Después de meses de polémica y de recursos judiciales, el gobierno de Corea del Sur ha concedido permiso a la oenegé Consejo Cristiano para construir nuevamente un gran árbol de navidad en la cima de la montaña Aegibong, un promontorio de 165 metros de alto junto a la frontera con Corea del Norte, dirigida por un régimen comunista radicalmente ateo, intolerante con la diversidad religiosa y en el que están prohibidos los símbolos navideños.

El árbol metálico, sus luces y la cruz que está en la cima serán visibles por la población norcoreana que vive hasta unos 10 kilómetros de distancia de la frontera entre las dos fronteras. Así, se espera que el nuevo árbol de Navidad genere fuertes protestas de Pyongyang que aportarían aún más tensión a las relaciones intercoreanas, especialmente deterioradas en los últimos meses.

El ministerio de Defensa de Seúl garantizó "protección" a los fieles cristianos que se reúnan para la ceremonia del encendido de las luces. La estructura, que todavía no está definida, tendrá varios metros de altura.

El encendido está prevista para el 23 de diciembre, cuando los miembros del Consejo Cristiano se reunan para una función religiosa y el canto de villancicos navideños. El árbol permanecerá encendido y visible durante dos semanas.
 

El primer árbiol navideño instalado en la colina de Aegibong fue construido en 1971- en pleno antagonismo entre las dos Coreas-. A partir de entonces, el enorme adorno se ha ido encendiendo y apagando alternativamente, dependiendo del clima de las relaciones entre las dos Coreas.