Andrea Cabrera Kñallinsky y Aldo García Arias descubren en “Parabere” los secretos de María Mestayer, una de las grandes mujeres de la burguesía vasca del primer siglo XX
Andrea Cabrera Kñallinsky (Buenos Aires, 1973) es periodista. Ha trabajado en Canarias 7 y colaborado en distintos medios, como La Vanguardia y La Razón de Buenos Aires. En abril de 2023 publicó su primera novela, La galería de los antepasados.
Aldo García Arias (Madrid, 1973) trabajó en la editorial Visor Dis. En 2001 se hizo cargo de las librerías Machado de Madrid, labor que compagina con la edición de libros. Es miembro de la junta directiva del Gremio de Libreros de Madrid.
Parabere, el primer trabajo conjunto de Andrea Cabrera Kñallinsky y Aldo García Arias, ha sido reconocido como finalista en el Premio de Novela Café Gijón 2024. El jurado del Premio —integrado por Pilar Adón, Ricardo Menéndez Salmón, Gioconda Belli, Marcos Giralt Torrente y Mercedes Monmany, en calidad de presidenta— decidió reconocer como finalista este trabajo, una novela que, siguiendo sus palabras, “se lee con gran fascinación, con un placer innegable, como los platos de los que habla”. La historia traslada al lector a la vida de una familia, pero, sobre todo, de una fémina excepcional, que va a contracorriente de lo que era el papel destinado a una mujer en la primera mitad del siglo pasado, determinada a llevar a cabo un gran proyecto personal y empresarial. Tras inaugurar un restaurante en el Madrid de la Guerra Civil, María Mestayer, conocida como la marquesa de Parabere, tuvo encuentros a través de su arte culinario con los personajes más célebres de su época.
Pero, ¿quién era “Parabere”? María Mestayer de Echagüe, también conocida por su seudónimo «Marquesa de Parabere», fue un personaje histórico con una vida de novela. Nacida en 1877 en una familia acomodada, dedicó gran parte de su vida a la gastronomía. Coleccionista de recetas, se carteaba con los cocineros más famosos de Europa, escribió en periódicos y revistas e impartió clases de cocina a grupos de mujeres. El éxito de sus grandes recetarios la convirtió en una pionera: decidió regentar un restaurante en Madrid, el Parabere, para lo que tuvo que dejar atrás, en su Bilbao natal, a gran parte de su familia. Su legendaria casa de comidas abrió sus puertas en una época convulsa, apenas unos meses antes del inicio de la Guerra Civil, y por él pasaron toda suerte de personajes y personalidades: artistas, políticos, diplomáticos y periodistas como Indalecio Prieto, Chaves Nogales, Ernest Hemingway,María Teresa León, Rafael Alberti o André Malraux, entre otros. El Parabere, además, fue escenario de numerosas intrigas, entre ellas una trama de espionaje, así como de relaciones entrañables entre personajes de lo más variopinto.
Construida alrededor de esta mujer fascinante, testigo del cambio de los tiempos y siempre rodeada de un halo de misterio, Parabere es una novela que ilustra de manera magistral la España de mediados del siglo XX. Hablamos con sus autores.
Parabere ha sido finalista del Premio de Novela Café Gijón 2024. ¿Cómo recibieron la noticia y qué significa para ustedes este reconocimiento?
Lo recibimos con mucha ilusión y agradecimiento. Es un reconocimiento estupendo que sirve, sobre todo, como escaparate; para ponerle foco y dar a conocer la novela. En un panorama literario con tantas novedades, muchas de ellas excelentes, contar con un premio con este prestigio es un privilegio.
¿Cómo surgió la idea de escribir sobre la Marquesa de Parabere? ¿Fue un proyecto conjunto desde el inicio o uno de ustedes impulsó el tema?
(Andrea) Ninguno de los dos conocíamos al personaje de la Marquesa, nos habló de ella una amiga en una comida y ahí quedó. Con un nombre tan sonoro, me entró curiosidad, empecé a investigarla y me sorprendió lo inspiradora y poco conocida que era. Aldo y yo somos amigos literarios desde hace más de 30 años, nos conocimos en la Escuela de Letras, de Madrid: él fue el editor de mi primera novela y escribir a cuatro manos era algo que hasta ahora no habíamos hecho, así que se lo propuse y, enseguida, accedió. Así fue como empezamos, sin demasiada expectativa, casi como un juego, hasta que, con los meses —que se convirtieron en tres años— fue siendo un proyecto cada vez más sólido, como la protagonista.
¿Qué los atrajo de la figura de María Mestayer de Echagüe? ¿Hubo algún descubrimiento durante la investigación que los sorprendiera especialmente?
María Mestayer fue una mujer inspiradora, adelantada a su tiempo, feminista sin proponérselo, una mujer de consenso, de diálogo, humanista. Toda ella es sorprendente. Con una vida acomodada como la tenía, era una mujer de la alta burguesía vasca, con ocho hijos, fue capaz de atreverse a soñar y abandonar el papel al que estaba predestinada por seguir su pasión.
La novela mezcla historia, gastronomía y ficción. ¿Cuál fue el mayor reto al equilibrar estos tres elementos?
Justo ese, equilibrarlos: la historia tenía lagunas que salvamos con ficción, la ficción está sustentada en sucesos históricos y en cómo era la vida entonces, y la gastronomía es la columna vertebral que enhebra la vida de la Marquesa de Parabere y todo el séquito de personajes que la acompañan.
El libro se estructura en capítulos con títulos de recetas. ¿Cómo decidieron este enfoque narrativo?
(Aldo) María Mestayer era una gastrónoma, en casi todos los capítulos hablábamos de algún plato. Me pareció original nombrarlos con sus propias recetas, se lo propuse a Andrea y a ella le pareció buena idea. No fue desde el principio, así que tuvimos que cambiar algunos de los platos que ya habíamos mencionados y, esta fórmula, nos ayudó a inspirarnos en los capítulos venideros. Desde que lo decidimos, antes de ponernos a escribir un nuevo capítulo, consultamos sus recetarios.
¿Cómo fue el proceso de escritura a cuatro manos? ¿Se repartieron los capítulos o trabajaron cada escena en conjunto?
Tenemos intereses diferentes y complementarios, así que cada uno se dedicó a lo que prefería. Cuando terminábamos un capítulo se lo pasábamos al otro para que lo corrigiera y para aunar la voz, sobre todo de la protagonista. Aunque podríamos decir que, a grandes rasgos, la Belle Époque y el contrapunto de la vida del servicio es de Andrea y la parte más bélica y el entramado de espías es de Aldo, la realidad es que en ambas partes hay inserciones del otro y todo está corregido por los dos, así que no hay nada que sea, exclusivamente, de uno o del otro. Parabere es la perfecta definición de un trabajo en equipo.
¿Qué fuentes documentales consultaron para reconstruir la vida y época de la Marquesa de
Consultamos infinidad de ellas, quisimos ser muy rigurosos. Desde la hemeroteca del ABC de la época, hasta publicaciones gastronómicas como El gorro blanco, hojas parroquiales, gacetillas, artículos del Excelsior y libros de fotografías de entonces; biografías de personajes que salen en la novela, novelas escritas por otros, catálogos de arte… y, sobre todo, los libros de la Marques de Parabere, en especial su Esbozos de la Historia de la Gastronomía.
¿Qué papel juegan el espionaje y las intrigas políticas en la historia? ¿Cómo lograron integrar estos elementos con la trama gastronómica?
El espionaje y las intrigas políticas tuvieron un papel fundamental en la Guerra Civil y el restaurante Parabere fue escenario de varias de ellas, así que entendimos indispensable que también tuvieran un lugar importante en la novela, pero creemos que para responder a esta pregunta, e toda su dimensión, lo ideal es leer la novela.
En la novela se menciona la relación de la Marquesa con grandes cocineros como Auguste Escoffier. ¿Dirían que su legado sigue vigente en la cocina actual?
Nos parece que sí, no solo su figura como directora de equipos más que como cocinera que mete las manos en la masa, sino también como divulgadora gastronómica. Su primer empeño, dentro del mundo de la cocina fuera de su casa, fue el de hacer accesibles las recetas a las amas de casa y las mujeres del servicio, que eran quienes cocinaban, fundamentalmente, en aquellos años. Para ello publicó en hojas parroquiales, periódicos y, finalmente, en libros, recetas paso a paso, hasta con los utensilios necesarios detallados.
Si pudieran invitar a la Marquesa de Parabere a una cena y hacerle una sola pregunta, ¿qué le preguntarían?
¡Una cena da para muchas preguntas!
Pero si hay que elegir solo una, esta podría ser: De todo lo que has hecho en la vida ¿qué es lo que harías de nuevo?
¿Qué aprendizajes personales se llevan tras escribir esta novela?
Crear una novela a cuatro manos es un aprendizaje en sí mismo. Escribir, normalmente, es una labor solitaria y hacerlo con un compañero, con un espejo, te muestra cómo lo haces tú, te confronta. Exige flexibilidad, paciencia, generosidad… Si, además, escribes, sobre un personaje como María Mestayer, experta en todos estos atributos, el aprendizaje es aún más intenso y completo.
¿Están trabajando en algún nuevo proyecto literario juntos o por separado?
Andrea está escribiendo su tercera novela.
Andrea Cabrera Kñallinsky (Buenos Aires, 1973) es periodista. Ha trabajado en Canarias 7 y colaborado en distintos medios, como La Vanguardia y La Razón de Buenos Aires. En abril de 2023 publicó su primera novela, La galería de los antepasados.
Aldo García Arias (Madrid, 1973) trabajó en la editorial Visor Dis. En 2001 se hizo cargo de las librerías Machado de Madrid, labor que compagina con la edición de libros. Es miembro de la junta directiva del Gremio de Libreros de Madrid.
Parabere, el primer trabajo conjunto de Andrea Cabrera Kñallinsky y Aldo García Arias, ha sido reconocido como finalista en el Premio de Novela Café Gijón 2024. El jurado del Premio —integrado por Pilar Adón, Ricardo Menéndez Salmón, Gioconda Belli, Marcos Giralt Torrente y Mercedes Monmany, en calidad de presidenta— decidió reconocer como finalista este trabajo, una novela que, siguiendo sus palabras, “se lee con gran fascinación, con un placer innegable, como los platos de los que habla”. La historia traslada al lector a la vida de una familia, pero, sobre todo, de una fémina excepcional, que va a contracorriente de lo que era el papel destinado a una mujer en la primera mitad del siglo pasado, determinada a llevar a cabo un gran proyecto personal y empresarial. Tras inaugurar un restaurante en el Madrid de la Guerra Civil, María Mestayer, conocida como la marquesa de Parabere, tuvo encuentros a través de su arte culinario con los personajes más célebres de su época.
Pero, ¿quién era “Parabere”? María Mestayer de Echagüe, también conocida por su seudónimo «Marquesa de Parabere», fue un personaje histórico con una vida de novela. Nacida en 1877 en una familia acomodada, dedicó gran parte de su vida a la gastronomía. Coleccionista de recetas, se carteaba con los cocineros más famosos de Europa, escribió en periódicos y revistas e impartió clases de cocina a grupos de mujeres. El éxito de sus grandes recetarios la convirtió en una pionera: decidió regentar un restaurante en Madrid, el Parabere, para lo que tuvo que dejar atrás, en su Bilbao natal, a gran parte de su familia. Su legendaria casa de comidas abrió sus puertas en una época convulsa, apenas unos meses antes del inicio de la Guerra Civil, y por él pasaron toda suerte de personajes y personalidades: artistas, políticos, diplomáticos y periodistas como Indalecio Prieto, Chaves Nogales, Ernest Hemingway,María Teresa León, Rafael Alberti o André Malraux, entre otros. El Parabere, además, fue escenario de numerosas intrigas, entre ellas una trama de espionaje, así como de relaciones entrañables entre personajes de lo más variopinto.
Construida alrededor de esta mujer fascinante, testigo del cambio de los tiempos y siempre rodeada de un halo de misterio, Parabere es una novela que ilustra de manera magistral la España de mediados del siglo XX. Hablamos con sus autores.
Parabere ha sido finalista del Premio de Novela Café Gijón 2024. ¿Cómo recibieron la noticia y qué significa para ustedes este reconocimiento?
Lo recibimos con mucha ilusión y agradecimiento. Es un reconocimiento estupendo que sirve, sobre todo, como escaparate; para ponerle foco y dar a conocer la novela. En un panorama literario con tantas novedades, muchas de ellas excelentes, contar con un premio con este prestigio es un privilegio.
¿Cómo surgió la idea de escribir sobre la Marquesa de Parabere? ¿Fue un proyecto conjunto desde el inicio o uno de ustedes impulsó el tema?
(Andrea) Ninguno de los dos conocíamos al personaje de la Marquesa, nos habló de ella una amiga en una comida y ahí quedó. Con un nombre tan sonoro, me entró curiosidad, empecé a investigarla y me sorprendió lo inspiradora y poco conocida que era. Aldo y yo somos amigos literarios desde hace más de 30 años, nos conocimos en la Escuela de Letras, de Madrid: él fue el editor de mi primera novela y escribir a cuatro manos era algo que hasta ahora no habíamos hecho, así que se lo propuse y, enseguida, accedió. Así fue como empezamos, sin demasiada expectativa, casi como un juego, hasta que, con los meses —que se convirtieron en tres años— fue siendo un proyecto cada vez más sólido, como la protagonista.
¿Qué los atrajo de la figura de María Mestayer de Echagüe? ¿Hubo algún descubrimiento durante la investigación que los sorprendiera especialmente?
María Mestayer fue una mujer inspiradora, adelantada a su tiempo, feminista sin proponérselo, una mujer de consenso, de diálogo, humanista. Toda ella es sorprendente. Con una vida acomodada como la tenía, era una mujer de la alta burguesía vasca, con ocho hijos, fue capaz de atreverse a soñar y abandonar el papel al que estaba predestinada por seguir su pasión.
La novela mezcla historia, gastronomía y ficción. ¿Cuál fue el mayor reto al equilibrar estos tres elementos?
Justo ese, equilibrarlos: la historia tenía lagunas que salvamos con ficción, la ficción está sustentada en sucesos históricos y en cómo era la vida entonces, y la gastronomía es la columna vertebral que enhebra la vida de la Marquesa de Parabere y todo el séquito de personajes que la acompañan.
El libro se estructura en capítulos con títulos de recetas. ¿Cómo decidieron este enfoque narrativo?
(Aldo) María Mestayer era una gastrónoma, en casi todos los capítulos hablábamos de algún plato. Me pareció original nombrarlos con sus propias recetas, se lo propuse a Andrea y a ella le pareció buena idea. No fue desde el principio, así que tuvimos que cambiar algunos de los platos que ya habíamos mencionados y, esta fórmula, nos ayudó a inspirarnos en los capítulos venideros. Desde que lo decidimos, antes de ponernos a escribir un nuevo capítulo, consultamos sus recetarios.
¿Cómo fue el proceso de escritura a cuatro manos? ¿Se repartieron los capítulos o trabajaron cada escena en conjunto?
Tenemos intereses diferentes y complementarios, así que cada uno se dedicó a lo que prefería. Cuando terminábamos un capítulo se lo pasábamos al otro para que lo corrigiera y para aunar la voz, sobre todo de la protagonista. Aunque podríamos decir que, a grandes rasgos, la Belle Époque y el contrapunto de la vida del servicio es de Andrea y la parte más bélica y el entramado de espías es de Aldo, la realidad es que en ambas partes hay inserciones del otro y todo está corregido por los dos, así que no hay nada que sea, exclusivamente, de uno o del otro. Parabere es la perfecta definición de un trabajo en equipo.
¿Qué fuentes documentales consultaron para reconstruir la vida y época de la Marquesa de
Consultamos infinidad de ellas, quisimos ser muy rigurosos. Desde la hemeroteca del ABC de la época, hasta publicaciones gastronómicas como El gorro blanco, hojas parroquiales, gacetillas, artículos del Excelsior y libros de fotografías de entonces; biografías de personajes que salen en la novela, novelas escritas por otros, catálogos de arte… y, sobre todo, los libros de la Marques de Parabere, en especial su Esbozos de la Historia de la Gastronomía.
¿Qué papel juegan el espionaje y las intrigas políticas en la historia? ¿Cómo lograron integrar estos elementos con la trama gastronómica?
El espionaje y las intrigas políticas tuvieron un papel fundamental en la Guerra Civil y el restaurante Parabere fue escenario de varias de ellas, así que entendimos indispensable que también tuvieran un lugar importante en la novela, pero creemos que para responder a esta pregunta, e toda su dimensión, lo ideal es leer la novela.
En la novela se menciona la relación de la Marquesa con grandes cocineros como Auguste Escoffier. ¿Dirían que su legado sigue vigente en la cocina actual?
Nos parece que sí, no solo su figura como directora de equipos más que como cocinera que mete las manos en la masa, sino también como divulgadora gastronómica. Su primer empeño, dentro del mundo de la cocina fuera de su casa, fue el de hacer accesibles las recetas a las amas de casa y las mujeres del servicio, que eran quienes cocinaban, fundamentalmente, en aquellos años. Para ello publicó en hojas parroquiales, periódicos y, finalmente, en libros, recetas paso a paso, hasta con los utensilios necesarios detallados.
Si pudieran invitar a la Marquesa de Parabere a una cena y hacerle una sola pregunta, ¿qué le preguntarían?
¡Una cena da para muchas preguntas!
Pero si hay que elegir solo una, esta podría ser: De todo lo que has hecho en la vida ¿qué es lo que harías de nuevo?
¿Qué aprendizajes personales se llevan tras escribir esta novela?
Crear una novela a cuatro manos es un aprendizaje en sí mismo. Escribir, normalmente, es una labor solitaria y hacerlo con un compañero, con un espejo, te muestra cómo lo haces tú, te confronta. Exige flexibilidad, paciencia, generosidad… Si, además, escribes, sobre un personaje como María Mestayer, experta en todos estos atributos, el aprendizaje es aún más intenso y completo.
¿Están trabajando en algún nuevo proyecto literario juntos o por separado?
Andrea está escribiendo su tercera novela.