Según un informe del Gatestone Institute
El Sahel se consolida como epicentro del terrorismo global
La región del Sahel en África ha emergido como el nuevo centro del terrorismo global, superando al Medio Oriente en actividad y letalidad, según un análisis reciente del Gatestone Institute. El informe destaca que más de la mitad de las muertes relacionadas con el terrorismo en 2024 ocurrieron en esta vasta franja subsahariana, que se extiende entre las sabanas de Sudán y el desierto del Sahara.
El Royal United Services Institute, con sede en Londres, señala que en la última década el Sahel ha experimentado un "aumento significativo de la violencia yihadista". Grupos armados islamistas aprovechan las fronteras porosas, la fragilidad estatal y los agravios locales para expandir su alcance operativo.
El Índice de Terrorismo Global 2025, publicado por el Institute for Economics & Peace, identifica al Estado Islámico (ISIS) y a grupos asociados como Al Qaeda, Jamaat Nusrat Al-Islam wal Muslimeen, Tehrik-e-Taliban Pakistan y Al Shabaab como los principales responsables del terrorismo global en 2024, con más de 7.500 muertes atribuidas a sus acciones.
A pesar de que países occidentales como Suecia, Australia y Alemania enfrentan una creciente amenaza terrorista, el Sahel sigue siendo el epicentro, con más de 25.000 muertes por conflictos en 2024, de las cuales casi 4.000 estuvieron directamente relacionadas con el terrorismo.
El informe también destaca la creciente implicación de menores en actividades terroristas en Europa, donde "una de cada cinco personas detenidas por terrorismo está clasificada legalmente como un niño". Esta tendencia se atribuye a la exposición temprana de los jóvenes a ideologías extremistas.
Países del Sahel como Senegal, Sudán, Níger, Burkina Faso y Mali son particularmente vulnerables. La riqueza en recursos minerales, como el uranio en Níger, atrae el interés de potencias como China y Rusia, mientras que las naciones occidentales han reducido su presencia debido a crecientes actitudes antioccidentales. En 2024, se cerraron bases militares estadounidenses en Níger y francesas en Chad.
La retirada occidental ha permitido que grupos terroristas como el ISIS amplíen su influencia, estando presentes actualmente en 22 países. A pesar de los esfuerzos antiterroristas, el grupo mantiene la capacidad de coordinar, inspirar y ejecutar atentados a nivel global.
La región del Sahel en África ha emergido como el nuevo centro del terrorismo global, superando al Medio Oriente en actividad y letalidad, según un análisis reciente del Gatestone Institute. El informe destaca que más de la mitad de las muertes relacionadas con el terrorismo en 2024 ocurrieron en esta vasta franja subsahariana, que se extiende entre las sabanas de Sudán y el desierto del Sahara.
El Royal United Services Institute, con sede en Londres, señala que en la última década el Sahel ha experimentado un "aumento significativo de la violencia yihadista". Grupos armados islamistas aprovechan las fronteras porosas, la fragilidad estatal y los agravios locales para expandir su alcance operativo.
El Índice de Terrorismo Global 2025, publicado por el Institute for Economics & Peace, identifica al Estado Islámico (ISIS) y a grupos asociados como Al Qaeda, Jamaat Nusrat Al-Islam wal Muslimeen, Tehrik-e-Taliban Pakistan y Al Shabaab como los principales responsables del terrorismo global en 2024, con más de 7.500 muertes atribuidas a sus acciones.
A pesar de que países occidentales como Suecia, Australia y Alemania enfrentan una creciente amenaza terrorista, el Sahel sigue siendo el epicentro, con más de 25.000 muertes por conflictos en 2024, de las cuales casi 4.000 estuvieron directamente relacionadas con el terrorismo.
El informe también destaca la creciente implicación de menores en actividades terroristas en Europa, donde "una de cada cinco personas detenidas por terrorismo está clasificada legalmente como un niño". Esta tendencia se atribuye a la exposición temprana de los jóvenes a ideologías extremistas.
Países del Sahel como Senegal, Sudán, Níger, Burkina Faso y Mali son particularmente vulnerables. La riqueza en recursos minerales, como el uranio en Níger, atrae el interés de potencias como China y Rusia, mientras que las naciones occidentales han reducido su presencia debido a crecientes actitudes antioccidentales. En 2024, se cerraron bases militares estadounidenses en Níger y francesas en Chad.
La retirada occidental ha permitido que grupos terroristas como el ISIS amplíen su influencia, estando presentes actualmente en 22 países. A pesar de los esfuerzos antiterroristas, el grupo mantiene la capacidad de coordinar, inspirar y ejecutar atentados a nivel global.