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Fernando José Vaquero Oroquieta
Sábado, 15 de Febrero de 2025 Tiempo de lectura:

¿Desembarco rojipardo en Euskal Herria?

El término “rojipardo” se puso de moda hace ya unos años, remitiéndose a fenómenos sociales o personalidades muy diversas, quienes compartirían algunas discutidas características, de manera genérica o por aproximación, pero también con una intencionalidad descalificadora.

 

El concepto surge de la unión de dos palabras: rojo, por acoger tales formulaciones ciertas pretensiones revolucionarias o de justicia social, pardo -recordemos el color de la camisa de los militantes del NSDAP-, por desenvolverse sus impulsores acaso en los márgenes malditos o marginales del sistema. Ciertamente existió, hace ya unos años en Rusia, un Partido Nacional Bolchevique, impulsado por un auténtico aventurero de notables pretensiones intelectuales, un verdadero visionario político: Eduard Limónov. En aquella formación también recaló por un tiempo el célebre autor de la Cuarta Teoría Política, Aleksandr Dugin, a quien durante años se le presumieron buenos contactos con el todopoderoso Putin. Aquel partido, ilegalizado en varias ocasiones y hoy por completo desaparecido, pretendía una fusión de nacionalismo y comunismo adaptada a la realidad rusa: comunismo, patriotismo y abundante empleo de provocadores símbolos aparentemente contrapuestos. Conocidos como “nazbol”, termino fusión de nazi y bolchevique, también serían calificados despectivamente como rojipardos, sugiriendo así que sus ideas de fondo serían subrepticiamente nazis. También en España encontraron estas propuestas cierto eco en medios muy  minoritarios y aislados, sin ningún impacto político o social. El Movimiento Social Republicano y su sucesor, el Movimiento Pueblo hoy, asumirían en solitario algunas de sus propuestas, siempre perladas de un interés por la geopolítica y la multipolaridad, el tercerismo económico y la contestación cultural.

         

Igualmente fueron calificadas como rojipardas algunas de las nuevas voces levantadas entre jóvenes escritores españoles, como Hásel-Paris Álvarez y su pareja Ana Iris Simón, pero también Víctor Lenore y otros, quienes mezclaban de manera un tanto genérica, y acaso provocadora, valores de derecha y reivindicaciones de izquierda a modo de síntesis o vector crítico de los paradigmas contemporáneos. De tal modo, si se insinúa que la democracia tiene límites, ¡rojipardo! Si se afirma que el eje derecha/izquierda está obsoleto, ¡rojipardo! Si se evoca cierto retorno a la tradición católica como manera de superación del actual estado de cosas, rechazando posmodernismos liberales o progresistas, ¡rojipardo! Si se revindica la justicia social criticando el neoliberalismo desde posturas no comunistas, ¡rojipardo! Si se rechaza el feminismo imperante, en el caso de ser mujer, ¡rojiparda!

 

Muy recientemente, en Europa, el concepto ha hecho fortuna, aplicándose a fenómenos o personalidades difícilmente clasificables o inesperados, pero mucho más relevantes. Es el caso, en Alemania, sobre todo en sus landers orientales, de la Alianza Sahra Wagenknecht Justicia y Razón (BSW), escisión de Die Linke [1], acusada de prorrusa, que reivindica la recuperación de la soberanía nacional como defensa de la clase trabajadora e interpretando la inmigración como arma y mano de obra de reserva del capital cuyo efecto sería la bajada de salarios y la precarización de las condiciones de vida de la juventud.

 

En España, otra pequeña formación política, mediáticamente fulgurante, sobre todo en Youtube y otras redes sociales, también ha sido englobada en dicha categoría: hablamos del Frente Obrero de Roberto Vaquero. Recordemos que Vaquero fue ganando celebridad desde una minúscula formación de extrema izquierda fundada en 2009, el Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista), famosa por sus paradas paramilitares en el centro de Madrid cada 1º de mayo, sus campamentos de verano en las cercanías de Jaca y sus loas al dictador albanés Enver Hoxha. Más tarde, en 2016, sería encarcelado unas semanas por su participación en las redes de extrema izquierda que proporcionaron algunos combatientes españoles a las milicias kurdas en su lucha contra los islamistas del ISIS. Dos años después presentó la fórmula del Frente Obrero (FO), a modo de plataforma de carácter transversal, con un programa fusión de justicia social, revolución y patriotismo, sin expresas referencias comunistas; síntesis que ha ganado ciertas simpatías incluso en pequeños cenáculos de la extrema derecha. En todo caso, ya se trate de una estratagema de torpe enmascaramiento de su comunismo genético, o el fruto de una evolución hacia un nuevo paradigma, sus escasos resultados electorales -en las europeas de 2024 sumaron 66.200 votos, un 0,37 % del emitido-, no alcanzaron las altas expectativas vislumbradas desde el espejismo de tantos miles y miles de seguidores en redes; efectivamente, la vida real no es la virtual…

 

 Más recientemente, también en España, el caso de la plataforma política de Sahra Wagenknecht ha encontrado otros decididos imitadores, quienes han lanzado la iniciativa Soberanía y Trabajo, cuyo rostro más conocido acaso sea el del ex-parlamentario de Podemos Javier Couso [2], portavoz de la nueva criatura, que se define de izquierda clásica no posmoderna y embrión de un futuro partido político con pretensiones electorales.

         

En Vascongadas y Navarra son muy pocos los militantes y núcleos del FO, siendo tachados furiosamente como fascistas desde la izquierda abertzale y sus diversas mutaciones; circunstancia análoga a la sufrida en el resto de España desde las trincheras de la extrema izquierda. Y es que el mundo abertzale jamás perdonará a los activistas del FO que se presenten como patriotas españoles. Caso muy distinto al anterior es el del canal de Youtube “comunitarismo abertzale”, desde el que se propuso la constitución de un grupo político vasco con un programa afín al del BSW. Aquel canal se emitía desde Navarra y contaba con algunos vídeos que, desde una explícita pertenencia abertzale,  reflexionaban y afrontaban, al margen de los dogmas inmigracionistas originarios, el impacto sociológico de los nuevos contingentes humanos arribados a Vascongadas y Navarra; también en el plano de la seguridad ciudadana. Este amago de BSW vasco también encontró cierto eco en el popular canal de del Ekai Center [3], cuyo director es el consultor y profesor universitario, procedente del Grupo Mondragón, Adrián Celaia. Dicho canal, que cuenta con varios miles de seguidores, muchos de ellos del resto de España, así como cientos de vídeos, viene realizando una potente crítica al que denominan posmocapitalismo, que se alimentaría, según su criterio, de neoliberalismo, posmofeminismo (que interpretan como una estafa a la mujer y a su proceso emancipatorio), atlantismo anglosajón, catastrofismo climático, manipulación de las minorías sexuales, fomento del individualismo, debilitamiento de las comunidades humanas, y una denuncia permanente de los “intereses de las grandes corporaciones”.

 

De tal modo, en octubre de 2024, Ekai Center acogió al joven rostro visible de “comunitarismo abertzale” y su propuesta de un BSW vasco en uno de sus programas. También reservaron otros vídeos posteriores [4] al fenómeno alemán, respondiendo Celaia en uno de ellos -a la pregunta de si apoyarían al hipotético BSW vasco [5]-, de manera afirmativa, si bien en los límites de su función orgánica. Por último, entrevistaron a un representante de Soberanía y Trabajo que, de momento, no parece haya encontrado apoyos significativos en Vascongadas y Navarra.

 

Sin embargo -lo que no es un mera anécdota-, a los pocos días de emitirse tales vídeos, el canal y todos los contenidos de “comunitarismo abertzale” ¡¡desaparecieron…!! sin dejar apenas rastro, salvo alguna referencia colateral en X y poco más [6]. ¿Por qué? ¿Qué sucedió? Pues, ciertamente, no se encuentra, al menos en redes públicas, respuesta alguna. Todo apunta a que si le extendemos analógicamente la respuesta y presión, incluso en el plano personal, que sufrieron los militantes del Frente Obrero en nuestras latitudes, con toda seguridad que aquellos imprudente y bisoños jóvenes se vieron desbordados ante los inesperados e inevitables efectos desatados por tan pública y legítima opción.

         

A esta acallada voz y circunstancia disidente debe asociarse una sorprendente modulación doctrinaria de última hora manifestada en el discurso oficial, hasta ahora inmigracionista sin matices, de la segunda fuerza política vasca, cuando Arnaldo Otegi [7], en el contexto del tercer congreso de EH Bildu en Pamplona el 8 y 9 de febrero, reclamó las competencias en materia de inmigración, al igual que Junts en Cataluña, pues Euskal Herria se jugaría -literalmente- su identidad nacional… Sorprendente. No en vano, recordemos por ejemplo cómo hace algo más de dos años la izquierda abertzale desautorizó a uno de sus más significativos intelectuales orgánicos, el editor tafallés José María Esparza Zabalegui, por afirmar que la inmigración representaba un serio problema para el futuro del pueblo vasco, a la vez que entendía que se le podía responder desde presupuestos progresistas y de izquierda, tal y como ya se empezaba a realizar en el caso alemán con BSW, sin incurrir en los detestables excesos nacional-populistas [8]. Y es que las gentes de la izquierda abertzale debaten cuando así se les indica que lo hagan, en el momento adecuado, en el contexto que su liderazgo así lo considere: nada, por tanto, de versos sueltos y personalidades o grupos que reflexionen por su cuenta… Disciplina ante todo.

         

Por lo que respecta a los hiperactivistas de GKS y su incipiente Movimiento Socialista, no se encuentra en ninguna de sus formulaciones referencia alguna de resonancias rojipardas, que, por contra, contempla como fascistas. De hecho su planteamiento ante el fenómeno de la inmigración es estricta y radicalmente marxista-ortodoxo, al entender que la clase obrera vasca deberá coaligarse con los nuevos contingentes de trabajadores extranjeros establecidos en Vascongadas y Navarra con una perspectiva de clase y de revolución proletaria. En consecuencia, desde su insistente “respuesta ante el fascismo”, juzgan y persiguen toda iniciativa de resonancia populista… de derechas, pero también a las escasas iniciativas locales del Frente Obrero [9].

         

En todo caso, la izquierda abertzale no puede permitirse nuevos movimientos disidentes, que ya viene experimentando desde hace años, aunque sin coste electoral, como los ya conocidos en perspectiva nostálgica del MLNV de ATA y similares, o ya en clave comunista como son GKS y su MS. Pero, desde la otra “alma” del nacionalismo vasco, tampoco al PNV le interesa una Alianza Catalana versión euskalduna que le hiciera peligrar su pequeño margen de diferencia ante su inmediato competidor de EH Bildu. 

 

En todo caso, ambos son partidos identitarios, les guste o no reconocerlo, y un sector creciente de su electorado viene reclamando respuestas concretas -tal y como determinadas movilizaciones sociales espontáneas así lo acreditan-, ante ciertas derivas de una inmigración que empieza a romper la tan alardeada paz y bienestar social vascos. De ahí que las mencionadas declaraciones de Otegi sean el síntoma de un cambio de discurso, tan impreciso aún como discreto, cuyo tacticismo pretende segar el terreno fértil a otros espacios políticos que pudieran ser un día competencia política y electoral en estos territorios, tal y como ya está sucediendo en la mayor parte de territorios europeos con los partidos nacional-populistas identitarios. Una respuesta expresa, la de aquellos identitarios continentales -velis nolis-, a los enormes y rapidísimos cambios sociales, políticos y culturales derivados del nuevo marco geopolítico que viene describiendo Adrián Celaia en su canal y otros medios, y cuyo impacto -según afirma una y otra vez- viene siendo ignorado por los partidos nacionalistas vascos [10].


 

[1]     La Izquierda, en alemán, partido situado a la izquierda de la socialdemocracia del SPD, en parte mutación de los antiguos comunistas de Alemania Oriental.

[2]     https://kaosenlared.net/presentacion-de-la-propuesta-politica-soberania-y-trabajo/

[3]     http://www.ekaicenter.eu/

[4]     Por ejemplo,https://www.youtube.com/watch?v=lntRDW7wzug

[5]     https://vk.com/video499293403_456243256

[6]     https://www.racocatala.cat/forums/fil/252961/apareix-grup-promotor-bsw-euskal-herria

[7]     https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/politica/2024/08/23/otegi-reivindica-soberania-regular-politicas-8613198.html

[8]     ¿Migración? No, gracias,https://www.noticiasdenavarra.com/opinion/tribunas/2022/10/22/migracion-gracias-6145480.html

[9]     “El Frente Obrero juega una y otra vez con la ambigua comprensión que dan su discurso y su imagen, pero el vocabulario marxista y el imaginario del comunismo que utiliza Vaquero no tiene traducción alguna en su proyecto político. Por el contrario, si algo es el FO, es un frente reaccionario, «rojipardo», un baluarte y una apuesta política de diversos sectores de la extrema derecha” Editorial de Gedar, web oficial del MS: El Frente Obrero, la Izquierda abertzale y la intoxicación política, https://gedar.eus/es/editoriala/frente-obrero-ezker-abertzalea-eta-intoxikazio-kanpainak1).

[10]    El difícil futuro de los partidos vascos, https://www.youtube.com/watch?v=XXezJjQHIP0

 

https://amzn.to/2Qp8xA2

 

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