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Pablo Mosquera
Lunes, 12 de Mayo de 2025 Tiempo de lectura:

¿Quién administra los Derechos Históricos?

Viajar y trabajar en y por diferentes lugares de esta querida España, mosaico de culturas que producen un espléndido patrimonio de la humanidad debería llenarnos de orgullo identitario por ser hijos de un país entre mares que son y fueron autopistas para intercambiar idiomas y conocimientos entre pobladores en las diferentes etapas que escribió la humanidad. 

 

Me declaro muy gallego que es una forma inequívoca de ser español, e ideológicamente cristiano practicante del humanismo. Así queda reflejada mi identidad patria a los efectos oportunos sin que nadie tenga la osadía de cambiarme la carta de naturaleza.

 

Tras mi decisión de residir, por tanto ser ciudadano alavés, desde la condición de médico ejerciente en el sector público y en un gran Hospital Santiago Apóstol de Vitoria, sito en el Camino hacia Compostela, quise salvaguardar todos mis derechos que la Constitución de 1978 me otorgó y que se completó con el Estatuto de Guernica y la Ley de Territorios Históricos. Se acababa para los de mi generación la carta de buena conducta o los certificados de penales y desde luego el juramento a los principios fundamentales del movimiento que impuso la oprobiosa.  

 

Pero Vitoria tras el tres de marzo de 1976 y con la irrupción progresiva del terrorismo había dejado de ser una ciudad entre clérigos y soldados. Sorprendía su desarrollo urbanístico, perfectamente zonificado, con una floreciente industria situada en el extrarradio, mientras la calle Dato seguía siendo el centro social de la capital alavesa, tal vía urbana se caracterizaba por esa curiosa realidad. Dedicada a un ilustre gallego que muere en un atentado, comienza en la plaza de España y termina en la estación de la RENFE, de tal suerte que los nuevos habitantes de la ciudad con dos templos catedralicios y dos seminarios, llegaban con sus maletas de madera justo al centro de una ciudad cuyos inviernos eran duros, cuyo idioma social siempre había sido y era el castellano, con un amor declarado a su patrona La Virgen Blanca y su respeto reverencial a la Diputación Foral. Todo lo dicho constituía el núcleo intangible de una población cuyo crecimiento era exponencial gracias a las medidas favorables en fiscalidad para las empresas que llegaban procedentes de Guipúzcoa.

 

En los años ochenta ETA es una realidad que ocupa las páginas de los sucesos, todos los días y que ha desarrollado un entramado de infiltración en la vida diaria. ETA sabe por infiltrados en las Cajas de Ahorros que cuentas corrientes o fondos de inversiones existen para una campaña perfectamente instaurada del impuesto revolucionario, no sólo al tejido empresarial también a las profesiones liberales… Puedo recordar como el presidente del colegio de médicos de Álava, eibarrés con buenos contactos, llegó a ser mullidor para negociar, dónde correspondía en Iparralde, el pago del impuesto que se convirtió en epidemia para determinadas consultas médicas. O como ETA llega a tener la lista de los agentes que fueron del CESED en Vitoria y a los que fue asesinando -Antonio Recio; Jefe de Miñones, Jefe de la policía Municipal, y otros agentes policiales y miliares- Más tarde el CSID comenzaría también a disponer de infiltrados como LOBO. Lo dicho me fue comentado por un comandante al que había conocido en Barcelona y que pertenecía a los servicios de inteligencia del Almirante Carrero Blanco.

 

Una de las mejores anécdotas vividas. Una persona muy próxima a mí. Vasco muy relacionado con el mundo de las antigüedades -Vitoria era una ciudad con gran tradición de tales desde la huida del ejército francés tras la batalla de Vitoria y el General Álava. Coincide con Telesforo Monzón en una de esas tiendas del casco viejo. Se saludan y en un momento sale la política a relucir. "¿Telesforo, que modelo de país pretendéis instaurar?. " El de la República Socialista de Albania". " Pero...ahí siguen viviendo del pastoreo". ¨Pues si. Es que yo pretendo que Euskadi regrese a los tiempos del pastoreo".    

 

Y llega el momento de preguntarse por esos Derechos Históricos o Derechos de los Territorios Forales. Ahí y para quien lea la Constitución puede ver que habla de los Derechos Forales. Pero como de costumbre el nacionalismo se inventa lo que conviene. Hace lecturas que no están escritas. Recordemos como Pujol también jugó a lo mismo y llega a la conclusión sobre un concepto de ESTADO PLURINACIONA por lectura veraniega de la Carta Magna.

 

DERECHOS HISTÓRICOS DEL PUEBLO VASCO. CENTRO NEURÁLGICO DEL CONTENCIOSO CON EL ESTADO ESPAÑOL. Tal Estado lo componen: Euskalerría, Cataluña-Países Catalanes- Galicia- España. Es decir, el resto no son Comunidades históricas, no tienen derechos históricos y sus Estatutos de Autonomía para concebir provisionalmente el Estado español de la Autonomías, no pueden disponer de las mismas competencias que esos Territorios con Derechos Históricos que son FRAGMENTOS DE ESTADO - Miguel Herrero de Miñón con motivo del Congreso Mundial Vasco-.

 

A estas alturas del siglo XXI habría que tener el valor científico de abolir la teoría de los Derechos Históricos. Son piezas que se mueven entre privilegios para unos cuantos y la construcción perversa de una nación que consagra desigualdades y desequilibrios en el ejercicio de la ciudadanía. Por cierto. Los miembros de la curia sanchista, con sus pactos pro poltrona, han incrementado esas insoportables diferencias que cada vez más son groseros privilegios de los que desde la oprobiosa han sido tratados con toda suerte de elementos para su desarrollo mientras el resto de España miraba perplejo el modelo desvertebrador o insinuaba que se incrementaba la deuda histórica con los pueblos de España.

 

Uno de los grandes éxitos de Unidad Alavesa fue darles a los nacionalistas de su propia medicina.  Los Derechos Forales son la base jurídica de una Comunidad de Comunidades, pues en Euskadi hay cuatro parlamentos y cuatro gobiernos, que gestionan no sólo las competencias estatutarias, también las competencias forales y ahí fue y podría seguir siendo la mejor herramienta para que ALAVA evitara las ínfulas independentistas del Nacionalismo. Es decir, en el terreno de aplicación del Derecho, deben respetar los derechos y competencias de cada territorio foral - qque no porovincias-.

 

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