Carta abierta de Julio César a Pedro Sánchez
![[Img #28406]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/06_2025/7720_caesar_600x600_crop_center.jpg)
“Querido Pedro:
Me consultas, dada mi experiencia como Dictador perpetuo, sobre cómo sobrevivir a las conspiraciones de tus aliados y deudos políticos, pues sospechas que al final te van a traicionar.”
“Haces bien en recelar de los que te rodean pues las manos que nos aplauden o palmean la espalda al subir las gradas del Senado, son las mismas que un día portarán el cuchillo que nos abatirá, y no las de los adversarios declarados. Esto no podrás evitarlo, pues es parte de la naturaleza humana.”
“Mientras poseas el poder, por más problemas que tengas (y veo que tienes muchos) algunos estarán dispuestos a aparentar servirte para que les hagas partícipes de las ventajas del gobierno, y se fingirán tus partidarios incondicionales.”
“Cuidado con ellos, sobre todo con los más próximos a tus ideas, pues no dudarán en traicionarte cuando vean amenazados sus intereses. Ya que su prioridad es la misma que la tuya: sobrevivir.”
“Otros serán abiertamente tus adversarios, e intentarán arrebatarte el cetro de la República. A estos siempre les verás venir con tiempo para defenderte comprando voluntades pues, como bien sabes, en el mercado político siempre las hay en venta.”
“Quizás no haya dioses: nunca los he visto. Pero el destino sí que existe, y el de las personas como nosotros es vivir esperando el instante en el que aquellos que creemos fieles nos liberen de la carga que es la púrpura del gobierno. Un peso que nos encanta sentir sobre nuestros hombros y que queremos que nunca nadie nos arrebate. Pues todos los Césares nos sentimos eternos.”
“Yo, que soy el propio César, te lo digo por experiencia. Pese a todos mis planes y precauciones, la mañana de los Idus de marzo del 709 de la fundación de Roma, fui asesinado por mis amigos y partidarios, incluido entre ellos mi propio hijo. Y fui apuñalado, para mayor ironía, a los pies de la estatua de mi rival Pompeyo.”
“Si te preguntas qué dirá de ti la historia, te lo puedo adelantar: no te olvidará, pues quienes actuamos en el gobierno con la soberbia de un César al perder el poder nunca obtendremos el bálsamo del olvido, sino amargo despecho por el carácter público nuestra derrota, que nos perseguirá como una Furia.”
“Solo un consejo puedo darte. Dado que para los Césares el hado está escrito y no se puede evitar la llegada de nuestros Idus, elige al menos la forma de caer y procura que sea con decoro. Vale.”
(*) Arturo Aldecoa Ruiz. Apoderado en las Juntas Generales de Bizkaia 1999 -2019
“Querido Pedro:
Me consultas, dada mi experiencia como Dictador perpetuo, sobre cómo sobrevivir a las conspiraciones de tus aliados y deudos políticos, pues sospechas que al final te van a traicionar.”
“Haces bien en recelar de los que te rodean pues las manos que nos aplauden o palmean la espalda al subir las gradas del Senado, son las mismas que un día portarán el cuchillo que nos abatirá, y no las de los adversarios declarados. Esto no podrás evitarlo, pues es parte de la naturaleza humana.”
“Mientras poseas el poder, por más problemas que tengas (y veo que tienes muchos) algunos estarán dispuestos a aparentar servirte para que les hagas partícipes de las ventajas del gobierno, y se fingirán tus partidarios incondicionales.”
“Cuidado con ellos, sobre todo con los más próximos a tus ideas, pues no dudarán en traicionarte cuando vean amenazados sus intereses. Ya que su prioridad es la misma que la tuya: sobrevivir.”
“Otros serán abiertamente tus adversarios, e intentarán arrebatarte el cetro de la República. A estos siempre les verás venir con tiempo para defenderte comprando voluntades pues, como bien sabes, en el mercado político siempre las hay en venta.”
“Quizás no haya dioses: nunca los he visto. Pero el destino sí que existe, y el de las personas como nosotros es vivir esperando el instante en el que aquellos que creemos fieles nos liberen de la carga que es la púrpura del gobierno. Un peso que nos encanta sentir sobre nuestros hombros y que queremos que nunca nadie nos arrebate. Pues todos los Césares nos sentimos eternos.”
“Yo, que soy el propio César, te lo digo por experiencia. Pese a todos mis planes y precauciones, la mañana de los Idus de marzo del 709 de la fundación de Roma, fui asesinado por mis amigos y partidarios, incluido entre ellos mi propio hijo. Y fui apuñalado, para mayor ironía, a los pies de la estatua de mi rival Pompeyo.”
“Si te preguntas qué dirá de ti la historia, te lo puedo adelantar: no te olvidará, pues quienes actuamos en el gobierno con la soberbia de un César al perder el poder nunca obtendremos el bálsamo del olvido, sino amargo despecho por el carácter público nuestra derrota, que nos perseguirá como una Furia.”
“Solo un consejo puedo darte. Dado que para los Césares el hado está escrito y no se puede evitar la llegada de nuestros Idus, elige al menos la forma de caer y procura que sea con decoro. Vale.”
(*) Arturo Aldecoa Ruiz. Apoderado en las Juntas Generales de Bizkaia 1999 -2019