La Guardia Nacional regresa a California
Los Ángeles: Las políticas inmigracionistas de la izquierda incendian la ciudad
![[Img #28290]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/06_2025/5968_screenshot-2025-06-09-at-08-14-56-500-marines-on-standby-to-deploy-to-los-angeles-amid-riots-northcom-the-epoch-times.png)
Los Ángeles, 8 de junio de 2025 – Cuando los helicópteros sobrevolaron el downtown a primera hora del domingo, algunos creyeron escuchar un eco que no venía del presente. Era el zumbido de 1965, el estallido de 1992, el crujido de un país que, cada pocas décadas, se rompe por las costuras más viejas de su tejido social. Esta vez, el detonante fueron las detenciones del ICE (Immigration and Customs Enforcement - Servicio de Inmigración y Control de Aduanas -) que comenzaron el viernes 6 de junio y que han dejado más de 120 detenidos en zonas de alta población de inmigrantes ilegales.
Las imágenes ya forman parte de la historia reciente: manifestantes izquierdistas rodeando el Centro de Detención Federal, gases lacrimógenos dispersando multitudes en Paramount, vehículos incendiados en Compton. Más de 2.000 personas han participado en las protestas que se extienden ya por su tercer día consecutivo, algunos con rostros cubiertos, otros con carteles en inglés y español: No Human Being is Illegal. La ciudad se ha convertido en un tablero de tensión simbólica y literal.
Un pasado que no deja de volver
Los Ángeles conoce la furia. En 1965, el barrio de Watts estalló después de que la patrulla de carretera de California arrestara a un hombre afroamericano, Marquette Frye. Durante seis días, más de 30 personas murieron, centenares resultaron heridas y miles de negocios fueron saqueados. Se desplegaron 13.000 efectivos de la Guardia Nacional para restaurar el orden.
En 1992, tras la absolución de los policías que presuntamente apalearon a Rodney King —un caso grabado en vídeo que recorrió el mundo—, las protestas mutaron en violencia. En seis días, 63 personas murieron, más de 2.300 resultaron heridas y se produjeron daños por más de 1.000 millones de dólares. De nuevo, tropas federales y Guardia Nacional recorrieron las avenidas desde Koreatown hasta Compton.
Más recientemente, en 2020, tras la muerte de George Floyd, la entonces alcaldesa solicitó el despliegue de 1.000 soldados de la Guardia Nacional al gobernador extremista Gavin Newsom.
Ahora, en 2025, con un Estados Unidos al que la extrema izquierda del Partido Demócrata ha dividido por líneas políticas, raciales y culturales más marcadas que nunca, la historia parece repetirse. La excusa para las revueltas ya no es la "brutalidad policial", sino el endurecimiento de la política migratoria bajo la administración de Donald Trump.
La operación y la respuesta
La serie de detenciones del ICE comenzó el viernes 6 de junio. Los agentes federales realizaron operaciones en el centro de la ciudad, el barrio de Westlake, y posteriormente en Paramount, donde se registraron los enfrentamientos más violentos. Las operaciones iniciales resultaron en al menos 44 arrestos, cifra que según algunos informes superó los 120 detenidos al cierre del sábado.
Entre los detenidos destacó David Huerta, presidente del capítulo estadounidense del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU), quien resultó herido y recibió atención médica bajo custodia federal. "Esto no es solo sobre mí; es sobre cómo resistimos juntos la injusticia", declaró Huerta en un comunicado.
La respuesta fue inmediata: manifestaciones que comenzaron el viernes en el centro de Los Ángeles, se extendieron el sábado a Paramount y Compton. Los enfrentamientos más intensos ocurrieron en Paramount, donde manifestantes rodearon vehículos federales cerca de un Home Depot, mientras agentes federales utilizaron gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud.
El retorno de los soldados
Frente a la escalada de violencia, el presidente Trump firmó un memorando en la noche del sábado ordenando el despliegue de 2.000 miembros de la Guardia Nacional. "Si el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass no pueden hacer su trabajo, el Gobierno Federal intervendrá y resolverá el problema", declaró Trump en Truth Social.
Desde las 4:00 a.m. del domingo, aproximadamente 300 miembros de la Guardia Nacional comenzaron a desplegarse en tres puntos estratégicos del centro de Los Ángeles, incluyendo el Edificio Federal y el Palacio de Justicia. Las tropas pertenecen al 79º Equipo de Combate de la Brigada de Infantería de California.
El gobernador izquierdista Gavin Newsom rechazó categóricamente la medida, calificándola de "deliberadamente provocativa" y advirtiendo que "solo intensificará las tensiones". La alcaldesa Karen Bass también expresó su oposición, recordando los episodios de violencia de 1992 y alertando que una presencia policial extrema suele escalar los conflictos.
Voces desde la calle
En las comunidades afectadas, las reacciones son variadas, pero intensas. En Boyle Heights, los residentes de mayor edad recuerdan las deportaciones masivas de los años 50, conocidas como "Operación Espalda Mojada", cuando incluso ciudadanos estadounidenses de origen mexicano fueron deportados sin el debido proceso.
Los manifestantes han mantenido una presencia constante frente al Centro de Detención Federal, donde se cree que están siendo retenidos algunos de los arrestados. Activistas por los derechos de inmigrantes, representantes legales y el congresista Jimmy Gómez han intentado ingresar a las instalaciones para verificar las condiciones de los detenidos.
Un espejo de fracturas nacionales
Los eventos en Los Ángeles reflejan tensiones más amplias en un país profundamente polarizado. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, defendió las operaciones y advirtió: "No nos detendrán ni nos frenarán. Si ponen la mano sobre un agente del orden, serán procesados con todo el peso de la ley".
Desde el otro lado del espectro político, en la extrema izquierda, organizaciones como la ACLU han denunciado lo que consideran un uso excesivo de la fuerza y han cuestionado la participación del LAPD en las operaciones federales.
La activación de la Guardia Nacional marca una escalada significativa y representa la primera vez en décadas que estas fuerzas son desplegadas sin la solicitud formal del gobernador estatal, según el Brennan Center for Justice.
La ciudad en vilo
Al caer la tarde del domingo, las calles del centro de Los Ángeles mostraban una calma tensa. La presencia de la Guardia Nacional había logrado contener las manifestaciones más grandes, pero la tensión subyacente permanece. Una manifestación estaba programada para las 2:00 p.m. del domingo, sin descartar que pudieran producirse protestas improvisadas.
Lo que comenzó como operaciones rutinarias de aplicación de la ley migratoria se ha transformado en un enfrentamiento simbólico entre visiones opuestas de Estados Unidos: una que prioriza la aplicación estricta de las leyes de inmigración, y otra que dice defendert "los derechos y la dignidad de las comunidades inmigrantes".
Por ahora, Los Ángeles navega una tormenta más en su turbulenta historia. Pero como siempre en esta ciudad de contrastes, la pregunta permanece: ¿qué cicatrices quedarán esta vez, y cuánto tiempo tomará sanar?
Reportaje basado en fuentes oficiales y testimonios directos de los eventos del 6-8 de junio de 2025 en Los Ángeles.
Los Ángeles, 8 de junio de 2025 – Cuando los helicópteros sobrevolaron el downtown a primera hora del domingo, algunos creyeron escuchar un eco que no venía del presente. Era el zumbido de 1965, el estallido de 1992, el crujido de un país que, cada pocas décadas, se rompe por las costuras más viejas de su tejido social. Esta vez, el detonante fueron las detenciones del ICE (Immigration and Customs Enforcement - Servicio de Inmigración y Control de Aduanas -) que comenzaron el viernes 6 de junio y que han dejado más de 120 detenidos en zonas de alta población de inmigrantes ilegales.
Las imágenes ya forman parte de la historia reciente: manifestantes izquierdistas rodeando el Centro de Detención Federal, gases lacrimógenos dispersando multitudes en Paramount, vehículos incendiados en Compton. Más de 2.000 personas han participado en las protestas que se extienden ya por su tercer día consecutivo, algunos con rostros cubiertos, otros con carteles en inglés y español: No Human Being is Illegal. La ciudad se ha convertido en un tablero de tensión simbólica y literal.
Un pasado que no deja de volver
Los Ángeles conoce la furia. En 1965, el barrio de Watts estalló después de que la patrulla de carretera de California arrestara a un hombre afroamericano, Marquette Frye. Durante seis días, más de 30 personas murieron, centenares resultaron heridas y miles de negocios fueron saqueados. Se desplegaron 13.000 efectivos de la Guardia Nacional para restaurar el orden.
En 1992, tras la absolución de los policías que presuntamente apalearon a Rodney King —un caso grabado en vídeo que recorrió el mundo—, las protestas mutaron en violencia. En seis días, 63 personas murieron, más de 2.300 resultaron heridas y se produjeron daños por más de 1.000 millones de dólares. De nuevo, tropas federales y Guardia Nacional recorrieron las avenidas desde Koreatown hasta Compton.
Más recientemente, en 2020, tras la muerte de George Floyd, la entonces alcaldesa solicitó el despliegue de 1.000 soldados de la Guardia Nacional al gobernador extremista Gavin Newsom.
Ahora, en 2025, con un Estados Unidos al que la extrema izquierda del Partido Demócrata ha dividido por líneas políticas, raciales y culturales más marcadas que nunca, la historia parece repetirse. La excusa para las revueltas ya no es la "brutalidad policial", sino el endurecimiento de la política migratoria bajo la administración de Donald Trump.
La operación y la respuesta
La serie de detenciones del ICE comenzó el viernes 6 de junio. Los agentes federales realizaron operaciones en el centro de la ciudad, el barrio de Westlake, y posteriormente en Paramount, donde se registraron los enfrentamientos más violentos. Las operaciones iniciales resultaron en al menos 44 arrestos, cifra que según algunos informes superó los 120 detenidos al cierre del sábado.
Entre los detenidos destacó David Huerta, presidente del capítulo estadounidense del Sindicato Internacional de Empleados de Servicio (SEIU), quien resultó herido y recibió atención médica bajo custodia federal. "Esto no es solo sobre mí; es sobre cómo resistimos juntos la injusticia", declaró Huerta en un comunicado.
La respuesta fue inmediata: manifestaciones que comenzaron el viernes en el centro de Los Ángeles, se extendieron el sábado a Paramount y Compton. Los enfrentamientos más intensos ocurrieron en Paramount, donde manifestantes rodearon vehículos federales cerca de un Home Depot, mientras agentes federales utilizaron gases lacrimógenos y granadas aturdidoras para dispersar a la multitud.
El retorno de los soldados
Frente a la escalada de violencia, el presidente Trump firmó un memorando en la noche del sábado ordenando el despliegue de 2.000 miembros de la Guardia Nacional. "Si el gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass no pueden hacer su trabajo, el Gobierno Federal intervendrá y resolverá el problema", declaró Trump en Truth Social.
Desde las 4:00 a.m. del domingo, aproximadamente 300 miembros de la Guardia Nacional comenzaron a desplegarse en tres puntos estratégicos del centro de Los Ángeles, incluyendo el Edificio Federal y el Palacio de Justicia. Las tropas pertenecen al 79º Equipo de Combate de la Brigada de Infantería de California.
El gobernador izquierdista Gavin Newsom rechazó categóricamente la medida, calificándola de "deliberadamente provocativa" y advirtiendo que "solo intensificará las tensiones". La alcaldesa Karen Bass también expresó su oposición, recordando los episodios de violencia de 1992 y alertando que una presencia policial extrema suele escalar los conflictos.
Voces desde la calle
En las comunidades afectadas, las reacciones son variadas, pero intensas. En Boyle Heights, los residentes de mayor edad recuerdan las deportaciones masivas de los años 50, conocidas como "Operación Espalda Mojada", cuando incluso ciudadanos estadounidenses de origen mexicano fueron deportados sin el debido proceso.
Los manifestantes han mantenido una presencia constante frente al Centro de Detención Federal, donde se cree que están siendo retenidos algunos de los arrestados. Activistas por los derechos de inmigrantes, representantes legales y el congresista Jimmy Gómez han intentado ingresar a las instalaciones para verificar las condiciones de los detenidos.
Un espejo de fracturas nacionales
Los eventos en Los Ángeles reflejan tensiones más amplias en un país profundamente polarizado. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, defendió las operaciones y advirtió: "No nos detendrán ni nos frenarán. Si ponen la mano sobre un agente del orden, serán procesados con todo el peso de la ley".
Desde el otro lado del espectro político, en la extrema izquierda, organizaciones como la ACLU han denunciado lo que consideran un uso excesivo de la fuerza y han cuestionado la participación del LAPD en las operaciones federales.
La activación de la Guardia Nacional marca una escalada significativa y representa la primera vez en décadas que estas fuerzas son desplegadas sin la solicitud formal del gobernador estatal, según el Brennan Center for Justice.
La ciudad en vilo
Al caer la tarde del domingo, las calles del centro de Los Ángeles mostraban una calma tensa. La presencia de la Guardia Nacional había logrado contener las manifestaciones más grandes, pero la tensión subyacente permanece. Una manifestación estaba programada para las 2:00 p.m. del domingo, sin descartar que pudieran producirse protestas improvisadas.
Lo que comenzó como operaciones rutinarias de aplicación de la ley migratoria se ha transformado en un enfrentamiento simbólico entre visiones opuestas de Estados Unidos: una que prioriza la aplicación estricta de las leyes de inmigración, y otra que dice defendert "los derechos y la dignidad de las comunidades inmigrantes".
Por ahora, Los Ángeles navega una tormenta más en su turbulenta historia. Pero como siempre en esta ciudad de contrastes, la pregunta permanece: ¿qué cicatrices quedarán esta vez, y cuánto tiempo tomará sanar?
Reportaje basado en fuentes oficiales y testimonios directos de los eventos del 6-8 de junio de 2025 en Los Ángeles.