Manipulaciones varias
El lunes ya se anunciaban las intenciones de Mas de ir por la senda de la candidatura unitaria, sin embargo, Junqueras prefería imaginar unas elecciones anticipadas. Algunos comentaristas creían ver signos el fin del crescendo emocional o del ‘proceso eufemístico’, pero Mas presentó su plan de ‘belleza en 18 meses’ provocando de inmediato el babeo de los incondicionales, la reserva de los que no ganan nada y la ironía de los escépticos. El País lo castigó en dos editoriales sucesivos. ¿Estamos ante una maniobra de escapismo? ¿está Mas, en realidad desnudo? ¿una recreación del ‘movimiento nacional’? ¿el principio del fin del Estado? ¿una telaraña en la que prender a ERC? ¿una nuevo reto incontestado al Estado? ¿otro autoengaño?
Las reacciones de la oposición fueron más bien discretas y Mas sacó pecho amenazante. Iceta se propone rehacer el PSC de los girones en que le dejaron los ‘gironins’, El Punt pide velocidad, pero lo que abunda son los calificativos como cesarismo, intento de putsch, totalitarismo, en suma. Hay quien se plantea el dilema 155 o referéndum como únicas salidas; no es raro que precisamente esta semana se reflexione sobre ley y justicia. Y, en estas, que se presenta Rajoy en Barcelona, ante nacionalistas y char-negros. Las reacciones son despreciables. He aquí tres comentarios editoriales: El País, El Mundo, El Punt/Avui. Un juicio global sobre el plan Mas, una crítica a las plañideras del ‘prusés’ y otra saludable autocrítica.
Esta semana está altamente recomendado este estudio sorprendente de Ferran Brunet sobre la verdadera posición que ocupa Cataluña en Europa, la crítica feroz de Arcadi Espada a Montilla y su responsabilidad en lo que hay, el duro y lúcido artículo de Ignacio Gómez de Liaño, la carta abierta de Antonio Robles a Pedro Sánchez (a ver si aprende), la denuncia de una frontera virtual muy real por Ignacio Camacho y la conclusión de la imposibilidad del debate por Victoria Camps. También vale la pena echar un vistazo a los sondeos de El Mundo y El Periódico que nos llevan a preguntarnos inevitablemente por el papel de Podemos en Cataluña.
Xavier Pericay denuncia la manipulación en las escuelas y hay otras muestras.
Y cerramos con tres muestras extremas de estupidez secesionista. El boicot a Freixenet por su anuncio navideño, que alcanza la categoría de auténtico affaire político, de altura. La decisión de Tarragona de hurtar al turismo los recuerdos que evoquen a España y la del Govern de pedir sanciones para las emisoras de radio que no publicitaron la consulta ilegal.
Los servicios de inteligencia dan por desmantelada a la banda ETA. ¿Habrá llegado ya la hora de iniciar la ‘desnacionalización’ del País Vasco?. Deusto elabora un estudio sobre el impacto económico y social de ETA, el 3% de corrupción en forma de violencia que ha correspondido al PV, según Kepa Aulestia. Pero el plan de paz del gobierno vasco sigue estando sesgado (del lado malo). Portugalete no quiere recuerdos de las víctimas en sus calles, Bildu decora las carreteras con consignas y mutila los escudos para alterar la historia (¡Dios, qué tropa!). Y se anuncia nueva tormenta por la cuestión del traslado de los presos etarras encarcelados en Francia y el cumplimiento de sus condenas. En nuestro terrorismo local, Cervellé deberá retirar la placa de homenaje a Martínez Vendrell.
Y esta vez sí que hay más, muchísimo Mas.
El lunes ya se anunciaban las intenciones de Mas de ir por la senda de la candidatura unitaria, sin embargo, Junqueras prefería imaginar unas elecciones anticipadas. Algunos comentaristas creían ver signos el fin del crescendo emocional o del ‘proceso eufemístico’, pero Mas presentó su plan de ‘belleza en 18 meses’ provocando de inmediato el babeo de los incondicionales, la reserva de los que no ganan nada y la ironía de los escépticos. El País lo castigó en dos editoriales sucesivos. ¿Estamos ante una maniobra de escapismo? ¿está Mas, en realidad desnudo? ¿una recreación del ‘movimiento nacional’? ¿el principio del fin del Estado? ¿una telaraña en la que prender a ERC? ¿una nuevo reto incontestado al Estado? ¿otro autoengaño?
Las reacciones de la oposición fueron más bien discretas y Mas sacó pecho amenazante. Iceta se propone rehacer el PSC de los girones en que le dejaron los ‘gironins’, El Punt pide velocidad, pero lo que abunda son los calificativos como cesarismo, intento de putsch, totalitarismo, en suma. Hay quien se plantea el dilema 155 o referéndum como únicas salidas; no es raro que precisamente esta semana se reflexione sobre ley y justicia. Y, en estas, que se presenta Rajoy en Barcelona, ante nacionalistas y char-negros. Las reacciones son despreciables. He aquí tres comentarios editoriales: El País, El Mundo, El Punt/Avui. Un juicio global sobre el plan Mas, una crítica a las plañideras del ‘prusés’ y otra saludable autocrítica.
Esta semana está altamente recomendado este estudio sorprendente de Ferran Brunet sobre la verdadera posición que ocupa Cataluña en Europa, la crítica feroz de Arcadi Espada a Montilla y su responsabilidad en lo que hay, el duro y lúcido artículo de Ignacio Gómez de Liaño, la carta abierta de Antonio Robles a Pedro Sánchez (a ver si aprende), la denuncia de una frontera virtual muy real por Ignacio Camacho y la conclusión de la imposibilidad del debate por Victoria Camps. También vale la pena echar un vistazo a los sondeos de El Mundo y El Periódico que nos llevan a preguntarnos inevitablemente por el papel de Podemos en Cataluña.
Xavier Pericay denuncia la manipulación en las escuelas y hay otras muestras.
Y cerramos con tres muestras extremas de estupidez secesionista. El boicot a Freixenet por su anuncio navideño, que alcanza la categoría de auténtico affaire político, de altura. La decisión de Tarragona de hurtar al turismo los recuerdos que evoquen a España y la del Govern de pedir sanciones para las emisoras de radio que no publicitaron la consulta ilegal.
Los servicios de inteligencia dan por desmantelada a la banda ETA. ¿Habrá llegado ya la hora de iniciar la ‘desnacionalización’ del País Vasco?. Deusto elabora un estudio sobre el impacto económico y social de ETA, el 3% de corrupción en forma de violencia que ha correspondido al PV, según Kepa Aulestia. Pero el plan de paz del gobierno vasco sigue estando sesgado (del lado malo). Portugalete no quiere recuerdos de las víctimas en sus calles, Bildu decora las carreteras con consignas y mutila los escudos para alterar la historia (¡Dios, qué tropa!). Y se anuncia nueva tormenta por la cuestión del traslado de los presos etarras encarcelados en Francia y el cumplimiento de sus condenas. En nuestro terrorismo local, Cervellé deberá retirar la placa de homenaje a Martínez Vendrell.
Y esta vez sí que hay más, muchísimo Mas.