Autor de “El suicidio de España”
Luis Haranburu Altuna: “La actitud pasiva de la sociedad civil ante el progreso del autoritarismo sanchista raya con la colaboración servil”
Luis Haranburu Altuna, nacido en Alegría de Oria (Guipúzcoa) en 1947 ha compaginado a lo largo de su vida las tareas de escritor y editor. Es autor de una amplia obra literaria que supera la treintena de títulos. La mayor parte de su trabajo, que abarca tanto la narrativa como el teatro y el ensayo, la ha escrito en euskera. De entre sus trabajos publicados en castellano destacan los ensayos Cartas de Agosto al Lehendakari Ibarretxe, Duelos y quebrantos del euskera, El Dios de los Vascos (2008), Historia alternativa de la literatura vasca, El Crepúsculo de Dios, Historia cultural del cristianismo en Vasconia. Recientemente, ha publicado Odiar para ser. Nacionalismo vasco y Pedro Sánchez o el síndrome de Narciso. También ha desarrollado una intensa labor periodística en periódicos y revistas como Triunfo, El Mundo, Zeruko Argia, Anaitasuna y Berriak. Acaba de publicar El suicidio de España (Editorial Almzaara, 2025).
¿Qué le llevó a escribir El suicidio de España en este momento político concreto?
El 2024 publiqué mi ensayo sobre el perfil psicológico y político de Pedro Sánchez (Pedro Sánchez, el síndrome de Narciso) donde aventuraba un diagnóstico político sobre la ruta seguida por el sanchismo, “desde la democracia al socialpopulismo autócrata”. En este libro he llegado a la conclusión de que el régimen actualmente establecido en España es ya una autocracia.
¿Cómo definiría en una frase el objetivo último de su libro?
Tratar de despertar a quienes desde su silencio y anuencia han hecho posible el colapso del régimen democrático de 1978.
¿Esta obra es una advertencia o una acusación?
Es una mezcla de ambas cosas, pero sobre todo pretende ser una llamada a la libertad. No en vano dedico el libro a los “amantes de la libertad”.
En el libro habla de un “desmantelamiento institucional planificado”. ¿Sobre qué elementos sostiene esta afirmación?
En política es, a veces, necesario que el tiempo transcurra para poder calibrar los acontecimientos que nos afectan. Dos décadas no permiten hablar de una conspiración antidemocrática plena, pero si constituyen un lapso suficiente para identificar una voluntad destituyente de la España de 1978. El relato inspirado por Zapatero e instaurado por Sánchez denota una intencionalidad de ruptura con el sistema democrático instaurado en la Transición.
En su opinión, ¿puede una democracia sobrevivir al abuso del Decreto Ley como herramienta habitual de gobierno?
Nuestra democracia es parlamentaria y todas las políticas que contravengan o traten de ignorar al Parlamento mediante el abuso del Decreto Ley conllevan un grave deterioro de las formas parlamentarias. La democracia plena lo ha de ser en sus contenidos y en sus formas, pero el sanchismo elude y burla la balanza del poder al sustraerse al control del Parlamento. Sánchez afirmó que gobernaría incluso sin el apoyo del Parlamento y con ello definió su designio autocrático. Dicha afirmación fue aplaudida por el órgano de control del PSOE.
¿Qué papel juega la sociedad civil en esta aparente “normalización” de prácticas autoritarias?
Es fundamental el silencio y el `laissez faire´ de la mayoría que sustenta al actual gobierno de España. Desgraciadamente, la sociedad civil en su conjunto no es consciente del deterioro democrático que Sánchez ha acarreado con sus políticas. En mi libro establezco un paralelismo entre el diagnóstico que Éttiene de La Boétie estableció en su “Discurso sobre la servidumbre voluntaria” y el fenómeno del sanchismo. Es relevante la actitud pasiva de la sociedad civil española que raya con la colaboración servil ante el progreso del autoritarismo sanchista.
¿Cómo ha influido el pensamiento de autores como Arendt, Schmitt o Tocqueville en su análisis?
Tocqueville y Arendt, en sus análisis, aportan luz y criterio a la hora de escudriñar la cualidad política de nuestra decreciente democracia, mientras que Carl Schmitt nos permite identificar los vicios estructurales de la llamada “izquierda reaccionaria” representada por el gobierno de progreso que nos desgobierna. La creación de la figura del enemigo (fachosfera) realizada por el sanchismo es el principal aporte teórico de debido a Carl Schmitt, inspirador jurídico del nacionalsocialismo y temprano admirador de Mussolini.
En el libro habla de la “neolengua del sanchismo”. ¿Puede darnos ejemplos concretos y explicar su función política?
Pedro Sánchez con su proverbial capacidad de disimulo y mendacidad es un lector aventajado de George Orwell. El relato iniciado por Zapatero y culminado por Sánchez se sostiene sobre una retórica que falsea la verdad y niega las evidencias históricas. Se trata de un falso relato, que incluso una parte de la oposición democrática ha dado por bueno y se nutre de términos manipulados como “democracia real”, “pueblo”, “progreso” o “nación de naciones”. En el libro se establece un léxico de urgencia para entender el neolenguaje del sanchismo. Su función es la construcción del falso relato para justificar el gobierno autocrático.
¿Estamos ante un populismo de izquierdas o ante una nueva forma de autocracia / tecnocracia?
La Historia pondrá nombre al régimen que nos ha tocado vivir, pero creo que el término de populismo de izquierdas se queda corto. Mas bien, nos encontramos ante una autocracia que bajo la superstición ideológica del “progresismo” ha desembocado en un régimen personalista y patrimonial que identifica autocracia con cleptocracia, arbitrariedad y narcisismo.
¿Ve posible una regeneración democrática sin una profunda reforma institucional?
Es muy complicado. Sin embargo, tenemos la salvaguarda de Europa que si bien hasta ahora nos ha mirado con cierta perplejidad, parece que comienza a desenmascarar la tramoya sanchista. Es muy ilustrativo todo lo ocurrido con la necesidad del rearme solicitado desde la UE y la OTAN. No obstante, echo de menos la existencia de una plan alternativo, bien estructurado y eficiente, que debería rehacer los rotos producidos por el sanchismo y reparar los desperfectos estructurales provocados por el sesgo autocrático de Pedro Sánchez. Hecho de menos a las élites de la sociedad civil que aporten luz, ilusión e ideas para solucionar el entuerto que padecemos y lamento, sobre todo, la deficiente calidad intelectual y la falta de autoridad moral de nuestra clase política.
¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación en la erosión de la calidad democrática?
Importante. Los medios, por desgracia, son siervos de la contingencia económica, pero la irrupción de las nuevas tecnologías ha hecho posible la existencia de nuevos medios que han posibilitado una democratización de la información. Lo cual ha enfurecido a quienes disfrutaban del monopolio sobre el relato y la información. Los medios tradicionales han tendido a la servidumbre respecto al poder político y ello con grave menoscabo de la libertad informativa y política. La digitalización de los medios ha abierto una ventana de oportunidad a la libertad.
¿Qué mensaje espera que cale en el lector tras cerrar la última página de El suicidio de España?
Concluyo mi ensayo con la imagen de Ulises que al regresar a Ítaca vislumbra el humo que emerge de su hogar. Desearía que el lector añore el regreso al hogar democrático que supuso la Constitución de 1978. Un regreso que haya somatizado el peligro tanto del populismo como de la autocracia personal del Uno. Una añoranza de la libertad y de la igualdad, que nos constituye en ciudadanos libres e iguales.
Luis Haranburu Altuna, nacido en Alegría de Oria (Guipúzcoa) en 1947 ha compaginado a lo largo de su vida las tareas de escritor y editor. Es autor de una amplia obra literaria que supera la treintena de títulos. La mayor parte de su trabajo, que abarca tanto la narrativa como el teatro y el ensayo, la ha escrito en euskera. De entre sus trabajos publicados en castellano destacan los ensayos Cartas de Agosto al Lehendakari Ibarretxe, Duelos y quebrantos del euskera, El Dios de los Vascos (2008), Historia alternativa de la literatura vasca, El Crepúsculo de Dios, Historia cultural del cristianismo en Vasconia. Recientemente, ha publicado Odiar para ser. Nacionalismo vasco y Pedro Sánchez o el síndrome de Narciso. También ha desarrollado una intensa labor periodística en periódicos y revistas como Triunfo, El Mundo, Zeruko Argia, Anaitasuna y Berriak. Acaba de publicar El suicidio de España (Editorial Almzaara, 2025).
¿Qué le llevó a escribir El suicidio de España en este momento político concreto?
El 2024 publiqué mi ensayo sobre el perfil psicológico y político de Pedro Sánchez (Pedro Sánchez, el síndrome de Narciso) donde aventuraba un diagnóstico político sobre la ruta seguida por el sanchismo, “desde la democracia al socialpopulismo autócrata”. En este libro he llegado a la conclusión de que el régimen actualmente establecido en España es ya una autocracia.
¿Cómo definiría en una frase el objetivo último de su libro?
Tratar de despertar a quienes desde su silencio y anuencia han hecho posible el colapso del régimen democrático de 1978.
¿Esta obra es una advertencia o una acusación?
Es una mezcla de ambas cosas, pero sobre todo pretende ser una llamada a la libertad. No en vano dedico el libro a los “amantes de la libertad”.
En el libro habla de un “desmantelamiento institucional planificado”. ¿Sobre qué elementos sostiene esta afirmación?
En política es, a veces, necesario que el tiempo transcurra para poder calibrar los acontecimientos que nos afectan. Dos décadas no permiten hablar de una conspiración antidemocrática plena, pero si constituyen un lapso suficiente para identificar una voluntad destituyente de la España de 1978. El relato inspirado por Zapatero e instaurado por Sánchez denota una intencionalidad de ruptura con el sistema democrático instaurado en la Transición.
En su opinión, ¿puede una democracia sobrevivir al abuso del Decreto Ley como herramienta habitual de gobierno?
Nuestra democracia es parlamentaria y todas las políticas que contravengan o traten de ignorar al Parlamento mediante el abuso del Decreto Ley conllevan un grave deterioro de las formas parlamentarias. La democracia plena lo ha de ser en sus contenidos y en sus formas, pero el sanchismo elude y burla la balanza del poder al sustraerse al control del Parlamento. Sánchez afirmó que gobernaría incluso sin el apoyo del Parlamento y con ello definió su designio autocrático. Dicha afirmación fue aplaudida por el órgano de control del PSOE.
¿Qué papel juega la sociedad civil en esta aparente “normalización” de prácticas autoritarias?
Es fundamental el silencio y el `laissez faire´ de la mayoría que sustenta al actual gobierno de España. Desgraciadamente, la sociedad civil en su conjunto no es consciente del deterioro democrático que Sánchez ha acarreado con sus políticas. En mi libro establezco un paralelismo entre el diagnóstico que Éttiene de La Boétie estableció en su “Discurso sobre la servidumbre voluntaria” y el fenómeno del sanchismo. Es relevante la actitud pasiva de la sociedad civil española que raya con la colaboración servil ante el progreso del autoritarismo sanchista.
¿Cómo ha influido el pensamiento de autores como Arendt, Schmitt o Tocqueville en su análisis?
Tocqueville y Arendt, en sus análisis, aportan luz y criterio a la hora de escudriñar la cualidad política de nuestra decreciente democracia, mientras que Carl Schmitt nos permite identificar los vicios estructurales de la llamada “izquierda reaccionaria” representada por el gobierno de progreso que nos desgobierna. La creación de la figura del enemigo (fachosfera) realizada por el sanchismo es el principal aporte teórico de debido a Carl Schmitt, inspirador jurídico del nacionalsocialismo y temprano admirador de Mussolini.
En el libro habla de la “neolengua del sanchismo”. ¿Puede darnos ejemplos concretos y explicar su función política?
Pedro Sánchez con su proverbial capacidad de disimulo y mendacidad es un lector aventajado de George Orwell. El relato iniciado por Zapatero y culminado por Sánchez se sostiene sobre una retórica que falsea la verdad y niega las evidencias históricas. Se trata de un falso relato, que incluso una parte de la oposición democrática ha dado por bueno y se nutre de términos manipulados como “democracia real”, “pueblo”, “progreso” o “nación de naciones”. En el libro se establece un léxico de urgencia para entender el neolenguaje del sanchismo. Su función es la construcción del falso relato para justificar el gobierno autocrático.
¿Estamos ante un populismo de izquierdas o ante una nueva forma de autocracia / tecnocracia?
La Historia pondrá nombre al régimen que nos ha tocado vivir, pero creo que el término de populismo de izquierdas se queda corto. Mas bien, nos encontramos ante una autocracia que bajo la superstición ideológica del “progresismo” ha desembocado en un régimen personalista y patrimonial que identifica autocracia con cleptocracia, arbitrariedad y narcisismo.
¿Ve posible una regeneración democrática sin una profunda reforma institucional?
Es muy complicado. Sin embargo, tenemos la salvaguarda de Europa que si bien hasta ahora nos ha mirado con cierta perplejidad, parece que comienza a desenmascarar la tramoya sanchista. Es muy ilustrativo todo lo ocurrido con la necesidad del rearme solicitado desde la UE y la OTAN. No obstante, echo de menos la existencia de una plan alternativo, bien estructurado y eficiente, que debería rehacer los rotos producidos por el sanchismo y reparar los desperfectos estructurales provocados por el sesgo autocrático de Pedro Sánchez. Hecho de menos a las élites de la sociedad civil que aporten luz, ilusión e ideas para solucionar el entuerto que padecemos y lamento, sobre todo, la deficiente calidad intelectual y la falta de autoridad moral de nuestra clase política.
¿Qué responsabilidad tienen los medios de comunicación en la erosión de la calidad democrática?
Importante. Los medios, por desgracia, son siervos de la contingencia económica, pero la irrupción de las nuevas tecnologías ha hecho posible la existencia de nuevos medios que han posibilitado una democratización de la información. Lo cual ha enfurecido a quienes disfrutaban del monopolio sobre el relato y la información. Los medios tradicionales han tendido a la servidumbre respecto al poder político y ello con grave menoscabo de la libertad informativa y política. La digitalización de los medios ha abierto una ventana de oportunidad a la libertad.
¿Qué mensaje espera que cale en el lector tras cerrar la última página de El suicidio de España?
Concluyo mi ensayo con la imagen de Ulises que al regresar a Ítaca vislumbra el humo que emerge de su hogar. Desearía que el lector añore el regreso al hogar democrático que supuso la Constitución de 1978. Un regreso que haya somatizado el peligro tanto del populismo como de la autocracia personal del Uno. Una añoranza de la libertad y de la igualdad, que nos constituye en ciudadanos libres e iguales.