Infiltración masónica en el Vaticano
¿Está la Iglesia católica controlada por una "masonería eclesiástica"?
Papa Francisco / Imagen: Pixabay
El ensayista e historiador aragonés José Antonio Bielsa Arbiol, considerado uno de los más destacados investigadores en lengua española sobre el fenómeno definido como Nuevo Orden Mundial, es el autor de Masonería vaticana: Los enemigos internos de la Iglesia al descubierto. A lo largo de esta obra, publicada por la editorial Letras Inquietas y que se ha convertido en un best-seller de Amazon, Bielsa Arbiol se adentra en la exitosa infiltración masónica que ha sufrido la Iglesia católica y que culmina con la elección del jesuita Jorge Mario Bergoglio como Papa.
En Masonería vaticana, el autor destapa uno de los mayores escándalos de nuestro tiempo: de cómo la acción infiltradora de la masonería anticatólica usurpó gradualmente las estructuras legales e históricas de la Iglesia católica para crear, tras el Concilio Vaticano II, algo totalmente nuevo y herético: la Contra-Iglesia paramasónica postconciliar, pilotada (en las últimas décadas y desde las altas jerarquías vaticanas) por los enemigos seculares de la catolicidad.
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â Letras Inquietas (@let_inquietas) May 3, 2024
¿Qué es la masonería vaticana?
José Antonio Bielsa Arbiol explica que la "masonería eclesiástica" es un "ente operativo" que "acopia toda la enredadera discreta y secreta de personalidades clericales adheridas a los intereses de las logias masónicas (y, en consecuencia, a sus diversas ramificaciones vinculantes, nacionales e internacionales, del arco que va de los diferentes gobiernos de paja a la mismísima ONU, pasando por los clubes rotarios y otras entidades pantalla)". Según sus investigaciones, la masonería opera en la Iglesia bajo un sistema de "función bisagra", es decir, como "red de captación de adherentes, tráfico de influencias y difusión de doctrinas ajustadas para con la consecución de nuevas ingenierías sociales acordes al Nuevo Orden".
De este modo, "la masonería eclesiástica posibilita y/o difunde una hoja de ruta adicta a los fluctuantes intereses sinárquicos pactados por el denominado Poder Oculto sin Rostro" o "una entelequia que haremos bien en identificar con las centralitas del Gran Capital occidental, cuyo campo de maniobra es supranacional al tiempo que unipolar" y, por tanto," predominantemente estadounidense". Según el ensayista e historiador aragonés, esto explica la sumisión contemporánea de la Iglesia a las agendas mundialistas ya que, desde las décadas de 1950 y 1960, el Vaticano se encuentra "virtualmente plegado a los mismos intereses de la sinarquía, con su actual primer laboratorio de ideas a la cabeza: la ONU".
¿Cuál es el objetivo de la masonería en la Iglesia católica?
En opinión de Bielsa Arbiol, el proyecto masónico tiene como objetivo "reunificar todas las religiones y creencias en una súper–estructura doctrinal sincrética capaz de absorber y/o amalgamar todas las subjetividades personales en una corriente del espíritu gnóstica".
¿Cuándo comienza la infiltración masónica en el Vaticano?
En opinión de José Antonio Bielsa, es difícil determinar el momento exacto en el que la masonería comenzó a infiltrase en el seno de la Iglesia. No obstante, el autor considera que podemos establecer cuatro momentos clave para la masonería vaticana.
El primer gran éxito de la "masonería eclesiástica" tuvo lugar en 1956 tras el fallecimiento del Papa Pío XII (a quien José Antonio Bielsa Arbiol considera como "el último Papa") y su polémica sucesión por Angelo Giuseppe Roncalli o Juan XXIII. Según Bielsa Arbiol, Juan XXIII pertenecía a la sociedad secreta de la Rosacruz y, pese a que la Iglesia prohíbe expresamente bajo pena de excomunión la participación en tales grupos, se las arregló para ser apodado por los grandes medios de comunicación como el "Papa Bueno", dejando entrever que sus predecesores eran "malos". Como señala Bielsa Arbiol, "la muerte de Roncalli sería lamentada por la masonería internacional", llegando incluso a publicar comunicados en periódicos afirmando que Juan XXIII fue un "gran hombre que vino a revolucionar las ideas, pensamientos y formas de la liturgia católica romana. Las Encíclicas Madre y Maestra y Paz en la Tierra han revolucionado los conceptos en favor de los Derechos del Hombre y su Libertad. La humanidad ha perdido a un gran hombre, y los Masones reconocemos en él sus elevados principios, su humanitarismo y su condición de Gran Liberal".
El segundo triunfo para la "masonería eclesiástica" llegó en 1965 con la imposición de los decretos emanados del Concilio Vaticano II que, en opinión del autor de Masonería vaticana, comportan " toda una subversión y negación del dos veces milenario Magisterio de la Iglesia". Bielsa Arbiol afirma que el Concilio Vaticano II fue dirigido por la Gran Logia Vaticana, "capitaneada por el infame Cardenal Achille Liénart (1884–1973), Obispo de Lille y gran maestro masón, un sujeto encargado de reclutar elementos masónicos afines para la causa". Esta logia que opera en la curia romana fue descubierta en 1976 por el periodista italiano Carmime "Mino" Pecorelli y contaba con, al menos, 116 masones eclesiásticos.
La tercera victoria de la "masonería eclesíástica" tuvo lugar en 1965 con la aceptación del Novus Ordo Missae diseñado por el obispo Annibale Bugnini cuya pertenencia a la masonería siempre flotó en el aire. A pesar de la fuerte oposición que el cambio litúrgico provocó entre los tradicionalistas que llevó la Iglesia al borde del cisma, las tesis reformistas y modernistas de Bugnini se terminaron imponiendo, "dinamitando la solemnidad sacra de la Misa Católica impuesta a perpetuidad por el Papa San Pío", como recuerda José Antonio Bielsa Arbiol.
El cuarto y último éxito de los masones que operan en el seno de la Iglesia tiene lugar en 1979 "con la aceptación final de la seudomisa montiniana. A partir de aquí, y en un descenso imparable, la otrora masa católica procederá a disolverse en el caldo de los posibilismos neoliberales, manifestando otras tantas caídas, con una década más o menos de retraso con respecto a la revolución conciliar". "Se concluye de esto que el plan maestro de la masonería eclesiástica cuadró un éxito espectacular, logrando imponer un catolicismo bastardeado (protestantismo al fin y al cabo), el cual jamás hubiera sido tal sin la previa infiltración anticristiana. La poderosísima masonería eclesiástica vaticana, consolidada tras la caída del Cardenal Siri y la usurpación del perverso Roncalli, operó su plan de demolición gradual de la sociedad católica al dar vía libre a la mentira institucional de la órbita protestante, sobredimensionándola, al tiempo que fagocitando con venenos liberales y degradando socialmente las patrias europeas de tradición católica, tales como España, Italia, Austria e Irlanda, entre otras", añade el autor de Masonería vaticana: Los enemigos internos de la Iglesia al descubierto.
¿Se ha hecho la masonería con el control de la Iglesia?
José Antonio Bielsa Arbiol no duda en afirmar que "en menos de seis décadas", los resultados obtenidos por la masonería que opera en la Iglesia "no han podido ser más elocuentes", llevando a cabo con éxito su hoja de ruta de " desnaturalización, fragmentación y destrucción del Dogma católico". Aún y todo, la " configuración de la Súper–Iglesia Satánica Universal sometida a los dictados de la ONU" sigue precisando "evolucionar una línea descendente hacia las fuentes de la Cábala, portaestandarte del implícito credo gnóstico–sincrético al que va abocada la nueva religión mundial" como una suerte de "religión secularizada".
"Actualmente, la religión mundialista promovida por la ONU y demás apéndices sinárquicos, coincide punto por punto con las aspiraciones ecologistas, mesiánicas y talmúdicas del hereje manifiesto Bergoglio, y pretende acoger a todo el género humano al abrigo de una tolerante, resiliente y ecosostenible salvación de la Humanidad... por obra y gracia de sus propios méritos; estas ideas son promocionadas bajo diferentes correas sistémicas, anunciando de tarde en tarde engendros como el denominado Crislam (sic), un pretendido movimiento que, al decir de la prensa globalista, buscaría encontrar un terreno común entre cristianos, musulmanes y judíos", concluye el autor.
José Antonio Bielsa Arbiol es ensayista e historiador. Entre otras obras de investigación, ha publicado Geoingeniería: Un infame pacto de silencio, Agenda 2030: Las trampas de la Nueva Normalidad y Ciudades de 15 Minutos: Objetivo: La jaula resiliente.

El ensayista e historiador aragonés José Antonio Bielsa Arbiol, considerado uno de los más destacados investigadores en lengua española sobre el fenómeno definido como Nuevo Orden Mundial, es el autor de Masonería vaticana: Los enemigos internos de la Iglesia al descubierto. A lo largo de esta obra, publicada por la editorial Letras Inquietas y que se ha convertido en un best-seller de Amazon, Bielsa Arbiol se adentra en la exitosa infiltración masónica que ha sufrido la Iglesia católica y que culmina con la elección del jesuita Jorge Mario Bergoglio como Papa.
En Masonería vaticana, el autor destapa uno de los mayores escándalos de nuestro tiempo: de cómo la acción infiltradora de la masonería anticatólica usurpó gradualmente las estructuras legales e históricas de la Iglesia católica para crear, tras el Concilio Vaticano II, algo totalmente nuevo y herético: la Contra-Iglesia paramasónica postconciliar, pilotada (en las últimas décadas y desde las altas jerarquías vaticanas) por los enemigos seculares de la catolicidad.
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¿Qué es la masonería vaticana?
José Antonio Bielsa Arbiol explica que la "masonería eclesiástica" es un "ente operativo" que "acopia toda la enredadera discreta y secreta de personalidades clericales adheridas a los intereses de las logias masónicas (y, en consecuencia, a sus diversas ramificaciones vinculantes, nacionales e internacionales, del arco que va de los diferentes gobiernos de paja a la mismísima ONU, pasando por los clubes rotarios y otras entidades pantalla)". Según sus investigaciones, la masonería opera en la Iglesia bajo un sistema de "función bisagra", es decir, como "red de captación de adherentes, tráfico de influencias y difusión de doctrinas ajustadas para con la consecución de nuevas ingenierías sociales acordes al Nuevo Orden".
De este modo, "la masonería eclesiástica posibilita y/o difunde una hoja de ruta adicta a los fluctuantes intereses sinárquicos pactados por el denominado Poder Oculto sin Rostro" o "una entelequia que haremos bien en identificar con las centralitas del Gran Capital occidental, cuyo campo de maniobra es supranacional al tiempo que unipolar" y, por tanto," predominantemente estadounidense". Según el ensayista e historiador aragonés, esto explica la sumisión contemporánea de la Iglesia a las agendas mundialistas ya que, desde las décadas de 1950 y 1960, el Vaticano se encuentra "virtualmente plegado a los mismos intereses de la sinarquía, con su actual primer laboratorio de ideas a la cabeza: la ONU".
¿Cuál es el objetivo de la masonería en la Iglesia católica?
En opinión de Bielsa Arbiol, el proyecto masónico tiene como objetivo "reunificar todas las religiones y creencias en una súper–estructura doctrinal sincrética capaz de absorber y/o amalgamar todas las subjetividades personales en una corriente del espíritu gnóstica".
¿Cuándo comienza la infiltración masónica en el Vaticano?
En opinión de José Antonio Bielsa, es difícil determinar el momento exacto en el que la masonería comenzó a infiltrase en el seno de la Iglesia. No obstante, el autor considera que podemos establecer cuatro momentos clave para la masonería vaticana.
El primer gran éxito de la "masonería eclesiástica" tuvo lugar en 1956 tras el fallecimiento del Papa Pío XII (a quien José Antonio Bielsa Arbiol considera como "el último Papa") y su polémica sucesión por Angelo Giuseppe Roncalli o Juan XXIII. Según Bielsa Arbiol, Juan XXIII pertenecía a la sociedad secreta de la Rosacruz y, pese a que la Iglesia prohíbe expresamente bajo pena de excomunión la participación en tales grupos, se las arregló para ser apodado por los grandes medios de comunicación como el "Papa Bueno", dejando entrever que sus predecesores eran "malos". Como señala Bielsa Arbiol, "la muerte de Roncalli sería lamentada por la masonería internacional", llegando incluso a publicar comunicados en periódicos afirmando que Juan XXIII fue un "gran hombre que vino a revolucionar las ideas, pensamientos y formas de la liturgia católica romana. Las Encíclicas Madre y Maestra y Paz en la Tierra han revolucionado los conceptos en favor de los Derechos del Hombre y su Libertad. La humanidad ha perdido a un gran hombre, y los Masones reconocemos en él sus elevados principios, su humanitarismo y su condición de Gran Liberal".
El segundo triunfo para la "masonería eclesiástica" llegó en 1965 con la imposición de los decretos emanados del Concilio Vaticano II que, en opinión del autor de Masonería vaticana, comportan " toda una subversión y negación del dos veces milenario Magisterio de la Iglesia". Bielsa Arbiol afirma que el Concilio Vaticano II fue dirigido por la Gran Logia Vaticana, "capitaneada por el infame Cardenal Achille Liénart (1884–1973), Obispo de Lille y gran maestro masón, un sujeto encargado de reclutar elementos masónicos afines para la causa". Esta logia que opera en la curia romana fue descubierta en 1976 por el periodista italiano Carmime "Mino" Pecorelli y contaba con, al menos, 116 masones eclesiásticos.
La tercera victoria de la "masonería eclesíástica" tuvo lugar en 1965 con la aceptación del Novus Ordo Missae diseñado por el obispo Annibale Bugnini cuya pertenencia a la masonería siempre flotó en el aire. A pesar de la fuerte oposición que el cambio litúrgico provocó entre los tradicionalistas que llevó la Iglesia al borde del cisma, las tesis reformistas y modernistas de Bugnini se terminaron imponiendo, "dinamitando la solemnidad sacra de la Misa Católica impuesta a perpetuidad por el Papa San Pío", como recuerda José Antonio Bielsa Arbiol.
El cuarto y último éxito de los masones que operan en el seno de la Iglesia tiene lugar en 1979 "con la aceptación final de la seudomisa montiniana. A partir de aquí, y en un descenso imparable, la otrora masa católica procederá a disolverse en el caldo de los posibilismos neoliberales, manifestando otras tantas caídas, con una década más o menos de retraso con respecto a la revolución conciliar". "Se concluye de esto que el plan maestro de la masonería eclesiástica cuadró un éxito espectacular, logrando imponer un catolicismo bastardeado (protestantismo al fin y al cabo), el cual jamás hubiera sido tal sin la previa infiltración anticristiana. La poderosísima masonería eclesiástica vaticana, consolidada tras la caída del Cardenal Siri y la usurpación del perverso Roncalli, operó su plan de demolición gradual de la sociedad católica al dar vía libre a la mentira institucional de la órbita protestante, sobredimensionándola, al tiempo que fagocitando con venenos liberales y degradando socialmente las patrias europeas de tradición católica, tales como España, Italia, Austria e Irlanda, entre otras", añade el autor de Masonería vaticana: Los enemigos internos de la Iglesia al descubierto.
¿Se ha hecho la masonería con el control de la Iglesia?
José Antonio Bielsa Arbiol no duda en afirmar que "en menos de seis décadas", los resultados obtenidos por la masonería que opera en la Iglesia "no han podido ser más elocuentes", llevando a cabo con éxito su hoja de ruta de " desnaturalización, fragmentación y destrucción del Dogma católico". Aún y todo, la " configuración de la Súper–Iglesia Satánica Universal sometida a los dictados de la ONU" sigue precisando "evolucionar una línea descendente hacia las fuentes de la Cábala, portaestandarte del implícito credo gnóstico–sincrético al que va abocada la nueva religión mundial" como una suerte de "religión secularizada".
"Actualmente, la religión mundialista promovida por la ONU y demás apéndices sinárquicos, coincide punto por punto con las aspiraciones ecologistas, mesiánicas y talmúdicas del hereje manifiesto Bergoglio, y pretende acoger a todo el género humano al abrigo de una tolerante, resiliente y ecosostenible salvación de la Humanidad... por obra y gracia de sus propios méritos; estas ideas son promocionadas bajo diferentes correas sistémicas, anunciando de tarde en tarde engendros como el denominado Crislam (sic), un pretendido movimiento que, al decir de la prensa globalista, buscaría encontrar un terreno común entre cristianos, musulmanes y judíos", concluye el autor.
José Antonio Bielsa Arbiol es ensayista e historiador. Entre otras obras de investigación, ha publicado Geoingeniería: Un infame pacto de silencio, Agenda 2030: Las trampas de la Nueva Normalidad y Ciudades de 15 Minutos: Objetivo: La jaula resiliente.