Mientras Emmanuel Macron trata de convertirse infantilmente en la resistencia europea "contra Donald Trump" y al mismo tiempo que es ya el presidente peor valorado por los ciudadanos galos, Francia sufre el enésimo ataque terrorista islamista que revela la inseguridad permanente en la que viven los franceses. Hoy mismo, un nuevo ataque terrorista ha tenido lugar en Mulhouse, al este del país, dejando como saldo un muerto y dos heridos graves. El propio presidente Emmanuel Macron confirmó que se trató de un atentado terrorista de carácter islamista.

El atacante, un hombre argelino de 37 años que estaba fichado como "individuo radicalizado", gritó "¡Alá es el más grande!" antes de iniciar su ataque con cuchillo. La víctima mortal fue un trabajador portugués de 69 años que intentó detener al agresor cuando este se disponía a atacar una manifestación multicultural de refugiados congoleños. Dos policías resultaron gravemente heridos, uno en la carótida y otro en el pecho, mientras que otros dos agentes sufrieron heridas menos graves.

François Bayrou, primer ministro francés, ha señalado, una vez más, que el gobierno movilizará todos sus recursos para combatir este nuevo ataque del fanatismo islámico. El fiscal Nicolas Heltz informó que el sospechoso fue detenido rápidamente y permanecerá en custodia provisional por hasta dos días, antes de su probable inculpación por asesinato, intento de asesinato y odio violento.

Este atentado se suma a una larguísima serie de ataques terroristas islamistas que Francia ha experimentado en la última década. Desde 2015, cuando ocurrieron los ataques a Charlie Hebdo y Bataclan, el país ha sufrido numerosos atentados de este tipo, , resultando en cientos de víctimas. Las autoridades francesas tienen identificados aproximadamente a 5,000 individuos sospechosos de tener potenciales tendencias terroristas islamistas.