusquéricos no llegan al 20% del total, como tenemos contado repetidamente en esta serie.
Y con todo y con eso, ahí tenemos a Imanol Pradales Gil, nieto de burgaleses, vallisoletanos y cántabros, al frente de un partido originariamente xenófobo, y en el que nuestro Pradales ejerce nada menos que como lendacari, el cargo que decía Urkullu que era la máxima aspiración política para cualquier nacionalista vasco. Y un nacionalista sabemos que, ante todo y sobre todo, de lo que ejerce es de antiespañol a rajatabla. ¿Cómo este Pradales puede estar al frente de un partido antiespañol con el origen familiar que tiene? Es lo que no se entiende de ninguna de las maneras.
Este hombre no es creíble como lendacari. Lo dije desde el principio, cuando fue elegido como candidato. Con su elección se produjo una suerte de desencantamiento del partido, que perdió ese marchamo xenófobo que tenía desde el origen para convertirse en una cosa extraña, en una especie de Inquisición dirigida por conversos.
En el acto del pasado 9 de diciembre que comentábamos al principio, con motivo de una de las preguntas del moderador, Imanol me da a mí que quiso hacerse el gracioso, aunque nadie de la concurrencia lo vio como una gracia. Bueno, a decir verdad, no creo que quisiera hacerse el gracioso porque este hombre, con esa peculiaridad suya de ser más español que la pata del Cid y estar como lendacari vasco, es imposible que sea gracioso, metafísicamente imposible que tenga sentido del humor. Porque es que él mismo es un chiste malo, un chiste sin gracia. El caso es que dijo que había sido elegido como candidato a lendacari ahora hacía un año, y que eso se había oficializado justo el día de la Lotería. Dijo más o menos así: “me nombraron candidato a lendacari el día de la Lotería”. Por supuesto no dijo “Lotería Nacional”, porque alguien quizás podría haber sospechado que para este hombre España podría ser una nación. Y eso sería lo último para él. La ruina de su vida. No, no, España solo puede aspirar, según el amigo Pradales, a ser “un Estado”. En su discurso repitió no sé cuántas veces “Estado”, para referirse a España. Y también otras cuantas “Península”, para referirse a lo mismo. Jamás España, como era lo previsible, por otra parte.
Y volviendo a lo de la Lotería, en verdad que a este hombre le tocó la lotería con su nombramiento como lendacari. Cómo ahora no va a defender con uñas y dientes el hecho de ser nacionalista vasco y no querer saber nada de España y referirse continuamente al Estado o a la Península y poner como referencia para todo la de Europa. Euskadi se relacionaría solo con Europa, como entidad superior digamos así, pero nunca jamás con España, que es el yuyu del nacionalismo. Con España, en todo caso, de tú a tú. Y lo mismo sería con Europa, si te descuidas. Llegado el caso, Euskadi se relacionaría también con Europa de tú a tú, ya puestos.
Ya hemos dicho muchas veces en esta serie que el nacionalismo vasco solo es un antiespañolismo, como el nacionalismo catalán o como cualquier otro nacionalismo que surja en el seno de la nación española y que, por tanto, cualesquiera de estos nacionalismos van a tener que sudar tinta para conseguir algún día, si es que lo consiguen, que lo que ellos llaman nación vasca o nación catalana le llegue siquiera a la suela de los zapatos a lo que es la nación española. Y mientras tanto seguirán haciendo el ridículo, como lo hace, y de qué manera, este Imanol Pradales Gil. Avergonzándonos a todos los que vivimos en el País Vasco y que no somos nacionalistas. Como nos avergonzaron tantas veces sus antecesores. Ese Urkullu yendo a Auschwitz y a Hiroshima y equiparando aquellas catástrofes humanitarias que cambiaron la historia del mundo con el bombardeo de Guernica. O aquel Ibarretxe del pueblo vasco de 7000 años de antigüedad. O aquel Arzalluz con su Rh negativo. Y pensar que este señor Pradales es el que está ahora al frente del gobierno del País Vasco. A mí me da mucha más vergüenza todavía con Pradales que con sus antecesores en el cargo, porque por lo menos aquellos respondían a un criterio que era así desde su origen: vasquitos racistas que se sentían superiores al resto de españoles. Pero que tengamos que ver lo mismo con un señor originario de Burgos. Es el colmo. A veces, cuando pienso en eso, me parece que vivo un sueño, bueno, mejor dicho, una pesadilla.
A continuación, les voy a mostrar lo que llamo “la familia española” de Imanol Pradales Gil, teniendo en cuenta que su primer apellido, Pradales, nos introduce en lo más profundo de la lengua, de la historia, de la cultura y de la geografía de la nación española.
La terminación “-ales”, de Pradales, es una peculiaridad que le da una carga enorme de resonancias históricas –españolas, por supuesto– a ese apellido. Su formación procede de un sustantivo al que se le añade una terminación “-al” que lo generaliza, más luego el plural. En el caso de Pradales: prado, pradal, pradales. Veamos cómo se repite la fórmula en unos cuantos apellidos del mismo estilo.
Los tenemos de árboles frutales: Nogales (nuez-nogal-nogales, aunque aquí la generalización de nuez no se cumple, ya que es el árbol), sería el mismo caso de Perales (pera-peral-perales). Pero también hay Noguerales, donde sí se cumple la generalización de noguera que es sinónimo de nogal (noguera-nogueral-noguerales). También tenemos Cerezales (cerezo- cerezal-cerezales).
De verduras: Rabanales (rábano-rabanal-rabanales).
De otros árboles o arbustos: Carbajales (carballo-carbajal-carbajales, entiendo carbajo como carbayo o carballo o carvallo, que es roble), Morales (mora-moral-morales), Hinojales (hinojo-hinojal-hinojales), Rosales (rosa-rosal-rosales), Rubiales (rubia, que es un arbusto-rubial-rubiales).
De paisajes: Pedernales (piedra-pedernal-pedernales), Cascajales (cascajo-cascajal-cascajales), Hoyales (hoyo-hoyal-hoyales).
De partes de una casa: Poyales (poyo-poyal-poyales), Vidriales (vidrio-vidrial-vidriales). En este último caso es la idea que me viene de primeras, pero Vidriales es la comarca de Zamora donde hay cantidad de pueblos que se refieren a ella y no tengo claro que el origen de esa palabra ahí tenga que ver con lo que conocemos por vidrio, aunque al tratarse de una etimología latina es probable que sí venga de ahí.
Hay toda una serie de apellidos y topónimos con la misma terminación de Pradales, repartidos por toda España. Tenemos casos en los que un mismo término tiene apellidos y tiene topónimos. Pero hay casos también en que ejercen solo de apellido, sin topónimo, o solo de topónimo, sin apellido. Vamos a ver ejemplos de todos ellos.
Con la terminación en “-ales” y que son apellidos y topónimos a la vez, tenemos:
Arenales: apellido y también nombre del municipio de Arenales de San Gregorio (Ciudad Real).
Arcentales: apellido y nombre de un municipio de Vizcaya.
Bañales: apellido y nombre del yacimiento romano de Los Bañales, situado en el término municipal de Uncastillo, provincia de Zaragoza, comarca de las Cinco Villas.
Bronchales: apellido y nombre de un municipio de la provincia de Teruel.
Cabrales: apellido y nombre de un concejo del Principado de Asturias.
Carbajales: apellido y nombre del municipio de Carbajales de Alba (Zamora).
Cerezales: apellido y también nombre de Cerezales del Condado, pedanía de Vegas del Condado, provincia de León.
Cigales, apellido y nombre de un municipio de Valladolid.
Corporales, apellido y nombre de un municipio de La Rioja.
Corrales es apellido y también topónimo: Los Corrales de Buelna (Cantabria) Loscorrales (Huesca), Los Corrales (Sevilla), Corrales de Duero (Valladolid) y Corrales del Vino (Zamora).
Mochales es apellido y también nombre de un municipio de Guadalajara.
Morales es el apellido del mismo tipo de Pradales y con el mayor número de portadores, más de 124000. Quizás la explicación esté en el gran número de topónimos que tiene: Valdemorales (Cáceres), Navamorales (Salamanca), San Morales (Salamanca), Los Navalmorales (Toledo), Morales de Campos (Valladolid), Morales del Rey (Zamora), Morales del Toro (Zamora), Morales del Vino (Zamora) y Morales de Valverde (Zamora).
Navales, apellido y nombre de un municipio de Salamanca.
Nogales: es apellido y tenemos el municipio de Nogales (Badajoz), San Esteban de Nogales (León) y Alcubilla de Nogales (Zamora)
Novales: es apellido y también el nombre del municipio Novales (Huesca)
Pedernales: es apellido y también parte del nombre del municipio Villagonzalo Pedernales (Burgos). Históricamente era también el nombre de un municipio de Vizcaya, donde está enterrado Sabino Arana, el fundador del nacionalismo vasco y que se llama oficialmente Sukarrieta desde 1984, por traducción pura y simple al eusquera del antiguo Pedernales. Pedernal en eusquera es “suharri”, piedra de fuego, porque, como dice el diccionario Elhuyar, “antiguamente se utilizaba el pedernal para hacer fuego”. Y entonces se tradujo al eusquera, pluralizando suharri como suharrieta, y de ahí Sukarrieta, cuando no hay constancia documental de que ese municipio se hubiera llamado nunca así. Tiene toda la pinta de que esto fue cosa de Sabino Arana y que luego impusieron sus herederos políticos, como intentaré demostrar en un artículo futuro de esta serie.
Perales es un apellido y también topónimo, dando nombre a: Perales del Puerto (Cáceres); Perales de Tajuña (Madrid); Villanueva de Perales (Madrid); Perales (Palencia) y Perales del Alfambra (Teruel).
Poyales: apellido y nombre del municipio Poyales del Hoyo (Ávila).
Rabanales: apellido y nombre del municipio Rabanales (Zamora).
Rubiales es apellido y también el nombre de los municipios: San Martín de Rubiales (Burgos), Parada de Rubiales (Salamanca) y Rubiales (Teruel).
Urdiales es apellido y también está en los nombres de los municipios Castro-Urdiales (Cantabria) y Urdiales del Páramo (León).
Vidriales es apellido así como topónimo de numerosos municipios y pedanías de una comarca de la provincia de Zamora. Como municipios están: Ayoó de Vidriales (en el que está la pedanía de Carracedo de Vidriales), Quiruelas de Vidriales y Santibáñez de Vidriales, en el que a su vez están las pedanías de Bercianos de Vidriales, Pozuelo de Vidriales y Rosinos de Vidriales.
Villaumbrales, que es apellido y también el nombre de un municipio de Palencia.
Tenemos también apellidos con la misma composición que Pradales, pero de los que no hemos encontrado topónimo, al menos topónimo que funcione como municipio. Quizás haya alguna entidad menor que lo tenga, pero no la hemos buscado. Serían: Bardales, Barrales, Carvajales (con uve, antes lo hemos visto con be), Cascales, Costales, Grajales (hay otro político del PNV, Unai Grajales, que ha sido concejal en el Ayuntamiento de Vitoria y Director en la Diputación Foral de Álava y que actualmente es parlamentario vasco, pero que no ha tenido la suerte de Pradales, claro), Matorrales, Noguerales, Parrales, Portales, Roncales, Rosales, Roscales, Rozales y Torales.
Y hay otros casos también de apellidos sin topónimo correspondiente, terminados en “-ales”, en los que no tenemos nada claro cuál podría ser la raíz que diera pie a la misma composición que Pradales, es decir, por generalización (prado-pradal) y pluralización (pradales). Es el caso de Barreales, Bernales, Briales, Criales, Grisales, Loscertales, Nohales, Norales, Ordiales, Orjales, Reales (Encinas Reales, Córdoba), Radigales, Roales (hay un pueblo que se llama así en Zamora y otro, Roales de Campos, en Valladolid), Ruales, Vidales, Vilumbrales y Viñuales.
Y, por último, tenemos municipios con la misma composición que Pradales, pero sin los correspondientes apellidos con portadores en la actualidad. Serían: Hoyales de Roa (Burgos), Algodonales (Cádiz), Ramales de la Victoria (Cantabria), Hinojales (Huelva), Barbuñales (Huesca), Ardales (Málaga), Cirujales del Río (Soria), Marzales (Valladolid) y Rojales (Alicante).
De este mismo tipo (topónimo sin apellidos) tenemos algunos municipios de cuyo nombre no cabe sacar la misma composición que Pradales, en el sentido de buscar la raíz de la que sale la generalización y luego la pluralización. Serían: Canales (¿caño-canal-canales?) de la Sierra (La Rioja), Frumales (Segovia) y Tales (Castellón).