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Pedro Chacón
Miércoles, 29 de Enero de 2025 Tiempo de lectura:

El palacete de París y los tesoreros del PNV

La cesión por parte del gobierno de Pedro Sánchez al PNV del palacete del número 11 de la Avenida Marceau de París, actual sede del Instituto Cervantes en la capital de Francia, se argumenta en un informe, firmado por el Secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, con fecha 7 de septiembre de 2024, donde se dan las razones de lo que ahí se ha decidido.

 

Si tuviéramos que elegir un solo principio que sustente todo lo que se dice en ese informe de 14 páginas, lo referiríamos, sin duda, a los tesoreros del PNV. Sería un tesorero del PNV el que habría recibido el dinero de la militancia nacionalista de México, destinado supuestamente al palacete, y sería un tesorero del PNV el que estaría detrás de la segunda compra del palacete que luego sería requisado por el franquismo en 1943. De hecho, la expresión “tesorero del PNV” se repite hasta seis veces en el informe.

 

En el palacete hubo dos compras. Una primera, de octubre de 1937, donde intervino un testaferro, Marino Gamboa. Y una segunda, que se hizo a nombre de una empresa fantasma, Finances et Entreprises, en febrero de 1939. Pero en ambos casos, según el informe que analizamos, estarían los tesoreros del PNV detrás, justificando así la compra por parte de este partido y en ningún caso en nombre del Gobierno vasco.

 

Esos tesoreros del PNV fueron Heliodoro de la Torre en primera instancia y Agustín Alberro después.

 

Una cuestión fundamental para entender toda esta historia, y que el que elabora el informe se cuida mucho de poner de manifiesto, es la de la incompatibilidad dentro del PNV para ejercer al mismo tiempo un cargo interno y un cargo público. De ahí viene el tema de la bicefalia, según la cual quien ejerce de lendakari del Gobierno Vasco no puede dirigir el partido. A este punto, el informe le dedica todo un párrafo que empieza así: “Es importante destacar a este respecto que la normativa interna del PNV, desde época muy temprana, siempre procuró diferenciar los cargos de responsabilidad interna del partido, de aquellos cargos de la administración pública a la que sus candidatos pudieran acceder.”

 

El proceso se iniciaría con la recepción por parte de Heliodoro de la Torre, como tesorero del PNV, de los fondos procedentes de México con los que se compraría, según el informe, el palacete de París. Y aquí el autor del informe tiene mucho interés en decirnos que la fecha de la transferencia fue el 12 de septiembre, cuando el Gobierno Vasco aún no existía. Lo cual se pone en negrita en el informe, para que quede bien clara la idea, sabiendo que el Gobierno Vasco se constituyó como tal el 7 de octubre de 1936, después de ser aprobado el primer Estatuto vasco el 1 de octubre.

 

Luego está la fecha del relevo de un tesorero del PNV por el otro, para que así no se rompa la cadena de los tesoreros y todo quede en manos del partido. Dice el informe: “Heliodoro de la Torre Larrinaga, una vez que se conforma el Gobierno Vasco, pasa a ser consejero del departamento de Hacienda del Gobierno Vasco, pero el día 6 de octubre de 1936, tres días antes de la publicación de su nombramiento es cesado como tesorero dentro del organigrama del PNV y sustituido por Agustín Alberro Picavea, que ocupará dicho cargo hasta enero de 1946.”

 

Pues bien, resulta que, en todo este proceso, al autor del informe y a los que le proveen de la documentación, singularmente a Óscar Álvarez Gila, parece que se les pasa por alto que, antes de que se constituyera el Gobierno Vasco, se constituyó en Bilbao, el 12 de agosto de 1936, la Junta de Defensa de Vizcaya, presidida por el gobernador civil José Echeverría Novoa y con Heliodoro de la Torre al frente del departamento de Finanzas. Fue el antecedente inmediato del primer Gobierno vasco. En la prensa de Bilbao del día siguiente, 13 de agosto, aparece el acta de constitución de dicho órgano, integrado por los departamentos de Finanzas e Industria para el PNV, Defensa y Trabajo para el PSOE, Sanidad para ANV, Comercio y Comunicaciones para los republicanos y Asistencia Social para la CNT, y con Gobernación y Presidencia para el citado José Echeverría Novoa. En la base primera del acta se explica la composición de la misma que acabamos de relatar. En la base segunda se dice que el titular de cada departamento se llamará director general. Y en la base decimotercera y última se dice que “La Junta de Defensa se reunirá, a ser posible, diariamente, o por lo menos tres días a la semana, y sus resoluciones serán dadas a la publicidad cuando su conocimiento convenga al interés público.” No parece que quien desempeñara cada uno de los departamentos tuviera mucho tiempo libre para otra cosa a partir de entonces.

 

La actividad de Heliodoro de la Torre al frente de las Finanzas de la Junta de Defensa de Vizcaya se adivina bastante intensa, ya que, como reconoce un estudioso de su obra (traduzco del original en euskera): “Las decisiones adoptadas en la Junta de Defensa se dirigieron principalmente a combatir la guerra y a normalizar y garantizar las actividades económicas (…). Primero había que conseguir dinero. Para ello Eliodoro de la Torre reunió a las autoridades de bancos y cajas de ahorros y les pidió que entregaran un millón de pesetas en la primera quincena de agosto de 1936” (es de un artículo de Xabier Madarieta Juaristi, en la revista Bidebarrieta del año 2005, dedicado a la vida de Heliodoro de la Torre).

 

De la actividad de Heliodoro de la Torre al frente de las finanzas de la Junta de Defensa de Vizcaya, previo a la constitución del Gobierno Vasco, da cuenta también la emisión de los famosos “Eliodoros” el 30 de agosto de 1936, que fueron unos vales emitidos para poder pagar con ellos a cuenta de las disponibilidades del Tesoro Público del Banco de España en el Bilbao sitiado.

 

Lo cual quiere decir que, cuando desde México se envió, por parte de Francisco Belausteguigoitia, con fecha de 12 de septiembre de 1936, una partida de 65.000 dólares, como se dice en el informe, destinada a la compra del palacete, a nombre de Heliodoro de la Torre, este o bien estaba simultaneando sus dos tareas, la de tesorero del PNV y la de director de Finanzas en la Junta de Defensa de Vizcaya, con lo cual incumpliría con la norma del PNV, o bien solo era esto último. En cualquier caso, lo que sería muy complicado, por no decir imposible, sería afirmar que recibió el dinero solo como tesorero del PNV, habiendo como había en ese momento en Bilbao unas necesidades tan perentorias que le llevarían a volcar todo su tiempo en la organización de su departamento en la Junta de Defensa de Vizcaya creado para hacer frente a las necesidades de la guerra ya iniciada y cuando el primer Gobierno vasco todavía no estaba constituido.

 

Y en cuanto a Agustín Alberro, de quien el informe dice que pasó a ser tesorero del PNV desde el 6 de octubre de 1936 hasta 1946, con lo cual se justificaría que todo lo que hizo a partir de entonces lo hacía también solo en nombre del PNV, hay que decir que Heliodoro de la Torre, una vez nombrado Consejero de Finanzas del Gobierno Vasco, nombró a su vez a Agustín Alberro asesor técnico de su consejería, como consta en la orden de la Consejería de Hacienda firmada por el propio De la Torre, de 10 de octubre de 1936, que se reproduce en la página 94 del libro “Eliodoro de la Torre, primer consejero de Hacienda del Gobierno Vasco” editado por el Gobierno Vasco en 1984. Agustín Alberro ligó toda su actividad pública a Heliodoro de la Torre y al Gobierno vasco. Y en el exilio acompañó siempre a Francisco Xabier de Landaburu en la Delegación del Gobierno Vasco en París, siendo ambos quienes la ocuparon cuando se retiraron los nazis en 1944. Juan Carlos Jiménez Aberasturi, en su libro De la derrota a la esperanza, cuenta el papel de estos dos nacionalistas en la capital de Francia: “Landaburu actúa en representación del lendakari y Alberro como delegado del consejero de Hacienda, Eliodoro de la Torre” (503).

 

Por lo tanto, toda la argumentación del informe según la cual Heliodoro de la Torre primero y Agustín Alberro después solo habrían ejercido como tesoreros del PNV cuando dilucidaron el destino del dinero para la compra del palacete de París, se viene literalmente abajo.

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