En un artículo recientemente publicado titulado Is Consciousness Our Monolith?, el astrofísico de Harvard Avi Loeb plantea la hipótesis de que la conciencia humana pudo haber sido introducida en la Tierra por una inteligencia extraterrestre avanzada, en lugar de ser exclusivamente un producto de la evolución natural. Inspirado por la película 2001: Una odisea del espacio, Loeb sugiere que un "monolito" simbólico podría haber sido implantado en la Tierra hace millones de años, otorgando conciencia a ciertos primates y dando origen a la humanidad.

Loeb argumenta que la conciencia podría emerger en sistemas suficientemente complejos, independientemente de su origen biológico o artificial. Actualmente, los humanos están desarrollando inteligencia artificial (IA) que, aunque aún ineficiente en comparación con el cerebro humano, podría alcanzar o superar nuestras capacidades cognitivas si se logra una complejidad suficiente en sus redes neuronales. Esto plantea la posibilidad de que la conciencia emerja a partir de un umbral de complejidad, independientemente de su origen biológico o artificial.

Además, Loeb destaca que el cerebro humano, limitado por su consumo energético, podría ser superado por inteligencias artificiales o extraterrestres sin estas restricciones, lo que cuestiona la posición de la humanidad en la jerarquía cognitiva del universo. En este contexto, menciona que la Agencia Espacial Europea (ESA) transmitirá la pieza musical "El bello Danubio azul" al espacio el 31 de mayo de 2025, en conmemoración del 50º aniversario de la ESA y el 200º aniversario del nacimiento de Johann Strauss II, como un símbolo de los logros humanos en la exploración interplanetaria.

Esta propuesta se enmarca en una serie de teorías controvertidas que Loeb ha defendido en los últimos años, como la posibilidad de que el objeto interestelar "Oumuamua" sea una nave extraterrestre , y su reciente iniciativa de un "Proyecto Manhattan" para investigar fenómenos aéreos no identificados (UAP) utilizando inteligencia artificial.

Aunque estas ideas han generado escepticismo en la comunidad científica, Loeb sostiene que es necesario mantener una mente abierta y explorar todas las posibilidades para comprender nuestro lugar en el universo.