Un artículo de Aleksandr Duguin
Platón, Aristóteles y el destino de la civilización occidental
Estatua de Platón
Tanto el liberalismo como el comunismo son productos de la tradición antiplatónica. Para restaurar la civilización, debemos volver a los fundamentos metafísicos de Platón y Aristóteles.
Platón es tan importante para la civilización rusa y también para la civilización occidental tradicional como los Upanishads lo son para la India o Confucio para China. La teología cristiana se basa en Platón. Sin él, sin sus teorías, sus términos, su lenguaje, nada de nuestro patrimonio es comprensible.
La filosofía islámica, el sufismo (en tierras árabes y en otros lugares) y la doctrina chiíta (sobre todo el chiismo rojo) también se basan en Platón. Algunos se llamaban peripatéticos, pero en realidad se basaban en el neoplatonismo. Platón fue central en la tradición intelectual islámica en su apogeo.
La Cábala judía no es otra cosa que una doctrina neoplatónica introducida en la religión judía en la Edad Media. Scholem sostiene que era ajena al judaísmo tradicional anterior, en el que casi no se encuentra rastro de la teoría de las emanaciones, salvo en algunos grupos místicos (quizá influidos anteriormente).
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— Letras Inquietas (@let_inquietas) March 27, 2025
Platón es el fundamento metafísico de nuestra civilización. Pero esto no significa que haya que abandonar a Aristóteles. Proclus, Simplicio y otros neoplatónicos incluyeron a Aristóteles en el contexto platónico. La lectura correcta de Aristóteles es la de Alejandro de Afrodita y Brentano.
Aristóteles es, pues, el segundo pilar más importante de nuestro patrimonio intelectual. Si perdemos el conocimiento y la comprensión profundos de estas dos grandes figuras, nos separamos de las raíces de nuestra identidad como civilización. Nada en la filosofía, la religión o la vida misma puede entenderse correctamente sin estos dos faros del pensamiento.
No tenemos ni idea de qué elementos son puramente semíticos en nuestras religiones monoteístas, en las tres. El semitismo ya fue profundamente reelaborado por el helenismo (en el que el platonismo y Aristóteles desempeñaron un papel crucial). Todo el espíritu semítico que conocemos hoy es una versión helenizada del mismo.
La modernidad y la decadencia de Occidente comenzaron con el abandono de Platón y Aristóteles y de su legado. Fue entonces cuando reapareció Demócrito. El atomismo y el externalismo, también conocido como materialismo, fueron herejías filosóficas griegas resucitadas del pasado presocrático.
La modernidad es antiplatónica y antiaristotélica. Pero está a favor de Demócrito. Demócrito es la raíz común del comunismo y del liberalismo. Así que la alternativa al comunismo y al liberalismo sólo puede ser un retorno a Platón y Aristóteles. Por eso es tan importante el platonismo político.
Gran Bretaña es una pieza profundamente envenenada, tóxica y en descomposición de Occidente. Es un demonio moribundo. Ya senil y débil, pero todavía vengativo, agresivo, violento, estúpido y desconcertado, como suelen ser los viejos malos.
El nuevo 1776 es la única solución. Para los Estados Unidos, quiero decir. El Reino Unido está intentando arrastrar a MAGA al abismo. Yo no me fiaría de ellos. La pandemia teslafóbica es un invento típico del MI6, implementado por Soros y sus redes.
La modernidad y la decadencia de Occidente comenzó con el abandono de Platón y Aristóteles y su legado. Fue entonces cuando reapareció Demócrito. El atomismo y el externalismo, también conocido como materialismo, fueron herejías filosóficas griegas resucitadas del pasado presocrático.
El externalismo es el planteamiento que domina cuando convenimos en que la realidad está fuera de nuestra conciencia y no dentro de ella. Platón y Aristóteles (este último si se interpreta correctamente) partían de la base de que la realidad es interna. Lo puramente «externo» es mera materia desprovista de toda cualidad y, por tanto, igual a nada.
La modernidad comenzó con el nominalismo, que negaba el internalismo y afirmaba el externalismo. Por eso la modernidad está totalmente equivocada. Incurable.
Cortesía de Euro-Synergies

Tanto el liberalismo como el comunismo son productos de la tradición antiplatónica. Para restaurar la civilización, debemos volver a los fundamentos metafísicos de Platón y Aristóteles.
Platón es tan importante para la civilización rusa y también para la civilización occidental tradicional como los Upanishads lo son para la India o Confucio para China. La teología cristiana se basa en Platón. Sin él, sin sus teorías, sus términos, su lenguaje, nada de nuestro patrimonio es comprensible.
La filosofía islámica, el sufismo (en tierras árabes y en otros lugares) y la doctrina chiíta (sobre todo el chiismo rojo) también se basan en Platón. Algunos se llamaban peripatéticos, pero en realidad se basaban en el neoplatonismo. Platón fue central en la tradición intelectual islámica en su apogeo.
La Cábala judía no es otra cosa que una doctrina neoplatónica introducida en la religión judía en la Edad Media. Scholem sostiene que era ajena al judaísmo tradicional anterior, en el que casi no se encuentra rastro de la teoría de las emanaciones, salvo en algunos grupos místicos (quizá influidos anteriormente).
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Platón es el fundamento metafísico de nuestra civilización. Pero esto no significa que haya que abandonar a Aristóteles. Proclus, Simplicio y otros neoplatónicos incluyeron a Aristóteles en el contexto platónico. La lectura correcta de Aristóteles es la de Alejandro de Afrodita y Brentano.
Aristóteles es, pues, el segundo pilar más importante de nuestro patrimonio intelectual. Si perdemos el conocimiento y la comprensión profundos de estas dos grandes figuras, nos separamos de las raíces de nuestra identidad como civilización. Nada en la filosofía, la religión o la vida misma puede entenderse correctamente sin estos dos faros del pensamiento.
No tenemos ni idea de qué elementos son puramente semíticos en nuestras religiones monoteístas, en las tres. El semitismo ya fue profundamente reelaborado por el helenismo (en el que el platonismo y Aristóteles desempeñaron un papel crucial). Todo el espíritu semítico que conocemos hoy es una versión helenizada del mismo.
La modernidad y la decadencia de Occidente comenzaron con el abandono de Platón y Aristóteles y de su legado. Fue entonces cuando reapareció Demócrito. El atomismo y el externalismo, también conocido como materialismo, fueron herejías filosóficas griegas resucitadas del pasado presocrático.
La modernidad es antiplatónica y antiaristotélica. Pero está a favor de Demócrito. Demócrito es la raíz común del comunismo y del liberalismo. Así que la alternativa al comunismo y al liberalismo sólo puede ser un retorno a Platón y Aristóteles. Por eso es tan importante el platonismo político.
Gran Bretaña es una pieza profundamente envenenada, tóxica y en descomposición de Occidente. Es un demonio moribundo. Ya senil y débil, pero todavía vengativo, agresivo, violento, estúpido y desconcertado, como suelen ser los viejos malos.
El nuevo 1776 es la única solución. Para los Estados Unidos, quiero decir. El Reino Unido está intentando arrastrar a MAGA al abismo. Yo no me fiaría de ellos. La pandemia teslafóbica es un invento típico del MI6, implementado por Soros y sus redes.
La modernidad y la decadencia de Occidente comenzó con el abandono de Platón y Aristóteles y su legado. Fue entonces cuando reapareció Demócrito. El atomismo y el externalismo, también conocido como materialismo, fueron herejías filosóficas griegas resucitadas del pasado presocrático.
El externalismo es el planteamiento que domina cuando convenimos en que la realidad está fuera de nuestra conciencia y no dentro de ella. Platón y Aristóteles (este último si se interpreta correctamente) partían de la base de que la realidad es interna. Lo puramente «externo» es mera materia desprovista de toda cualidad y, por tanto, igual a nada.
La modernidad comenzó con el nominalismo, que negaba el internalismo y afirmaba el externalismo. Por eso la modernidad está totalmente equivocada. Incurable.
Cortesía de Euro-Synergies