Duro revés para el Gobierno liberal y proeuropeo polaco: La nueva derecha patriótica de Nawrocki gana las presidenciales
![[Img #28236]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/06_2025/9987_polaco-def.jpg)
El conservador Karol Nawrocki ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Polonia con el 50,89 % de los votos, frente al 49,11 % de su rival, el liberal Rafal Trzaskowski, según el resultado del 100 % de los votos escrutados publicado por la Comisión Nacional Electoral.
En total, Nawrocki, apoyado por el principal partido de la oposición, el conservador Ley y Justicia (PiS), ha logrado 10.606.682 votos, mientras que Trzaskowski, alcalde de Varsovia y respaldado por la coalición gubernamental del primer ministro Donald Tusk, logró 10.237.177.
La diferencia, un 1,78 % es mínima y supone el segundo golpe en unas presidenciales para el aspirante liberal y proeuropeo, que perdió en 2020 con una diferencia del 2,06 % contra el actual presidente de Polonia, Andrzej Duda, quien concluye en agosto su segundo mandato consecutivo al frente de la jefatura de Estado del país centroeuropeo.
El desenlace de estos comicios tiene fuertes implicaciones para el panorama político polaco, ya que una victoria de Trzaskowski, de 53 años, hubiera facilitado al Gobierno la implementación de su agenda progresista. El alcalde de Varsovia había prometido impulsar reformas como la liberalización del aborto, las uniones civiles y revertir las reformas judiciales del PiS, además de buscar una relación más estrecha con Bruselas.
Por el contrario, la victoria de Nawrocki, es vista como la continuidad al frente de la Presidencia polaca de Duda, quien no ha dudado en vetar varias iniciativas de Tusk, por lo que los analistas creen que la gestión del Gobierno de Tusk seguirá siendo difícil, con un posible estancamiento de su agenda socialista.
Las elecciones presidenciales han sido, con unos resultados tan reñidos, un espejo de las «dos Polonias» que existen en el país centroeuropeo, una, impulsada por la UE, tendiendo a la vertiente proeuropea y liberal, y otra conservadora y patriótica, que, repartidas en dos diferentes poderes del Estado, son
difíciles de conciliar.
El presidente polaco tiene el derecho de veto legislativo, puede enviar leyes al Tribunal Constitucional, cuyos miembros fueron nombrados en su mayoría por parlamentos dominados por el PiS, es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y debe aprobar todos los nombramientos importantes, como los embajadores.
Nawrocki, un exboxeador de 42 años recién llegado a la política con un perfil euroescéptico, ha adoptado posiciones más duras en temas como la inmigración, ha mostrado afinidad con el Gobierno de Donald Trump, del que recibió su apoyo, y ha mostrado reticencias hacia la integración de Ucrania en la OTAN. Es un político poco conocido para el gran público, pero su éxito se cimenta en sus posiciones conservadoras en cuestiones sociales como oponerse al aborto, las uniones civiles del mismo sexo y la píldora del día después sin receta.
También es crítico con la centralización de Bruselas y el Pacto Verde Europeo, se muestra cercano a la idea de una «Europa de naciones» y a figuras como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.
El conservador Karol Nawrocki ha ganado la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Polonia con el 50,89 % de los votos, frente al 49,11 % de su rival, el liberal Rafal Trzaskowski, según el resultado del 100 % de los votos escrutados publicado por la Comisión Nacional Electoral.
En total, Nawrocki, apoyado por el principal partido de la oposición, el conservador Ley y Justicia (PiS), ha logrado 10.606.682 votos, mientras que Trzaskowski, alcalde de Varsovia y respaldado por la coalición gubernamental del primer ministro Donald Tusk, logró 10.237.177.
La diferencia, un 1,78 % es mínima y supone el segundo golpe en unas presidenciales para el aspirante liberal y proeuropeo, que perdió en 2020 con una diferencia del 2,06 % contra el actual presidente de Polonia, Andrzej Duda, quien concluye en agosto su segundo mandato consecutivo al frente de la jefatura de Estado del país centroeuropeo.
El desenlace de estos comicios tiene fuertes implicaciones para el panorama político polaco, ya que una victoria de Trzaskowski, de 53 años, hubiera facilitado al Gobierno la implementación de su agenda progresista. El alcalde de Varsovia había prometido impulsar reformas como la liberalización del aborto, las uniones civiles y revertir las reformas judiciales del PiS, además de buscar una relación más estrecha con Bruselas.
Por el contrario, la victoria de Nawrocki, es vista como la continuidad al frente de la Presidencia polaca de Duda, quien no ha dudado en vetar varias iniciativas de Tusk, por lo que los analistas creen que la gestión del Gobierno de Tusk seguirá siendo difícil, con un posible estancamiento de su agenda socialista.
Las elecciones presidenciales han sido, con unos resultados tan reñidos, un espejo de las «dos Polonias» que existen en el país centroeuropeo, una, impulsada por la UE, tendiendo a la vertiente proeuropea y liberal, y otra conservadora y patriótica, que, repartidas en dos diferentes poderes del Estado, son
difíciles de conciliar.
El presidente polaco tiene el derecho de veto legislativo, puede enviar leyes al Tribunal Constitucional, cuyos miembros fueron nombrados en su mayoría por parlamentos dominados por el PiS, es comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y debe aprobar todos los nombramientos importantes, como los embajadores.
Nawrocki, un exboxeador de 42 años recién llegado a la política con un perfil euroescéptico, ha adoptado posiciones más duras en temas como la inmigración, ha mostrado afinidad con el Gobierno de Donald Trump, del que recibió su apoyo, y ha mostrado reticencias hacia la integración de Ucrania en la OTAN. Es un político poco conocido para el gran público, pero su éxito se cimenta en sus posiciones conservadoras en cuestiones sociales como oponerse al aborto, las uniones civiles del mismo sexo y la píldora del día después sin receta.
También es crítico con la centralización de Bruselas y el Pacto Verde Europeo, se muestra cercano a la idea de una «Europa de naciones» y a figuras como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.